¿Estamos gestando un nuevo feudalismo?

La respuesta a la pregunta es “SÍ”. Los grandes acreedores rescatados —por la Reserva Federal— terminarán adueñándose de la propiedad de los deudores no rescatados, que se están endeudando aún más con los “préstamos de rescate”, además de las tasas y penalizaciones por incumplimiento de los pagos de la deuda. Cancelaciones de las deudas para el Uno por ciento, y más endeudamiento para todos los demás.
Por Paul Craig Roberts
Enfoca tu mente a la economía. Los EE.UU. tienen una fuerza de trabajo de 164’000,000. La previsión del desempleo por los cierres de empresas es del 30%. Eso significaría 49’000,000 de personas que son potenciales alborotadores. (Estamos a mitad de camino con el informe de hoy de una tasa de desempleo del 16%, con 22 millones de desempleados).
Muchas de estas personas ya vivían de sueldo en sueldo, ni siquiera podían ahorrar 400 dólares, y sus deudas no les dejan ningún ingreso discrecional. Como apenas podían pagar sus deudas cuando estaban empleados, ¿cómo las pagarán ahora que están desempleados o cuando sus pequeños negocios están cerrados y tienen gastos pero no tienen ingresos? Los préstamos los endeudan aún más. Los pagos en efectivo a los desempleados pueden cubrir la comida y la vivienda, pero no servirán para pagar sus deudas.

Rescate inútil para las mayorías
Las franquicias de comida rápida y las tiendas en los centros comerciales dicen que no pagarán sus alquileres por tres meses. Los dueños de los centros comerciales no podrán pagar a sus acreedores. El rescate no funciona para nadie excepto para quienes causaron el problema. Como están siendo rescatados, tendrán el dinero para comprar o ejecutar la hipoteca de los negocios en bancarrota. Más propiedades se concentrarán en menos manos.
El plan de rescate ideado por los bancos de Nueva York y el Secretario del Tesoro de Trump, que se ganó el nombre de “el rey de las ejecuciones hipotecarias” durante su carrera en Wall Street, deja a los acreedores libres de deudas y a los deudores más endeudados.
Cuanta más deuda se concentra en menos manos y cuanto más endeudados están todos los demás, hay menos poder adquisitivo de los consumidores para impulsar la economía. Los bienes embargados se vuelven menos valiosos a medida que su rentabilidad disminuye con el escaso poder adquisitivo de los consumidores.

Destrucción desde hace décadas
La destrucción de la economía de EE.UU. ha estado en marcha desde que las corporaciones globales trasladaron los trabajos de la clase media al extranjero. Ha estado en marcha desde que el sector financiero desvió una mayor parte de los ingresos de los consumidores al servicio de la deuda. Ha estado en marcha desde que las corporaciones invirtieron sus ganancias en la recompra de sus propias acciones, en lugar de expandir sus capacidades de producción. Ha estado en marcha desde que el alivio cuantitativo (la emisión de dinero de la Reserva Federal para Wall Street) infló los precios de las acciones y los bonos más allá de los valores realistas. Ha estado en marcha desde que las reglas contra la concentración fueron dejadas de lado y la Ley Glass-Steagall fue derogada. Ha estado en marcha desde que las guerras interminables desplazaron la inversión en infraestructura y la expansión de la red de seguridad social.
¿Esto es un complot o una estupidez? Cualquiera que sea la respuesta, la economía está siendo destruida.

Las corporaciones destructivas
El problema económico es que la deuda del sector privado, tanto personal como corporativa, es demasiado grande para ser pagada. Este problema existía antes de la cuarentena por el coronavirus. El cierre significa que hay menos ingresos para pagar el nivel insostenible de la deuda. Este no es un problema que se pueda arreglar con más deuda.
El problema es que los bancos prestan para financiar la compra de activos financieros existentes, no para aumentar el potencial productivo de la economía.
El problema es que las corporaciones usan sus ganancias y piden dinero prestado para recomprar su propio patrimonio en lugar de invertir en sus negocios. Los ejecutivos endeudan a las corporaciones mientras las descapitalizan, y son recompensadas por hacerlo con “bonos de desempeño”.
El problema es que las corporaciones globales que piensan a corto plazo trasladaron empleos estadounidenses de alta productividad y alto valor agregado a Asia, reduciendo así los ingresos obtenidos en los EE.UU., perjudicando la base impositiva estatal y local, y haciendo que la Reserva Federal sustituya un crecimiento en deuda del consumidor en lugar del crecimiento perdido de los ingresos del consumidor.

La nacionalización como solución
Las personas a cargo del arreglo (de la crisis económica) solo lo están arreglando para sí mismos y de manera miope. Solo hay una forma de arreglar la situación, y es reducir las deudas del sector privado a niveles que puedan ser atendidos. Como los acreedores están siendo rescatados independientemente, sus pérdidas de préstamos no importan.
Los rescates bancarios y corporativos son una oportunidad para arreglar la economía de otras maneras importantes. En efecto, los rescates equivalen a la nacionalización. El gobierno debe aceptar la propiedad que está comprando. Entonces el gobierno puede dividir los “bancos demasiado grandes para quebrar” y separar la inversión de la banca comercial, sin tener que aprobar una nueva legislación Glass-Steagall y sin tener que luchar contra el cabildeo financiero en el Congreso.
Una vez separados, los bancos podrían ser vendidos. Esto eliminaría una enorme vulnerabilidad del sistema financiero y restablecería la competencia financiera. Con las corporaciones en manos del gobierno, los trabajos podrían retornar a casa desde el extranjero. La clase media sería restaurada.

La fallida e intocable elite
Estas medidas, junto con una reducción de la deuda, restablecerían el poder adquisitivo de los consumidores. La demanda acumulada impulsaría la economía a un mayor crecimiento como ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial.
Esta es una solución real a un problema real. Pero con el uno por ciento a cargo del problema, no vamos a obtener una solución real. Vamos a obtener más dinero para aumentar los precios de los activos financieros y el papel sobre la deuda insostenible y una economía moribunda con un mercado de valores artificialmente inflado.
La élite nos ha fallado muchas veces. Es hora de destronarlos.

Paul Craig Roberts es un economista y autor estadounidense. Ha tenido carreras en el mundo académico, el periodismo, el servicio público y los negocios. Fue Subsecretario del Tesoro para la Política Económica durante el gobierno de Ronald Reagan. Es presidente del Instituto de Economía Política.

Fuente: https://www.paulcraigroberts.org/2020/04/16/are-we-brewing-a-new-feudalism/
Traducción: Alexandr Mondragón

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