El propio Trump confirmó nuestra primicia

Fueron 24 intensos días de 2017 en los cuales el mundo vio el surgimiento de un Nuevo Sistema Mundo bajo un comando euroasiático. Tres semanas después de que China demarcara su “Muralla Invisible” en Siria, dividiendo al mundo entre Eurasia y Occidente —que nosotros advertimos y difundimos—, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, admitió públicamente la demarcación de un nuevo mundo tripolar, declarando a China y Rusia como “potencias rivales”. Ocurrió durante el anuncio de su “Estrategia de Seguridad Nacional”. Sin embargo, quedó en evidencia que la nación norteamericana dejó de ser la “superpotencia indispensable” para el mundo. China ha tomado ese lugar. Se trata de “un poder dominante”, que “no es ni militar ni policial”… sino eminentemente económico y tecnológico.

Por Alexander Mondragón

¿Alguien podía imaginarse que en tan sólo 24 días —desde el 24 de noviembre al 18 de diciembre del 2017, tres semanas que él mundo recordará en los años y las décadas por venir— los líderes de las tres superpotencias más prominentes del planeta —China, Rusia y Estados Unidos— iban a notificar al mundo el inicio de un Nuevo Orden Mundial Tripolar?
¿Acaso el más afiebrado de los soñadores pudo anticipar que cada una de esas naciones iba a redefinir, según un nuevo orden de prioridad, el estratégico significado de “seguridad nacional”?
¿Cómo interpretar los tres actos en los que los líderes de las tres naciones —algunos con un lenguaje sutil y diplomático, pero firme y certero, y otros con canticos de una hegemonía decadente— hayan admitido, sin ambages, la demarcación de un nuevo mapa geopolítico y tal vez —para aquellos con una visión más perspicaz del pasado, presente y futuro— el inicio de un inédito Nuevo Sistema Mundo, como lo habían predicho Immanuel Wallerstein, hace más de tres décadas?
¿Por qué aparece la silueta intelectual del desaparecido Leroy Fletcher Prouty con una sentencia tan elocuente sobre el sistema que está por ser reemplazado: Un “poder dominante” que “no es ni militar ni policial”, que es “independiente”?
Todo parece indicar que ese modelo ha sido clonado por el dúo euro-asiático (Rusia-China), el cual ha partido de las debilidades y errores del capitalismo occidental, para crear un propio capitalismo tecnológico del Siglo XXI.

Tres Actos en Tres Semanas

El primer acto del nuevo escenario geopolítico global —como nosotros lo revelamos al mundo— fue “La Muralla Invisible” (https://www.tribunahispanausa.com/opinion/la-muralla-invisible-engulle-al-muro-de-donald-trump-el-dia-que-china-dividio-el-mundo-en-el-siglo-xxi/) que China trazó ante los ojos del mundo el viernes 24 de noviembre, al anunciar el envío de tropas militares de combate a Siria, una nación clave en el control geopolítico y geoeconómico de Oriente Medio.
El segundo acto fue la presencia del presidente ruso Vladimir Putin en Siria, el lunes 11 de diciembre, para anunciar la derrota militar de ISIS en Siria (https://www.tribunahispanausa.com/miscelaneo/ee-uu-en-guerra/rusia-se-saco-el-clavo-afgano-siria-el-vietnam-de-ee-uu-en-el-siglo-xxi/#.WjyYBXlG3V8) —lo que implícitamente significaba la derrota de EE.UU. en ese país, desde que es bien sabido que Washington dio todo su apoyo a los “rebeldes”, para derrocar al presidente sirio Bashar al-Assad (he aquí un ejemplo http://www.zerohedge.com/news/2017-12-15/weapons-went-cia-isis-less-two-months-new-study-reveals).
Mientras que el tercer acto ocurrió exactamente una semana después, el pasado lunes 18 de diciembre, cuando Donald Trump, el presidente de EE.UU., en un discurso sobre su “Estrategia de Seguridad Nacional”, declaró abiertamente que Rusia y China son “potencias rivales… que buscan desafiar la influencia, los valores y la riqueza estadounidense”.
¿Qué significa todo esto? ¿Qué es lo que realmente estamos viendo y viviendo sin, tal vez, darnos cuenta? ¿Cuál es el verdadero mensaje que están enviando los tres líderes mundiales al mundo y entre ellos? ¿Por qué están hablando de “Seguridad Nacional” y qué es lo que realmente estas dos palabras significan? ¿Será que el mundo que solíamos conocer se ha desvanecido bajo nuestro pies y se está edificando uno nuevo, sin que los “ciudadanos libres” tengan ni voz ni voto en el espejismo de la Democracia Manipulada, como la alentaba Edward Bernays hace 90 años en su libro La Propaganda (https://www.voltairenet.org/IMG/pdf/Bernays_Propaganda_in_english_.pdf)? ¿Cómo hay que entender el mensaje de Trump, escondido en un discurso de fuegos artificiales? ¿Será que estamos asistiendo —en tiempo real— a la desaparición del Sueño Americano entre un ayer glorioso y un mañana incierto? ¿Estamos viendo acaso el renacimiento de una civilización milenaria que —en su sabiduría— supo aparentar una inferioridad, para fomentar la arrogancia auto destructora de su enemigo?
En las respuestas a estas preguntas —aunque seguramente hay otras más— podemos comprender la arquitectura del Nuevo Sistema Mundo que controla nuestra existencia terrenal y cómo lo juegan sus planificadores y administradores en este complejo ajedrez geopolítico de múltiples dimensiones.

