Los recientes arrestos realizados en Estados Unidos, de gánsteres armados de la extrema derecha que tenían la intención de secuestrar y asesinar a líderes estatales, locales y nacionales, es otro indicio del efecto adverso que el régimen Trump y sus partidarios han tenido en la estabilidad política general del país.Por Wayne Madsen
Han existido planes de la extrema derecha para secuestrar y llevar a “juicio” a la gobernadora demócrata de Michigan, Gretchen Whitmer, y al gobernador republicano de Ohio, Mike DeWine. El mismo grupo de Michigan que amenazó a Whitmer, también amenazó con secuestrar al gobernador demócrata Ralph Northam, de Virginia. En los tres casos, los gobernadores fueron el blanco de las autodenominadas “milicias ciudadanas”, que no son más que grupos terroristas, que planeaban llevar a los gobernadores a juicio en procedimientos simulados con probables veredictos de culpabilidad, por instituir restricciones de salud pública en medio de la pandemia del Covid-19.
Con base en la naturaleza violenta de estos grupos, las ejecuciones de los gobernadores habrían sido el resultado probable de los “juicios” clandestinos de los vigilantes contra la presunta “tiranía”.
Hasta amenazas de muerte
DeWine también pudo haber sido blanco por su denuncia del complot contra Whitmer, en la vecina Michigan. Después de que 13 hombres fueran arrestados en el complot de Michigan, DeWine dijo a la WEWS-TV en Cleveland: “Es un acto despreciable. Es horrible y todo el mundo tiene que denunciarlo. Quiere hablar sobre nuestro proceso político, pero esto está fuera de nuestro proceso político… Somos una nación de leyes”.
El Chicago Sun-Times informó que el gobernador demócrata de Illinois, J.B. Pritzker, había sido blanco de tantas amenazas de muerte por su manejo de la pandemia del Covid-19, que se requirió que la Policía del Estado de Illinois usara una presentación en PowerPoint para detallarlas todas.
Como en América Latina
La extrema derecha no está interesada en las leyes y los complots de asesinato contra funcionarios gubernamentales, se han expandido de objetivos del gobierno federal a funcionarios estatales y municipales, incluidos gobernadores y alcaldes. Cuando grupos similares que estaban vinculados a funcionarios gubernamentales participaban en tales asesinatos en América Latina, los Balcanes, el Medio Oriente y el sudeste asiático, se los llamaba correctamente “escuadrones de la muerte”. Hoy en día, en lugar de ser endémicos en tierras lejanas, estos escuadrones de la muerte, algunos vinculados a agentes de la policía locales, están activos dentro de los Estados Unidos.
En agosto de este año, la gobernadora demócrata de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, informó que no solo ella había recibido amenazas de muerte de los agitadores de la derecha, sino también sus hijas y nietos. En la primavera de este año, el gobernador demócrata de Kentucky, Andy Beshear, recibió amenazas de muerte, junto con miembros de su equipo de seguridad de la Policía Estatal de Kentucky. El gobernador demócrata de Carolina del Norte, Roy Cooper, recibió amenazas de muerte de varios grupos racistas de la neo-Confederación en dicho estado. La gobernadora demócrata de Oregón, Kate Brown, un objetivo anterior de la violencia de la extrema derecha, también recibió amenazas de muerte cuando comenzó a emitir restricciones de salud pública para combatir la propagación del Covid-19.
El aliento del propio presidente
Las acciones de los escuadrones de la muerte de la extrema derecha y el aliento que recibieron de Donald Trump y otros republicanos destacados, han expulsado a muchos republicanos moderados de su partido. Esos votantes republicanos en Michigan, que se describen a sí mismos como “Republicanos de Gerald Ford”, estaban tan disgustados por el apoyo de Trump a los conspiradores de la milicia en su estado, que votaron temprano por las listas demócratas, desde Joe Biden y Kamala Harris en la cima hasta los candidatos del estado, como legisladores y funcionarios del condado.
Entre los conspiradores de la derecha había individuos armados que aparecieron en la legislatura de Michigan mientras estaba en sesión. Sus acciones fueron en respuesta a los mensajes de Twitter de Trump, instando a sus partidarios armados a “Liberar Michigan” y “Liberar Virginia”. Nunca antes en la historia de EE.UU. un presidente había instado a los partidarios armados a tomar las armas en contra de los gobiernos establecidos.
