Expertos aconsejan a los padres alejar a sus hijos de “Alexa” de Amazon
¿Cuál es la mejor manera de evitar que la gente cuestione el uso de un producto extremadamente intrusivo en su propia vida? Empieza cuando ellos son muy pequeños —o mejor dicho, son adoctrinados desde que nacen— y son acostumbrados a usar esos productos y ser dependientes de ellos. Esa es la intención futurista de Amazon y su nuevo dispositivo Alexa para niños —Echo Dot for Kids—, advierten los expertos.
The Intercept
En su línea de dispositivos “Alexa” —que ofrece la ayuda de asistentes de Inteligencia Artificial (AI) en línea, a través de comandos de voz—, Amazon ha lanzado un nuevo productos para ser comercializados a niños tan pequeños como de 5 años, que apenas pueden agarrar una caja de jugo, y mucho menos entienden lo que es la privacidad digital. Puede parecer un “juego genial para los niños”, pero no lo es.
Una coalición de defensores de la privacidad y la psicología infantil, aconsejan a los padres que alejen a sus vástagos del último y más lindo dispositivo de Amazon. Ellos advierten que podría hacer que los niños de adapten a la vigilancia de otros —incluso hasta su edad adulta— como “algo normal” y dañar el desarrollo mental de los pequeños.
El Echo Dot for Kids es funcionalmente idéntico al Echo Dot para adultos, excepto por los colores brillantes e inexplicablemente más barato —a un precio de $30 que la versión para mayores —que cuesta casi $40.
Un meloso atractivo
Dejando a un lado las cuestiones cosméticas, Echo Dot sigue siendo un micrófono de inteligencia artificial que escucha constantemente una palabra clave de activación, transmite la voz de un usuario a servidores remotos donde se analiza y procesa opacamente la interacción, y luego responde a una lista cada vez más larga de comandos; en su paquete, Amazon destaca comandos como “Cuéntame una historia” e “Inicia Bob Esponja”.
Dot for Kids no solo escuchará y entretendrá a sus hijos incansablemente, sino que intentará enseñarles modales en lugar de que lo hagan los padres: “Alexa incluso ofrece comentarios positivos”, cuando los niños hacen preguntas y les recuerdan decir ‘por favor'”, dice Amazon. Eso es el meloso atractivo.
Preocupaciones de los expertosPero un grupo de expertos dice que los pequeños discos de colores de Playdough de Amazon no tienen lugar cerca de los niños. Una declaración publicada por la Campaña por una Niñez Libre de Comercial (CCFC, por sus siglas en inglés), que lideró una prominente campaña contra una versión de Facebook Messenger dirigida a los niños, afirma que Dot for Kids y su capacidad de simplificar la interacción de un niño con las marcas (comerciales) “representan una amenaza significativa para el bienestar y la privacidad los niños”.
A la declaración de la CCFC se unen las cartas críticas de Amazon del Senador Edward Markey y el Representante Joe Barton. Según el director ejecutivo de CCFC, Josh Golin, “Amazon quiere que los niños dependan de su dispositivo de recopilación de datos desde el momento en que se despiertan hasta que se acuestan por la noche… los dispositivos de AI generan grandes consternaciones sobre la privacidad e interfieren con las interacciones (personales) cara a cara y el juego autodirigido que los niños necesitan para prosperar”.
Un lanzamiento “irresponsable”
Jeff Chester, director ejecutivo del Centro para la Democracia Digital (que corroboró la declaración anterior), agregó otras preocupaciones:
“Las tecnologías de reconocimiento de voz producidas comercialmente, como Amazon Echo, están diseñadas principalmente para promocionar productos y marcas. Amazon está actuando irresponsablemente, al instar a los padres a dar rienda suelta a un producto como Alexa, impulsado por la IA, en las vidas de sus hijos, sin asegurarse primero de que no dañará su desarrollo cognitivo y emocional. Echo Dot Kids está diseñado para alentar a los niños a renunciar a su información personal y, así, generar más ingresos para el coloso del comercio electrónico”.
En particular, los dispositivos relativamente baratos de Amazon (incluidos los dispositivos Kindle y Echo) son juegos más o menos abiertos para lograr que los consumidores se mantengan encerrados dentro el ecosistema de servicios Amazon Prime, sirviendo como fuente de contenido licenciado por Amazon y, por supuesto, sea una fácil forma de comprar productos de la megatienda.
