El infernal escándalo de lavado de dinero en Brasil, en la “Guerra Hibrida” del Estado Profundo Imperial

Ignacio Lula da Silva, ex presidente de Brasil. Foto Reuters

«El hombre es un animal que estafa, y no hay otro animal que estafe además del hombre».
Edgar Allan Poe

«Cuanto mayor la riqueza, más espesa la suciedad».
John Kenneth Galbraith

«La ley solo existe para los pobres; los ricos y los poderosos la desobedecen cuando quieren, y lo hacen sin recibir castigo porque no hay juez en el mundo que no pueda comprarse con dinero».
Marqués de Sade

Introducción
En uno de sus libros, Noam Chomsky escribió que algunas veces los ideólogos del poder suelen ser honestos. La razón es que “entre ellos no se pueden mentir”. Y sus propuestas a veces son sinceramente crudas.
“Tenemos aproximadamente el 60% de las riquezas del mundo, pero sólo el 6.3% de su población. En estas circunstancias no podemos dejar de ser objeto de envidia y de resentimiento. Nuestra verdadera tarea para los años venideros es crear un modelo de relaciones que nos permita mantener esta disparidad”, escribió George Kennan, Director del Departamento de Estado Planificación Política de Estados Unidos, en 1948.
En ese ” modelo de relaciones”, aplicando su exclusiva “Quinta y más importante libertad: la de saquear y explotar”, EE.UU. —o mejor dicho el Estado Profundo— no solo entrena militares para esas tareas contra los gobierno que no se alinean a los dictados de Washington, también invierte una fortuna en becas para los estudiantes extranjeros acudan a sus universidades, donde aprenden a pensar y actuar como le conviene a EE.UU., y luego ocupar altos cargos en sus países y efectúan la política estadounidense, incluyendo la corrupción.
“El 92% de las personas que pasan por el programa de intercambio de Estados Unidos ocupa después puestos en Parlamentos o en ONGs”, comenta Tara Sonenshine, subsecretaria de Estado para la Diplomacia Pública y Asuntos Públicos, por no citar a las familias de las élites en los países latinoamericanos que envían a sus hijos a estudiar a EE.UU.
En este contexto, hay que entender —más no sorprendernos— por qué Latinoamérica ha caído en las profundas garras del control imperial, donde la corrupción es, en gran medida, la herramienta por la cual son controladas las elites políticas y económicas que gobiernan los países del “patio trasero”. Como un ejemplo, esto es lo que revela el siguiente y excepcional artículo sobre la corrupción en Brasil, que —como dice enfáticamente su autor Pepe Escobar— puede ser la consumación del “proyecto geopolítico y geoeconómico” del régimen de Washington para “destruir la soberanía brasileña y convertirla en una subcolonia imperial” —y de esta manera, añadimos nosotros, quebrar a una de las naciones claves del proyecto euroasiático de los BRICS en la guerra por la Isla-Mundo; y que “América siga siendo de los (norte)americanos”, como lo advertimos en diciembre del 2017.

Por Pepe Escobar
Dos décadas después del hecho, un terremoto político que debería estar estremeciendo a Brasil se encuentra bajo un silencio atronador.
Lo que ahora se describe como las filtraciones de Banestado y el CC5gate viene directamente de clásico WikiLeaks: una lista, publicada por primera vez en su totalidad, mencionando nombres y detallando lo que es uno de los mayores casos de corrupción y lavado de dinero en el mundo, en las últimas tres décadas.
Este escándalo permite la sana práctica de lo que Michel Foucault caracterizó como la arqueología del conocimiento. Sin entender estas filtraciones, es imposible colocar en el contexto adecuado la sofisticada Guerra Híbrida desatada por Washington contra Brasil, comenzando con el espionaje de la NSA al primer mandato de la Presidenta Dilma Roussef (2010-2014), hasta la subsiguiente investigación de corrupción de Lavajato que causó el encarcelamiento de Lula y abrió el camino para la elección del neofascista Jair Bolsonaro como Presidente.