El débil eslabón del Sistema Mundo Capitalista

¿Qué significa todo esto? ¿Qué es lo que realmente estamos viendo y viviendo sin, tal vez, darnos cuenta?
Para poder entender la transición del mando de “Un Mundo” dentro de la fase final del Sistema Mundo Capitalista, como lo explicó Wallerstein a través de sus obras (un compendio de ellos puede encontrarse aquí https://is.cuni.cz/studium/predmety/index.php?do=download&did=87612&kod=JMMZ108), a continuación ofreceremos unos extractos de su libro “Utopistic” (https://www.amazon.com/Utopistics-Historical-Choices-Twenty-First-Century/dp/1565844572), publicado en 1999, para ofrecer un marco de referencia y entender esta era de transición:
“Comencemos con lo que es el elemento más fuerte del sistema hoy en día, pero que es, en efecto, el eslabón más débil del Moderno Sistema Mundo: la continua viabilidad del modo de producción capitalista. El Capitalismo es un sistema que permite y hace válido la infinita acumulación de capital. Ha sido maravillosamente exitoso en hacerlo en los últimos cuatrocientos o quinientos años. De hecho, en orden a mantener tal sistema, los capitalistas (o al menos algunos capitalistas) deben hacer grandes ganancias de sus inversiones. Y no es tan fácil hacer grandes ganancias como nosotros pensamos. Por una cosa, la competencia es hostil para hacer grandes ganancias, desde que los competidores bajan los precios y por consecuencia los márgenes de ganancias”.
Pero “Lo que nos interesa a nosotros no es el mecanismo por el cual ciertos capitalistas maniobran para ser más exitosos que otros en este difícil juego, sino sus implicaciones en el curso histórico del sistema. En los últimos diez a veinte años (entre los 1980’s y 1990’s), hemos visto un masivo asalto ideológico intentando, en todos lados, reducir los pagos de salarios e impuestos. Y, a causa de que este ataque ha tenido éxito, hemos perdido de vista que la reciente declinación de los salarios e impuestos ha sido a corto plazo y menor en el mediano y largo plazo [particularmente de los impuestos, muchos de los cuales son aplicados indirectamente], que continúan su asenso histórico globalmente, por razones estructurales”.
“Pero aquí hay otro elemento para colocar en el cuadro. Cuando el mundo se esté moviendo dentro del siglo XXI, indudablemente aquí habrá un resurgimiento (de otra fase) Kondratieff, una renovada expansión de la producción y empleo en la economía mundial, y además renovadas oportunidades para la inversión y la acumulación de capital. Esto establecerá una intensa competencia entre los Estados Unidos, la Unión Europea, y Japón —con China esperando en las cuerdas del cuadrilátero, Nota del Traductor— para decidir quién de ellos será el principal beneficiario de este resurgimiento y para servir como el lugar primario de la acumulación de capital”.

Del “Invierno” occidental a la “primavera” oriental

Es irónico saber que el ruso Nikolai Kondratieff murió por lo que él creía que era la verdad. En su trabajo académico, él propuso que el sistema capitalista no colapsaría como resultado de la Gran Depresión de 1929. Una verdad que Stalin no quiso escuchar, por lo tanto Kondratieff fue fusilado por orden del dictador en 1938 y su trabajo reprimido por más de dos décadas. ¿Qué fue lo que Kondratieff encontró?
Él descubrió lo que los economistas conocen como “Ondas de Kondratieff”, también llamadas ciclos largos de la actividad económica, descritas como fluctuaciones cíclicas de largo plazo, cuya duración de cada onda o ciclo largo varía entre 47 y 60 años, durante los cuales se alternan un período de alto crecimiento (primavera y verano), en el cual las coyunturas de prosperidad son más marcadas y duraderas, y un período de crecimiento relativamente lento (otoño), en el cual las crisis son más fuertes y las depresiones más prolongadas, y finalmente un (invierno) periodo de declinación.
No cabe ninguna duda de que las obras de Kondratieff y Wallerstein fueron traducidas al mandarín. Los chinos observaron las cuatro ondas Kondratieff de los EE.UU. a lo largo de su historia y, con la previsión de la debilidad intrínseca de la acumulación infinita del capitalismo, señalada por Wallerstein, se prepararon para la llegada del “invierno Kondratieff” estadounidense, a partir del 2,000, y emprendieron su propia “primavera Kondratieff”, desde donde ellos avizoran el verano con un Nuevo Sistema Mundo —nuevo en su estructura geopolítica y administrativa, más no en su esencia económica. Los chinos compatibilizaron ese vasto aprendizaje con los avances tecnológicos y científicos de las últimas tres décadas.

