Por Alfredo Jalife-Rahme*
China, con la protección del paraguas hipersónico de Rusia, anda enrachada en sus tratativas geoeconómicas multivectoriales, sin contar su prodigioso alunizaje en la parte oscura de la luna (https://bit.ly/2TRkIH4).
Después de haber atraído a Italia (https://bit.ly/2unQnkr) a las “Tres Rutas de la Seda” –máximos proyectos de infraestructura del siglo XXI– y de haber seducido a la Unión Europea (UE), pese a la ira de Trump, China consigue un impactante acuerdo con los países olvidados de los Balcanes y con otros países de Europa central/oriental, como plataforma para su proyección geoeconómica con Eurasia.
En la “guerra comercial” de Trump, China posee la carta triunfal cuando un empate para el presidente de Estados Unidos significaría una humillante derrota.
El nerviosismo de EE.UU. ha llegado a grados paranoides cuando el “evangelista sionista” Mike Pompeo, ex director de la CIA y hoy anodino secretario de Estado, ha fulminado contra la expansión china en Latinoamérica.Contra su costumbre, China ha replicado con dureza al neomonroísmo pinochetista de Pompeo (https://bit.ly/2v7XC0a).
Ya en el T-MEC existe un veto de Trump contra China para impedir sus inversiones en los tres países implicados.
Nuevo bloque geoeconómico
El primer chino Li Keqiang, quien andaba relegado por la “guerra comercial” de Trump, empujó la asombrosa penetración de China en los Balcanes y definió que el grupo “16+1”, con la incrustación de Grecia (miembro de la OTAN y de la UE), se convirtió en un “17+1”: “suplemento importante para la relación de Pekín con Bruselas” (https://bit.ly/2XclADx).
Desde Alemania hasta Malasia, Trump no ha podido prohibir el ingreso de la trasnacional china Huawei que lleva la ventaja de punta con el 5-G.
El nuevo bloque geoeconómico 17+1 en los volcánicos Balcanes fue formalizado en la “Cumbre en Dubrovnik (Croacia)” donde firmaron 40 arreglos que cubren áreas como “las exportaciones agrícolas, el comercio electrónico, las finanzas (sic) y la cooperación tecnológica (sic)”. El primer griego Alexis Tsipras, con tantos fracasos monetaristas a cuestas, era el hombre más feliz de la Cumbre de Dubrovnik.
Cabe recordar que es en Dubrovnik donde se filma la célebre serie Juego de Tronos.
Una dolorosa derrota de Trump
La UE, de todavía 28 países (en espera del Brexit), ha dejado hacer al 17+1 que puede significar una dolorosa derrota de Trump en los verdaderos “Juegos de Tronos”.
Y digo que la UE-28 “dejó hacer” la génesis del 17+1 porque se celebró en vísperas de la relevante cumbre de China con la UE en Bruselas.
Grecia se había adelantado al haber cedido el control de su puerto Pireo a Cosco, la empresa naviera y logística estatal china, para la implementación de la “encrucijada de puertos (hub ports)” de las Rutas de la Seda que incluyen el manejo por Pekín de dos puertos de los tres que posee Israel que traiciona once more a EU, pese al romance obsceno de Trump y Netanyahu (https://bit.ly/2RdRAUY).
El grupo 17+1 (sumados de China) comprende a 12 (¡súper-sic!) miembros de la UE y a cinco países de los Balcanes que esperan adherirse a la UE en el futuro.
Las claves: comercio y economías
Li Keqiang marcó las líneas rojas geoeconómicas: “respetamos las leyes de la UE y sus parámetros” cuando “necesitamos todos incrementar el comercio y conectar nuestras economías”.
No faltan teóricos apocalípticos desde Francia hasta Alemania quienes temen que la influencia de China en los Balcanes acabe por dividir a Europa, ya de por sí fragmentada (https://bit.ly/2IuJ8zr).
Por razones del feliz destino he tenido la fortuna de recorrer todos los países de los Balcanes por tierra –desde la guerra de Clinton contra Serbia hasta recientemente en 2014– donde EE.UU. dejó las huellas de sus guerras que pudieron haber derivado en una Tercera Guerra Mundial en Kosovo (https://bit.ly/2KGPJcz).
En los Balcanes también estalló la Primera Guerra Mundial y fue una de las principales cajas de resonancia de la Segunda Guerra Mundial.
Hoy los Balcanes se pueden adherir a una nueva ruta pacífica de desarrollo compartido con China. ¡Esa es la gran diferencia entre las guerras permanentes de EE.UU. y las “rutas de la seda” de China!
* Alfredo Jalife-Rahme es es un médico, conferencista, periodista y analista político mexicano de origen libanés, especializado en relaciones internacionales, economía, geopolítica y globalización.
Fuente: https://www.jornada.com.mx/2019/04/17/opinion/016o1pol#
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