Una trama al estilo de George Orwell
La primicia de esta trama de la Guerra Híbrida , al estilo de George Orwell, se debe, una vez más, a los medios de comunicación independientes: el pequeño sitio web Duplo Expresso, dirigido por Rómulo Maya, un joven y atrevido abogado internacional con sede en Berna, que fue el primero en publicar la lista.
Un podcast épico de 5 horas reunió a los tres principales protagonistas que denunciaron el escándalo en primer lugar, a finales de los años 90, y que ahora son capaces de re-analizarlo: el entonces gobernador del estado de Paraná, Roberto Requiao; el fiscal federal Celso Tres; y el superintendente de la policía, ahora retirado, José Castilho Neto.
Previamente, en otro podcast, Maya y el antropólogo Piero Leirner, el principal analista de la Guerra Híbrida de Brasil, me informaron sobre las innumerables complejidades políticas de las filtraciones, mientras discutíamos la geopolítica en el Sur Global.
Las listas CC5 están aquí, aquí y aquí. Veamos qué es lo que las hace tan especiales.

El Mecanismo
Ya en 1969, el Banco Central de Brasil creó lo que se describió como una “cuenta CC5” para facilitar a las empresas y ejecutivos extranjeros, la transferencia legal de activos al extranjero. Durante muchos años el flujo de efectivo en estas cuentas no fue significativo. Luego todo cambió en la década de 1990 —con la aparición de una masiva y compleja mafia criminal centrada en el lavado de dinero.
La investigación original de Banestado comenzó en 1997. El fiscal federal Celso Tres se sorprendió al descubrir que de 1991 a 1996, no menos de $124 mil millones en moneda brasileña fueron transferidos al extranjero. Entre 1991 y el 2002 eso se disparó a la friolera de $219 mil millones —colocando a Banestado como partícipe de uno de los mayores esquemas de lavado de dinero en la historia.
El informe de Tres condujo a una investigación federal centrada en Foz do Iguacu, en el sur de Brasil, estratégicamente situada en la Triple Frontera de Brasil, Argentina y Paraguay, donde los bancos locales estaban lavando grandes cantidades de fondos a través de sus cuentas CC5.
Así es como funcionaba. Los traficantes de dólares de EE.UU. en el mercado negro, vinculados a empleados bancarios y gubernamentales, utilizaban una vasta red de cuentas bancarias a nombre de “pitufos” y empresas fantasmas, para blanquear fondos ilegales procedentes de la corrupción pública, el fraude fiscal y el crimen organizado, principalmente a través de la sucursal del Banco do Estado do Paraná en Foz do Iguacu. Así pues, el caso Banestado.

El dinero sucio en Nueva York
La investigación federal no fue a ningún lado hasta el 2001, cuando el superintendente de policía Castilho comprobó que la mayoría de los fondos estaban ingresando realmente en las cuentas de la sucursal de Banestado en Nueva York. Castilho llegó a Nueva York en enero del 2002, para realizar el seguimiento monetario internacional necesario.
Mediante una orden judicial, Castilho y su equipo revisaron 137 cuentas en Banestado Nueva York, rastreando $14.9 mil millones. En bastantes casos, los beneficiarios tenían el mismo nombre que los políticos brasileños que servían en el Congreso, ministros del gabinete e incluso ex presidentes.
Después de un mes en Nueva York, Castilho regresó a Brasil con un informe de 400 páginas. Sin embargo, a pesar de la abrumadora evidencia, él fue sacado de la investigación, que luego se suspendió durante al menos un año. Cuando el nuevo gobierno de Lula tomó el poder a principios del 2003, Castilho volvió a estar a cargo de la investigación.

