El aturdimiento escolar y el futuro en el siglo XXI

Durante un reciente programa de 60-Minutes de CBS, la Secretaria de Educación, Betsy DeVos, pasó la prueba de presentarse ante una inquisidora y visiblemente frustrada presentadora, Lesley Stahl, que trató de provocarla para que se autoinculpara de lo mal que está la educación pública en Estados Unidos.

Howard Kunstler / Kunstler.com

La triste verdad sobre las escuelas estadounidenses, sin embargo, es que son un espejo del doloroso colapso de la sociedad a la que supuestamente sirven, un proceso que se ha desarrollado varias décadas antes de que la Sra. DeVos apareciera en la escena.
La expectativa de que algún súper-regente puede o debe arreglar la educación pública, es una utopía de los medios de comunicación que buscan salvadores. La realidad es que cuanto más nos alejamos del Siglo XX, más anómalos son los principios educativos que rigieron el pasado siglo, en particular la idea de preparar a las masas de jóvenes para el trabajo masivo y regimentado a escala corporativa.

Masas escolares descontentas

Hay una gran divergencia subyacente entre las promesas de la escolaridad del siglo pasado —y que las “autoridades” aún mencionan— y el tipo de futuro que el siglo XXI nos está presentando actualmente —sin carreras o vocaciones plausibles, al margen de proporcionar “terapias” y vigilancia a las masas descontentas que anhelan la anomia y la búsqueda compensatoria del placer, con todos sus desagradables efectos secundarios.
Mientras tanto, estamos atrapados en escuelas gigantescas centralizadas, extremadamente costosas, desproporcionadas, donde las peores tendencias de la adoctrinada competencia humana se amplifican con los teléfonos inteligentes y las redes sociales —todo lo cual eclipsa el aprendizaje en el aula.

¿Cómo será el plausible futuro?

La educación en los años venideros está destinada a convertirse en un privilegio más que un derecho y, probablemente, dependerá más de lo mucho que un joven en particular desee educarse realmente, que simplemente juntar a las masas de niños desinteresados ​​o indispuestos para que aparezcan todos los días en algo así como una guardería poco supervisada. Pero es difícil dejar atrás los viejos hábitos y los arreglos obsoletos de las “autoridades escolares”, especialmente cuando hemos gastado miles de millones de dólares en ellos —y lograr muy poco en verdad.
Yo llamo al futuro un “Mundo hecho a mano”, porque va a ser completamente diferente a la fantasía robótica de la ciencia ficción, que actualmente preocupa a los líderes pensadores en esta cultura. Mucho de lo que se requerirá en el tiempo por venir será el trabajo físico y el trabajo calificado a pequeña escala en la artesanía tradicional. Nunca hubo tantas vacantes de trabajo para astronautas, ni siquiera en la década de 1960, y en las próximas décadas no habrá ninguna vacante espacial, a pesar del deseo de Elon Musk de colonizar Marte.

Dos preguntas a destacarse

Incluso si usted cree que el modelo actual de educación debe ser defendido y “arreglado”, hay dos preguntas que deben destacarse del interrogatorio a la Sra. DeVos. Una era la cuestión del comportamiento en el aula. Bajo el Sr. Obama, el Departamento de Educación lanzó una directiva para reducir las suspensiones de estudiantes negros e hispanos, porque estaban siendo castigados a un índice mayor que los blancos y los asiáticos, por lo que se veía mal —en la sociedad de las máscaras o apariencias.
Lesley Stahl trató de remarcar esta idea como si fuera una simple cuestión de animus racial.
“Digamos que hay una interrupción en el aula”, dijo, “y un grupo de niños blancos causan problemas y son castigados, ya sabes, los mandan donde el director; pero cuando son niños negros, ya sabes, llaman a la policía. Quiero decir, ese es el problema: Que niños interrumpen y cómo están siendo castigados”.

Evadiendo la verdad

Dudo que ocurra de esa manera. Por el contrario, es probable que haya más interrupciones entre los estudiantes negros, y probablemente una interrupción más violenta. Las razones pueden variar desde mala crianza (especialmente porque viven en hogares de padres ausentes), incapacidad de los estudiantes para expresarse (y la frustración subsiguiente) debido a malas habilidades lingüísticas que no se corrigen en la escuela, y la narrativa de la víctima que emana de las universidades y distorsiona la cultura en cualquier otro lugar. Pero decir que eso sería tildado de “racista”, por lo que las autoridades tienen que disimular acrobáticamente, es evadir la verdad y, al final, es el aprendizaje el que sufre.

Una era de “tribunales populares”

El otro problema fue la directiva de la era de Obama (lo llaman “Orientación”) para que la conducta sexual inapropiada sea procesada de una manera más agresiva por los colegios universitarios y las universidades. Eso condujo a una era de “tribunales populares” en los campus, descartándose el debido proceso legal a favor de los juicios al estilo medieval, donde el acusado no tenía derecho a un abogado y otras protecciones legales establecidas. Aparentemente, los productores de 60-Minutes pensaron que la directiva era una buena idea y que Betsy DeVos no debería intentar cambiarla.


Armando y fortificando a las escuelas

Por supuesto, los tiroteos escolares son el síntoma más impactante de que algo está terriblemente mal en el sistema que hemos creado para ocupar a los niños y los adolescentes. Será muy difícil hacer algo al respecto sin convertir los edificios en algo así como prisiones de seguridad mediana. Ya hemos logrado diseñarlos para que se vean así, pero ahora estamos hablando seriamente de convertir a los maestros en guardias armados. Y estoy seguro de que gastaremos miles de millones adicionales para fortificar las entradas con detectores de metales y oficiales que les importen. Eso solo causará que los distritos escolares estén un poco más cerca de la bancarrota.
Sentí un poco de pena por la Sra. DeVos. Ella parece entender, al menos, que la tendencia nos está alejando del sistema que conocemos actualmente, hacia un territorio inexplorado de organización social.


Traducción: A. Mondragón

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*