El simbolismo del 20° Aniversario del 11-S, el Nord Stream 2 y una “nueva época”

“Un símbolo tiene en sí mismo su propia evidencia”.

Este año coinciden dos fechas simbólicas. El 23 de julio el Partido Comunista Chino conmemora 100 años. El 11 de Septiembre el mundo evocará las dos décadas del atentado del siglo contra objetivos múltiples en territorio estadunidense. Los chinos llegan al 2021 transformados en la Fábrica Mundo y en el nuevo Hegemón del planeta. Los asiáticos en alianza con Rusia han dado forma al Nuevo Sistema Mundo Euroasiático (NSME) y han desplazado al Sistema Mundo Occidental que gobernaba la Gran Cábala a través de Estados Unidos.
Serio revés para el más poderoso grupo de esta parte del mundo. Entraron al Medio Oriente para controlar el enorme flujo petrolero de Irak, consiguieron billones de dólares en ingresos, pero perdieron el control del mundo. Pagaron la factura y emularon a Pirro en sus vanas victorias que lo condujeron a la derrota definitiva.
El NSME viene con una nueva matriz energética: el gas. Y de eso se trata esta entrega que tiene como principal estrella al gasoducto marino Nord Stream 2.

Por Alexandr Mondragón y Wilder Buleje
El simbolismo de las fechas suele ser un arte de la ironía en manos de los vencedores. El próximo 11 de septiembre se cumplirá el aniversario número veinte de un suceso que, en su momento, algunos dijeron que iba a marcar un antes y un después en la historia mundial en los albores del Siglo XXI. Así ha sido, pero no en el sentido en el que algunos creyeron.
El 11 de setiembre —el nuevo Pearl Harbor que los neconservadores habían anticipado en un estudio que ellos elaboraron a finales de la década de 1990— fue el principio del presunto Nuevo Siglo Americano. El sueño delirante de los neoconservadores straussianos —que tenían el control del gobierno de George W. Bush— cuyo objetivo era tomar el control físico y financiero del petróleo del Oriente Medio que, eventualmente, les permitió reciclar trillones de petrodólares hacia el 0.01% de la población mundial: la Gran Cábala. Lo consiguieron por un tiempo, pero a un costo tan alto que aún lo están lamentando.
El precio fue autodestruir la capacidad de Hegemón para competir con los nuevos súper poderes emergentes —China y Rusia— que, ¡ese mismo 2001!, pactaron una gran asociación simbiótica-estratégica para —¡sin disparar una bala!— aprovechar magistralmente los errores de la Superpotencia Planetaria —de embarcarse en sus “guerras infinitas” en el Oriente Medio, destruyendo y endeudando catastróficamente a su propia sociedad—. Chinos y rusos diseñaron la re-construcción de su propio Sistema Mundo. Así, en el lapso de dos décadas, este dúo simbiótico ya ha coronado varios peones en el gran tablero de geopolítica planetaria. Y está a punto de coronar otro, veamos.

El anuncio de Vladimir Putin
El viernes 4 de junio, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció un hito importante en la construcción del gasoducto Nord Stream 2 (NS2), que va desde Rusia a Alemania, unas semanas después de que el presidente Joe Biden, admitiendo una gran derrota geopolítica, desistiera a que Estados Unidos (EE.UU.) se oponga a la conclusión del gasoducto y que The Wall Street Journal llamó el “regalo de Biden a Putin“.
En un discurso ante el Foro Económico de San Petersburgo, al que a menudo se hace referencia como el ‘Davos de Rusia’, Putin dijo: “Me complace decir que hoy, hace apenas dos horas y media, hemos completado la instalación de las tuberías para el primer tramo de Nord Stream 2, y avanzan las obras en el segundo tramo”.