“Tucano” en el Chase Manhattan
En abril del 2003, Castilho identificó una cuenta del Chase Manhattan particularmente interesante llamada “Tucano”, el apodo del partido PSDB dirigido por el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, quien estuvo en el poder antes de Lula y siempre mantuvo vínculos muy estrechos con las maquinarias políticas de Clinton y Blair.
Castilho fue instrumental en la creación de una Comisión de Investigación Parlamentaria sobre el caso Banestado. Pero una vez más, esta comisión no llegó a ninguna parte, ni siquiera a votar un informe final. La mayoría de las empresas involucradas negociaron un acuerdo con el Servicio de Impuestos Internos de Brasil y, por lo tanto, pusieron fin a cualquier posibilidad de acción legal con respecto a la evasión fiscal.

Banestado se encuentra con Lavajato
En pocas palabras, los dos partidos políticos más grandes, el PSDB neoliberal de Cardoso y el Partido de los Trabajadores de Lula —que nunca se enfrentaron realmente a las maquinaciones imperiales y a la clase rentista brasileña— enterraron en lo más profundo una investigación activa. Además, Lula, justo después de Cardoso, y consciente o conservando un mínimo de gobernabilidad, tomó una decisión estratégica de no investigar la corrupción de “Tucano”, incluida una serie de privatizaciones poco fiables.
Los fiscales de Nueva York, sin embargo, prepararon debidamente una lista especial de Banestado para Castilho, con lo que realmente importaba para un enjuiciamiento penal: el círculo completo del esquema de lavado de dinero, con (i) fondos remitidos ilegalmente fuera de Brasil utilizando las cuentas CC5, (ii) pasando por las sucursales en Nueva York de los bancos brasileños involucrados, (iii) llegando a cuentas bancarias offshore y fideicomisos en paraísos fiscales (por ejemplo, Caimán, Jersey, Suiza) y finalmente (iv) regresando a Brasil —completamente lavado— como “inversiones extranjeras”, para el uso y disfrute real de los beneficiarios finales que, en principio, sacaron el dinero fuera del país utilizando las cuentas CC5.

“La bolsa de cadáveres” para la extorsión
Pero luego el ministro de Justicia brasileño, Marcio Thomaz Bastos, designado por Lula, lo rechazó. Como el superintendente Castilho dice metafóricamente, “esto, deliberadamente, evitó que (él) volviera a Brasil en una pijama de madera”.
Bueno, mientras que Castilho nunca se apoderó de este documento crítico, al menos dos congresistas brasileños, dos senadores y dos fiscales federales, que luego alcanzarían la fama como “estrellas” de la investigación Lavajato, Vladimir Aras y Carlos Fernando dos Santos Lima, sí lo hicieron. Por qué y cómo los documentos, llamado la “La bolsa para cadáveres”, nunca llegó a los procesos penales en Brasil, es un misterio extra envuelto en todo el enigma.
Mientras tanto, hay informes “no confirmados” (varias fuentes no dejarían constancia de esto) de que el documento podría haber sido utilizado para extorsionar directamente a los individuos, en su mayoría multimillonarios, que figuran en la lista.
La salsa extra en la esfera judicial proviene del hecho de que el juez provincial a cargo de enterrar el caso Banestado, no era otro que Sergio Moro, una especie de Elliot Ness pero mafioso, que en la próxima década alcanzaría el estatus de superestrella como el capo di tutti de la investigación masiva de Lavajato y subsecuente Ministro de Justicia bajo Bolsonaro. Moro terminó renunciando y ahora ya está, de facto, haciendo campaña para presidente en el 2022.

Un juez que manipuló el informe
Y aquí llegamos a la conexión tóxica Banestado-Lavajato. Teniendo en cuenta lo que ya es de dominio público, sobre el modus operandi de Moro en Lavajato, ya que modificó los nombres en los documentos con el único objetivo de enviar a Lula a la cárcel, el desafío de ahora sería demostrar cómo Moro “vendió” las exculpaciones relacionadas con Banestado. Con una excusa legal muy conveniente: sin el “cuerpo” asesinado (para realizar formalmente un proceso penal en Brasil), nadie podría ser declarado culpable de asesinato.
A medida que nos sumergimos en detalles aterradores, Banestado se ve y se siente cada vez más como el hilo de Ariadne, que puede revelar el comienzo de la destrucción de la soberanía de Brasil. Una historia llena de lecciones aprendidas por todo el Sur Global.