El “invierno Kondratieff” estadounidense

Con base a un análisis del Profesor W. Thompson, de la Universidad de Indiana University, “los ciclos largos” de Kondratieff “tienen casi mil años de evidencia de respaldo”. Entonces, “sí aceptamos el hecho de que la mayoría de los inviernos en los ciclos Kondratieff duran 20 años”, como se indica en la tabla que aparece en https://www.financialsense.com/contributors/christopher-quigley/kondratieff-waves-and-the-greater-depression-of-2013-2020, esto indicaría que en el 2017, EE.UU. estaría en su fase final “del invierno de Kondratieff que comenzó en el año 2000”.
Cuando Thompson publicó esta predicción en el 2012, él señaló que “con toda probabilidad nos moveremos desde una ‘recesión’ (que se inició en el 2008) a una fase de ‘depresión’ en el ciclo alrededor del año 2013 y debería durar hasta aproximadamente 2017-2020”. Y, por las nuevas evidencias que se tienen hoy en día, al parecer acertó.
Es más, el estudio de un economista de la Universidad de California-Berkeley, publicado en noviembre del 2016, dice que “con los bajos niveles actuales de crecimiento laboral, regiones enteras de Estados Unidos, que fueron las más afectadas por la Gran Recesión (del 2008), no volverán a los niveles de empleo ‘normales’ hasta los años 2020. Esto equivale a ‘más de una’ década perdida ‘de empleo deprimido’ para la mitad del país”, escribió el economista Danny Yagan. (https://www.globalresearch.ca/new-study-says-entire-regions-of-us-will-remain-in-slump-until-the-2020s/5515543 y https://eml.berkeley.edu/~yagan/EnduringImpact.pdf)
Y las predicciones invernales no se detienen aquí: “La historia económica moderna de EE.UU. predice que la próxima crisis ocurrirá en 2018-2020”, de lo cual se “Debe vigilar las señales de advertencia”, entre las cuales están las “burbujas” en los mercados de valores y la “exuberancia irracional” —como la que hubo a mediados de los 2,000— que puede “duras meses”, tal vez “un año o dos”, pero “no puede durar para siempre”. (https://www.thebalance.com/u-s-economic-crisis-3305668)
Incluso, hasta los propios chinos saben que “Estados Unidos ha caído desde el pico de la hegemonía económica y no puede cambiar la tendencia del desarrollo plural de la economía mundial en el siglo XXI, incluso si su economía pudiese resurgir”, y aunque admiten que “Estados Unidos sigue siendo fuerte y será testigo de un período bastante largo de desarrollo a raíz de la nueva revolución científica y tecnológica” (http://www.ciis.org.cn/english/2011-11/18/content_4635120.htm), es obvio que les conviene ya que EE.UU. es el principal consumidor de los productos que ellos fabrican —desde las banderitas de EE.UU. hasta alimentos procesados, pasando por toda la gama de productos tecnológicos que los estadounidenses adquieren con avidez.
Hasta aquí, en esencia, está el marco de referencia desde el cual podemos comprender mejor las respuestas a las dos siguientes preguntas.

Diseccionando las palabras para encontrar su luz

¿Cuál es el verdadero mensaje que están enviando los tres líderes mundiales al mundo y entre ellos? ¿Por qué están hablando de su “Seguridad Nacional” y qué es lo que realmente significa estas dos palabras?
Como señalamos al principio de este ensayo, en el tercer acto de los 24 días en que cambiaron el mundo, el presidente Trump —en una clara respuesta a la demarcación de un nuevo mapa geopolítico y económico global— ofreció un discurso sobre su “Estrategia de Seguridad Nacional” que emprenderá su gobierno. Ahí declaró abiertamente que Rusia y China son “potencias rivales… que buscan desafiar la influencia, los valores y la riqueza estadounidense”.
¿Cómo entender y evaluar este discurso en un momento de la historia donde China es virtualmente la primera economía real del planeta —y no ficticia en los bonos de papel de las bolsas de valores? (https://www.weforum.org/agenda/2016/12/the-world-s-top-economy-the-us-vs-china-in-five-charts/)
En primera instancia, sí leemos literalmente el discurso de Trump (https://www.whitehouse.gov/briefings-statements/remarks-president-trump-administrations-national-security-strategy/), es probable deducir que fue un discurso muy agresivo contra China y Rusia, cuyos voceros denunciaron que la nueva estrategia tiene una “mentalidad de Guerra Fría”, y remarcando que el presidente Trump exhibía un “carácter imperialista”, al presentar a ambos como competidores globales.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, dijo que Estados Unidos necesitaba abandonar la noción “obsoleta” de que los objetivos de China eran un juego de suma cero con los estadounidenses, diciendo que solo está perjudicando a todos en la región.
Mientras que el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, criticó la visión de Estados Unidos de un “mundo unipolar” y expresó su descontento con que Estados Unidos afirme que Rusia es una “amenaza para la seguridad de Estados Unidos” en el futuro. (http://www.herald.co.zw/china-russia-slam-trumps-cold-war-mentality/)