Finalización del NS2 en dos meses
En este punto, la declaración de Putin fue ampliamente percibida como la inminente finalización del NS2 y que los mejores esfuerzos de Washington para detenerla habían sido derrotados. “El gasoducto, incluido el segmento bajo el mar, ya se completó”, agregó Putin en las declaraciones. Y agregó: “Hay dos tramos, del lado alemán y del lado ruso, hay que soldarlos, y luego se terminará”, después de lo cual Gazprom “está listo para comenzar a llenar el Nord Stream 2 con gas”. Y le dio a la segunda línea: “uno o dos meses”, hasta su finalización.
Entonces los rusos —con la complacencia de sus socios los chinos, que este año festejarán el 100° Aniversario del Partido Comunista Chino— ¿anunciarán la conclusión del NS2 el 11-S? Suena tentador decirlo por el simbolismo de la fecha. Y aunque no suceda así —en abril pasado Putin habló de una “nueva época“—, el gasoducto no solo ya es inevitable, lo más importante es que su puesta en marcha a finales de este año significara un Nuevo Paradigma en el control energético mundial y, por ende, las finanzas alrededor de ese poder.
En San Petersburgo, Putin también planteó la idea de que las empresas rusas abandonen el dólar —que dijo que se estaba utilizando para una “guerra económica y política”— y señaló que tal movimiento “sería un duro golpe para la moneda, pero no queremos hacerlo”, por ahora. Y agregó: “El euro es completamente aceptable para nosotros en términos de pagos de gas. Esto se puede hacer, por supuesto, y probablemente debería hacerse”, sugiriendo un camino para evitar las sanciones de EE.UU. Así que la guerra financiera ya está cantada.

¿Por qué es importante el NS2?
En un artículo publicado en diciembre pasado “Nord Stream 2: La Gran Jugada Geopolítica de Rusia en el NSME y la reacción de EE.UU. y sus vasallos“, explicamos la importancia del NS2 desde el punto de vista geopolítico e histórico. Ahora veremos la gran relevancia del NS2 como una pieza clave del sistema energético y financiero dentro del core del Nuevo Sistema Mundo Euroasiático (NSME).
Los usuarios del gas en China o en Italia —al igual que otros doce países— tienen algo en común: obtienen más del 50% de su gas de las entrañas de Rusia. Es más, el combustible abarata su consumo energético frente a sus competidores comerciales. Y la empresa que lo hace posible es la gigantesca estatal Gazprom.
Es más, como parte de la asociación simbiótica-estratégica que tienen, desde noviembre del 2019 los asiáticos disponen del gas ruso a través del poliducto Fuerza de Siberia. Los europeos se abastecen desde Alemania, punto de llegada de los ductos del Nord Stream 1 y Nord Stream 2, que atraviesan el lecho del Mar Báltico.

El gas como un reemplazo energético
En 2011 se inauguró el Nord Stream 1. A finales de este año está prevista la puesta en funcionamiento del Nord Stream 2. La descarga anual de ambos tendidos será de 110 mil millones de metros cúbicos. Cada uno tiene capacidad para transportar 55 mil millones de metros cúbicos de gas al año. Por el Fuerza de Siberia fluyen 38 mil millones de metros cúbicos al año, pero está preparado para elevar esa cifra hasta los 60 mil millones.
En principio, el gasoducto ayudará a Alemania a asegurar un suministro de gas a un costo relativamente bajo en medio de la caída de la producción europea. También es parte del esfuerzo de décadas de Gazprom, la vasta corporación multinacional de energía del estado ruso, para diversificar sus opciones de exportación a Europa, a medida que la región se aleja de la energía nuclear y el carbón. Antes de que se abriera el primer Nord Stream, Rusia enviaba alrededor de dos tercios de sus exportaciones de gas a Europa a través de gasoductos en Ucrania —un aliado-vasallo de EE.UU., que ahora será prescindible.

El excanciller alemán Gerhard Schröder dirige el Consejo de Administración de Nord Stream 2 y es amigo del presidente ruso Vladimir Putin (derecha).

Gerhard Schröder: El artífice
Gerhard Schröder —quien fue Canciller de Alemania de 1998 al 2005— hizo posible el primer paso en este ambicioso proyecto de Gazprom para abastecer al principal mercado del planeta: él dejó aprobado por Alemania el proyecto Nord Stream 1.
Hubo tal entusiasmo en el gobierno alemán que, en el 2005, pocos meses antes de la salida de Schroder, se garantizó con 1,200 millones de dólares a Gazprom para la construcción del gasoducto Nord Stream. Schröder dijo desconocer esa decisión y Gazprom nunca hizo efectiva esa opción.
En marzo de 2006 Schröder dio otro paso decisivo, aceptó presidir el consejo de supervisión del proyecto del gasoducto Nord Stream, en el que Gazprom es el principal inversor. Y hasta ahora mantiene una posición de privilegio en el Nord Stream 2.
Y los rusos le agarraron tanto cariño a Gerhard que en 2017 lo hicieron presidente del consejo de administración de Rosneft. En ese entonces la empresa estaba comandada por Igor Sechin, a la sazón viceprimer ministro y miembro del círculo personal de Putin.
La ejecución e inauguración del Nord Stream 1 le correspondió a la sucesora de Schröder, Ángela Merkel. La exciudadana de la República Democrática Alemana, que habla el ruso con igual fluidez que el alemán, jugó en pared con Vladimir Putin para llevar a cabo la conclusión del Nord Stream 2. Ella acabará este año su mandato de dieciséis años, pero su legado gasífero perdurará por décadas a lo largo del Siglo XXI.

