¿Choque de civilizaciones o abandono de la civilización?

La civilización occidental, generalmente una civilización angloamericana, ha estado abandonando estos valores fundamentales, y Occidente ha estado revocando las reglas establecidas por sus propios líderes a lo largo de la historia.

Por Bhim Bhurtel
“El Choque de Civilizaciones” ha resurgido, aunque en una forma diferente, después del comentario del presidente chino Xi Jinping, durante su discurso de apertura en la Conferencia sobre el Diálogo de las Civilizaciones Asiáticas en Beijing el 15 de mayo. “Es absurdo creer que “La raza y la civilización de uno son superiores a las otras, y es desastroso reformar o incluso reemplazar otras civilizaciones contra su voluntad”, dijo el líder chino. “Varias civilizaciones no están destinadas a chocar”.
El comentario de Xi se parece al de un premio Nobel, Amartya Sen, quien criticó la idea de un “choque de civilizaciones” hace una década en su libro Identidad y Violencia, diciendo: “No hay necesidad de un choque de civilizaciones. Cada uno de nosotros tiene identidades y compromisos múltiples y hace un caso convincente para una coexistencia pacífica de pueblos diversos”.
La idea de tal choque dominó la política exterior de los Estados Unidos después de que el experto de Harvard, Samuel P Huntington, publicara un artículo titulado “¿Choque de civilizaciones?”, en la edición de verano (Vol. 72, No 2) de Foreign Affairs en 1993. Hasta el colapso de la Unión Soviética, los conflictos mundiales habían tenido lugar entre los bloques ideológicos de los “capitalistas occidentales” y los “comunistas de Europa del Este”. Tras la desaparición de la Unión Soviética, predijo: “Las grandes divisiones entre la humanidad y la fuente dominante del conflicto será cultural”. Y agregó: “El choque de civilizaciones dominará la política global. Las fracturas entre las civilizaciones serán las líneas de batalla del futuro”.

El evangelio neoconservador
“El choque de civilizaciones” se convirtió en el evangelio de la política exterior neoconservadora, después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001; esto dio lugar a las invasiones estadounidenses de Irak y Afganistán.
Hoy, en medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China y la reciente tensión entre Estados Unidos e Irán, los analistas de política exterior han comenzado a anticipar nuevamente un posible “choque de civilizaciones”, y sugieren que la humanidad está al borde de la devastación —un análisis que no pueden ser descartado por completo.
Aproximadamente 20 años después de la publicación del ensayo original de Huntington, las élites, los académicos, los escritores de opinión y periodistas de política exterior de países occidentales y no occidentales, sugirieron que la civilización occidental se verá disminuida en lugar de poder resistir el choque entre civilizaciones. La Muerte de Occidente (Daniel Lattier), La Decadencia del Occidente (Michel Kimmage), El colapso de la civilización occidental (Erik M Conway y Naomi Oreskes), y “Crisis de la Civilización” (Pepe Escobar) son algunas entradas en la larga lista de libros, artículos y artículos de opinión a lo largo de esta línea.

Occidente ha abandonado sus valores
En mi opinión, la civilización occidental no está ni en crisis ni en colapso. Por el contrario, es Occidente quien ha dejado de lado sus valores declarados, por lo que me tomo la libertad de acuñar el “abandono de la civilización por parte de Occidente”.
Dos factores jugaron un papel crucial en la renuncia a los valores centrales de la civilización occidental por “Occidente” mismo:
En el frente externo, el auge de los países asiáticos, en particular el progreso económico, militar, estratégico y tecnológico de China y la tremenda influencia económica de la India, hizo que los Estados Unidos percibieran a los adversarios potenciales que no son caucásicos.
Entre los factores internos se encuentran la recesión económica iniciada en el 2008, la crisis migratoria, la crisis provocada por el libre comercio y la globalización económica. Más importante, según el Censo de EE.UU. del 2010, la tasa de natalidad de los no blancos superó la de los estadounidenses de raza blanca. Esto indica que para las elecciones presidenciales del 2028, el número de nuevos votantes no blancos superará a los nuevos votantes blancos por primera vez en la historia de Estados Unidos. Además, la proyección de la población sugiere que la población blanca será la minoría en el 2045 en Estados Unidos. Eso significa que para el 2050, la dominación estadounidense blanca en la política pública llegará a su fin para siempre. El censo de población del 2011 en el Reino Unido reveló una historia similar.

Eslóganes de la “amenaza existencial”
Los lemas de Brexit “Retomemos el Control” y “Quiero a Mi País de Vuelta” en el Reino Unido, y los eslóganes “Make America Great Again” y “America First” de Donald Trump, fueron productos de la “amenaza existencial” percibida por los supremacistas blancos en ambos lados del atlántico. No todos los votantes del Brexit o aquellos que votaron por Trump eran pobres o estaban desempleados. Los blancos sintieron que son víctimas de políticas sobre temas como la inmigración, el libre comercio y la globalización económica, que fueron diseñados por “Occidente”. Su desesperación y resentimiento provocaron su renuncia a la civilización occidental.
Sí, como lo propone Huntington, la civilización es una entidad real basada en ciertos valores fundamentales indispensables, y se sabe que estos valores son el “poder blando” de “Occidente”, ellos son: el pensamiento racional, el capitalismo de libre mercado, los derechos humanos, la democracia y el estado de derecho; y la gobernanza global basada en las reglas, la cosmovisión científica, el pluralismo y la sociedad abierta. La civilización occidental, generalmente una civilización angloamericana, ha estado abandonando estos valores fundamentales, y Occidente ha estado revocando las reglas establecidas por sus propios líderes a lo largo de la historia. Vamos a evaluar cada uno muy brevemente.