Una rendición ante el 1%

¿Será que el mundo que solíamos conocer se ha desvanecido bajo nuestro pies y se está edificando uno nuevo, sin que los “ciudadanos libres” tengan ni voz ni voto en el espejismo de la Democracia Manipulada, como la alentaba Edward Bernays hace un siglo atrás? ¿Cómo hay que entender el real mensaje de Donald Trump, escondido en un discurso de fuegos artificiales?
Otra lectura del discurso de Trump es la admisión de que EE.UU. ha fracasado como sociedad, es decir, como lo predijo Wallerstein, dio lugar a “una polarización” que, en su última fase Kondratieff, amplió “aún más la brecha” entre los ricos y los pobres, que en los EE.UU. comenzó lenta, pero paulatinamente, en la década de los años 1970’s.
De lo anterior es cómo puede comprenderse la crítica desde el lado norteamericano, que afirma que: “Trump se ha rendido ante los verdaderos gobernantes de América: los poderosos grupos de interés como el complejo militar / de seguridad… los contaminadores ambientales, Wall Street y los bancos demasiado grandes para quebrar”, según escribió el economista y autor Paul Craig Roberts, quien fue subsecretario del Tesoro de EE.UU. durante el gobierno de Ronald Reagan.
Y es interesante apreciar la perspectiva del Dr. Roberts, porque la misma revela algunos aspectos del por qué Estados Unidos se encuentra en el “invierno Kondratieff” y su arrogancia autodestructiva. He aquí algunos extractos de su opinión:
“Él dice que ahora Washington —bajo su presidencia— está sirviendo a los ciudadanos. En cuanto a la ley de impuestos, debe significar que los ciudadanos a quién está sirviendo es el uno por ciento”.
“Luego asocia que hacer a Estados Unidos primero es con más dinero para los militares”.
“Luego Trump anuncia la propaganda del establishment de que el desempleo está en su punto más bajo y el mercado de valores en su punto más alto. Entonces, ¿de qué va a rescatar Trump a la clase media si el desempleo está en su punto más bajo? ¿Qué pasó con el caso de Trump contra la deslocalización de los empleos?”.
“Esto no es más que palabras para sentirse bien. Trump repite las mentiras porque las mentiras lo hacen verse bien. Lo que Trump debería estar haciendo es señalar la insignificancia de la tasa de desempleo, porque no incluye a los desempleados, solo a los pocos que buscaron trabajo en las últimas 4 semanas. Debería señalar que el mercado bursátil no es un signo de una economía en crecimiento, sino un signo de creación masiva de dinero por parte de los bancos centrales de los EE.UU., la UE, el Reino Unido y Japón. La impresión masiva de dinero ha provocado la compra de los activos en papel, lo que ha elevado su precio y enriquecido aún más al uno por ciento”.
“Mi conclusión es que Trump se ha rendido ante los verdaderos gobernantes de América: los poderosos grupos de interés como el complejo militar / de seguridad, el Lobby de Israel, los contaminadores ambientales, Wall Street y los bancos ‘demasiado grandes para quebrar’… Los estadounidenses, independientemente de a quién elijan, no tienen voz, ni aportes, ni representación”. (https://www.paulcraigroberts.org/2017/12/19/trumps-national-security-speech/).
Hasta aquí la disección de los fuegos artificiales que fueron las palabras de Trump para sus compatriotas y los poderosos grupos de interés. Sin embargo, como decía Fulcanelli:
“Qué maravillas insospechadas podríamos encontrar si supiéramos cómo diseccionar las palabras, despojarlas de sus ladridos y liberar el espíritu, la luz divina que está dentro”.

La verdadera “Seguridad Nacional” de EE.UU.

Cuando Trump menciona a Rusia y China como “potencias rivales… que buscan desafiar la influencia, los valores y la riqueza estadounidense”, hay que alertar al lector que la “seguridad nacional” no se refiere única y exclusivamente a la cuestión puramente militar. Qué Trump haya usado su discurso para presentar su “Estrategia de Seguridad Nacional” (https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2017/12/NSS-Final-12-18-2017-0905.pdf) tiene otro mensaje y es en este contexto que se debe leer con suma atención las siguientes frases que él dijo:
“Quiero hablar sobre dónde estuvimos, dónde estamos ahora y, finalmente, nuestra estrategia sobre hacia dónde vamos en los próximos años”.
“…nuestros líderes en Washington negociaron acuerdos comerciales desastrosos que trajeron enormes ganancias a muchas naciones extranjeras, pero enviaron miles de fábricas estadounidenses, y millones de empleos en Estados Unidos, a esos otros países”. 
“Entregaron nuestra soberanía a burócratas extranjeros en capitales lejanas y lejanas”.
“Esta estrategia reconoce que, nos guste o no, estamos inmersos en una nueva era de competencia”.
“Sabemos que el éxito estadounidense no es una conclusión obvia. Debe ser ganado y debe ser ganado. Nuestros rivales son duros, tenaces y comprometidos a largo plazo”.

¿De qué “Seguridad Nacional” está hablando Trump?

