La guerra tecnológica y el fin del imperialismo estadounidense

Una prohibición china pendiente sobre las exportaciones de materiales estratégicos y tecnología, presagia el fin del orden mundial dominado por Estados Unidos.
Por Bhim Bhurtel
China anunció el martes (13 de octubre) su intención de avanzar una iniciativa legislativa, para prohibir la exportación de sustancias estratégicas y tecnología a empresas extranjeras, que podrían representar una “amenaza para la seguridad nacional”.
Se espera que la legislación sea ratificada a principios del próximo año después de que el órgano legislativo de China, el Congreso Nacional del Pueblo, la apruebe.
Esta legislación puede ser la primera de este tipo en la historia comercial de China.
La ley podría prohibir la exportación de suministros estratégicamente esenciales, como materiales y tecnología de tierras raras, a empresas estadounidenses y sus filiales extranjeras.
Anteriormente, a fines de agosto, los ministerios de Comercio y de Ciencia y Tecnología de China anunciaron, conjuntamente, una actualización del catálogo de “tecnologías cuya exportación está prohibida o restringida”. Fue la primera actualización del catálogo desde el 2008.

Un ojo por ojo por la Lista Negra
Estas decisiones parecen un ojo por ojo a la “Lista de Entidades” (o Lista Negra) emitida por EE.UU. y dirigida al gigante tecnológico chino Huawei y al Semiconductor Manufacturing International Corporation (SMIC).
Beijing también adoptó la política de “circulación dual” a fines de junio. Esto tiene como objetivo preparar la economía para la autosuficiencia, sí Estados Unidos se desvincula económicamente de China por completo.
De manera similar, en la 75ª Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre, el presidente chino, Xi Jinping, sorprendió a los observadores al prometer que la economía de su país sería neutral sobre carbono para el 2060 o antes.
A primera vista, parece que Beijing ha tomado represalias contra los aranceles estadounidenses, sobre las exportaciones chinas y las sanciones contra sus empresas tecnológicas. Sin embargo, su última iniciativa legal, si entra en vigor, afectará profundamente la geopolítica y la geoeconomía globales en el futuro.

El cambio hacia un Nuevo Orden Mundial
La historia cuenta que el orden mundial cambia en tiempos de crisis. La crisis de la Segunda Guerra Mundial trajo una ola de descolonialismo en el mundo. Los movimientos de liberación nacional contra el colonialismo europeo se extendieron por muchos países asiáticos, africanos y latinoamericanos.
Del mismo modo, la crisis actual del Covid-19 ha sentado las bases para un nuevo orden mundial influenciado por China. China jugará un papel crucial como punto de partida para el fin de otro fenómeno, el imperialismo (anglosajón), algo que Estados Unidos ha estado practicando como parte del orden mundial posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Después del colapso de la Unión Soviética, Estados Unidos creía que disfrutaba de una supremacía mundial indiscutible. Pero en el mundo pospandémico, el mapa geopolítico cambiará drásticamente. Y China será fundamental para ese cambio.

El mensaje a Estados Unidos
China quiere enviar un mensaje a Estados Unidos de que no puede establecer reglas de comercio internacional unilateralmente, sobre la base de su capacidad militar y sus alianzas estratégicas y militares.
Es difícil predecir la fecha exacta de la culminación completa de la decadencia del imperialismo estadounidense. Aun así, ese proceso ya ha comenzado. Es similar a la decadencia del dominio colonial británico después de la Segunda Guerra Mundial. Se cree ampliamente que el final completo del dominio británico coincidió con la crisis de Suez de 1956.
Aunque el imperialismo es un concepto antiguo en las ciencias sociales, el economista político británico A.J. Hobson lo discutió sistemáticamente en 1902 por primera vez. Más tarde, en 1916, el líder revolucionario ruso Vladimir Lenin escribió un libro titulado Imperialismo, la etapa más alta del capitalismo.
Lenin aplicó con éxito la noción de Hobson al análisis marxista en las circunstancias geopolíticas emergentes de Europa que llevaron a la Primera Guerra Mundial. La feroz competencia entre los estados capitalistas europeos, había provocado una guerra a escala mundial por el control de los recursos y el comercio.
La Enciclopedia de Filosofía de Stanford reconoce la contribución de Lenin al imperialismo. Dice: “El impacto duradero del enfoque marxista es evidente en los debates contemporáneos sobre el imperialismo estadounidense, un término que generalmente significa hegemonía económica estadounidense, independientemente de si dicho poder se ejerce directa o indirectamente“.