Un poder irracional en manos de idiotas
Primero, los Estados Unidos abandonaron el pensamiento racional después de las elecciones presidenciales del 2016. El poder ejecutivo de los Estados Unidos está en manos de idiotas y gente absurda. La lógica y el pensamiento racional no tienen lugar en Estados Unidos; por ejemplo, Trump impuso aranceles a productos chinos por un valor de $200 mil millones recientemente. Por supuesto, los Estados Unidos pueden importar de otros países en lugar de China, pero no pueden mejorar sus cifras de déficit comercial a corto o largo plazo, por dos razones. Primero, el alto costo de producción, como la mano de obra en los EE.UU. en comparación con China y otros países de fabricación de bajo costo. En segundo lugar, el restablecimiento de las plantas de fabricación en los EE.UU. tomaría tiempo —sí realmente tiene lugar y aun así sería una autarquía.
En segundo lugar, EE.UU. ha renunciado al capitalismo de libre mercado, que era un poder blando importante para influir en muchos países. Por su parte, China ha adoptado las reglas e instituciones de la gobernanza global, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio que fue diseñado por “Occidente” inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial. El crecimiento futuro de China es imparable. Ahora, el presidente chino es el principal defensor del capitalismo de libre mercado y el anti-proteccionismo, y el presidente de los Estados Unidos es el principal defensor del proteccionismo y el opositor al libre comercio en el mundo.

EE.UU. ha abandonado los DD.HH.
En tercer lugar, el historial de los derechos humanos de Estados Unidos es peor que nunca. Estados Unidos ha abandonado la idea de los derechos humanos. La declaración emitida por Trump sobre el asesinato del periodista saudita y columnista del Washington Post, Jamal Khashoggi, es prueba suficiente. El presidente de Estados Unidos ama el dinero más que el valor central de los derechos humanos que los países occidentales están supuestos a defender.
Cuarto, el caos del Brexit y la presidencia de Trump son burlas a la democracia. Los Estados Unidos ya no pueden persuadir a las sociedades no occidentales de los méritos de la democracia.
En quinto lugar, después de que el implacable asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton, denunció a la Corte Penal Internacional (CPI) y amenazó con imponer sanciones contra la institución, en su discurso federalista en Washington el 10 de septiembre del 2018, Estados Unidos ha renunciado a otro poder blando de “Occidente”, el gobierno de la ley. El discurso de Bolton fue desencadenado por una investigación de la CPI sobre presuntos crímenes de guerra estadounidenses en Afganistán. También decidió cerrar la oficina de la Organización de Liberación de Palestina en Washington, porque la OLP pidió una investigación de la CPI sobre las violaciones de derechos humanos cometidas por Israel.

Abandonando las reglas comerciales
Sexto, justo después de la Segunda Guerra Mundial, se inició la gobernanza global basada en las reglas. El Banco Mundial, el FMI, el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, que se convirtió en la OMC en 1995) fueron creados bajo el liderazgo estadounidense. Sin embargo, EE.UU. abandonó el acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) a principios de 2017. En abril del 2017, amenazó con retirarse del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte si no se renegociaba. Ha impuesto aranceles a los productos europeos, japoneses y chinos, en violación de las normas establecidas por la OMC. Estados Unidos no ha estado dispuesto a reformar los sistemas de gobernanza global como las Naciones Unidas, el Banco Mundial o el FMI. La Iniciativa Belt and Road de China y el Banco de Inversión en Infraestructura de Asia, son los resultados de la negativa de EE.UU. a reformar estas instituciones.

El mito del pluralismo occidental
Séptimo, una perspectiva científica del mundo, como afirma Huntington, es otro poder blando de Occidente. Sin embargo, el gobierno de Trump se niega a reconocer que la codicia capitalista ha desencadenado la crisis climática que ahora se encuentra en niveles catastróficos. Aunque el informe de la Evaluación Nacional del Clima ha señalado continuamente los impactos actuales y futuros del cambio climático en el país, la administración de Trump se retiró del Acuerdo Climático de París en el 2018.
Por último, el mito del pluralismo occidental y la sociedad abierta ya ni siquiera existen después de que los estadounidenses, los británicos y australianos las dejaron de lado. Los temas de raza, inmigración y xenofobia juegan un rol central en las políticas sociales y económicas en las elecciones. La narrativa del “muro en la frontera” y la miserable situación de los migrantes centroamericanos en la frontera entre Estados Unidos y México, indican el descarrilamiento del pluralismo en EE.UU. El pluralismo es la noción de aceptar y abrazar a diferentes personas y sus culturas, creencias y opiniones dentro de la sociedad por una buena causa.

Un viaje a bordo de un barco naufragado
Los supremacistas blancos en los EE.UU. y muchos otros países occidentales han estado renunciando a todos los valores básicos de “Occidente” en la batalla final por mantener el predominio de la raza blanca. Sin embargo, si EE.UU. y el resto de “Occidente” no respetan los valores centrales occidentales y aceptar el crecimiento de Asia, en particular de China e India, “Occidente” estará limitado únicamente a los dos lados del Atlántico Norte muy pronto.
En este momento, EE.UU. parece estar en un viaje a bordo de un barco naufragado en el que la tripulación no tiene ni un mapa, ni un destino. La marcha de los EE.UU. y “Occidente” no llegará a ninguna parte en el futuro, en un viaje donde ha abandonado su destino pasado —los valores fundamentales de la civilización occidental.

Bhim Bhurtel fue director ejecutivo del Nepal South Asia Center (2009-14), un grupo de expertos sobre el desarrollo del sur de Asia con sede en Katmandú.

Texto original: https://www.asiatimes.com/2019/05/opinion/clash-of-civilizations-or-abandonment-of-civilization/
Traducción: A. Mondragón

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*