El momento unipolar ha terminado

Algo extraordinario comenzó con una corta caminata en San Petersburgo el viernes (7 de junio) pasado.
Por Pepe Escobar
Después de un paseo, tomaron un bote en el río Neva, visitaron el legendario crucero Aurora y se detuvieron para examinar las obras maestras del Renacimiento en el Hermitage. Mirando los frescos del pasado, todo el tiempo se sentía como si estuvieran mapeando los entresijos de un nuevo mundo, emergente y multipolar.
El presidente chino, Xi Jinping, fue el invitado de honor del presidente ruso Vladimir Putin. Fue el octavo viaje de Xi a Rusia desde el 2013, cuando anunció las Nueva Rutas de Seda, o Belt and Road Initiative (BRI).
Primero estuvieron en Moscú, firmando múltiples acuerdos. Pero lo más importante fue una bomba de tiempo: Un compromiso para desarrollar el comercio bilateral y los pagos transfronterizos utilizando el rublo y el yuan, sin pasar por el dólar estadounidense.

Los conceptos claves entre China y Rusia
Luego, Xi visitó el Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF, por sus siglas en inglés), la principal reunión de negocios de Rusia, absolutamente esencial para que cualquiera pueda comprender los mecanismos hipercomplejos inherentes a la construcción de la integración euroasiática. Aquí abordé algunas de las principales discusiones y mesas redondas de SPIEF.
En Moscú, Putin y Xi firmaron dos declaraciones conjuntas, cuyos conceptos fundamentalmente claves son: “asociación integral”, “interacción estratégica” y “estabilidad estratégica global”.
En su discurso en San Petersburgo, Xi describió la “asociación estratégica integral”. Destacó que tanto China como Rusia estaban comprometidas con el desarrollo sostenible y ecológico con bajas emisiones de carbono. Vinculó la expansión del BRI como “consistente con la agenda de desarrollo sostenible de la ONU” y elogió la interconexión de los proyectos del BRI con la Unión Económica de Eurasia (EAEU). Enfatizó cómo todo eso era consistente con la idea de Putin de una Gran Asociación Euroasiática. Elogió el “efecto sinérgico” del BRI vinculado a la cooperación Sur-Sur.
Y, lo que es crucial, Xi destacó que China “no buscará el desarrollo a expensas del medio ambiente”; China “implementará el acuerdo climático de París”; y China está “lista para compartir la tecnología 5G con todos los socios”, en el camino hacia un cambio fundamental en el modelo de crecimiento económico.

Entonces, ¿qué pasa con la Guerra Fría 2.0?
Era obvio que esto se estaba gestando lentamente durante los últimos cinco a seis años. Ahora el acuerdo está a la vista. La asociación estratégica integral Rusia-China está prosperando; No como un tratado de aliados, sino como una hoja de ruta consistente hacia la integración de Eurasia y la consolidación del mundo multipolar.
El unipolarismo –a través de su Matrix de la demonización– aceleró por primera vez el giro de Rusia hacia Asia. Ahora, la guerra comercial impulsada por EE.UU. ha facilitado la consolidación de Rusia como el principal socio estratégico de China.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia debe estar preparado para desestimar las declaraciones, casi diarias, del presidente del Estado Mayor Conjunto, General Joseph Dunford, quien afirma que Moscú pretende utilizar armas nucleares no estratégicas en el teatro europeo. Es parte de un proceso continuo, ahora en marcha, de fabricar la histeria para atemorizar a los aliados de la OTAN con la “amenaza” rusa.
Es mejor que Moscú esté listo para esquivar y contrarrestar montones de informes como el último de la Corporación RAND, que describe —¿qué más se podía esperar?— la Guerra Fría 2.0 contra Rusia.
En el 2014, Rusia no reaccionó a las sanciones impuestas por Washington. Entonces, habría bastado simplemente con blandir la amenaza del incumplimiento del pago de la deuda externa de $700 mil millones. Eso habría matado las sanciones.

El mensaje “realista” a los europeos
Ahora, hay un amplio debate dentro de los círculos de inteligencia rusos sobre qué hacer en el caso de que Moscú se enfrente a la posibilidad de ser cortado del sistema de pagos financieros CHIPS-SWIFT.
Con algunas ilusiones sobre lo que puede pasar en el G-20 en Osaka, a finales de este mes, en términos de un gran avance en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, las fuentes de inteligencia me dijeron que el CEO de Rosneft, Igor Sechin, está preparado para enviar un mensaje más “realista” —si llega el momento de hacerlo.
Su mensaje a la UE, en este caso, sería dejarlos atrás y vincularse con China para siempre. De esa manera, el petróleo ruso se redirigiría completamente de la UE a China, haciendo que la UE dependiera completamente del Estrecho de Ormuz.

Guerra contra el milagro económico chino
Beijing, por su parte, parece haber absorbido finalmente que la ofensiva del actual régimen de Trump no es una mera guerra comercial, sino un ataque total y directo a su milagro económico, que incluye un impulso concertado para separar a China de los grandes sectores de la economía mundial.
La guerra contra Huawei —el complot contra la supremacía China del 5G— ha sido identificada como un ataque a la cabeza del dragón. El ataque a Huawei significa un ataque no solo a la tecnología, el mega-centro de Shenzhen, sino a todo el Delta del Río Perla: un ecosistema de 3 trillones de yuanes, que suministra los elementos básicos de la cadena de suministro china para fabricantes de alta tecnología.

La Comunidad del Anillo de Oro
Ni el auge tecnológico de China, ni los conocimientos hipersónicos incomparables de Rusia han causado un malestar estructural a Estados Unidos. Si hay respuestas, deberían venir de la élite de los Excepcionalistas.
El problema para Estados Unidos es el surgimiento de un formidable competidor en Eurasia, y lo que es peor, una asociación estratégica. Esto ha causado un modo de Paranoia Suprema entre la élite, que mantiene a todo el mundo como rehén.
En contraste, el concepto del Anillo de Oro de las Grandes Potencias Multipolares ha sido lanzado, por lo que Turquía, Irak, Irán, Pakistán, Rusia y China podrían proporcionar un “cinturón de estabilidad” a lo largo del sur de Rimland Asiático.
He discutido las variaciones de esta idea con analistas rusos, iraníes, pakistaníes y turcos, pero suena como una ilusión. Es cierto que todas estas naciones agradecerían establecer el Anillo de Oro; pero nadie sabe de qué manera se apoyaría la India de Modi –intoxicada con los sueños de tener el estatus de un Gran Poder como el quid de la fusión “Indo-Pacífico” de Estados Unidos.
Podría ser más realista suponer que si Washington no va a la guerra con Irán, porque el juego del Pentágono ha establecido que esto sería una pesadilla, todas las opciones están sobre la mesa, desde el Mar de China Meridional hasta el Indo-Pacífico más grande.
El Estado Profundo no se inmutará para desatar el caos concéntrico en la periferia de Rusia y China, y luego intentar avanzar para desestabilizar el corazón desde el interior. La asociación estratégica Rusia-China ha generado una gran herida a Occidente –les duele bastante sentirse forasteros en Eurasia.

Pepe Escobar es un analista geopolítico independiente, escritor y periodista. Escribe para The Roving Eye, Asia Times Online, y trabaja como analista para RT, Sputnik News y Press TV. Anteriormente trabajó para Al Jazeera.

Texto original: https://thesaker.is/the-unipolar-moment-is-over/
Traducción: A. Mondragón

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