El imperialismo de la posguerra
En su discurso inaugural presidencial de Estados Unidos el 20 de enero de 1949, Harry S. Truman declaró: “El viejo imperialismo, la explotación con fines de lucro extranjero, no tiene cabida en nuestros planes. Lo que prevemos es un programa de desarrollo basado en los conceptos de trato justo democrático”.
Pero a pesar de la retórica de Truman, Estados Unidos ha practicado continuamente el imperialismo en todo el mundo de la posguerra.
En contraste con el colonialismo, el dominio directo y la explotación económica de las colonias por parte de las grandes potencias, el imperialismo impone directa o indirectamente las reglas del comercio internacional, a través del poder militar y las armas estratégicas. Estas reglas aseguran entonces que el excedente económico fluya hacia el poder imperialista. Estados Unidos ha mantenido su dominio económico y político en el mundo adoptando el imperialismo.
Por ejemplo, el Acuerdo Plaza destruyó la economía japonesa en la década de 1990. La tasa de expansión de la economía japonesa había sido mucho mayor que la de Estados Unidos. La industria manufacturera de Japón lideraba las exportaciones a nivel internacional y el país era ahora la segunda economía más grande.

La rivalidad de Japón destruida
Para seguir siendo una superpotencia indiscutible, Estados Unidos necesitaba detener el crecimiento económico de Japón. Washington inició las negociaciones del Acuerdo Plaza y Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido y Japón firmaron el acuerdo. Tokio fue intimidado por la presencia militar estadounidense en Japón.
El Acuerdo Plaza fue muy influyente en la economía japonesa. Condujo a la burbuja de los precios de los activos japoneses de finales de la década de 1980 y, finalmente, a la década perdida a partir de principios de la de 1990. Muchos japoneses sienten que todavía no se han recuperado por completo de ese efecto.
China ha cosechado beneficios sin precedentes de la globalización durante los últimos 40 años. Sus avances en la fabricación y el desarrollo tecnológico son similares a los de Japón en la década de 1980. Estados Unidos ahora se ve a sí mismo como el perdedor de la globalización económica. Si Estados Unidos no logra algo como el Acuerdo Plaza en el caso de China, perderá su corona de superpotencia.

EE.UU. intentando aplicarlo a China
Es por eso que Estados Unidos ha estado librando una guerra comercial y tecnológica contra China desde marzo del 2018.
Estados Unidos cree que, con sus fuerzas militares y alianzas estratégicas, puede intimidar a China para que acepte sus condiciones comerciales. También cree que puede impedir el avance económico y tecnológico de China, como lo hizo en el caso de Japón al restablecer las reglas comerciales y prohibir las empresas tecnológicas chinas.
Al anunciar la nueva legislación para hacer cumplir las prohibiciones de exportación, China quiere enviar un mensaje claro de que Estados Unidos no puede establecer reglas de comercio internacional unilateralmente, a través del poder militar y alianzas militares y estratégicas. China no se dejará intimidar por tales amenazas y no repetirá el error que cometió Japón.
Estados Unidos ha intensificado la presión generalizada sobre China durante la pandemia del Covid-19. También ha tratado de utilizar a sus aliados para presionar a China para que reacomoden sus relaciones comerciales.

La prohibición el punto de inflexión
Los estrategas estadounidenses estimaron que China colapsaría económicamente debido a la crisis pandémica. Sin embargo, la realidad fue al revés. China ha contenido con éxito el coronavirus desde el primer trimestre de 2020, mientras que Estados Unidos se ha visto muy afectado económicamente y en términos de muertes por la enfermedad.
Ahora China ha comenzado a tomar represalias contra el aventurerismo estadounidense. Por lo tanto, la nueva legislación de exportación de China pondrá en marcha el fin del imperialismo estadounidense.
Los historiadores y los científicos sociales encontrarán que la crisis de Covid-19 jugó un papel crucial para acabar con el imperialismo estadounidense, y que el punto de inflexión fue la prohibición de China de exportar material estratégico y tecnología a empresas extranjeras que podrían representar una amenaza para su “seguridad nacional”.

Bhim Bhurtel es profesor visitante para una maestría en relaciones internacionales y diplomacia, en la Universidad Tribhuvan en Katmandú, y profesor para un programa de maestría en Economía del Desarrollo, en la Universidad Abierta de Nepal. Fue director ejecutivo del Centro de Asia Meridional de Nepal (2009-14), un grupo de expertos sobre el desarrollo de Asia meridional con sede en Katmandú.

Texto original: https://asiatimes.com/2020/10/losing-trade-tech-war-means-end-of-us-imperialism/
Traducción: A. Mondragón

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