El Nuevo Sistema Mundo Euroasiático se extiende a Europa Occidental

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo Charles Michel, la Canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés Emmanuel Macron y el presidente chino Xi Jinping son vistos en una pantalla durante una videoconferencia para aprobar un pacto de inversión entre China y la Unión Europea el pasado 30 de diciembre en Bruselas. Foto: AFP

China firmó un pacto con la Unión Europea y se adelantó a Biden, en medio de un vacío en el poder de Washington, D.C., entre un régimen que va de salida y otro intenta instalarse en medio de una tensión aún no resuelta por las pasadas elecciones presidencial. China y la Unión Europea tomaron la oportunidad para firma un inmenso pacto comercial —asegurando la extensión de la Gran Eurasia hacia Europa Occidental. El acuerdo se hizo desoyendo abiertamente la oposición de EU.UU. —que ya parece no importar mucho en las grandes decisiones geopolíticas globales que están formando el Siglo XXI.

Por David P. Goldman
Representantes del gobierno entrante de Biden intentaron y no lograron evitar que la Unión Europea firmara un tratado de inversión con China unos días antes de que terminara el 2020, según informó el diario alemán de centroderecha Die Welt. Un funcionario del gobierno alemán dijo que Europa quería darle un presente a Washington con los hechos consumados, antes de que la nueva administración pudiera tener la oportunidad de presionar a los europeos para que se alejen de China.
Después de siete años de negociaciones a menudo estancadas, la Canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron presionaron por un acuerdo final sobre el Acuerdo Integral de Inversión (CAI, por sus siglas en inglés), antes de que el nuevo gobierno estadounidense ocupe La Casa Blanca el 20 de enero.

Inversión europea en China
El tratado, que todavía requiere la ratificación del Parlamento Europeo, otorga a las empresas europeas de varios sectores económicos el derecho, en principio, a operar en China sin socios de empresas conjuntas locales ni transferencias de tecnología forzadas. Sigue habiendo problemas de aplicación –por ejemplo, un marco concreto para mediar en las disputas– pero es muy probable que el acuerdo provoque un auge en la inversión europea en China.
Diplomáticamente, el CAI es el segundo gran logro de Beijing en las relaciones económicas en los últimos dos meses, luego de la firma en noviembre de la Asociación Económica Integral Regional entre dieciséis naciones asiáticas —también en medio del vacío del poder del régimen de Washington, D.C.
“Los observadores se sorprendieron de que las negociaciones se desarrollaran tan rápido a medida que se acercaba el fin de año”, escribió Die Welt. “China también tenía interés en llevar las negociaciones a una conclusión antes de que Joe Biden, el ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, asumiera el cargo el próximo año. Biden había declarado que quería alistar a los europeos para que adoptaran una línea más dura contra China. Los miembros del equipo de Biden en Bruselas hicieron campaña contra el acuerdo con China, para poder ejercer más presión sobre China en futuras negociaciones”. No lograron nada.

Lo que murió antes de nacer
A principios de diciembre, el gobierno de Merkel envió una legislación al Bundestag alemán que permitiría a Huawei participar en el desarrollo de la nueva red 5G del país, ignorando las demandas estadounidenses de excluir al gigante chino de las telecomunicaciones.
El frente único de Occidente propuesto por Biden contra China parece que murió antes de incluso de germinarse, a pesar del creciente sentimiento anti-chino en Europa y los tensos intercambios diplomáticos entre Pekín y Berlín. El 1 de septiembre, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, protestó contra una severa advertencia china a la República Checa de “consecuencias”, después de que el presidente del Senado checo enfureció a Beijing con una visita oficial a Taiwán. “Ya pasaron los días en que China podía lanzar amenazas y de esta manera silenciar a otros [países], dijo Maas.

