La estafa de la Guerra Fría nunca terminó para EE.UU.

Lo que debería hacer Biden es declarar el fin de la Guerra Fría y abolir la OTAN de inmediato. Sin embargo, a diferencia del presidente J.F. Kennedy, que resolvió pacíficamente la Crisis de los Misiles Cubanos en 1962, Biden está cediendo al poder del Pentágono y la CIA y, en el proceso, les permite continuar con su peligrosa y destructiva estafa de la Guerra Fría.

Por Jacob G. Hornberger
Hay algo importante que reconocer sobre la Guerra Fría: el gobierno de los Estados Unidos nunca le puso fin. En cambio, fue terminado por la Unión Soviética. Si hubiera dependido del establishment de la seguridad nacional de EE.UU., la Guerra Fría habría continuado para siempre, porque es la más grande estafa en la historia de EE.UU., una que ha expandido continuamente la generosidad —del gobierno con miles de billones de dólares, financiados con los impuestos del contribuyente por más de siete décadas— el poder y la influencia del Pentágono, la CIA y la NSA.

La “traición” de los soviéticos
En cierto sentido, el establishment de seguridad nacional de EE.UU. consideró una traición la decisión unilateral de la Unión Soviética de poner fin a la Guerra Fría. Se suponía que los soviéticos no debían hacer eso. La supuesta conspiración comunista internacional para conquistar los Estados Unidos, que supuestamente tenía su sede en Moscú, estaba sirviendo como un fantástico fantasma que se utilizó para asustar al pueblo estadounidense y que este apoyara la continuación de la estafa de la Guerra Fría.
Hay algo más que reconocer sobre la Guerra Fría: para el gobierno de los EE. UU., realmente nunca terminó. No estaban dispuestos a dejar que los Rojos dictaran el final de su estafa. Estaban obligados y decididos a encontrar alguna manera de mantener el negocio en marcha.

Rodeando a Rusia con la OTAN
Se trataba mantener a la OTAN, junto con la absorción gradual de los países del antiguo Pacto de Varsovia (sin la aprobación expresa del Congreso), lo que permitió que las fuerzas de la OTAN se acercaran cada vez más a las fronteras de Rusia.
Entonces, ¿por qué en el mundo querría que la Unión Soviética comenzar otra guerra, especialmente sabiendo que estaría peleando contra los Estados Unidos, su socio y aliado de la Segunda Guerra Mundial, cuyos funcionarios tenían armas nucleares y estaban más que dispuestos a usarlas contra ciudades pobladas?

La protección de la URSS
¿Qué pasaba con la continua ocupación soviética de Europa del Este, después de la II Guerra Mundial? No era justificable, pero ciertamente era comprensible. Los soviets acababan de ser invadidos por el ejército nazi, que había estado muy cerca de conquistar la Unión Soviética.
Una vez que hicieron retroceder al ejército alemán y luego lo derrotaron, lo último que iban a hacer los soviéticos era renunciar a su protección de Europa del Este contra futuras invasiones alemanas. Además, no debemos olvidar algo importante: en la Conferencia de Yalta en 1945, el presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt, acordó que los soviéticos podrían tener Europa del Este.

Una crisis fabricada por EE.UU.
Cuando los soviéticos desmantelaron unilateralmente su imperio y abandonaron Europa del Este en 1989, Estados Unidos tuvo una excelente oportunidad de hacer su parte para restaurar un mundo pacífico y armonioso. Debería haber desmantelado la OTAN inmediatamente. La aparente misión de la OTAN de proteger a Europa Occidental de la Unión Soviética había terminado. Si la OTAN hubiera sido abolida, hoy no habría una crisis en Ucrania.
Debido a que el Pentágono y la CIA mantuvieron la existencia de la OTAN y, lo que es peor, comenzaron a absorber a los países del antiguo Pacto de Varsovia, hoy en día hay una crisis en Ucrania. (Nota del Traductor: Más grave aún, EE.UU. está provocando a Rusia para que invada Ucrania y crearle un nuevo Afganistán, pero los rusos ya saben muy bien esa historia.)

La idea de misiles en Ucrania
Así como los funcionarios estadounidenses se vuelven locos ante la idea de que Rusia instale misiles en Cuba, los funcionarios rusos se vuelven locos ante la idea de que la OTAN instale misiles en Ucrania, que está en la frontera con Rusia. Los intervencionistas estadounidenses afirman que Rusia está siendo paranoica. Dicen que el gobierno de EE.UU. es una nación amante de la paz que nunca atacaría a Rusia.
¿En serio? Me pregunto si el pueblo iraquí y el pueblo afgano estarían de acuerdo con esa parte amante de la paz. Pero hay algo más que considerar: no son solo los EE.UU. los que están en la OTAN. También lo está Alemania —la nación que invadió la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial y sembró allí una muerte y una destrucción masivas. ¿Por qué sorprendería a alguien que Rusia pudiera ser reticente a tener tropas y misiles alemanes en las fronteras de Rusia?

La clave: el oleoducto NS2
Alemania parece entender esto, lo que explicaría su negativa a enviar armamentos a Ucrania. Otros miembros de la OTAN critican a Alemania por ser “débil” frente a la “agresión” rusa. En realidad, Alemania está demostrando que comprende la posición de Rusia. (Nota del Traductor: Aparte está la cuestión del oleoducto Nord Stream 2, que haría de Alemania el administrador del gas ruso para gran parte de Europa y que, realmente, es el meollo del asunto porque, además, dejaría a Ucrania fuera del negocio.)

Recordando la empatía de JFK
Ayer escribí acerca de cómo el presidente Kennedy hacía todo lo posible por ponerse en el lugar de un adversario (la empatía), para tratar de entender por qué su oponente estaba tomando ciertas acciones. De esa manera, JFK pudo diseñar una solución a una crisis que tomaría en consideración las preocupaciones de su oponente. Así fue como Kennedy pudo resolver la Crisis de los Misiles Cubanos sin ir a la guerra nuclear con los soviéticos, para el gran enojo e incluso furia de sus enemigos dentro del Pentágono y la CIA.
Lástima que el presidente Biden no pueda hacer eso. Lo que debería hacer Biden es declarar el fin de la Guerra Fría y abolir la OTAN de inmediato. Sin embargo, a diferencia de Kennedy, Biden está cediendo al poder del Pentágono y la CIA y, en el proceso, les permite continuar con su peligrosa y destructiva estafa de la Guerra Fría.

Jacob G. Hornberger es fundador y presidente de The Future of Freedom Foundation. Nació y creció en Laredo, Texas, y recibió su B.A. en economía del Instituto Militar de Virginia y su título de abogado de la Universidad de Texas. Fue abogado litigante durante doce años en Texas.

Texto original: https://www.fff.org/2022/01/27/the-cold-war-racket-never-ended-for-the-u-s/
Traducción: A. Mondragón

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