El Rey del Mercado Negro de Dólares
Castilho, en ese podcast épico, hizo sonar las alarmas cuando se refirió a los $17 millones que habían transitado por la sucursal de Banestado en Nueva York y luego fueron enviados, de todos los lugares, a Pakistán. Castilho y su equipo descubrieron eso solo unos meses después del 11 de septiembre del 2001. Le envié algunas preguntas al respecto, y él respondió, a través de Maya, que sus investigadores lo desenterrarían nuevamente, mencionando que un informe indicaba el origen de estos fondos.
Esta es la primera vez que surge dicha información, y las ramificaciones pueden ser explosivas. Estamos hablando de fondos poco fiables, posiblemente de operaciones de drogas y armas, que dejan la Triple Frontera —Brasil, Argentina, Paraguay— que históricamente es el mejor sitio para las operaciones secretas de la CIA y el Mossad.
La financiación puede haber sido proporcionada por el llamado Rey de los Dólares del Mercado Negro, Dario Messer, a través de las cuentas CC5. No es ningún secreto que todos los operadores del mercado negro en la Tri-Frontera están conectados con el tráfico de cocaína a través de Paraguay, y también con los evangélicos. Esa es la base de lo que Maya, Leirner y yo ya hemos descrito como Cocaína Evangelistan.

El lavado y la “exuberancia irracional” de Wall Street
Messer es un engranaje indispensable en el mecanismo del reciclaje incorporado en el tráfico de drogas. El dinero viaja a los paraísos fiscales bajo protección imperial, se lava debidamente y resucita gloriosamente en Wall Street y la City of Londres, con la bonificación adicional de que Estados Unidos alivia parte de su déficit de cuenta corriente. Esta es una de las claves de la “exuberancia irracional” de Wall Street.
Lo que realmente importa es la libre circulación de cocaína —¿por qué no estar oculta en las extrañas cargas de soya, algo que viene con el beneficio adicional de asegurar el bienestar de la agro-industria? Esa es una imagen de cómo la CIA manejaba la heroína en Afganistán, como lo detallé aquí.
Sobre todo, políticamente, Messer es el notorio eslabón perdido para juzgar a Moro. Incluso el periódico principal O Globo se vio obligado a admitir, en noviembre pasado, que los negocios en la sombra de Messer fueron “monitoreados” sin parar durante dos décadas por diferentes agencias estadounidenses desde Asunción y Ciudad del Este en Paraguay. Moro, por su parte, es un operativo para dos agencias diferentes de EE.UU., el FBI y la CIA, más el Departamento de Justicia.
Messer puede ser el Joker en esta intrincada trama. Pero luego está el Maltese Falcon: solo hay un Maltese Falcon, ya que el clásico de John Huston lo inmortalizó. Y actualmente se encuentra en una caja fuerte en Suiza.

Documentos de Odebrecht manipulados
Estos son los documentos oficiales originales presentados por el gigante de la construcción Odebrecht a la investigación de Lavajato, que han sido indiscutiblemente “manipulados“, “supuestamente” por la propia empresa. Y “tal vez”, en complicidad con (el entonces) juez Moro y el equipo de acusación dirigido por Deltan Dallagnol. No solo, posiblemente, con el propósito de incriminar a Lula y personas cercanas a él, sino también —de manera crucial— eliminar cualquier mención de los individuos que nunca deberían ser sacados a la luz. O justicia. Y sí, lo has adivinado correctamente si piensas en el Rey del Mercado Negro de Dólares (respaldado por los EE.UU.).
El primer impacto político serio, después de la liberación de las filtraciones de Banestado, es que los abogados de Lula, Cristiano y Valeska Zanin, finalmente han solicitado oficialmente a las autoridades suizas que entreguen los originales.