Los ingresos por los 38 mil millones de metros cúbicos a China, representan unos 16 mil millones de dólares anuales que ya no van al Tío Sam.

Una gran tenaza sobre Eurasia
Así, en el campo de la geopolítica mundial energética está por concluir una de las páginas más conflictivas del último lustro, cuando Estados Unidos trató estérilmente de oponerse a la finalización del Nord Stream 2 —cuya inversión final está valorizada en 10 mil millones de dólares— lo que implica una gran derrota para el Hegemón.
No habrá forma de competir con Rusia para abastecer de gas a Europa Occidental, que era lo que ambicionaban las grandes empresas estadunidenses. Reclamo que Donald Trump hizo suyo en la última parte de su gobierno.
En este escenario, los fuertes flujos monetarios ya no pasarán por Texas sino que irán directamente a los bancos en Moscú. Otro golpe directo a la preeminencia del dólar en esta clase de transacciones.
En el ámbito geopolítico Rusia eleva las apuestas hasta cifras astronómicas. ¿Cómo hacerle sombra en sus relaciones con los demás países que dependen del gas ruso para abaratar su consumo energético? El Kremlin será la opción número uno en asuntos estratégicos.

Los rusos danzan con los chinos
Sin embargo, Rusia no está sola en esta danza de millones y de capacidad para influenciar en las decisiones de los países y el NSME. En su simbiosis-estratégica, los rusos bailan en compañía de China, la superpotencia asiática, que tiene interés en las otras porciones del mercado europeo.
China está empeñada en hacer realidad las Nuevas Rutas de la Seda (NRS) y unir comercialmente Asia con Europa, a través de un entramado de ciudades y centros de producción a lo largo de los nueve mil kilómetros de un trazo aún por delinear entre Beijing y Estambul.
El diseño y desarrollo de las NRS también implica una inversión y una apuesta dentro de los límites del nuevo continente. Otro importante flujo monetario que circulará muy lejos de los mercados financieros habituales: Londres y Nueva York, por mencionar a dos plazas principales —lo que además implica nuevas fuentes de financiación para los proyectos del NSME.

¿De dónde saldrán las reservas monetarias?
El final de la II Guerra Mundial marcó el fin de una era en la cual EE.UU. podía suplir las necesidades petroleras del mundo y las suyas propias —producía 6 de cada 7 barriles usados durante la guerra—. Pero al finalizar el conflicto, dado el nivel de consumo, enfrentaba un serio problema, sus reservas se agotarían a finales de la década de 1950. La solución era buscar el oro negro en otras partes y esa fue la fortuna y la tragedia del Oriente Medio. Así, “el centro de la gravedad mundial de la producción de petróleo cambió del Golfo de México y el Caribe al Medio Oriente y el Golfo Pérsico”, expresó proféticamente Everette Lee DeGolyer, el petrolero y geofísico en 1944.
Tres cuartos de siglo después, estamos Ad Portas de un nuevo “centro de la gravedad mundial de la producción” de energía y, por ende, la base real —no especulativa, como la que existe en Wall Street y otras bolsas similares— de las finanzas para la construcción del NSME.
De acuerdo con los cálculos más modestos, el proyecto de la Ruta de la Seda será realidad con una inversión de 10 trillones de dólares. ¿De dónde saldrá esta enorme cantidad de recursos? Desde el sector de la energía la respuesta presenta dos posibilidades: el gas del Medio Oriente y el gas del Mediterráneo.

