Un estudio realizado por dos profesores de la Universidad de Princeton, determinó científicamente por qué el 99% de los EE.UU. vive bajo la dictadura del 1% –que, como ejemplo, acaba de ver como se aprobó la nueva ley de impuestos totalmente favorable a ellos.
Por Eric Zuesse
En un artículo reciente, el Washington Post (WP) describió cómo se formó el proyecto de ley de impuestos de Estados Unidos, que está a un paso de convertirse en ley, tras haber sido aprobado por Senado entre gallos y medianoche.
El artículo del WP describe, básicamente –al menos en lo que respecta a los cambios en la legislación tributaria– la operación de una dictadura estadounidense por parte de los súper ricos, el 1%, para imponer sus propias leyes al resto, el 99%.
Lo anterior sólo confirma, una vez más, la respuesta a una pregunta realista sobre si, en las últimas décadas, Estados Unidos ha sido una dictadura o, como es la ilusión, una democracia. Según el único análisis científico de los datos relevantes, que se ha hecho para determinar la respuesta, la respuesta definitiva es que los Estados Unidos es una dictadura perpetrada por los más ricos, contra el público en general.
Una clase dictatorial
En otras palabras y para que no haya dudas: el gobierno de los EE.UU. funciona como una aristocracia, a lo que se refiere como una oligarquía, una plutocracia o una cleptocracia; pero, en cualquier caso, y por cualquier nombre, está gobernado por un pequeño número de los extremadamente ricos y sus agentes —en nombre de esos pocos súper ricos— contra las preocupaciones e intereses y necesidades del público (todos los demás).
Entonces: en vez de ser un gobierno del pueblo (el “demos” es el término griego para él), es un gobierno en nombre de una pequeña clase dictatorial, de extrema riqueza —cualquiera que sea el nombre que podamos etiquetar a esta clase dominante.
La ciencia que halló la dictadura
El estudio científico que determinó por qué el 99% de los EE.UU. vive bajo la dictadura del 1%, fue realizado por los profesores Gilens y Page, de la Universidad de Princeton. Ellos examinaron “1,779 casos entre 1981 y el 2002, en los que una encuesta nacional del público en general formuló una pregunta a favor / en contra sobre el cambio de una política propuesta”, y comparó esas preferencias del público versus las preferencias de política pública —con respecto a esos mismos asuntos— de los súper ricos.
El estudio descubrió que solo las preferencias de política pública de los súper-ricos y sus agentes pagados, se convirtieron abrumadoramente en leyes de los Estados Unidos. Mientras que las preferencias que las preferencias del público en materia de política pública —excepto en la retórica política y las promesas vacías, fraudes perpetrados para engañar al público— fueron ignorados.
Además, existe evidencia de que incluso en algunos gobiernos locales o estatales en los Estados Unidos, existe una considerable corrupción y, por lo tanto, prevalece una inclinación extrema en favor de los ricos o los bien conectados entre los caciques políticos —ya sean republicanos o demócratas.
Ley escrita por los cabilderos
Además, como se mencionó al inicio, un número reciente de la sección “PowerPost” del WP se tituló “The Finance 202: La gran prueba de la revisión tributaria”, que describió en detalle cómo se estaba dando forma a los impuestos bajo el gobierno de Trump.
El artículo informaba que los cabilderos moldearon al 100% la ley por la cual los dueños de casas de la clase media y trabajadora tendrán que pagar más impuestos. Es un detalle magnífico sobre como los cabilderos estaban escribiendo la ley para que sus patrones —los súper ricos del 1%— paguen menos impuestos, o nada, sobre las transacciones monetarias, el comercio de caballos… y no solo para las corporaciones, sino también para los cabildos no empresariales más adinerados, incluidos los “sin fines de lucro”, cabildos que, por supuesto, dependen de manera abrumadora de los multimillonarios para su financiación.
En resumen, el artículo describe que se está repartiendo y sirviendo, lo que está siendo dividido por los gobiernos y servido a los súper ricos.
La política “Made for the Richs”
Entonces, ¿es de extrañar por qué Gilens y Page encontraron que EE.UU. es gobernado por una dictadura? Ellos descubrieron, científicamente, que “las élites económicas y los grupos organizados que representan (los grandes) intereses comerciales, tienen impactos sustanciales sobre la política gubernamental de EE.UU. Es decir, son “Hechas para los Ricos”.
En la otra cara de la moneda, los grupos de interés basados en las masas y los ciudadanos promedio, tienen poca o ninguna influencia —por “grupos de masas” se hacía referencia a lo que la izquierda a menudo llama “movimientos” u organizaciones “de base”.
Después de todo, ¿qué pasó con “Ocupar Wall Street”? Nada. Fue una gran pérdida de tiempo y esfuerzo. Los movimientos auténticos son marginalizados (infiltrados para ser destruidos), porque los medios de comunicación de los multimillonarios los desprecian. En tanto que los movimientos populares falsos, como el “movimiento” The Tea Party de los multibillonarios hermanos Kochs, se convierten en armas, porque los “noticieros” de los multimillonarios los tratan extensamente, y a menudo les conceden respeto.
El gobierno del 1%, por el 1% y para el 1%
La única gran diferencia entre los políticos republicanos y los demócratas, entonces, es que, mientras que los republicanos ni siquiera tienen que fingir oponerse a la codicia ilimitada (ya que apoyan la ideología de los “emprendedores” y de los “espíritu competitivo”), los políticos demócratas sí tienen que fingir (ya que sus votantes son liberales, y los liberales no comparten la fe libertaria de los conservadores de que “la avaricia es buena”). Pero los resultados, incluso cuando los demócratas están en el poder, son mucho más útiles para los multimillonarios que para el público.
El gobierno de los Estados Unidos, por lo tanto, es de unas pocas personas, de los multibillonarios y de los multimillonarios —que tiene a su ejército de mercenarios, los cabilderos y los “políticos electos” que aprueban sus leyes. Eso es un hecho establecido científicamente. Y si quiere corroborarlo, solo basta ver la ley de impuestos aprobada.
Traducción: A. Mondragón
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