¿Será que estamos asistiendo —en tiempo real— a la desaparición del Sueño Americano entre un ayer glorioso y un mañana incierto? ¿Estamos viendo acaso el renacimiento de una civilización milenaria que —en su sabiduría— supo aparentar una inferioridad, para aumentar la arrogancia auto destructora de su enemigo?
El concepto de seguridad nacional va muchos más allá de la defensa del territorio nacional y /o las regiones controladas por un poder hegemónico, como lo es EE.UU., y cubre en particular la seguridad de sus ciudadanos, en un entorno geoestratégico y geopolítico para controlar su estabilidad industrial, económica y financiera que le permiten mantener su supremacía.
Y es aquí muy importante citar lo que al respecto escribió Fletcher Prouty, en su opus “The Secret Team: The CIA and Its Allies in Control of the United States and the World”, donde, en su segunda edición de 1990, advertía lo siguiente:
“A medida que emerge esta infraestructura de Un Mundo, aumenta el porcentaje de nuestra dependencia total de la capacidad de producción de alimentos a distancia, a la capacidad de producción en masa y los medios de transporte de enormes compañías que operan bajo la orientación de políticas globales de organizaciones como el Chartered Institute of Transport en Londres y la comunidad bancaria internacional. Como individuos, pocos de nosotros tendríamos idea de dónde conseguir una hogaza de pan o una yarda de tela que no sea en un supermercado y una tienda departamental… y todos dependemos de alguna forma del transporte eficiente, energía eléctrica, combustible en la gasolinera, y una capacidad de fabricación y versatilidad ilimitadas. Deje que el sistema colapse, en cualquier punto, y todos nosotros seremos impotentes. Un sistema de trabajo cooperativo es esencial para la supervivencia; sin embargo, en general es un sistema sin liderazgo y guía.
“Al mismo tiempo, la granja familiar tradicional, e incluso granjas comunitarias e industrias, casi han desaparecido de la escena. Esto ha creado, al menos en lo que llamamos, las naciones avanzadas, la escasez de agricultores y de personas que tienen esa experiencia básica junto con la requerida en las industrias de alimentos y productos para el hogar.
Además, a medida que esta tendencia se amplía, el transporte de productos agrícolas se asigna cada vez más a la industria del transporte por carretera, que tiene sus límites terrestres… principalmente aplicados a los límites de tonelaje de los puentes rurales y la disponibilidad económica del petróleo.
“Como resultado, algo tan simple como una huelga de la industria de camiones que mantiene fuera a los camiones de cualquier ciudad durante setenta y dos horas o más, provocará disturbios por inanición y alimentos. Ninguno de nosotros sabe dónde conseguir comida, si no está en el supermercado cercano; y si tenemos un suministro almacenado de alimentos encerrados en el sótano, simplemente seremos el blanco de aquellos que no lo tienen.
“La comida es la fuerza motriz máxima. En condiciones tan predecibles, habrá oleadas de masacre y, finalmente, el canibalismo. El hombre debe comer, y la única forma en que puede obtener alimentos adecuados es mediante la cooperación y los medios para transportar y distribuir alimentos y otras necesidades básicas. Este papel esencial se está reduciendo más allá de la frontera. La falta de suministros de alimentos ya ha resultado en una forma de genocidio encubierto en muchos países. [La Venezuela de hoy es un ejemplo.] Otras carencias esenciales siguen inevitablemente.
Como dijo Rudyard Kipling: ‘El transporte es la civilización’. Lo opuesto es igualmente cierto: ‘Sin un transporte confiable, estamos reducidos al estado de barbarie’. 
“Nos guste o no, ahora vivimos en una nueva era de ‘Un Mundo’. Esta es la era de las empresas globales, de las comunicaciones y transporte mundiales, del suministro y las finanzas mundiales de alimentos… a la vuelta de la esquina… la acomodación global de los sistemas políticos. En este sentido, no hay mercados nacionales, mercados aislados ni mercados fuera de la red global. Es hora de enfrentar el hecho de que la verdadera soberanía nacional ya no existe. Vivimos en un mundo de grandes negocios, grandes abogados, grandes banqueros, incluso ultra-poderosos banqueros y grandes políticos. Es el mundo de ‘The Secret Team’.
“En un mundo así, el ‘Secret Team’ es un poder dominante. No es ni militar ni policial. Es encubierto, y el mejor (o peor) de ambos. Hace el trabajo si tiene autorización y dirección política, o no. Es independiente. No tiene ley”. (http://www.paranoiamagazine.com/wp-content/uploads/2013/02/THE%C2%A0SECRET%C2%A0TEAM.pdf),
Entonces, la seguridad nacional no se trata simplemente de tener un complejo industrial militar/seguridad, para proteger a los ciudadanos de “ataques terroristas” —reales o fabricados (https://www.scribd.com/document/54615928/11S-falso-terrorismo-Made-in-USA)—, sino también de otros aspectos más vitales y esenciales para la humanidad como lo es la alimentación y el cubrimiento de otros aspectos esenciales de la vida. Entonces: ¿Quién alimentará al mundo en el Siglo XXI y quien está asumiendo el rol de tenerlo a escala global?

