“Buscar un salvador en un presidente es una mentalidad esclava”

En el 2017, escribí mucho acerca de cuán peligrosamente centralizado se ha vuelto nuestro sistema político en los EE.UU. Y cómo tenemos que descentralizar la gobernanza para restaurar el poder, la libertad y la experimentación de políticas a nivel local. Esta noción de que una nación en expansión y culturalmente diversa de 325 millones de personas debería luchar constantemente hasta la muerte por el poder político en Washington D.C., para que una mitas imponga su punto de vista sobre la otra mitad del país que no está de acuerdo, es obviamente ridícula. Los estados, e incluso las grandes áreas metropolitanas, deberían tomar la mayoría de las decisiones importantes que afectan la vida de sus ciudadanos en el día a día.

Por Michael Krieger

Esto no es complicado. Las personas que viven en Boulder, Colorado, como yo, tenemos una cosmovisión muy distinta en la mayoría de las cosas del residente promedio de, digamos, Houston, Texas. Esto no quiere decir que uno es superior al otro, solo estamos hablando de diferentes mentalidades y culturas.
Los residentes de estos lugares distintos deberían poder expresarse a través de políticas de la manera que mejor se adapte a los deseos y valores que reflejan estas regiones particulares. Si bien esto sucede hasta cierto punto, todos los ciudadanos de EE. UU. todavía están en deuda con los caprichos del poder político centralizado en Washington D.C. hasta un grado muy insalubre y disfuncional.

Una presidencia imperial

Uno de los peores efectos secundarios del poder centralizado en Washington D.C. es que la mayoría de los estadounidenses desperdician toda su energía política, especulando o abogando por quién será elegido como el próximo gobernante supremo (presidente) cada cuatro años. Esta es una gran pérdida de tiempo y energía, pero una de las razones por las que sucede es porque Estados Unidos tiene una Presidencia imperial en estos días. El ejecutivo simplemente actúa de una manera que los fundadores nunca tuvieron la intención, y las otras ramas del gobierno (legislativo y judicial) lo permiten.
El Congreso merece una gran parte de la culpa, ya que sus miembros se niegan intencionalmente a ejercer su deber constitucional de manejar las guerras. Nuestros supuestos “representantes” simplemente le permiten al Presidente hacer lo que quiera cuando se trata del ejercicio de la violencia estatal en el exterior, ya sea que ese presidente sea George W. Bush, Barack Obama o Donald Trump.

Oprah una loca obsesión

Es absolutamente patético que, a menos de dos semanas después del nuevo año, todo lo que escuché ayer fue cómo Oprah podría postularse para presidente dentro de dos años. Piense en lo loca que debe ser una sociedad (a la luz de todos nuestros enormes problemas actuales), para comenzar a obsesionarse ya maníacamente por quién podría ser nuestro salvador si votamos correctamente en 2020. ¿Acaso la Presidencia de Barack Obama no dijo todas las cosas correctas, pero mimó a la plutocracia durante 8 años, y eso no nos ha enseñado algo?
No es solo Oprah sin embargo. El verano pasado supimos que los oligarcas de los Hamptons ya habían decidido que la Senadora Kamala Harris (más de tres años antes de las próximas elecciones presidenciales) sería su elección como candidata demócrata en el 2020. Los votantes primarios no necesitan postularse.
Naturalmente, Mark Cuban, el dueño de un equipo de la NBA, tampoco desaparece del escenario, como lo señalé el otro día.

Humillados ante los plutócratas

Mientras tanto, ¿qué tienen Oprah y Cuban en común? Ambos son multimillonarios, al igual que Trump. ¿Es ese el futuro que los plutócratas han planeado para nosotros? ¿Humillarnos ante un nuevo multimillonario cada cuatro años? Lo siento, pero tengo mucho respeto por mí mismo como para hacer eso. Ya terminé de jugar a este juego infantil.
La chispa que inspiró esta publicación fue en realidad un Twitter que envié este fin de semana pasado. Su recepción fue muy alentadora y me dijo que muchas personas de todo el mundo están llegando a una conclusión muy similar. Esto es realmente importante porque no podemos cambiar las cosas hasta que nos demos cuenta de cuán completamente ridículo es nuestro paradigma actual.


Las insoportables jerarquías

Aquí está el gran secreto. Los seres humanos crean el mundo en el que vivimos. La naturaleza o lo divino no nos proporcionan nada sobre nuestros gobiernos o nuestra economía. Las insoportables jerarquías centralizadas bajo las que vivimos fueron creadas por otros humanos que vinieron antes que nosotros, y son propagadas agresivamente por aquellos que están actualmente en el poder. No hay absolutamente ninguna razón por la que necesitemos aceptar estos sistemas como permanentes o perfectos.
Buscar por salvador a un presidente es una mentalidad de esclavo. Tenemos que dejar de ser esclavos. Oprah, Trump, Mark Cuban, no importa. Nadie va a salvarte. Es hora de crecer. El verdadero poder reside en nosotros mismos.
El mundo del futuro será el mundo que creamos. Si queremos que ese mundo sea mucho mejor, debemos dejar de buscar la respuesta. Necesitamos mirar hacia adentro, encontrar nuestra fortaleza y ponernos a trabajar. Si espera que alguien más entre y arregle cosas que ya ha perdido.


Traducción: A. Mondragón

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