Las mil millonarias ganancias del NS 1 y 2
Los 55 mil millones de metros cúbicos del NS1 le representan un ingreso de 5,786’423,529 de dólares anuales. Dependiendo de la fluctuación de precios, una cantidad similar debe generarse en el NS2.
Esa cifra es importante por dos motivos, se va a negociar en Euros o Rublos, por lo que esa masa monetaria ya no será en dólares y tampoco pasará por Wall Street y las otras bolsas mercantiles occidentales.
Es decir, a partir del 2022 serán cerca de 12 mil millones de dólares que dejarán de pasar por el mercado norteamericano. Una cantidad de petróleo enorme dejará de comprarse porque el gas sustituyó su uso y será un forado en el bolsillo del sistema bancario y financiero occidental.
También se espera que, según Statista, el gasoducto Nord Stream 2 contribuya con casi 2,700 millones de euros al producto interior bruto (PIB) ruso, según cálculos de diciembre de 2018. Mientras que el PIB de Alemania ganaría más de 1,850 millones de euros del proyecto.
Además, las grandes reservas de Qatar y Arabia Saudita apuntarán al mercado del Asia Central, India y Pakistán; y las del Mediterráneo se dirigirán principalmente al sur de Europa y el norte de África. Energía y beneficios económicos para los próximos cien años —bajo el marco de la construcción del NSME y la conquista de la Isla-Mundo.
En otras palabras, el dinero del nuevo “centro de la gravedad mundial de la producción” de energía emergerá y se quedará en la Gran Eurasia.

El sueño de opio de Mackinder
Marx dejo escrito que “La religión era el opio del pueblo”. Los escritos del geógrafo inglés John Halford Mackinder fueron, tal vez, el opio de la Gran Cábala.
En 1904, Mackinder propuso sobre el papel la conquista de Eurasia —y en consecuencia la Isla-Mundo— a favor de Gran Bretaña o del nuevo poder imperial emergente a principios del Siglo XX, Estados Unidos. Era un sueño de la omnipresencia planetaria con la conquista y el control del vasto territorio continental de Eurasia (Rusia para ser precisos).
Ese sueño persistió como una gran droga que incitó la Gran Cábala occidental perseguir la conquista de Eurasia por más de un siglo —desde alimentar la Revolución Bolchevique hasta devastar económicamente los restos de la Unión Soviética. Pero la Madre Rusia resistió estoicamente. Este es un capítulo de la historia que merece un lugar aparte. Entonces el sueño de opio comenzó a desvanecerse a principios del Siglo XXI. Como decía Lao Tse: “Quien pretende el dominio del mundo y mejorar éste, se encamina al fracaso. El mundo es tan sagrado y vasto que no puede ser dominado. Quien lo domina lo empeora, quien lo tiene lo pierde”.
Como el propio Mackinder lo advirtió, la resistencia militar, la sagacidad estratégica y la sapiencia oriental —por más de un siglo— ha premiado los esfuerzos de China y Rusia —los grandes socios-simbióticos del siglo XXI que le imprimirán su sello al Tercer Milenio.
Chinos y rusos han dado un salto cuántico en la gran industrialización-socialista (como dice el economista Michael Hudson), en la comunicaciones y la tecnología del 5G y 6G, además de su nuevo poderío militar y espacial.
El internet de las cosas será tan real como el día y la noche. El desarrollo tecnológico en trenes de alta velocidad unirá ciudades extremas en tiempos impensados hasta ahora. En fin, el diseño del futuro próximo admite cualquier pronóstico, todo dentro de La Ruta Cuántica.

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Precisiones sobre Europa y el gas