La seguridad alimentaria del mundo en manos de China

En un reporte escrito por Colin A. Carter y Sandro Steinbach, de la Universidad de California, titulado “China’s Growing Role in Agricultural Trade”, ellos escribieron:
“China produce más del 20% de los cereales del mundo, el 25% de la carne del mundo y el 50% de las verduras del mundo. China es la economía agrícola más grande del mundo, y se clasifica como el principal productor mundial de carne de cerdo, trigo, arroz, té, algodón, tomates, patatas, huevos, lana, manzanas, nueces y pescado, etc. De hecho, el valor anual de la producción agrícola de China es aproximadamente dos veces y media el total de los Estados Unidos”. (https://s.giannini.ucop.edu/uploads/giannini_public/57/55/5755282f-2c91-42b2-bf08-b1e286cb2d22/v17n1_3.pdf). Eso era con cifras del 2011. Y los chinos han seguido avanzando con pasos agigantados.
En un artículo titulado “Farming the World: China’s Epic Race to Avoid a Food Crisis”, publicado por Bloomberg News, el 22 de mayo del 2017, se citaba lo siguiente:
“Los 1,400 millones de habitantes de China están desarrollando un apetito que está cambiando la forma en que el mundo crece y vende alimentos. La dieta china se está pareciendo más a la del estadounidense promedio, obligando a las compañías a buscar en el planeta todo, desde tocino hasta plátanos.
“Pero los esfuerzos de China para comprar o arrendar tierras agrícolas en países en desarrollo, demuestran que la construcción de granjas y ranchos en el extranjero no será suficiente. El crecimiento de las poblaciones en Asia, África y América del Sur agregará otros 2 mil millones de personas en una generación y también necesitarán más alimentos.
“Eso deja a China con un claro ultimátum: si va a tener suficientes alimentos asequibles para su población en la segunda mitad de este siglo, deberá asegurarse de que el mundo produzca alimentos para 9 mil millones de personas.
“Su respuesta es la tecnología”.
“La industria agrícola de China, desde las pequeñas parcelas de arroz atendidas por abuelos de 70 años hasta las gigantes compañías que están comenzando a desafiar a jugadores globales como Nestlé SA y Danone SA, está experimentando una revolución que puede ser tan influyente como la transformación industrial que reescribió el comercio global”.
“El cambio comenzó hace cuatro décadas cuando el país comenzó a reformular sus sistemas de producción y empresa privada. Esas reformas precipitaron un auge económico, impulsado por las fábricas, la inversión y las exportaciones, pero los cambios en la granja fueron igual de dramáticos”.
“Las reformas agrarias levantaron la producción de granos como el arroz y el trigo, y millones se unieron a una clase media rica que comía más verduras y carne de cerdo y deseaba lujos raros como la carne de vaca y la leche”. (https://www.bloomberg.com/graphics/2017-feeding-china/)

Alitas de pollo “Made in China”

Entonces, es claro que los chinos entendieron el mensaje de L. Fletcher Prouty, y su estrategia geoeconómica global es evidente: Sí controla la alimentación del planeta, tendrá en sus manos el control de los gobiernos del planeta —sin balas, aviones, tanques, portaviones, drones y ejércitos invasores, como lo hizo Estados Unidos en Oriente Medio, en lo que va del presente siglo, por lo que la inversión de Trump “en nuestra defensa, casi US$ 700 mil millones, un récord, este próximo año”, para “una fuerza extraordinaria, que con suerte conducirá a una paz larga y extraordinaria”, resulta una estrategia de seguridad nacional inútil.
La paz no se logra a través de la violencia, tal vez sí con una buena mesa servida para todos los comensales.
Y la nota irónica es que cuando el presidente Trump dijo: “…nuestros líderes en Washington negociaron acuerdos comerciales desastrosos”, y “Entregaron nuestra soberanía a burócratas extranjeros en capitales lejanas”, no le falta razón.
“¿Sabe usted de donde vienen los trozos de pollo empanizados?”, pregunta el autor Michael Snyder a sus lectores en el 2013. Y respondía: “A finales de agosto pasado, el gobierno de Obama en silencio decidió comenzar a permitir que las avícolas chinas envíen pollo procesado a los Estados Unidos”. (https://www.tribunahispanausa.com/economia/alitas-de-pollo-made-in-china-cortesia-de-mr-obama/#.WjxjFHlG3V8)

Merry Christmas: Made in China

Y los alimentos es sólo una parte de la nueva dominación oriental. Esta comenzó a acelerarse desde mediados de los 1990’s cuando —en los albores de la “Primavera Kondratieff” china— se inició la transferencia tecnológica e industrial desde los Estados Unidos a China, aprovechando magistralmente “el eslabón más débil del Moderno Sistema Mundo: la continua viabilidad del modo de producción capitalista”, ofreciendo su mano de obra barata a raudales y la creación de grandes ciudades industriales y financieras. He aquí un ejemplo de cómo lo hicieron:
“Cuando los primeros escáner de la marca Apple se fabricaban en California, EE.UU., su valor excedía los $2,000 a principios de los 1990’s. Cuando la producción (de escáneres) se trasladó al exterior y el producto se diversificó a otras marcas, ya en la década de los 2,000’s, los escáner (producidos en China y vendidos en EE.UU.) costaban entre 20 a 10 veces menos, o incluso las regalaban con la compra de una PC”.
Y la voracidad consumista de los estadounidenses —porque el consumo es el motor de la economía estadounidense— causó que ya en 2014: “El déficit comercial de Estados Unidos con China ha(bía) causado la pérdida de 3.2 millones de puestos de trabajo… desde que China se unió a la Organización Mundial del Comercio en el 2001, según un informe del Instituto de Política Económica. El grupo de expertos dijo 2.4 millones, o el 75 por ciento, fueron puestos de trabajos en fábricas”. (https://www.tribunahispanausa.com/economia/made-in-china-le-ha-costado-3-2-millones-de-trabajos-a-ee-uu/#.WjyF1XlG3V8)
Y la tendencia ha continuado: “Esta semana nos enteramos de que las importaciones de China alcanzaron un récord histórico en octubre (2017), y esa fue una de las principales razones por las que nuestro déficit comercial llegó a los asombrosos US$48,700 millones durante ese mes. Año tras año compramos muchas más cosas del resto del mundo de las que nos compran, y esto nos está empobreciendo sistemáticamente”, escribió Michael Snyder, en The Economic Collapse. (https://www.tribunahispanausa.com/economia/la-felicidad-consumista-de-estados-unidos-depende-de-china/)

