El Titanic del Seguro Social chocará con el Iceberg el 2022

En el 2022, apenas dentro de cuatro años, el programa de ingresos de jubilación del gobierno de EE.UU. comenzará a pagar más en beneficios de lo que recibe en ingresos fiscales, de acuerdo a los propios fideicomisarios de la Seguridad Social.
Para el 2034, un año antes de cumplir 100 años, las reservas de $3 trillones (millones de millones) de la Seguridad Social habrán desaparecido. Los beneficios tendrán que reducirse en casi una cuarta parte. Y desde allí el hundimiento será inevitable.

Por Thomas L. Knapp

Esas proyecciones suponen que —por ahora— no se harán cambios sustanciales en la estructura de la Seguridad Social —no se aumentarán los impuestos a la nómina, no se aumentará o eliminará el tope salarial sobre el cual se pagan esos impuestos, ni se aumentará la edad de jubilación o se recortarán los beneficios— antes de que llegue el temido día del impacto con el iceberg.

A los políticos no les importa

Tales suposiciones son bastante seguras, porque la mayoría de los políticos ni siquiera están dispuestos a reorganizar las salidas de escape del Titanic. Es mejor no meter más miedo o incitar las protestas. Los votantes mayores defenderán celosamente sus beneficios de jubilación, mientras que los votantes más jóvenes ya se consideran sobre cargados de impuestos, como para pagar más. Así que para los políticos es mejor pretender que el iceberg no existe y mantenerse en el cargo hasta donde puedan voluntariamente (con una dulce pensión del Congreso, por supuesto), antes de que la Seguridad Social se hunda bajo las gélidas olas de la indiferencia.

A la Seguridad Social le llegará su fin

Ya sea que uno apoye o no la lógica original de la Seguridad Social (yo no lo hago), la demografía estadounidense desde el final del Baby Boom, se ha reducido a un menor número de niños por familia y se ha combinado con una mayor esperanza de vida. O, para decirlo de otra manera, hay menos trabajadores jóvenes que paguen impuestos de la Seguridad Social, para mantener a más jubilados por más tiempo. Hoy en día hay menos de 3 trabajadores por cada jubilado, y la cosa va para menos.
A todo le llega su fin, y la Seguridad Social no será la excepción histórica a ese hecho frío e irremediable de la realidad. La gran pregunta es si se reducimos la velocidad para que el impacto sea menos dañino, o si dejamos que implosione catastróficamente (para lo cual ya existen la señales, con ancianos que hoy en día viven con comida para gatos, por no mencionar a los jubilados que viven en carros-tráiler y trabajan temporalmente para Amazon).

Dos pasos que se pueden hacer

El primer paso para acabar con la Seguridad Social es establecer un límite de edad —si usted nació después de una fecha determinada, no pagará impuestos a la Seguridad Social ni cobrará los beneficios de la Seguridad Social. Las personas que nunca se suben al Titanic no tienen que preocuparse por los chalecos de flotación y los botes salvavidas —ellos tendrán que buscar sus propias opciones.
El segundo paso es que los políticos dejen de hacer promesas que no pueden y no se cumplirán. Es mejor que legislen los inevitables y futuros recortes de beneficios ahora, en lugar de dejarlo para después, de modo que los estadounidenses que estén por encima de la edad de “sin impuestos / sin beneficios”, pero aún muy por debajo de la edad de jubilación, estén advertidos y puedan ajustar sus planes para los años de la Tercera Edad.
Es de suponer que nadie quiere que los ancianos se mueran de hambre. Pero continuar fingiendo que la Seguridad Social tiene un futuro eterno, garantiza esa ignominia.

Traducción: A. Mondragón

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