El 5G cuántico significará el desempleo para la comunidad de espías de EE.UU.

El liderazgo de China en la tecnología de 5G significa que pueden bloquear el espionaje de EE.UU. y, por ende, la comunidad de espías estadounidenses quedarían desempleados porque no tienen una alternativa.
Por Spengler / Asia Times
La alarma de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos ante el liderazgo chino en la banda ancha móvil del 5G, tiene menos que ver con una amenaza de las escuchas telefónicas de China, que con la posibilidad de que las escuchas electrónicas se vuelvan casi imposibles gracias a la criptografía cuántica. He tenido varias conversaciones sobre el tema con fuentes tanto estadounidenses como chinas, pero esta conclusión parece obvia a partir de fuentes públicas.
La comunidad de inteligencia de EE.UU. gasta cerca de $80 mil millones al año, incluidos $57 mil millones para el Programa Nacional de Inteligencia y unos $20 mil millones para el Programa de Inteligencia Militar. La Inteligencia de Señales (SIGINT), ocupa la mayor parte del presupuesto a las escuchas electrónicas. Entre otras cosas, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) registró más de 500 mil millones de llamadas y mensajes de texto de los estadounidenses, solo en el 2017. En respuesta a una demanda de la Ley de Libertad de Información de la American Civil Liberties Union, la NSA admitió —por segunda vez— que mal escucha a escondidas a los estadounidenses. La capacidad de los espías para aprovechar las conversaciones de posibles terroristas, líderes extranjeros como la alemana Angela Merkel y casi cualquier persona que quiera, es una fuente de enorme poder, así como una justificación para la financiación continua —del espionaje en nombre de la “seguridad nacional”.

Adiós al espionaje a causa del 5G
Sin embargo, todo eso está por terminar y los espías tendrán que encontrar algo más en que emplearse. Eso tiene mucho que ver con la incipiente guerra tecnológica entre China y EE.UU.
Los servicios de inteligencia de EE.UU. argumentan que si el campeón nacional de China, Huawei, domina las instalaciones de banda ancha móvil 5G, puede incorporar “puertas traseras” a su hardware para robar información, y tal vez incluso sabotear las redes de comunicación y control industrial en caso de conflicto. EE.UU. ha amenazado a sus aliados con un recorte en el intercambio de inteligencia si usan equipos de Huawei. Hasta ahora, ningún país, excepto Japón, ha accedido a las demandas estadounidenses —lo que en otras palabras significa, sólo nosotros tenemos derecho a espiarte, no los chinos. Huawei niega que tenga la capacidad o la intención de robar datos, pero las acusaciones de este tipo son difíciles de refutar —sobre todo porque EE.UU. lo hace y los chinos tampoco son mancos.
“El problema se reduce a si —nosotros, EE.UU.— obtenemos los datos de todos o si China obtiene los datos de todos”, me dijo recientemente un ex director de la Agencia Central de Inteligencia. Pero no creo que ese sea el problema en absoluto: ahora existe más de un tipo de tecnología que hará imposible la escucha —no solo difícil o costosa, sino también fuera del ámbito de la posibilidad física, y esa es la ventaja que China está por tener.

Seguridad vía comunicación cuántica
La última forma de seguridad de datos es la comunicación cuántica, una aplicación de la física que China ha sido pionera. Hace dos años, científicos chinos realizaron una videollamada con colegas en Viena, creando la señal al enredar los átomos a medio camino alrededor del mundo. El sistema hace posible que la comunicación no puede ser robada, ya que cualquier intervención externa destruye la señal en sí. Es como una letra que se desintegra en el instante en que la ves. Las aplicaciones comerciales de esta tecnología pueden no estar muy lejos. En el 2018, Huawei realizó pruebas de campo para la seguridad de datos en redes ópticas con la compañía española Telefónica.
Como escribió Huawei en ese momento:
El crecimiento continuo de la capacidad computacional ha requerido un aumento constante en los tamaños de las claves y la complejidad de los algoritmos de generación de claves. Pero estas técnicas pueden volverse completamente inútiles con el advenimiento de las computadoras cuánticas, capaces de aplicar los principios de la mecánica cuántica para resolver problemas que no se pueden resolver hasta ahora, incluida la ruptura de las claves utilizadas por los métodos actuales, lo que hace que la mayoría de nuestra infraestructura de seguridad sea inútil… ellos mismos proporcionan una solución a esta vulnerabilidad de los actuales métodos de generación de claves criptográficas. Los principios cuánticos se pueden aplicar para intercambiar una clave entre los dos extremos de un enlace de comunicaciones, de modo que esta clave permanezca segura con respecto a cualquier ataque, y que cualquier intento de ataque sea detectable.

