El propietario de un petrolero japonés negó la explicación oficial de EE.UU. —de que el barco haya sido alcanzado por una mina— y dijo que la tripulación vio “objetos voladores” antes del ataque. Y como suele suceder en estos eventos, mientras unos veían la conmoción, otros sacaban ventaja del río revuelto.
Por Alexandr Mondragón
En otro caso del proverbio chino que dice: “El sabio señala la luna y el idiota mira el dedo”, esta semana el mundo se conmovió por un instante luego de que dos cargueros de petróleo fueron atacados en el Golfo de Omán e, inmediatamente, los mismos de siempre sacaron ventaja del incidente en medio de la distracción mediática —que ha sido desacreditado como un ataque de “bandera falsa”, para echarle la culpa a otros y tomar ventaja de la conmoción.
Para explicarlo veamos los hechos en forma cronológica.
En un escenario que, como es usual en las operaciones encubiertas de las agencias de “inteligencia y seguridad”, horas después de los ataques, ocurridos el jueves 13 de junio, la Marina de los EE.UU. parecía tener prueba para enfatizar lo que el Secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, había aludido en una declaración, al decir que imágenes del CENTCOM de la Armada de EE.UU. mostraban que el Islamic Revolutionary Guard Corps (IRGC) de Irán fue “captado en el acto” de tratar de eliminar una mina sin explotar del Kokuka Courageous, uno de los dos petroleros dañados en los ataques.
El CENTCOM (United States Central Command) dijo que el video, publicado por ellos, mostraba que el IRGC estaba sacando una mina de laca sin explotar del costado de uno de los petroleros, sugiriendo que Teherán había tratado de eliminar las pruebas de la “escena del crímen”.
Después de la publicación del video, Irán continuó negando cualquier participación en los ataques. Y alguien muy importante, al parecer, les está dando la razón.
La versión de EE.UU. desacreditada
En comentarios que tiraron por los suelos toda la narrativa oficialista del régimen de Washington, Yutaka Katada, el presidente de Kokuka Sangyo, el propietario y operador de Kokuka Courageous, dijo el viernes 14 de junio que no cree para nada la versión de Washington sobre lo sucedido.
En cambio, Katada dijo que el barco no fue dañado por una mina, sino por algún tipo de proyectil, como, por ejemplo, un torpedo. Y llamó falsos a los informes de un ataque con una mina, debido a que un artefacto de este tipo no daña a un barco sobre el nivel del mar, como lo que se vio con el Courageous.
Vieron “objetos voladores”
“Una mina no daña a un barco sobre el nivel del mar”, dijo Katada, presidente de Kokuka Sangyo, el propietario y operador del barco. “No estamos seguros de qué fue exactamente lo que impactó, pero fue algo volando hacia la nave”, dijo, dejando entrever que fue un proyectil lo que impactó en el carguero.
Según el CEO, los marineros a bordo del Courageous vieron “objetos voladores” justo antes del impacto del barco, lo que sugiere que el barco no fue dañado por minas, sino por objetos que podrían haber sido disparados desde la distancia.
Lo del proyectil es debido a un avistamiento sospechoso por parte de la tripulación, según Bloomberg News.
Los comentarios de Katada contradicen las acusaciones de un ataque a las minas hecho por Washington, aunque el CEO mencionó que su tripulación había detectado un barco de la Armada iraní cerca en el momento del ataque, aunque no dijo si fue antes o después.
Según CBS News, EE.UU. puede haber querido mostrar a Irán desplegando minas, porque Irán había utilizado previamente minas contra los petroleros en 1987 y 1988 en la “Guerra de los petroleros”, cuando la Marina de los EE.UU. escoltaba a barcos a través de la misma región.
¿Quiénes se han beneficiado?
¿Pero es plausible pensar que, más de 30 años después, se seguirían usando más mismas tácticas? En todo caso, lo que aquí cabe preguntarse una vez más es ¿quiénes están tratando de sacar ventaja de todo esto?
Para comenzar a responder la interrogante, primero hay que señalar que los analistas notaron de inmediato que el ataque ocurrió justo cuando líderes iraníes de alto rango se reunían con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, lo cual hace más sospechosos que los iraníes cometan semejante torpeza. En todo caso, como sugieren el sentido común, alguien quiso que los iraníes sean mal vistos por los japoneses. ¿Quién estaría interesado en eso? Pues nada más ni menos que los que salieron rápidamente con el dedo acusador que, al final, parecía más la nariz de Pinocho.
Los ataques y un negocio de armas
En segundo lugar, el ataque a los cargueros hizo que las industrias del complejo militar de EE.UU. no perdieran un suculento negocio, que corría el riesgo de perderse por la iniciativa de unos de los pocos senadores anti-establishment de EE.UU.
Un breve informe de Eric Garris, de AntiWar.com, indica que el incidente del ataque de un barco cisterna en el Golfo de Omán, sobre el cual Estados Unidos acusó a Irán, tuvo un impacto directo en los proyectos de ley ante el Senado que prohibirían la venta de armas a Arabia Saudita, Bahrein y Qatar.
Garris escribió que los ataques hizo los votos de los senadores a favor de la prohibición “se perdieran, a favor de continuar con la venta de armas”. Señaló que “algunos senadores cambiaron sus votos para matar el proyecto de ley”, luego las noticias de los ataques de los petroleros.
El senador Rand Paul ha liderado la lucha por prohibir las ventas de armas en Arabia Saudita y otros aliados del Golfo, pero luego de los ataques —bastante oportunos para el complejo de la industria militar— el Senado de EE.UU. rechazó el jueves (el día de los ataques) la propuesta del Senador Paul para bloquear las ventas de armamentos a Bahrein y Qatar.
Ataques y subida del precio del petróleo
Y tercero —como suele suceder en este tipo de eventos, que ya han ocurrido desde que el petróleo se comenzó a compran y vender exclusivamente en dólares, a mediados de los 1970’s— en apenas 24 horas, después de los ataques, agitaron los mercados de crudo y volcaron a los operadores de Wall Street hacia los bonos gubernamentales, el oro y el yen, que son considerados activos seguros, según informó Reuters.
El jueves, el valor del barril de Brent del mar del Norte para entrega en agosto subía $2,28 (+3.84%), a $6225. El barril de WTI para entrega en julio ganaba de su lado $1,86 dólares (+3.68%), a $53, después de haber estado a la baja en los días previos —lo que demuestra otra vez que los ataques fueron “bastante oportunos”.
Por su parte, las acciones de las compañías Exxon y Chevron subían cada uno más de 1% mientras las de los operadores de plataformas petroleras Helmerich y Payne subían 2% durante las cotizaciones de media jornada accionaria en la Bolsa de Valores de Nueva York en Wall Street; corazón histórico del distrito financiero de ese estado.
“Cada vez que se produce un incidente en el Golfo Pérsico se genera un poco de nerviosismo por el bloqueo de esa arteria en particular”, dijo el analista de CMC Markets, Michael Hewson. Pero esto tiene una traducción: Los verdaderos Lobos de Wall Street siempre sacan ventaja de todo esto —y en sacos llenos.
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