“Un objetivo… para la eliminación”
Las amenazas de la extrema derecha no terminaron con los gobernadores de Michigan, Virginia y Ohio. El alcalde demócrata de Wichita, Kansas, Brandon Whipple, fue el objetivo de un extremista de derecha que dijo que el alcalde era “un objetivo viable para la eliminación”, y agregó que tenía “una cita con el verdugo”. El terrorista de extrema derecha también incluyó a otros líderes políticos, a quienes no nombró, en la categoría de aquellos que eran “objetivos viables para la eliminación”. El alcalde dijo que el hombre, partidario de Trump y del Partido Republicano, dijo que “él [el posible asesino] me iba a secuestrar y degollarme y necesitaba mi dirección porque necesitaba ver al verdugo”.
Whipple no fue el único alcalde amenazado por los leales a Trump. La alcaldesa demócrata de Chicago, Lori Lightfoot, le dijo a la WBBM-TV, en Chicago, que había amenazas “serias” contra ella. Ella agregó, “con la policía pasamos una cantidad significativa de tiempo en rastrear estas amenazas que vienen de varias partes del país… Algunas de ellas son bastante sofisticadas, porque están usando teléfonos fijos que no son de las personas que están involucradas, pero no pasa un día en el que no reciba algún tipo de acoso, ya sean llamadas repetidas en el buzón de voz u otras cosas, amenazas de violencia”.
Obsesionado con las alcaldesas
Lightfoot también culpó de las amenazas a Trump. Ella dijo: “Hay una verdadera causa y efecto cuando el presidente me nombra de una manera despectiva, como suele hacerlo, y la gente siente que tiene licencia para hacer lo que yo considero amenazas reales. Cuando alguien llama repetidamente en medio de la noche, eso es un problema. Y eso solo sucedió desde que Donald Trump ha estado tratando de atacarme personalmente, y es un problema que muchos de nosotros como alcaldes [tenemos] y él parece tener una obsesión particular con las mujeres, y particularmente con las alcaldesas de color”.
Muchos de los terroristas de extrema derecha reciben su aliento y dirección de varios grupos de conspiración y vigilancia, incluidos los Proud Boys, Boogaloo Bois, Oath Keepers, Three Percenters y Qanon. Las restricciones de salud pública instituidas a causa de la pandemia de Covid-19, han llevado a muchos de los agitadores de extrema derecha que estaban debajo de las piedras a salir en público.
Amenazas de muerte a Biden
Las amenazas de la extrema derecha contra líderes políticos no se han limitado a objetivos estatales y municipales. Un hombre con un alijo de rifles, una pistola, materiales para fabricar bombas y medio millón de dólares en efectivo estaba, antes de su arresto, acechando la casa del candidato presidencial demócrata Joe Biden, en Delaware, con la intención declarada de asesinarlo. Un hombre de Maryland fue arrestado por conspirar para asesinar tanto a Biden como a su compañera de fórmula a la vicepresidencia, la senadora Kamala Harris, de California. Si bien ha habido muchos complots a lo largo de la historia de Estados Unidos para asesinar a candidatos presidenciales, ninguno se había relacionado directamente con la retórica del presidente de los Estados Unidos. Pero todas las reciente amenazas terroristas tienen en común es una lealtad inquebrantable a Donald Trump.
Se requerirá una desinfección
En junio de este año, un activista de derecha fue acusado de conspirar para asesinar al demócrata Bennie Thompson, el único miembro negro de Mississippi en la Casa de Representantes de Estados Unidos y presidente del Comité de Seguridad Nacional en dicha cámara. El presunto asesino también tenía como objetivo a miembros afroamericanos del personal de Thompson. Casi al mismo tiempo, un derechista de Texas fue acusado de conspirar para asesinar a la presidenta demócrata de la Cámara, Nancy Pelosi, que ocupa el segundo lugar en la línea presidencial, de conformidad con la línea constitucional de sucesión. Los vigilantes de Michigan también comunicaron una amenaza de dispararle a la congresista demócrata de Michigan, Elissa Slotkin, en los últimos días de su campaña de reelección.
Trump y su régimen han sido tan tóxicos para el cuerpo político estadounidense que, a raíz de su desastroso gobierno, la maquinaria del gobierno requerirá una desinfección de todos los que se anidaron en las agencias gubernamentales, como resultado de la infestación de Trump del gobierno con el fascismo y racismo desenfrenados. Esta necesaria purga de fascistas debe estar guiada por las palabras del vicepresidente demócrata Henry Wallace en 1944: “Los fascistas estadounidenses son más fácilmente reconocidos por su deliberada perversión de la verdad y los hechos. Afirman ser superpatriotas, pero destruirían todas las libertades garantizadas por la Constitución”.
Wayne Madsen es un periodista de investigación, autor y columnista sindicado. Miembro de la Sociedad de Periodistas Profesionales (SPJ) y del Club Nacional de Prensa
Fuente: https://www.strategic-culture.org/news/2020/11/02/political-assassinations-are-hallmark-fascist-regimes/
Traducción: A. Mondragón
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