La Gran Muralla económica de Trump

A finales del año pasado, cuando avizoramos la formación de un Nuevo Sistema Mundo Capitalista Euroasiático, describimos metafóricamente La Muralla Invisible que China trazó en Siria —la nación geopolíticamente clave para el nuevo sistema. Tres meses después —más allá de su anunciado plan para reconstruir las fuerzas militares de EE.UU., en el marco de declarar a China y Rusia como “potencias enemigas”— Trump acaba de lanzar su Gran Muralla Económica. Es difícil saber si es su propia idea o sólo una táctica aconsejada para propósitos electoreros, pero sea cual fuera la razón esto es otro signo del acelerado final del Sistema Mundo que EE.UU. dominó desde el siglo pasado.

Global Times

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que Estados Unidos comenzará a imponer un arancel de 25 por ciento para el acero importado y un 10 por ciento para el aluminio —desde esta semana.
Como una violación obvia de las normas de la OMC (Organización Mundial de Comercio), este plan provocará represalias de los países afectados e inflará el costo para las empresas de materiales de construcción y los fabricantes de automóviles, lo que eventualmente dañará a los consumidores estadounidenses.
El mundo se dirige hacia la reducción de impuestos. En la economía globalizada, los aranceles altos no pueden proteger los intereses nacionales, ya que la recolección de impuestos pueden ser afectados; además, aumentan los precios domésticos.

W. Bush también lo intentó

En el 2002, la administración de George W. Bush impuso aranceles altos con la esperanza de proteger a las empresas siderúrgicas estadounidenses, lo que provocó feroces protestas de la Unión Europea (UE). Las tarifas aseguraron los empleos de 20,000 trabajadores estadounidenses, pero resultaron en que 200,000 personas que perdieron sus trabajos. Finalmente, la administración Bush abolió los aranceles en 2003, después de que la OMC dictaminó en contra de los EE. UU.
Más de una docena de años más tarde, los aranceles mundiales se han reducido aún más, y todos los países se han acostumbrado a las bajas tasas impositivas. La decisión arancelaria de Trump va en contra de la tendencia histórica. No verá otro final que el fracaso en el siglo XXI.
Estados Unidos está descontento por su gran déficit comercial con China, pero requiere esfuerzos del sistema económico estadounidense para revertir la tendencia.

Un leve rasguño para China

Estados Unidos cree que China sufrirá más con los nuevos aranceles. Sin embargo, China es el undécimo mayor exportador de acero a los Estados Unidos, después de Canadá, Brasil, Corea del Sur, México, Rusia, Turquía, Japón, Alemania, Taiwán de China e India. Los productos de acero de China se venden principalmente en el sudeste asiático. El comercio de aluminio es similar.
Canadá y la UE protestaron inmediatamente contra los nuevos aranceles de Trump. Sospechamos que la retórica de “castigar a China” de Trump, es solo una táctica para apaciguar a sus aliados.
Sería inimaginable que Trump eleve los aranceles en varios sectores similares a la construcción de un muro económico, detrás del cual Estados Unidos intentaría resucitar una serie de empresas más caras que el promedio mundial. Para entonces, los precios de los productos básicos estadounidenses aumentarían y sus exportaciones sufrirían, convirtiendo a la superpotencia en un país extraño.

Politiquería para la re-elección

Trump será incapaz de impulsar tal “reforma”, ya que se encontrará con una gran oposición en los EE. UU., y el mundo no lo permitirá.
Con estas políticas que ayudarían a su reelección, Trump puede recibir más apoyo que oposición en un corto período de tiempo. Sin embargo, será a costa de los intereses a largo plazo de los EE. UU.
La exageración de los aranceles está destinada a compensar los recortes de impuestos internos, aprobados a finales del año pasado. Al gobierno estadounidense le falta dinero después de los recortes de impuestos. El aumento de los aranceles, por pequeños que sean, contribuye a las arcas del gobierno. Solo la Casa Blanca sabe si esta es la mentalidad de Trump.

Traducción: A. Mondragón

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*