Del 11 de Septiembre al Gran Reinicio en la Era de la Necropolítica y la Conquista de la Isla-Mundo

Foto: Reuters

Como nosotros habíamos escrito en nuestro portal a principios de año, La Isla Mundo: El ganador lo toma todo, antes de que el Covid-19 entrara en escena como una pandemia de control global, el siguiente ensayo de Pepe Escobar revela con una gran lucidez que, sin lugar a dudas, la Gran Batalla por la Isla-Mundo ha comenzado bajo nuestros propios pies y en los cerebros de miles de millones de personas manipuladas en La era de la hafefobia y la nueva frontera necropolítica.

Por Pepe Escobar
El 11 de Septiembre fue la piedra angular del nuevo milenio, tan indescifrable como los misterios de Eleusis. Hace un año, en Asia Times, una vez más planteé una serie de preguntas que aún no encuentran respuestas.
Un desglose a la velocidad del rayo de las hondas y flechas de la escandalosa (mala) fortuna que cruzaron y sobrepasan estas dos décadas, ciertamente incluirá lo siguiente: El fin de la historia. El breve momento unipolar. Las “Guerras Interminables” del Pentágono. La Seguridad Nacional. La Ley Patriota. Conmoción y Pavor. La tragedia / debacle en Irak. La crisis financiera del 2008. La primavera Árabe. Las Revoluciones de Color. “Liderando desde las sombras”. El Imperialismo Humanitario. Siria como la última guerra del poder. La farsa de ISIS / Daesh. El JCPOA. Maidan. La era de los psyops. La era del algoritmo. La Era del 0.0001%.
Una vez más, nos adentramos en el territorio de Yeats: “Los mejores carecen de toda convicción / mientras que los peores están llenos de apasionada intensidad”.
Todo el tiempo, la “Guerra contra el Terrorismo” —la decantación real de las “Guerras Interminables”— prosiguió sin cesar, matando a multitudes de musulmanas y desplazando al menos a 37 millones de personas.

La última pesadilla de Mackinder
Se acabó la geopolítica derivada de la Segunda Guerra Mundial. La Cold War 2.0 está en vigor. Comenzó como EE.UU. contra Rusia, se transformó en EE.UU. contra China y ahora, completamente enunciado en la Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU. (desde finales del 2017, ver aquí), y con el apoyo de ambos partidos, es EE.UU. contra ambos —o Eurasia. La última pesadilla de Mackinder-Brzezinski está a la mano: el tan temido “competidor” en Eurasia se encaminó hacia la circunvalación para nacer en la forma de la asociación estratégica Rusia-China.
Alguien tiene que ceder. Y luego, de la nada, sucedió.
Un impulso por diseño hacia la concentración férrea del poder y los dictados geoeconómicos, se conceptualizó, por primera vez —bajo la engañosa cubierta del “desarrollo sostenible”— ya en el 2015 en la ONU (aquí está, en detalle).
Ahora, este nuevo sistema operativo —o distopia digital tecnocrática— finalmente se está codificando, empaquetando y “vendiendo” desde mediados del verano a través de una lujosa y concertada campaña de propaganda.

Mira tú espacio mental
Toda la histeria del Encierro Planetario que elevó el Covid-19 a las proporciones posmodernas de la Peste Negra, de hace ocho siglos, ha sido constantemente desacreditada, por ejemplo aquí y aquí, a partir de la fuente original muy respetada de Cambridge.
La demolición controlada de facto, de grandes sectores de la economía global permitió al capitalismo corporativo y buitre, en todo el mundo, obtener beneficios incalculables de la destrucción de los negocios colapsados.
Y todo eso procedió con una amplia aceptación pública: Un asombroso proceso de servidumbre voluntaria.
Nada de eso es accidental. Por ejemplo, hace unos años, incluso antes de establecer un Behavioural Insights Team o Equipo de Conocimientos del Comportamiento —privatizado—, el gobierno británico estaba muy interesado en “influir” en el comportamiento humano, en colaboración con la London School of Economics y el Imperial College.

El mundo condicionado por el Covid-19
El resultado final fue el informe MINDSPACE. Todo se trataba de que la ciencia del comportamiento influyera en la formulación de políticas y, sobre todo, imponga un control neo-orwelliano de la población.
MINDSPACE, de manera crucial, contó con una estrecha colaboración entre el Imperial College y la corporación RAND con sede en Santa Mónica, California. Es decir: Los autores de los modelos informáticos absurdamente defectuosos que alimentaron la paranoia del Encierro Planetario, trabajando en conjunto con el principal grupo de expertos vinculado al Pentágono.
En MINDSPACE, encontramos que, “los enfoques conductuales incorporan una línea de pensamiento que se mueve desde la idea de un individuo autónomo, que toma decisiones racionales, a un tomador de decisiones ‘situado’ —manipulado—, cuyo comportamiento es en gran medida automático e influenciado por su ‘entorno de elección”.
Entonces, la pregunta clave es quién decide cuál es el “entorno de elección”. Tal como están las cosas, todo nuestro entorno está condicionado por el Covid-19. Llamémoslo “la enfermedad”. Y eso es más que suficiente para configurar maravillosamente “la cura”: El Gran Reinicio.