La propaganda de Amazon
Amazon elaboro respuestas tanto para la declaración del CCFC como para la carta del Congreso, alegando que la compañía “trabajará directamente con la oficina del senador para abordar cada pregunta, y que” Amazon toma en serio la privacidad y la seguridad”. Amazon también promocionó la “naturaleza comunal” de Dot for Kids:
“La tecnología –en general– no es un reemplazo para la crianza o la conexión social. Una de las mejores cosas de Alexa y Echo es la naturaleza comunitaria del dispositivo: los padres y los niños pueden participar juntos en el aprendizaje y la diversión. Creemos que uno de los principales beneficios de FreeTime y FreeTime Unlimited, es que los servicios brindan a los padres las herramientas que necesitan para ayudar a administrar las interacciones entre sus hijos y Alexa como mejor les parezca. Por ejemplo, los padres pueden revisar y escuchar todas las grabaciones de voz de sus hijos en la aplicación Alexa, también pueden revisar FreeTime Unlimited Activity a través del Parent Dashboard, establecer los límites de la hora de acostarse o pausar el dispositivo cuando lo deseen”.
“Puede servir como un sustituto de las verdaderas amistades con otros niños y presentar nuevas tentaciones para que los padres supervisen a sus hijos de maneras que no son buenas”.
Los efectos en los padres
La carta del senador incluye declaraciones críticas de varios expertos en diversos campos, incluyendo a la profesora Sherry Turkle, del MIT (Massachussetts Institute Technologic), la pediatra de desarrollo Jenny Radesky y Kade Crockford de la ACLU de Massachusetts, quienes enfatizaron que “los niños no pueden dar su consentimiento al tipo de vigilancia de un dispositivo como este y cómo funcionará en ellos. Son demasiado jóvenes para entender lo que significa proporcionar a Amazon —y potencialmente a muchas otras entidades— su información personal, o para entender lo que significa interactuar con la inteligencia artificial”.
George Lowenstein, profesor de economía y psicología en la Universidad Carnegie Mellon y director de su Centro de Investigación de Decisiones Conductuales, quien no está afiliado a la campaña anti-Eco, dijo a The Intercept que le preocupan los efectos que el dispositivo podría tener no solo en los niños, sino también en los padres que compran Dot for Kids:
“Para los niños, si Alexa es muy interactiva, puede servir como un sustituto de las verdaderas amistades con otros niños, que son tan importantes para la socialización. Y Alexa nunca va a discutir con un niño, o querer jugar un juego diferente, por lo que se corre el riesgo de criar una generación de niños mal socializados, mandones, acostumbrados a ordenar a sus compañeros de juego. Y, Alexa responderá al instante cualquier pregunta que tengan, para que (los niños) nunca incuben su curiosidad (de investigar por su propia cuenta) ni aprendan a navegar por el mundo (real) para obtener respuestas a sus preguntas. Para los adultos, será una tentación no organizar fechas de juego o pasar tiempo leyéndoles a sus hijos o escuchando música con ellos. ¿Por qué leerle un libro a un niño cuando Alexa puede hacerlo por usted? También puede suponer nuevas tentaciones para que los padres vigilen a sus hijos de maneras que no son buenas para los padres y sus hijos”.
¿Cuál sería el problema para los niños?
Como beneficio adicional, Dot for Kids anuncia su capacidad para funcionar como una especie de intercomunicador entre padres e hijos, ofreciendo la posibilidad de reducir el tiempo de exposición: “Puede usar dispositivos Echo compatibles o la aplicación Alexa, para informar a los niños que la cena está lista, pida ayuda con una tarea o recordarles que se vayan a dormir —todo sin levantar la voz”.
Es fácil para aquellos con un cerebro más desarrollado —que un niño de cinco años— sentirse perturbados (o al menos asustados) con la idea de tener un micrófono siempre encendido en su hogar. Pero el hecho de que estos dispositivos sean un buen negocio para Amazon (así como para Google y Apple, que siguen desarrollando nuevos asistentes de dispositivos de escucha a un ritmo acelerado), muestra cuán fácil es para los consumidores ajustarse a una nueva “normalidad” en la que la intromisión auditiva de una empresa de tecnología vale una lista de pequeñas comodidades monótonas.
El objetivo de sus creadores, al parecer, es que los usuarios adultos que no tenían ninguna de estas cosas en su niñez, continúen ajustando su tolerancia para una mayor vigilancia familiar, a medida que la sofisticación se perfecciona. Pero para un niño literalmente criado en gran parte por la voz de un robot, ¿cuál podría ser el problema? Podría ser solo la caja amiga “que me enseñó a decir por favor y con la cual yo jugué Bob Esponja cuando quería”. Pero es altamente probable que —como en La Caverna de Platón— sea totalmente inconsciente que fueron otros —ni siquiera sus padres— quienes, desde que el nació, elaboraron sus formas de pensar, creer y vivir —como en The Matrix.
Traducción y adaptación: A. Mondragón
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