A buscar los originales en Suiza
El gobernador Requiao, por cierto, fue el único político brasileño que le pidió públicamente a Lula, en febrero, que fuera a buscar los documentos en Suiza. No es de extrañar que Requiao fuera la primera figura pública en Brasil, que ahora le pide a Lula que haga público todo este contenido una vez que el ex presidente se apodere de él.
La lista real, no adulterada de Odebrecht de personas involucradas en la corrupción está llena de grandes nombres, incluida la élite judicial. Al enfrentar las dos versiones, los abogados de Lula finalmente podrán demostrar la falsificación de “evidencias” que condujo al encarcelamiento de Lula, pero también, entre otros acontecimientos, al exilio del ex presidente ecuatoriano Rafael Correa, el encarcelamiento de su vicepresidente, Jorge Glas , el encarcelamiento del ex presidente peruano Ollanta Humala y su esposa y, lo más dramático, el suicidio del dos veces ex presidente peruano Alan García.

La Ley Patriota Brasileña
La gran pregunta política ahora no es descubrir al maestro manipulador que enterró el escándalo de Banestado hace dos décadas.
Como lo detalló el antropólogo Leirner, lo importante es que la filtración de las cuentas CC5 se centre sobre el mecanismo de la burguesía brasileña corrupta, con la ayuda de sus socios políticos y judiciales, nacionales y extranjeros, para consolidarse como una clase rentista, pero aun así siempre sumisos y controlados por los archivos secretos “imperiales”.
Banestado tiene filtraciones y las cuentas del CC5 deben verse como el principio de la quiebra política de Lula (Nota del traductor: el gran aliado de China en el BRICS, como un puente para la expansión de las Nuevas Rutas de Seda en Latinoamérica). Esta es una guerra (híbrida) total, y parpadear no es una opción. El proyecto geopolítico y geoeconómico de destruir la soberanía brasileña y convertirla en una subcolonia imperial está ganando, sin duda alguna.
Una medida de la explosividad de las filtraciones de Banestado y las cuentas CC5 ha sido la reacción de varias reunión secretas y un silencio atronador, y eso abarca a los partidos de izquierda y los medios alternativos, supuestamente progresistas. Los principales medios de comunicación, para quienes el juez Moro es una vaca sagrada, lo interpretan, en el mejor de los casos, como una “historia antigua”, “noticias falsas” e incluso un “engaño”.

Desatar una bomba de neutrones
Lula se enfrenta a una decisión fatídica. Con el acceso a los nombres hasta ahora ensombrecidos por Lavajato, es posible que pueda desatar una bomba de neutrones y reiniciar todo el juego, exponiendo a una serie de jueces, fiscales, fiscales de distrito, periodistas y hasta jueces de la Corte Suprema vinculados a Lavajato. Generales que recibieron fondos de Odebrecht en el extranjero. Sin mencionar traer de vuelta a Messer, el Rey del Mercado Negro de Dólares, que controla el destino de Moro, a la primera línea. Esto significa señalar directamente con el dedo al Estado Profundo de EE.UU. No es una decisión fácil de tomar.
Ahora está claro que los acreedores del estado brasileño eran originalmente deudores. Al confrontar diferentes cuentas, es posible cuadrar el círculo en el legendario “desequilibrio fiscal” de Brasil, para saber, una vez más, como lo hizo exactamente esta plaga, con la intención de diezmar los activos del estado brasileño enfermo. El ministro de Hacienda, Paulo Guedes, un neo-pinochetista y fanático de Milton Friedman, ya advirtió que seguirá vendiendo compañías estatales como si no hubiera un mañana.