¿Por qué está involucrado Estados Unidos?
“Es probable que el gasoducto socave la posición actual de Ucrania como principal ruta de tránsito del gas ruso a Europa. Por lo tanto, a EE.UU. le preocupa que el gasoducto anule la única influencia geopolítica que tiene Ucrania sobre Rusia. También se estima que Ucrania perderá más de $2 mil millones en tarifas de tránsito anuales si el gasoducto Nord Stream 2 entra en funcionamiento. Por todas estas razones, EE.UU. impuso sanciones a las empresas involucradas en la construcción del oleoducto con el fin de interrumpir el proyecto.
“Como la Unión Europea ya está envuelta en cuestiones relacionadas con la ampliación, la defensa, la política exterior, el presupuesto y el medio ambiente, la política sobre el gasoducto Nord Stream 2 ha agregado otra línea divisoria dentro de la UE. Esta vez la división es entre los miembros occidentales y centrales y orientales de la comunidad. Desde el principio, el proyecto NS2 fue cuestionado por varios estados miembros de la UE que han estado presionando a la Comisión Europea para que detenga el proyecto argumentando que no está en los intereses europeos. Varios estados, principalmente de Europa del Este, están preocupados por el aumento de la influencia rusa en Europa una vez que el proyecto del gasoducto entre en funcionamiento. El miedo es más profundo en Polonia, que había sufrido la peor parte de la alianza ruso-alemana en el pasado. Otra objeción es la pérdida de las tarifas de tránsito terrestre para países como Eslovaquia y Hungría. Italia es otro país que ha levantado banderas rojas sobre la expansión de Nord Stream, cuando el plan se anunció por primera vez en 2015. El descontento de Italia también se basa en la aplicación discriminatoria de las normas de competencia de la UE con respecto a Nord Stream 2.
“Alemania tiene sus propias razones económicas para seguir adelante con el proyecto a pesar de la oposición. Al igual que Italia, Alemania también tiene la ambición de convertirse en un centro de gas natural en Europa, lo que la beneficiaría con bajos costos de energía. Además, una vez que el proyecto entre en funcionamiento, comenzará a disfrutar de un suministro ininterrumpido de gas natural desde Rusia, sin obstáculos por ninguna política de tránsito. La asociación ruso-alemana de gas natural ha sido probada en el tiempo y, por lo tanto, Alemania ve a Rusia como un proveedor de energía “más confiable” que Estados Unidos. Esto también se debe a que, a diferencia de EE.UU., la economía rusa depende en gran medida de las exportaciones de energía. Por lo tanto, Alemania siente que Rusia no tendrá la audacia de cometer un error estratégico al ofender a sus mayores clientes en Europa. Por otro lado, la desconfianza alemana en Estados Unidos tiene que ver con su comportamiento. A la preferencia de Alemania por el gas ruso se suma su menor costo en comparación con los suministros estadounidenses”, como se reporta aquí.

¿Qué debe suceder todavía?
“Antes de llevar los primeros flujos de gas a Europa, el enlace debe obtener un seguro y una certificación, una tarea que las sanciones de EE.UU. dificultan. Merkel envió un equipo de negociación de alto rango a Washington para discutir el proyecto con la administración Biden. Los trabajos previos al lanzamiento, incluidos las pruebas de presión, la limpieza y el llenado de la línea con gas amortiguador, pueden llevar varias semanas, según el cronograma de construcción del Nord Stream original”, según Bloomberg.

¿Está Europa realmente cautiva del gas ruso?
“El mercado europeo del gas se ha vuelto más competitivo a medida que el gas natural licuado, o GNL, compite por reemplazar la producción local en declive del Mar del Norte y los Países Bajos. Gazprom estima que en 2020 su participación en el mercado europeo rondaba el 33%. Su rival nacional, Novatek PJSC, también está ampliando las ventas de GNL en Europa. Pero no todos los países dependen por igual de las importaciones rusas. Gazprom sigue siendo un proveedor clave tradicional para algunos países de Europa central y oriental, mientras que Europa occidental obtiene gas de fuentes como Noruega, Qatar, naciones africanas y Trinidad. Algunas naciones como Polonia, Lituania y Croacia han construido instalaciones de importación de GNL para diversificar sus fuentes de suministro. La Unión Europea en general está aumentando el papel del gas, ya que rápidamente se convierte en energía más limpia”, dice Bloomberg.

¿Estados Unidos venderá más gas a Europa?
“Estados Unidos suministra gas transportado por buques cisterna a Europa, pero debe enfriarse en forma líquida y enviarse a un gran costo. Rusia transporta gas principalmente a través de la red de gasoductos más grande del mundo que ha estado instalada durante décadas. La disponibilidad de GNL estadounidense en Europa depende de los precios allí y del apetito en Asia. Con precios más altos en el 2021, las cargas con American LNG han estado llegando a la región en grandes cantidades. Si bien los proveedores estadounidenses se centran en las perspectivas a largo plazo y han tenido cierto éxito en la obtención de acuerdos con Polonia, también han tenido contratiempos desde Irlanda hasta Francia por motivos medioambientales. La Agencia Internacional de Energía espera que EE.UU. se convierta en el mayor vendedor de GNL del mundo en 2025, pero los planes de expansión de producción de bajo costo anunciados recientemente por Qatar pueden sofocar ese crecimiento”, según Bloomberg.

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