El 2018 espere menos libertad en Internet

Los usuarios de las redes sociales están informando, cada vez más, que sus cuentas han sido censuradas, bloqueadas o suspendidas durante el año pasado. Inicialmente, algunos creían que los incidentes podrían ser de naturaleza técnica, con servidores sobrecargados luchando por mantenerse al día con la gran cantidad de cuentas en aumento, pero finalmente se supo que la interferencia fue deliberada –y está centrada en individuos y grupos involucrados en actividades políticas o sociales consideradas controversiales.

Philip M. Giraldi

A fines del año pasado, varias cuentas rusas en Facebook y en otros lugares fueron suspendidas por las acusaciones de que las redes sociales habían sido utilizadas para difundir las llamadas noticias falsas que, posiblemente, habían afectado materialmente las elecciones presidenciales de los Estados Unidos el 2016. Aunque resultó imposible demostrar que los esfuerzos rusos, relativamente inocuos, tuvieron algún impacto en comparación con la gran inversión en publicidad y propaganda de los dos principales partidos, las redes sociales respondieron rápidamente a la publicidad negativa.

Reuniéndose en secreto

Ahora se ha sabido que los principales proveedores de las redes sociales y servicios de Internet, se han estado reuniendo en secreto el año pasado con los gobiernos de Estados Unidos e Israel, para eliminar contenido y prohibir a los titulares de las cuentas de sus sitios. Estados Unidos e Israel no tienen el derecho legal de decirle a las empresas privadas qué hacer, pero se entiende claramente que los dos gobiernos pueden hacer las cosas muy difíciles para los proveedores de servicios que no se alinean a sus deseos.
Israel ha amenazado con limitar el acceso a sitios como Facebook o prohibirlo por completo, mientras que el Departamento de Justicia de EE.UU. puede usar las leyes anti-terroristas, incluso si no es plausible, para forzar el cumplimiento (de sus demandas). Washington recientemente obligó a Facebook a cancelar la cuenta del líder de la República de Chechenia, Ramzan Kadyrov, un leal partidario de Putin, a quien la Casa Blanca ha “sancionado” recientemente.

Contra la causa palestina

No es sorprendente que Israel sea más activo en el patrullaje de la Internet, ya que desea mantener fuera (de la red) cualquier material que simpatice con la causa palestina o que critique el trato israelí hacia los árabes. Sus servicios de seguridad escanean las historias que salen a la superficie y le solicita a los proveedores de servicios que el material sea eliminado o bloqueado, en base a la cuestionable proposición de que constituye una “incitación” a la violencia.
Según los informes, Facebook coopera el 95% de las veces que se le pide para eliminar material o cerrar cuentas. Los grupos palestinos, que utilizan las redes sociales en Internet para comunicarse, han sido especialmente afectados, con diez cuentas de los administradores eliminadas en el 2017. Pero es una moral de doble rasero. Las cuentas de Israel, incluido el material que amenaza con matar a árabes, no son censuradas.
Microsoft, Google, YouTube, Twitter y Facebook también están bajo presión para cooperar con grupos privados pro-Israel en Estados Unidos, incluyendo a la poderosa Liga Anti-Difamación (ADL). La ADL busca “diseñar nuevas soluciones para detener al ciberodio” al bloquear el “lenguaje de odio”, que incluye cualquier crítica a Israel, que incluso podría interpretarse como antisemitismo. Expandir las restricciones sobre lo que se define como “discurso de odio”, sin duda, se volverá común en las redes sociales y, en general, a través de Internet el 2018.

Una ciber-carretera con peajes

El Internet, ampliamente visto como una autopista donde todos pueden comunicarse y compartir ideas libremente, es en realidad una carretera con peajes que, cada vez más, es manejada por un grupo de corporaciones muy grandes que, cuando actúan al unísono, controlan lo que se ve y lo que no se ve.
Los motores de búsqueda ya están configurados para priorizar la información de los “patrocinadores” pagados, que aparecen prominentemente pero que, a menudo, no tienen nada que ver con el material qué es más relevante.
Y el papel de los gobiernos intrusivos en dictar a Facebook y otros sitios que debe ser publicado y que debe ser silenciado, también debería ser preocupante, ya que significa que la información que beneficia al público nunca podría ser vista, particularmente si es embarazosa para los intereses poderosos.

Pérdida de la relevancia

Y hablando de intereses poderosos, grupos como la ADL con agendas partidistas podrán dictar, indudablemente, normas de conducta a los proveedores de servicios, lo que conducirá a una pérdida aún mayor de contenido y relevancia para quienes buscan información de calidad.
En definitiva, el año 2018 será difícil para quienes luchan por mantener el Internet como una fuente de información relativamente gratuita. Los gobiernos y los grupos de interés han visto la amenaza planteada por dicha libertad y están reaccionando contra ella. Harán todo lo posible para controlarlo.

Traducción: A. Mondragón

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