Cuestión de conveniencia económica
Una motivación clave en Berlín y París es la creciente dependencia económica de Europa del mercado chino. Hace cinco años, las exportaciones de Alemania a China ascendieron a algo más de la mitad de sus envíos a Estados Unidos, pero este año el volumen de exportaciones a China superó las ventas a Estados Unidos. China se convirtió en el mayor socio comercial de Alemania (por el volumen combinado de exportaciones e importaciones) en el 2018.
Las actividades de inversión de China en Alemania provocaron un rechazo del gobierno, ya que los inversores chinos compraron empresas industriales alemanas mientras que las regulaciones chinas bloquearon la inversión alemana en China. El gobierno de Merkel bloqueó varias adquisiciones chinas de alto perfil durante los últimos años.
“Desde el punto de vista alemán y europeo, la cuestión era un trato justo y equitativo”, explicó Tobias Kaiser en Die Welt. “Muchos sectores de la economía china estaban completamente cerrados a los inversores europeos y, en otros, las empresas se vieron obligadas a aceptar socios de empresas conjuntas chinas y a transferir conocimientos tecnológicos. Se supone que eso cambiará con el nuevo tratado, especialmente en el sector financiero, pero también en los servicios en la nube, los automóviles electrónicos, los vehículos híbridos y la atención médica. Las empresas europeas que quieran operar hospitales privados en China, no requerirán socios de empresas conjuntas en ciudades de más de 10 millones de personas”.

Dos grandes economías integradas
Varios sectores clave de la economía alemana están estrechamente integrados con China. Las ambiciones de los fabricantes de automóviles alemanes en el campo de los vehículos eléctricos dependen no solo de los consumidores chinos, que compran un tercio de sus automóviles a empresas alemanas, sino también de la tecnología de baterías china. Las empresas farmacéuticas alemanas han establecido empresas conjuntas con empresas chinas para utilizar la inteligencia artificial para investigar nuevos medicamentos. Y China es el mayor comprador de máquinas-herramienta alemanas.
El texto del tratado es una sorpresa para los observadores estadounidenses, cuya opinión consensuada sostenía que Europa quería distanciarse de China. En julio pasado, Thomas Wright publicó un informe para la Brookings Institution titulado “Europa cambia de opinión sobre China”. El informe concluyó: “En los últimos años, la Unión Europea y un puñado de otros países europeos se han alejado a regañadientes de una política de China organizada en torno al compromiso económico, hacia una política de limitar la influencia de China en Europa por razones estratégicas y de seguridad”. Los autores del reporte se equivocaron.

Una gran derrota para Washington
En una declaración del 30 de diciembre, Wendy Cutler y James Green, del Instituto de Política de la Sociedad de Asia, argumentan que el Acuerdo Integral sobre Inversiones frustrará los esfuerzos de Washington por aislar a China. “La UE, naturalmente, se convertirá en un firme defensor de la CAI, subrayando sus beneficios y avances. Esta postura será fundamental ya que busca la aprobación del Parlamento Europeo para que entre en vigor. Tendrá que desviar las críticas esperadas por no ir lo suficientemente lejos en la reforma estructural económica china, el acceso al mercado y los derechos de los trabajadores, que han dominado cada vez más la discusión sobre China en Bruselas y Estrasburgo. Esta necesidad de que la UE promueva y defienda públicamente el CAI probablemente iría en contra de un esfuerzo colectivo liderado por Estados Unidos, para frenar las prácticas injustas y estatales chinas”.
Además, Cutler y Green argumentan que “los líderes empresariales europeos elogiarán el panorama de inversiones chino, mientras se embarcan en inversiones de alto perfil de la UE en China en sectores como servicios financieros, vehículos eléctricos y telecomunicaciones, facilitados por la CAI”.

Nota del Editor: Así, con el pacto comercial CAI en marcha, se hace más evidente que —si a esto le sumamos la integración de Europa Occidental, la súper alianza Ruso-China, y la Asociación Económica Integral Regional entre dieciséis naciones asiáticas— el Nuevo Sistema Mundo Euroasiático, que nosotros propusimos hace poco más de tres años, está tomando forma y avanza lenta pero ineludiblemente para formar la Isla-Mundo ver aquí, aquí, y aquí —que Halford Mackinder previó en 1904, pero no para quienes el presento sino a favor de contra quienes lanzó.

La Isla-Mundo que Mackinder previó hace un siglo y que hoy China, Rusia y la Unión Europea lo están convirtiendo en una realidad.

David Paul Goldman es un economista, crítico musical y autor estadounidense, mejor conocido por su serie de ensayos en línea en el Asia Times bajo el seudónimo de Spengler.

Texto original: https://asiatimes.com/2020/12/europe-hurried-to-sign-china-pact-to-preempt-biden/
Traducción: A. Mondragón

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