Científicos de la industria farmacéutica de EE.UU. desacreditan las mentiras de los políticos estadounidenses contra China

Por Liu Yunyun y Liang Xiao
“No defiendan a Trump, excepto por la prohibición de viajar a China —ataquen a China”. Esto fue lo que el Partido Republicano de EE. UU. ordenó a sus candidatos al Senado que hicieran, en un memorando de 57 páginas, según el medio digital Politico. El “Corona Big Book” detallaba una serie de consejos sobre casi todas las preguntas potenciales que los votantes pueden hacer, tales cómo lidiar con las acusaciones de racismo y cómo vincular al Partido Demócrata con el gobierno chino. Instó a los candidatos a enfocarse en China, cuando se les preguntara si la propagación del nuevo coronavirus (COVID-19) es culpa del presidente Donald Trump.

Los ataques contra China
Aunque el memorando no fue redactado explícitamente por el Comité Senatorial Republicano, muchas de estas tácticas coinciden con las actuaciones recientes de los políticos estadounidenses. Por ejemplo, después de referirse repetidamente al coronavirus como el “virus chino”, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, acusó infundadamente a Beijing, el 23 de abril, de “destruir muestras del virus” en las primeras etapas del brote en China. “Incluso después de que el PCCh (Partido Comunista de China) notificó a la OMS (Organización Mundial de la Salud) sobre el brote de coronavirus, China no compartió toda la información que tenía”, alegó.
Peter Navarro, director del Consejo Nacional de Comercio de la Casa Blanca, dijo a Fox Business Network: “Una de las razones por las que (China) no nos dejó entrar y nos dieran los datos sobre este virus antes, es que están compitiendo para obtener una vacuna… para que puedan vender las vacunas al mundo”.

Científicos agradecen a China
Del otro lado, según entrevistas públicas, los científicos de EE. UU., especialmente aquellos que trabajan para las gigantes corporaciones farmacéuticos, han expresado su gratitud a China por liberar el genoma viral al mundo rápidamente y sin condiciones.
Johnson & Johnson (J&J) anunció la selección de una vacuna candidata del COVID-19 el 30 de marzo y dijo que esperaba iniciar estudios clínicos en humanos a más tardar en septiembre. “El 10 de enero, la secuencia del nuevo coronavirus fue lanzada por investigadores chinos. Así que comenzamos a analizar la secuencia de ese virus la noche del 10 de enero. Trabajamos con nuestro equipo durante el fin de semana y el lunes 13 de enero tuvimos aislados o habíamos diseñado posibles antígenos candidatos para ser utilizados en una vacuna”, dijo Dan Barouch, profesor de medicina e inmunología en la Facultad de Medicina de Harvard, en colaboración con J&J para investigar a los posibles candidatos a vacunas. Habló sobre los esfuerzos de su equipo en un programa de video del sitio web oficial de J&J llamado “The Road to a Vaccine”, presentado por Lisa Ling.

China puso la información en línea
Kate Broderick, vicepresidenta sénior de Inovio Pharmaceuticals, Inc., le dijo a la BBC el 30 de enero que escuchó por primera vez sobre el virus “a fines de diciembre” y que “recibimos la secuencia del virus cuando las autoridades chinas la pusieron en línea… y esencialmente de la noche a la mañana, diseñamos la vacuna”. Inovio estaba trabajando en las vacunas contra el coronavirus mucho antes de la pandemia del COVID-19. La compañía tenía una vacuna experimental en la fase dos de pruebas clínicas para tratar al MERS, un miembro de la familia de los coronavirus, y utilizó la plataforma para diseñar el candidato a la vacuna de ADN INO-4800, dirigida al COVID-19. El estudio de fase uno de la vacuna INO-4800 comenzó en abril, convirtiendo a Inovio en una de las acciones de biotecnología más populares del mercado de valores estadounidense.

La fecha clave: 11 de enero
“Lo primero que tiene que suceder es que alguien tenga que controlar el virus, secuenciarlo y compartirlo con el mundo, y el Gobierno chino lo hizo hace menos de un mes”, dijo Stephen Hoge, presidente de Moderna Theraputics, a la revista Time el 25 de febrero. La página de inicio de la compañía muestra una línea de tiempo del trabajo de Moderna sobre una potencial vacuna contra el COVID-19, con el primer evento listado como: El 11 de enero de 2020, cuando las autoridades chinas compartieron la secuencia genética del nuevo coronavirus.
Según Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU., en una conferencia de prensa de la Casa Blanca el 28 de enero, “cuando los chinos aislaron el virus, lo pusieron en una base de datos pública, la secuencia. Dada la tecnología del siglo XXI, pudimos usar esa secuencia para descubrir la forma de sus proteínas pico”, dijo el Dr. Fauci.

El “cazador de virus” en China
Estas son evidencias que muestran que la comunidad científica en los EE.UU. sabía sobre el virus casi al mismo tiempo que los médicos y científicos chinos lo descubrieron. El profesor Ian Lipkin, el famoso “cazador de virus” de la Universidad de Columbia, fue invitado por el gobierno de Beijing a ir a China en enero y ayudar al país a enfrentar el desafío del COVID-19. Se quedó en China por una semana.
¿Podría haber una falta de comunicación entre la comunidad científica y la comunidad política en los Estados Unidos?
La respuesta es NO.

El libro de jugadas de EE.UU.
El 28 de enero, Alex Azar, Secretario de Salud y Servicios Humanos de EE.UU., anunció que “hemos estado monitoreando este virus y preparando una respuesta DESDE DICIEMBRE”. Continuó afirmando que Estados Unidos tiene un libro de jugadas sobre la contención de epidemias y que conocía ese libro de jugadas “muy bien”.
Pero las últimas noticias fueron que los funcionarios de la Casa Blanca estaban discutiendo planes para reemplazarlo, por su fracaso en desarrollar una respuesta temprana y adecuada para contener el virus. Aunque la información fue descartada como una “noticia falsa” por el presidente de EE.UU., Trump, la aparente falta de cobertura mediática de él en las sesiones informativas de la Casa Blanca COVID-19, muestra que sus días como Secretario de Salud están contados.
Si Azar mantiene su puesto, ¿a quién se debe culpar por el fracaso del gobierno de Estados Unidos de aprovechar la oportunidad de oro para luchar contra la pandemia?
El memorándum “Corona Big Book” ofrece una respuesta conveniente: “Esto es culpa del Partido Comunista Chino por encubrir el virus y mentir sobre su peligro. Esto causó la pandemia y deberían ser considerados responsables”. [Nota del Traductor: Lo cual es parte de la campaña de demonización de China en la Guerra Hibrida 2.0 de EE.UU.]

Fuente: http://www.bjreview.com/Opinion/202004/t20200427_800202371.html
Traducción: A. Mondragón

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