Dos discursos, como el cielo y el infierno en 50 años de historia de EE.UU.

El presidente John F. Kennedy.

Por Paul Craig Roberts
El 1 de junio del 2019, el vicepresidente estadounidense Mike Pence pronunció el discurso de graduación en la Academia Militar de West Point. Les dijo a los graduados que era una certeza que “estarán en un campo de batalla para Estados Unidos” y “se moverán al sonido de las armas”.
Pence no dijo para cual agenda lucharán, si será para la agenda de las compañías petroleras, la de Israel, o la de los Bancos de Nueva York, de la ideología neoconservadora de la hegemonía mundial de EE.UU., o del negocio de las drogas de la CIA. De hecho, los graduados de West Point morirán sin saber nunca por qué interés van a luchar.
El discurso de Pence es una ilustración perfecta de The Matrix funcionando a la perfección. Los graduados inocentes e ignorantes son carne de cañón para el reclutamiento de lo que el General de Infantería de la Marina de EE.UU., Smedley Buttler, describió como los sicarios de los intereses corporativos estadounidenses.

La guerra como un estandarte
La guerra y la preparación para la guerra han sido el estandarte de EE.UU. desde el régimen de Clinton. En la historia de EE.UU., las guerras siempre han sido para el imperio y los intereses económicos y financieros de quienes se benefician del imperio. Hay muy pocos años en la historia de EE.UU. en que su gobierno no ha estado en guerra con alguien.
El 10 de junio de 1963, hace 56 años, un hombre mucho más grande que Pence, el presidente John F. Kennedy, pronunció el discurso de graduación en la American University en Washington, D.C. Su discurso sorprendió al complejo industrial militar / de seguridad. Reveló a un presidente que estaba comprometido a establecer una relación pacífica con la Unión Soviética. Esta sería una paz que amenazaría el presupuesto, el poder y la importancia del complejo militar. El valiente discurso de Kennedy fue un clavo en su ataúd. Cinco meses después, el presidente Kennedy fue asesinado por la CIA y el Estado Mayor Conjunto en Dallas, Texas. Su acción fue atribuida a Oswald, quien fue rápidamente asesinado a tiros dentro de la cárcel de Dallas, por un ciudadano privado utilizado para tal propósito. Por lo tanto, el chivo expiatorio fue asesinado antes de que pudiera negar su participación.

El discurso pacifista de JFK
El presidente Eisenhower había sacudido la jaula del complejo militar / de seguridad cuando dijo en su último discurso público, en 1961, que era una amenaza para la democracia estadounidense. Pero en la American University, el presidente Kennedy fue más allá y dijo que su intención era hacer las paces y eliminar la amenaza de guerra:
“He elegido este momento y este lugar para discutir un tema sobre el que la ignorancia abunda con mucha frecuencia y la verdad es percibida muy raramente, pero es el tema más importante en la tierra: la paz mundial.
“¿A qué clase de paz me refiero? ¿Qué clase de paz buscamos? No la paz estadounidense impuesta al mundo por las armas de guerra estadounidenses. No la paz de la tumba ni la seguridad del esclavo. Estoy hablando de una paz genuina, del tipo de paz que hace que valga la pena vivir la vida en la tierra, el tipo que permite a hombres y naciones crecer, tener esperanzas y construir una mejor vida para sus hijos. No simplemente paz para los estadounidenses, sino paz para todos los hombres y mujeres; no simplemente para nuestro tiempo, sino paz para todos los tiempos.

La guerra no tiene sentido
“Hablo de paz debido al nuevo rostro de la guerra. La guerra total no tiene sentido en una era en que las grandes potencias pueden mantener fuerzas nucleares grandes y relativamente imbatibles, y negarse a rendir sin recurrir a esas armas. No tiene sentido en una era en que una única arma nuclear, contiene casi diez veces la fuerza explosiva liberada por todas las fuerzas aéreas aliadas en la Segunda Guerra Mundial. No tiene sentido en una era en que los venenos mortales producidos por un intercambio nuclear serían arrastradas por el viento, las aguas, el suelo y las semillas hasta los confines más lejanos del planeta y hasta generaciones por nacer. 
Kennedy también tuvo una confianza en Estados Unidos que ningún otro presidente, excepto Ronald Reagan, tenía:
“Podemos buscar una reducción de las tensiones sin bajar nuestra guardia. Y, por nuestra parte, no necesitamos usar amenazas para demostrar que estamos resueltos. No necesitamos bloquear las fuentes extranjeras de noticias por temor a que nuestra fe se erosione. No deseamos imponer nuestro sistema a personas que no estén dispuestas a aceptarlo –pero estamos dispuestos y somos capaces de participar en una competencia pacífica con cualquier gente en la tierra”.

El colapso total de EE.UU.
Contraste usted el Washington de hoy con el presidente Kennedy, y puedes ver el colapso total de Estados Unidos. Hoy buscamos acabar con todas las fuentes de noticias, excepto aquellas de los “presstitutos” que dan las explicaciones oficiales. Bloqueamos las transmisiones extranjeras al exigir que los servicios de noticias rusos se registren como “agentes extranjeros”. Cerramos los sitios web y prohibimos la libre expresión en Facebook y Twitter. Tenemos cero diplomacia, solo amenazas. De hecho, las amenazas son el sello de EE.UU. Amenazas de guerra. Amenazas de sanciones. El presidente de EE.UU. regala los territorios de otros países (a las corporaciones estadounidenses) y decide quién será el presidente de Venezuela. Los EE.UU. de hoy está aterrorizada por la competencia comercial y pacífica e impone aranceles a todos, desde México hasta China.
Cuando John Kennedy era presidente, EE.UU. era un país orgulloso. Hoy es un lugar vergonzoso en caída libre, un grave peligro para sus propios ciudadanos y para el resto del mundo.

Texto original: https://www.paulcraigroberts.org/2019/06/02/two-contrasting-commencement-addresses-a-half-century-apart/
Traducción: A. Mondragón

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