El objetivo real de China
Varios otros grupos de investigación están trabajando en aplicaciones criptográficas cuánticas para banda ancha 5G, incluidos físicos en la Universidad de Bristol, SK Telecom y Toshiba Research. Dado que la tecnología se probó en pruebas de campo hace dos años, su adopción como solución general a los problemas de la criptografía no debería tomar mucho tiempo.
El objetivo de China no es robar los datos del mundo (aunque las agencias de inteligencia chinas pueden deslizar lo que ellos crean oportuno). Más bien, quiere dominar la construcción y las futuras actualizaciones de la infraestructura de comunicaciones del mundo, vinculándola a la comercialización china (a través del comercio electrónico, la financiación electrónica y otros medios), la tecnología industrial china (a través de Internet de las cosas), la financiación china y logística china. Las advertencias de la Agencia Central de Inteligencia de los EE.UU. sobre los vínculos de Huawei con el estado chino son precisas, estrictamente hablando: Todos los fabricantes importantes de equipos de telecomunicaciones cooperan con sus servicios de inteligencia nacionales, como lo hizo Cisco en EE.UU. con la NSA.

Debilidades y dependencia de EE.UU.
Es difícil evitar la conclusión de que los servicios de inteligencia de EE.UU. están defendiendo su territorio SIGINT sin la debida consideración de los intereses estratégicos de EE.UU. Los halcones en contra de China, por ejemplo, los senadores Marco Rubio y Mitt Romney, exigieron que Trump mantenga la prohibición de EE.UU. en el envío de componentes electrónicos y software a Huawei. Pero esto puede tener consecuencias funestas para los intereses estadounidenses. Un ejemplo evidente es la amenaza de negar a Huawei el acceso a las actualizaciones del sistema operativo Android de Google, utilizado por los teléfonos móviles de Huawei. En respuesta, Huawei presentará su propio sistema operativo móvil para competir con Android. Durante mucho tiempo en desarrollo, la decisión de lanzar una alternativa a Android se vio acelerada por la perspectiva de la prohibición de exportación.
En China se compran unos 400 millones de teléfonos al año, y su mercado es lo suficientemente grande como para persuadir a los desarrolladores de que vuelvan a escribir la mayoría de los 1.7 millones de aplicaciones nativas de Android para su propio sistema operativo. En ese momento, los consumidores de todo el mundo podrán elegir entre el sistema de Google y el de Huawei sin pérdida de funcionalidad. Hay suficientes gobiernos en el mundo, incluso en Europa, con rencor contra Google (por el espionaje a favor del régimen de Washington) para darle a Huawei una ventaja crítica en mercados importantes.

La respuesta de EE.UU. ha sido una vergüenza
El negocio de teléfonos móviles de Huawei es un asunto de gran volumen pero bajo margen, y auxiliar a sus principales objetivos estratégicos. La empresa china no se habría tomado la molestia de competir con Google si su acceso a Android no estuviera comprometido. Las compañías tecnológicas estadounidenses han hecho todo lo posible por explicarle al presidente Trump que la prohibición de Huawei puede perjudicarles más que a los chinos, y estas protestas parecen haber influido en Trump —que tuvo que retroceder en ese punto ante el presidente chino Xi Jinping, en la Cumbre de Osaka.
Sigo creyendo que EE.UU. no puede restringir efectivamente la difusión de una tecnología bajo el liderazgo chino, sin ofrecer un producto superior propio. El hecho de que EE.UU. haya intentado suprimir el liderazgo del mercado de Huawei en ausencia de cualquier competidor estadounidense en este campo, es uno de los casos más extraños en la historia de la política exterior de EE.UU. Si EE.UU. anunciara algo como un Proyecto Manhattan para banda ancha 5G y solicitara la cooperación de sus aliados europeos y asiáticos, probablemente obtendrían una respuesta entusiasta. Tal como están las cosas, los esfuerzos de EE.UU. para detener a Huawei se han convertido en una vergüenza.

Fuente: https://www.asiatimes.com/2019/07/article/us-china-tech-war-and-the-us-intelligence-community/
Traducción: A. Mondragón

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