¿Quién tiene en sus manos al nuevo “Team Secret”?

Entonces, en “una renovada expansión de la producción y empleo en la economía mundial”, como escribió L. Fletcher Prouty en 1990, la cuestión obvia es: ¿Quién tiene en sus manos al nuevo “Team Secret” que está comenzando a dominar la “seguridad nacional” del mundo en el Siglo XXI?
Al parecer, la estructura y los secretos de “Team Secret” occidental comenzaron a ser clonados durante la transferencia tecnológica e industrial de los EE.UU. a China y, detrás de la Muralla Invisible, ya existe un nuevo “Team Secret” con un aroma a sabiduría oriental.
Es en este contexto que debe entenderse porque Trump habla de una “Estrategia de Defensa Nacional”, que aunque da prioridad al gasto militar, lo que evidentemente resultará en un derroche fatuo, también incluye los planes de una reconstrucción nacional interna cuando dice que: “La estrategia propone una reconstrucción completa de la infraestructura estadounidense: nuestras carreteras, puentes, aeropuertos, vías navegables e infraestructura de comunicaciones. Y abarca un futuro de dominio y autosuficiencia energética estadounidense”.
¿Admitiendo el poderío oriental?
Trump, o sus planificadores, parecen estar conscientes de que, como se ha ilustrado a lo largo de este ensayo, China ha tomado una ventaja e iniciativa que Estados Unidos no parece estar en una posición de neutralizar. Y por ahora sólo queda por resolver la cuestión monetaria y financiera en la que China, con su aliado Rusia, y el control de Eurasia pueden inclinar a su favor dado que —así como EE.UU. lo hace 60 años, más o menos— tiene la economía real y la independencia energética a su favor —en particular con su plan de la “Ruta de Seda Ampliada” que “teje un entramado comercial y geopolítico de vastas consecuencias… para una integración de Europa y Asia (Eurasia) a través de una inversión equivalente a 10 trillones de dólares”. (https://otrosmundos.lamula.pe/2017/12/09/nueva-superpotencia-con-independencia-energetica/wilder/ y https://www.strategic-culture.org/news/2017/12/08/10-trillion-investment-plan-integrate-eurasian-supercontinent.html)
Así, el mejor futuro que puede tener la “Estrategia de Defensa Nacional” de Trump —a pesar de los fuegos pirotécnicos militaristas— parece ser la reconstrucción interna de su país, aunque no sólo de carreteras, puentes e infraestructura de comunicaciones en general —por donde, irónicamente, transitan las mercancías “Made in China” para ser entregadas a las puertas de sus domicilio vía Amazon—, sino también la reconstrucción del “American Way Life”, hoy degradada para el 99% de la población (https://www.tribunahispanausa.com/economia/adios-al-sueno-americano-el-promedio-de-las-familias-en-ee-uu-tiene-una-deuda-de-137063-y-el-38-4-de-los-millennials-vive-con-sus-padres/), lo cual merece otro capítulo aparte.
Y si alguien, tras lo expuesto, hace la pregunta capciosa: ¿Esto será como si el Comunismo derrotará al Capitalismo en el Siglo XXI? La respuesta es que las luchas ideológicas del Capitalismo vs. Comunismo que dominaron la escena mundial desde el Siglo XIX al presente, han sido un total engaño.

Capitalismo “Made in Comunismo”

Los que conocen “La Caverna de Platón” saben que las masas creen, casi como un acto de fe, las sombras que los controladores proyectan sobre las pantallas —y en la Neo-Caverna de los “medios sociales”, las masas creen que proyectando sus sombras tienen la libertad de expresar su voz en “democracia”, sin darse cuenta que nada cambia en su existencia real. Quizá sea por esto, entre otras razones, del por qué muchos creen que la política es la confrontación de ideologías que rigen nuestras vidas. Un sofisma total como la China Comunista lo está demostrando en la creación de su propio Sistema Mundo Capitalista.
Y he aquí un interesante preludio para esta historia:
“Desde principios de la década de 1920, numerosos panfletos y artículos, incluso algunos libros, han tratado de elaborar un vínculo entre “banqueros internacionales” y los “revolucionarios bolcheviques”. 
“El examen del tema por escritores académicos ha sido cuidadosamente evitado; probablemente porque la hipótesis ofende la clara dicotomía entre capitalistas y comunistas (y todos saben, por supuesto, que estos son enemigos acérrimos)… Motivo suficiente para evitar el tema”.
“Afortunadamente, el archivo decimal del Departamento de Estado de EE.UU., particularmente la sección 861.00, contiene una extensa documentación sobre el enlace hipotético. Cuando la evidencia en estos documentos oficiales se fusiona con evidencia no oficial de biografías, documentos personales e historias convencionales, emerge una historia verdaderamente fascinante”.
“Encontramos que había un vínculo entre algunos banqueros internacionales de Nueva York y muchos revolucionarios, incluidos los bolcheviques. Estos señores de la banca, que están aquí identificados, tenían un interés financiero en el éxito de la Revolución Bolchevique y lo apoyaban”. (https://www.voltairenet.org/IMG/pdf/Sutton_Wall_Street_and_the_bolshevik_revolution-5.pdf)