El corazón palpitante del Gran Reinicio
El Gran Reinicio fue lanzado oficialmente a principios de junio por el Foro Económico Mundial (WEF), el hábitat natural del Hombre de Davos. Su base conceptual es algo que el WEF describe como la Plataforma de Inteligencia Estratégica: “Un sistema dinámico de inteligencia contextual que permite a los usuarios rastrear las relaciones e interdependencias entre los problemas, apoyando una toma de decisiones más informada”.
Esta es la plataforma que promueve el complejo cruce transversal e interpenetración del Covid-19 y la Cuarta Revolución Industrial, conceptualizada en diciembre del 2015 y el escenario futurista elegido por el WEF. Uno no puede existir sin el otro. Esto tiene la intención de grabar en el inconsciente colectivo —al menos en Occidente— que solo el enfoque de las “partes interesadas” aprobado, por el WEF, es capaz de resolver el desafío del Covid-19.
El Gran Reinicio es inmensamente ambicioso, abarcando más de 50 campos de conocimiento y práctica. Interconecta todo, desde las recomendaciones de recuperación de la economía hasta los “modelos de negocio sostenibles”, desde la restauración del medio ambiente hasta el rediseño de los contratos sociales.
El corazón palpitante de esta matriz es, qué más, la Plataforma de Inteligencia Estratégica, que abarca, literalmente, todo: “desarrollo sostenible”, “gobernanza global”, mercados de capital, cambio climático, biodiversidad, derechos humanos, paridad de género, LGBTI, racismo sistémico, comercio e inversión internacionales, el —tambaleante— futuro de las industrias de viajes y turismo, alimentos, contaminación del aire, identidad digital, blockchain, 5G, robótica, inteligencia artificial (IA).
Al final, solo se aplica un Plan A —”todo en uno”— para hacer que estos sistemas interactúen sin problemas: el Gran Reinicio —abreviatura de un Nuevo Orden Mundial que siempre ha sido evocado con entusiasmo, pero nunca implementado. No existe un Plan B.

El “legado” del Covid-19
Los dos actores principales detrás del Gran Reinicio son Klaus Schwab, el fundador y presidente ejecutivo del WEF, y la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva. Georgieva insiste en que “la economía digital es la gran ganadora de esta crisis”. Ella cree que el Gran Reinicio debe comenzar imperativamente en el 2021.
La Casa de Windsor y la ONU son los principales coproductores ejecutivos. Los principales patrocinadores incluyen BP, Mastercard y Microsoft. No hace falta decir que todos los que saben lo complejas que son la toma de decisiones geopolíticas y geoeconómicas, saben que estos dos actores principales solo están recitando un guion. Llamemos a los (verdaderos) autores “la élite globalista”. O, en alabanza de Tom Wolfe, los Amos del Universo.
Schwab, como era de esperar, escribió el mini-manifiesto del Gran Reinicio. Más de un mes después, amplió la conexión absolutamente clave: el “legado” del Covid-19.
Todo esto ha sido completamente desarrollado en un libro, coescrito con Thierry Malleret, quien dirige la Red Global de Riesgo del WEF. Allí se describe que el Covid-19 ha “creado un gran reinicio disruptivo de nuestros sistemas globales, sociales, económicos y políticos”. Schwab describe al Covid-19 no solo como una “oportunidad” fabulosa, sino en realidad como el creador (cursiva mía) del —ahora inevitable— Reinicio.

Hacia la 4ta Revolución Industrial
Todo eso encaja a la perfección con el propio bebé de Schwab: El Covid-19 “aceleró nuestra transición a la era de la Cuarta Revolución Industrial” (la de la Inteligencia Artificial). La revolución se ha debatido ampliamente en Davos desde el 2016.
La tesis central del libro es que nuestros desafíos más urgentes se refieren al medio ambiente, considerado solo en términos de cambio climático, y los avances tecnológicos, que permitirán la expansión de la Cuarta Revolución Industrial.
En pocas palabras, el WEF está afirmando que la globalización empresarial, el modus operandi hegemónico desde la década de 1990, está muerta. Ahora es el momento del “desarrollo sostenible”, con “sostenible” definido por un grupo selecto de “partes interesadas”, idealmente integrado en una “comunidad de interés, propósito y acción comunes”.
Los observadores del Sharp Global South no dejarán de comparar la retórica del WEF de la “comunidad de interés común” con la “comunidad de intereses compartidos” de China —aplicada a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), que es un proyecto de desarrollo / comercio continental de facto.

“Estás con nosotros o contra nosotros”
El Gran Reinicio presupone que todos los interesados —como en todo el planeta— deben respetar la línea. De lo contrario, como enfatiza Schwab, tendremos “más polarización, nacionalismo, racismo, mayor malestar social y conflictos”.
Entonces, aquí está, una vez más, un ultimátum de “estás con nosotros o contra nosotros”, que nos recuerda inquietantemente a nuestro viejo mundo del 11 de Septiembre. O el Gran Reinicio se establece pacíficamente, con naciones enteras obedeciendo diligentemente las nuevas pautas diseñadas por un grupo de autoproclamados sabios neoplatónicos de la República, o es el caos.
Si la última “ventana de oportunidad” del Covid-19 ¿fue una mera coincidencia o por diseño?, siempre seguirá siendo una pregunta muy inquietante.