Cómo Guedes está vendiendo Brasil
El plan B de Lula sería cerrar algún tipo de acuerdo que enterraría todo el expediente, al igual que la investigación original de Banestado fue enterrada hace dos décadas, para preservar el liderazgo del Partido de los Trabajadores como una oposición domesticada, y sin tocar en lo absoluto el problema esencial: cómo Guedes está vendiendo Brasil.
Esa sería la línea favorecida por Fernando Haddad, quien perdió las elecciones presidenciales ante Bolsonaro en el 2018: una especie de Bachelet brasileño (la ex presidente de Chile), un neoliberal avergonzado que sacrifica todo para tener otra oportunidad de poder, posiblemente en el 2026.
Si se llevara a cabo el Plan B, esto impulsaría la ira de los sindicatos y los movimientos sociales: las clases trabajadoras brasileñas de carne y hueso, que están a punto de ser totalmente diezmadas por el neoliberalismo con esteroides, y la colusión tóxica de la versión brasileña de la Ley Patriota —inspirada en los Estados Unidos— con los esquemas militares para beneficiarse de la “Cocaine Evangelistan”.
Y todo eso después de que Washington, con éxito, casi destruyera al campeón nacional Petrobras, un objetivo inicial del espionaje de la NSA. Zanin, el abogado de Lula, también agrega, tal vez demasiado tarde, que la “cooperación informal” entre Washington y la operación Lavajato fue ilegal, de acuerdo con el decreto número 3.810 / 02.

¿Qué hará Lula?
Tal como está, a medida que se desarrollan las filtraciones de Banestado, ya se ha hecho una primera “lista VIP” de Banestado. Incluye al actual presidente del Tribunal Supremo Electoral, que también se desempeña como juez de la Corte Suprema, Luis Roberto Barroso, banqueros, magnates de los medios e industriales. Y ocurre que Deltan Dallagnol, fiscal de Lavajato, está muy cerca del juez neoliberal de la Corte Suprema en cuestión.
La lista VIP debe leerse como la hoja de ruta para las prácticas de lavado de dinero del 0.01% brasileño —que se estima aproximadamente en 20,000 familias que poseen cerca de un millón de millones de dólares de la deuda interna brasileña. Gran parte de esos fondos se reciclaron a Brasil como “inversión extranjera”, a través del esquema CC5 en la década de 1990. Y así es exactamente cómo explotó la deuda interna de Brasil.

El lavado aún está en progreso
Todavía nadie sabe, en detalle, dónde aterrizó el torrente de dinero dudoso habilitado por Banestado. Nunca se reconoció formalmente que la “bolsa para cadáveres” había sido traída de Nueva York y nunca llegó a materializarse en procesos penales. Sin embargo, el lavado de dinero todavía está en progreso, y por lo tanto el período de limitación no se aplica —por lo que alguien, cualquiera tendría que ser arrojado a la cárcel. No parece que ese sea el caso en el corto plazo, difícil.
Mientras tanto, habilitado por el Estado Profundo de EE.UU., las finanzas transnacionales y las élites compradoras locales, algunas con uniforme, otras con túnicas, el golpe de guerra híbrida en cámara lenta contra Brasil sigue en marcha. Y cada vez más, día a día, cerca del dominio de espectro total.
Lo que nos lleva a la pregunta clave final: ¿qué hará Lula al respecto?

Nota del Traductor: Joseph Fouché decía que «Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cuál es». Y en cuanto a la justicia, tal vez habría que recordar lo que una vez escribió Isaac Asimov: «Si fuese posible crear un robot capaz de ser funcionario civil, creo que haríamos un gran bien, ya que las Leyes de la Robótica le impedirían dañar a un ser humano, lo incapacitarían para la tiranía, la corrupción, la estupidez, el prejuicio».

Pepe Escobar es un analista geopolítico independiente, escritor y periodista. Escribe para The Roving Eye, Asia Times Online, y trabaja como analista para RT, Sputnik News y Press TV. Anteriormente trabajó para Al Jazeera.

Fuente: https://www.strategic-culture.org/news/2020/07/23/brazil-exclusive-the-money-laundering-scandal-from-hell-no-one-wants-to-talk-about/. El original fue publicado en https://asiatimes.com/2020/07/brazils-money-laundering-scandal-from-hell/
Traducción: A. Mondragón

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