Entonces ¿quiénes y por qué alentaron el comunismo?

Si fueron los “banqueros de Wall Street”, quizá sea por eso que los “chinos comunistas” se cobraron la revancha con su propia sabiduría.
Así, la ironía de esta supuesta rivalidad histórica es como una “nación comunista”, China, se está convirtiendo en un nuevo Imperio Capitalista, capaz y decidido —junto a otra nación con un pasado “comunista”, Rusia— a reinar en un Nuevo Sistema de “Un Mundo”, para consolidar un “poder dominante” que “no es ni militar ni policial”, que es “independiente” y que, al parecer, ha sido clonado de su par occidental por un dúo euro-asiático.
Así que quienes aún piensan que la “democracia” es la lucha de las ideologías que el pueblo debe “elegir” para ser gobernado, seguirán en la oscuridad sino llegan a entender cómo es que funciona el mundo real en el Sistema Mundo Capitalista vigente desde hace 500 años.

Un plausible Nuevo Sistema Mundo

Pero entonces, por qué escribimos de la aparición de un Nuevo Sistema Mundo, a pesar de que Wallerstein previó la desaparición del actual, como lo dijo en una entrevista de 1999:
“Las posibilidades de acumulación del sistema han tocado techo. Podemos estar seguros de que en 30 años ya no viviremos bajo el sistema-mundo capitalista. Pero, ¿en qué sistema viviremos entonces? Podría ser un sistema mucho mejor o mucho peor. Todas las posibilidades están abiertas… es posible que lo que surja sea aún más extremo que el sistema actual, que en mi opinión es tremendamente injusto”. (http://www.grupotortuga.com/El-capitalismo-no-existira-en-30)
Considerando lo expuesto a lo largo de este ensayo, es evidente que lo que tal vez Wallerstein no previó es que, con la aparición de los nuevos descubrimientos científicos en la producción de alimentos, aunado con la nueva tecnología industrial computarizada impulsada a través del uso del Internet de banda ancha, China, con su vasto territorio y en alianza con Rusia para obtener la independencia energética indispensable, emprendió el camino para crear su propio “ciclo Kondratieff” pero con una visión global a través de un Sistema Mundo Capitalista controlado por ellos —al margen de aprovechar los monumentales errores del capitán del Sistema Mundo Occidental.
Es decir, para usar alegorías hollywoodenses, mientras Estados Unidos actuaba como un Lobo de Wall Street en el mundo de las finanzas y un Rambo en el Medio Oriente, China y Rusia actuaban como los Rockefeller y los Rothschild para crear su propio imperio.
Y otro detalle muy importante. Sí hay algo extraordinariamente útil de los 50 años que China ganó con el maoísmo, aislado del mundo, fue, en gran medida y precisamente, no contaminarse y/o dejarse infectar con el capitalismo occidental Made in USA (No dejaron, por ejemplo, que los sicarios economicos del sistema bancario y financiero global, vía el FMI y el Banco Mundial, entre otros, los endeudaran como lo hicieron con casi todas las naciones del Tercer Mundo entre 1970 y 1990). Fue como un vacío de espera donde su clase dirigente solo se dedicó a ver, observar y aprender, hasta que ellos decidieron entrar con su propio sistema capitalista.

¿Qué podemos esperar de este Nuevo Sistema Mundo Capitalista con sabor a tausí?

Por ahora es muy temprano para preverlos aunque “todas las posibilidades están abiertas” para quienes se suban al tren bala euroasiático y no pierdan el tiempo peleándose por unos mendrugos de pan bajo el puente del viejo sistema.
Y tampoco debemos de olvidar lo que Mao dijo en 1958: “Entre otras características de la población de seiscientos millones de China, se destaca su pobreza y desnudez. Esta parece una cosa mala, pero en realidad es buena. La pobreza impulsa el anhelo de cambio, de acción, de revolución. En una hoja de papel en blanco, desnuda, se pueden escribir las palabras más nuevas y hermosas y pintar los cuadros más originales y bellos”.
Tres décadas después, sobre esa “hoja en blanco”, ellos comenzaron a trazar su propio capitalismo.
Un nuevo capitalismo que parte del hecho básico y esencial de que somos seres y grupos de seres que necesitamos del intercambio y la cooperación para sobrevivir, vivir y desarrollarnos. Un intercambio (de servicios, mercancías, tecnología, sexo, ciencia, etc.) que es la célula básica que determina el sistema bajo el cual vivimos y depende nuestra existencia.

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*