El Neofeudalismo Digital
La reunión real cara a cara de Davos de este año se ha pospuesto hasta el verano del 2021. Pero el Davos virtual continuará ante, en enero, centrado en el Gran Reinicio.
Ya hace tres meses, el libro de Schwab insinuaba que cuanto más naciones estén sumidas en la parálisis global, más claro está que nunca se permitirá que las cosas (cursiva mía) vuelvan a lo que consideramos normal.
Hace cinco años, la Agenda 2030 de la ONU, el padrino del Gran Reinicio, ya insistía en las vacunas para todos, bajo el patrocinio de la OMS y la CEPI, cofundada en el 2016 por la India, Noruega y la fundación Bill y Belinda Gates.
El tiempo no podría ser más conveniente para el notorio “ejercicio pandémico” del Evento 201 en octubre del año pasado en Nueva York, con el Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud asociándose con —quién más— el WEF y la Fundación Bill y Melinda Gates. Los guardianes de los medios de comunicación no permiten una crítica profunda de los motivos de Gates porque, después de todo, él los financia.

La vacuna como la nueva normalidad
Lo que se ha impuesto como un consenso férreo es que sin una vacuna Covid-19 no hay posibilidad de nada parecido a la normalidad.
Y, sin embargo, un artículo reciente y sorprendente publicado en el Virology Journal, que también publica las reflexiones del Dr. Fauci, demuestra inequívocamente que “la cloroquina es un potente inhibidor de la infección y la propagación del coronavirus del SARS”. Se trata de un “fármaco relativamente seguro, eficaz y barato” cuyo “efecto antivírico inhibitorio significativo, cuando las células susceptibles se trataron antes o después de la infección, sugiere un posible uso profiláctico y terapéutico”.
Incluso el libro de Schwab admite que el Covid-19 es “una de las pandemias menos mortales en los últimos 2000 años” y sus consecuencias “serán leves en comparación con las pandemias anteriores”.
No importa. Lo que importa sobre todo es la “ventana de oportunidades” que ofrece el Covid-19, impulsando, entre otros temas, la expansión de lo que antes describí como el Neofeudalismo Digital —o el Algoritmo devorando a la Política. No es de extrañar que las instituciones político-económicas de la OMC a la UE (Unión Europea), así como la Comisión Trilateral, ya estén invirtiendo en procesos de “rejuvenecimiento”, código para una concentración aún mayor de poder.

Encuesta a los imponderables
Muy pocos pensadores, como el filósofo alemán Hartmut Rosa, ven nuestra difícil situación actual como una rara oportunidad para “desacelerar” la vida bajo el turbocapitalismo.
Tal como está, el punto no es que estemos enfrentando un “ataque a la civilización-estado”. El punto es que las civilizaciones-estado asertivas —como China, Rusia, Irán— que no se someten al Hegemón Imperial, están empeñados en trazar un curso bastante diferente.
El Gran Reinicio, a pesar de todas sus ambiciones universalistas, sigue siendo un modelo insular y centrado en Occidente, que beneficia al proverbial 1%. La antigua Grecia no se veía a sí misma como “occidental”. El Gran Reinicio es esencialmente un proyecto derivado de la Ilustración.
Observando el camino que tenemos por delante, sin duda estará repleto de imponderables. Desde la Fed transfiriendo dinero digital directamente a aplicaciones financieras para teléfonos inteligentes en EE.UU. (ver aquí también), a China impulsando un sistema comercial / económico en toda Eurasia junto con la implementación del yuan digital.
El Sur Global prestará mucha atención al fuerte contraste entre la propuesta deconstructiva generalizada del orden económico industrial y el proyecto del BRI —que se centra en un nuevo sistema de financiación fuera del monopolio occidental y enfatiza el crecimiento agroindustrial y el desarrollo sostenible a largo plazo.
El Gran Reinicio apuntaría a los perdedores, en términos de naciones, agregando a todos los que se benefician de la producción y el procesamiento de energía y agricultura, desde Rusia, China y Canadá hasta Brasil, Indonesia y grandes extensiones de África.
Tal como está, solo hay una cosa que sabemos: el establishment en el núcleo del Hegemón Imperial y sus orcos babeantes solo adoptarán un Gran Reinicio si eso ayuda a posponer un declive acelerado que comenzó en una fatídica mañana de hace 19 años.

Pepe Escobar es un analista geopolítico independiente, escritor y periodista. Escribe para The Roving Eye, Asia Times Online, y trabaja como analista para RT, Sputnik News y Press TV. Anteriormente trabajó para Al Jazeera.

El artículo fue publicado originalmente en https://asiatimes.com/2020/09/from-9-11-to-the-great-reset/ y republicado en https://www.unz.com/pescobar/from-9-11-to-the-great-reset/ de donde se realizó la traducción al español
Traducción: A. Mondragón

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