Mientras los agentes de la TSA continúan demostrando su incompetencia en la “Guerra contra el Terror”, el Departamento de Seguridad Nacional acaba de asignar $1 billón en fondos de los contribuyentes para crear un programa de reconocimiento facial, que escaneará ilegalmente las caras de los estadounidenses.
The Free Thought Project
Un estudio realizado por el Centro de Privacidad y Tecnología de la Universidad Georgetown Law, analizó los escáneres biométricos que están creando un banco de datos de las caras de las personas que salen del país en los aeropuertos de los Estados Unidos. Si bien en estos momentos solo se encuentran en los aeropuertos principales, la implementación completa en todo el país podría costar a los estadounidenses hasta $1,000 millones.
Un programa sin justificación
El estudio señaló que, si bien la “9/11 Response and Biometric Exit Account”, creada por el Congreso, tiene los fondos para el programa, “ni el Congreso ni el DHS jamás justificaron la necesidad del programa”.
Además del hecho de que el Congreso nunca proporcionó una razón por la cual el sistema es necesario en los EE.UU., el estudio afirmó que no solo es una agencia gubernamental derrochando $1,000 millones en un programa para aumentar las medidas de seguridad del país, a pesar de que no hay confianza en el programa, y no hay evidencia de que el programa que está implementando lo haga.
En un terreno legal inestable
También existe el hecho de que el programa requiere que los estadounidenses renuncien a sus libertades civiles, y nunca ha sido autorizado explícitamente por el gobierno. Como observaron los investigadores de la Universidad Georgetown Law:
“El programa biométrico del DHS también se encuentra en un terreno legal inestable. El Congreso ha ordenado en repetidas ocasiones la recopilación de los datos biométricos de los extranjeros en la frontera, pero nunca ha autorizado claramente la recolección de datos biométricos de los ciudadanos estadounidenses en las fronteras, usando la tecnología de reconocimiento facial.
“Sin una autorización explícita, el DHS no debería estar escaneando las caras de los estadounidenses cuando salen en vuelos internacionales, pero el DHS lo está haciendo de todos modos. El DHS también incumple con una ley federal que le exige llevar a cabo un proceso de reglamentación para implementar el programa de escaneo facial en los aeropuertos, un proceso que el DHS ni siquiera ha comenzado”.
Comete 1 error de cada 25 viajeros
El estudio también encontró que los escáneres biométricos utilizados por DHS no son confiables, y a menudo cometen errores. De hecho, “según los propios datos del DHS, los sistemas de reconocimiento facial del DHS rechazan erróneamente a 1 de cada 25 viajeros que usan credenciales válidas”. Esto significa que en los aeropuertos más concurridos del país, en una solo día se les podría negar a embarcar erróneamente a más de 1,500 viajeros.
Como The Free Thought Project ha informado, mientras que los escáneres biométricos se encuentran actualmente en los principales aeropuertos de Boston, Chicago, Houston, Atlanta, Nueva York y el Distrito de Columbia, el DHS ha dejado en claro que planean lanzar este programa a nivel nacional en enero del 2018.
Traducción: A. Mondragón
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