La guerra comercial y el daño al liderazgo tecnológico de EE.UU.

Por Thomas L. Knapp
El 15 de mayo, el presidente Donald Trump emitió una “Orden Ejecutiva para asegurar la tecnología de la información y las comunicaciones y la cadena de suministro de servicios”.
De conformidad con esa orden, varias empresas en Estados Unidos (incluidos Google, Qualcomm e Intel) y en el extranjero (incluidas Panasonic y Arm) redujeron o incluso eliminaron por completo sus vínculos con la firma china Huawei.
Por debajo de las afirmaciones de seguridad nacional que se pueden utilizar para justificarlo, la orden de Trump es solo otro ejercicio del proteccionismo económico. Él cree que está asegurando la posición de EE.UU. como el líder mundial en el sector tecnológico. En realidad, está demoliendo esa posición.

Empresas de EE.UU. fuera del negocio
Huawei es solo una compañía, pero es un gigante. Vende sus productos y servicios en más de 170 países y a 45 de los 50 operadores de telecomunicaciones más grandes del mundo. Un tercio de la población mundial utiliza sus redes.
Trump no solo está eliminando a Huawei de los Estados Unidos. También está eliminando a las empresas estadounidenses de las relaciones lucrativas con Huawei.
Muy pronto Huawei perderá el acceso al sistema operativo Android de Google. Ya lleva un tiempo trabajando en su propio reemplazo interno. Probablemente, también tiene planes de contingencia para reemplazar los chips Intel, Qualcomm y Arm en sus teléfonos con chips producidos en China, tal vez por el propio Huawei.

El efecto más trascendental
Nada de lo que Trump haga puede poner a Huawei fuera del negocio. Él puede dañarlo temporalmente, pero no puede aniquilarlo permanentemente. El efecto más trascendental de su orden es poner a Huawei en advertencia de que no debe, bajo ninguna circunstancia, volver a encontrarse a merced de los proveedores estadounidenses y de la buena voluntad del gobierno de EE.UU.
Si Trump “gana” sus guerras comerciales, ¿volverá Huawei a utilizar a los proveedores de EE.UU. con quienes hacia negocios? Eso es muy poco probable. El canino sólo nos muerde una vez.

Las compañías yéndose de EE.UU.
Otras compañías tecnológicas globales y otros gobiernos están observando, y, a menos que sean estúpidos, están sacando las mismas conclusiones. Si le puede pasar a Huawei, les puede pasar a ellos. No importa el resultado inmediato, el truco de Trump ha hecho un daño irreparable a largo plazo a la confianza global en los gigantes tecnológicos de EE.UU.
En cuanto a esas compañías estadounidenses, si son inteligentes, ya están investigando qué se necesitará para mover sus funciones ejecutivas y la mayor cantidad de operaciones posible, al extranjero, por las mismas razones. Están en el negocio para ganar dinero, no para servir a los caprichos de analfabetos económicos como Donald Trump.
La burbuja comercial de Trump está explotando. Las consecuencias no son nada agradables. Y van a empeorar.

Thomas L. Knapp (Twitter: @thomaslknapp) es director y analista senior de noticias en el Centro William Lloyd Garrison para la Defensa del Periodismo Libertario.

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