Por Pepe Escobar
Como una encarnación viva de cómo se encontrarán Oriente y Occidente, Kishore Mahbubani es inmensamente más capaz de hablar de las complejidades vinculadas a China, que los superficiales y autodenominados “expertos” occidentales sobre Asia y China.
Especialmente ahora que la guerra-híbrida y de la híper demonización 2.0 contra China, es practicada por la mayoría de las facciones del gobierno de los EE.UU., el Estado Profundo y el establishment de la Costa Este.
Distinguido becario del Instituto de Investigaciones sobre Asia de la Universidad Nacional de Singapur, ex presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (de 2001 a 2002) y decano fundador de la Escuela de Política Pública Lee Kuan Yew (2004-2017), Mahbubani es el diplomático asiático por excelencia.
Aplicando el Tao… fluyendo como el agua
A él no le gusta pavonearse. Por el contrario, siempre despliega una paciencia infinita –y conocimientos internos– cuando intenta explicar, especialmente a los estadounidenses, qué es lo que hace que la civilización-estado de china funcione.
A través de un libro elegantemente argumentado y repleto de hechos persuasivos, se siente como si Mahbubani estuviera aplicando el Tao. Es como el agua. Déjala fluir. Flota como una mariposa que va más allá de su propia “conclusión paradójica”: “Una gran contienda geopolítica entre EE.UU. y China es inevitable y evitable”. Se centra en los caminos hacia lo “evitable”.
El contraste con la mentalidad de confrontación, la rancia e irrelevante Trampa de Tucídides que prevalece en EE.UU., no podría ser más marcado. Es muy esclarecedor observar el contraste entre Mahbubani y Graham Allison de la Universidad de Harvard –que parecen admirarse mutuamente– en un debate del Instituto de China.
Una pista importante de su enfoque es cuando Mahbubani nos cuenta cómo su madre hindú, solía llevarlo a los templos hindúes y budistas en Singapur –incluso cuando en la isla-estado la mayoría de los monjes budistas eran en realidad chinos. Aquí encontramos encapsulado el cruce clave cultural/filosófico India-China que define el “profundo” Asia Oriental, uniendo el Confucionismo, el Budismo y el Tao.
Todo es sobre el dólar americano
Para las manos asiáticas, y para aquellos, como en mi caso, que han vivido en Singapur, siempre es fascinante ver cómo Mahbubani es el discípulo por excelencia de Lee Kuan Yew, aunque sin la altivez. Su enorme esfuerzo por entender a China desde dentro, a través del espectro, durante décadas, es más que visible, y está lejos de ser un discípulo del Partido Comunista Chino (PCCh).
Y él subraya este punto de múltiples maneras, mostrando cómo, en el lema del partido, “Chino” es mucho más importante que “Comunista”: “A diferencia del Partido Comunista Soviético, [el PCCh] no está montado en una ola ideológica; está montado en la ola de una civilización resurgente… la civilización más fuerte y resistente de la historia”.
Ineludiblemente, Mahbubani esboza los desafíos y las deficiencias geopolíticas y geoeconómicas tanto de China como de Estados Unidos. Y eso nos lleva al argumento clave del libro: cómo él explica a los estadounidenses la reciente erosión de la confianza mundial en la antigua “nación indispensable”, y cómo el dólar estadounidense es su talón de Aquiles.
El inevitable contragolpe contra el dólar
Así que una vez más tenemos que revolcarnos en el interminable fango del estatus de la moneda de reserva; su “exorbitante privilegio”, la reciente militarización total del dólar estadounidense e –inevitablemente– el contragolpe: esas “voces influyentes” que ahora trabajan para dejar de usar el dólar estadounidense como moneda de reserva.
Entra la tecnología de las cripto-monedas digitales y el impulso chino para crear una moneda alternativa basada en dicha tecnología. Mahbubani nos lleva a un foro de China Finance 40, en agosto del año pasado, cuando el subdirector del Banco Popular de China, Mu Changchun, dijo que el PBOC estaba “cerca” de emitir su propia criptodivisa.
Dos meses más tarde, el Presidente Xi anunció que la cripto-moneda se convertiría en una “alta prioridad” y una cuestión de estrategia nacional a largo plazo. Está sucediendo ahora. El yuan digital –como una “criptomoneda soberana“– es inminente.
Y eso nos lleva al papel del dólar americano en la financiación del comercio mundial. Mahbubani analiza correctamente que una vez que esto termine, “el complejo sistema internacional basado en el dólar americano podría derrumbarse, rápida o lentamente”. El plan maestro de China es acelerar el proceso conectando sus plataformas digitales –Alipay, WeChat Pay– en un sistema global.
El siglo asiático
Como explica cuidadosamente Mahbubani, “aunque los líderes chinos quieren rejuvenecer la civilización china, no tienen el impulso misionero de apoderarse del mundo y hacer que todos sean chinos”. Y aun así, “EE.UU. se convenció a sí misma de que China se ha convertido en una amenaza existencial”.
Entre los mejores y más brillantes de toda Asia, Mahbubani incluido, nunca dejan de sorprenderse por la total incapacidad del sistema estadounidense para “hacer ajustes estratégicos a esta nueva fase de la historia”. Mahbubani dedica un capítulo entero al dilema –”¿Puede EE.UU. hacer giros en U?”.
En el apéndice incluso añade un texto de Stephen Walt, quien desacredita “el mito del excepcionalísimo americano”. No hay pruebas de que el espíritu de Exceptionalistan esté siendo seriamente cuestionado.
Un reciente informe de McKinsey analiza si la “próxima normalidad” surgirá de Asia, y algunas de sus conclusiones son inevitables: “La futura historia global comienza en Asia”. Va mucho más allá de los números prosaicos que dicen que en 20 años, para el 2040, “se espera que Asia represente el 40% del consumo mundial y el 52% del PIB”.
Viviendo hoy el punto de inflexión
El informe argumenta que, “miraremos esta pandemia como el punto de inflexión cuando el siglo asiático realmente comenzó”.
En 1997, durante la misma semana en que cubría la entrega de Hong Kong, publiqué un libro en Brasil cuyo título traducido era “El 21: El Siglo Asiático (extractos de algunos capítulos pueden ser encontrados aquí). Para entonces ya había vivido en Asia durante tres años, y aprendí bastantes lecciones importantes del Singapur de Mahbubani.
China entonces era todavía un jugador distante en el nuevo horizonte. Ahora es un juego de pelota completamente diferente. El siglo asiático –en realidad el siglo euroasiático– ya está en marcha, a medida que la integración de Eurasia se desarrolla impulsada por acrónimos trabajadores (BRI, AIIB, SCO, EAEU) y la asociación estratégica Rusia-China.
El libro de Mahbubani, que capta la escurridiza e insoportable ligereza de China, es la última ilustración de este inexorable flujo de la historia.
Pepe Escobar es un analista geopolítico independiente, escritor y periodista. Escribe para The Roving Eye, Asia Times Online, y trabaja como analista para RT, Sputnik News y Press TV. Anteriormente trabajó para Al Jazeera.
Texto Original: https://asiatimes.com/2020/04/the-unbearable-lightness-of-china/
Traducción: A. Mondragón
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