La relación simbiótica que se encamina a la “tarea histórica” de un Nuevo Sistema Mundo en el Siglo XXI

El presidente de China Xi Jinping y su par de Rusia Vladimir Putin. Foto: Getty Images

Cuando sucedió el 11-S y el Hegemon Imperial emprendió sus “guerras infinitas” contra el “terrorismo” en el Oriente Medio, alguien dijo que si Osama Bin Laden derribó las Torres Gemelas para causar el vasto despliegue militar de Estados Unidos en el Oriente Medio, hay que aceptar que tenía una mente lúcidamente estratégica para inducir a EE.UU. a su propia auto-destrucción.
Nunca sabremos si Osama lo pensó así. Lo que si es cierto es que hoy en día la “Superpotencia Indispensable” —dixit Obama— no es más que una sombra de lo que fue hace dos décadas. Y más relevante aún, está siendo desplazado de su lugar preminente en el Sistema Mundo por dos grandes potencias emergente: China y Rusia. ¿Por qué? Ciertamente no es difícil de explicar.
Una de las razones, sino la principal, es que en el 2001, mientras los neoconservadores de EE.UU. —que controlaban el gobierno de George W. Bush— emprendían sus “guerras infinitas” en el Oriente Medio —que en realidad era la privatización del multibillonario negocio del Pentágono y el control de los carteles petroleros que rindieron pingües ganancias en la primera década del siglo XXI, en el 2011 el petróleo llegó a costar $120 el barril—, China y Rusia comprendieron que era el momento histórico preciso para emprender una alianza simbiótica-estratégica —como lo anticipó con temor el geógrafo inglés John Halford Mackinder en 1904— y —teniendo como base un espectacular desarrollo capitalista industrial, tecnológico y científico nunca antes visto en la historia de la humanidad, como es el caso de China, y la hipermoderna capacidad tecnológica-militar de Rusia para frenar el poderío armamentista del Hegemon— sentar las bases de lo que ahora vemos con mayor claridad: Lograr una “tarea verdaderamente histórica” —como lo dijo Ministro de Relaciones Exteriores Sergey Lavrov en la Sexta Conferencia Internacional Rusia y China: Cooperación en una Nueva Era, Moscú, 1 de junio de 2021— que nosotros lo hemos llamado la edificación en ciernes del Nuevo Sistema Mundo Euroasiático, la razón de nuestro portal.
¿Cómo se forjó y que llevó a cabo esta alianza simbiótica-estratégica? Pues bien el discurso del Primer Ministro ruso antes mencionado, nos da una comprensión de cómo nació la gran dupla que llevará a cabo la tarea de jubilar al Viejo Sistema Mundo Occidental —en crisis desde finales de los años 1990’s como lo advirtió el sociólogo estadounidense Immanuel Wallerstein—, ante la emergencia del Nuevo Paradigma. A continuación el discurso:

Sr. Wang Yi,
Sr. Ivanov,
Colegas, amigos,
El mayor desarrollo de la asociación estratégica con China es una de nuestras principales prioridades. Está estipulado en el Concepto de Política Exterior, que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, aprobó en noviembre del 2016. Agradecemos a nuestros colegas del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales (RIAC) y la Academia China de Ciencias Sociales (CASS) por organizar un sexto conferencia conjunta. Consideramos que es una oportunidad para revisar el estado actual y las perspectivas de desarrollo de nuestra cooperación bilateral y su creciente influencia en los acontecimientos mundiales.
Este es un año especial para nosotros: hace 20 años, el 16 de julio del 2001, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el presidente de China, Jiang Zemin, se reunieron en Moscú para firmar el Tratado de Buena Vecindad, Amistad y Cooperación. Al pasar esta nueva página en sus relaciones, las partes demostraron su determinación de transmitir su amistad de generación en generación. El tratado formalizó la definición política aplicada anteriormente de las relaciones bilaterales como “una asociación de (…) igualdad y confianza y colaboración estratégica”. En otras palabras, este documento internacional, verdaderamente histórico, ha dejado constancia del desarrollo de un nuevo modelo de nuestras relaciones interestatales y su progreso hacia una etapa fundamentalmente nueva.

Me gustaría señalar que el Tratado se basa en las normas universalmente reconocidas del derecho internacional, en primer lugar los objetivos y principios de la Carta de las Naciones Unidas. Sella el acuerdo de las partes sobre el apoyo mutuo en la defensa de la unidad nacional y la integridad territorial, así como su compromiso de no ser los primeros en utilizar armas nucleares entre sí y de no apuntar misiles nucleares estratégicos entre sí. El documento también formuló el principio de “respetar la elección de cada uno del curso del desarrollo político, económico, social y cultural”. Las partes se comprometieron a ponerse en contacto y consultarse de inmediato en caso de amenaza de agresión y a no permitir que su territorio sea utilizado por terceros países en detrimento de la soberanía nacional, la seguridad y la integridad territorial de la otra parte. De esta manera, Rusia y China proporcionaron un marco legal para la colaboración más cercana posible en asuntos estratégicos relacionados con sus intereses fundamentales, sin crear una alianza político-militar formal. De hecho, una asociación global ruso-china es más que una unión político-militar clásica.

Otra disposición vital menciona la ausencia de reclamos territoriales mutuos y la determinación de las partes de “convertir la frontera entre ellas en una donde la paz y la amistad duraderas prevalezcan de generación en generación”. La incorporación de este principio promovió la solución final de la llamada disputa fronteriza y fortaleció enormemente la confianza mutua.

Colegas,
El Tratado desempeñó un papel fundamental en el impulso del comercio mutuo y la interacción económica. Podemos informar al público de resultados positivos. Durante los últimos 20 años, nuestro comercio mutuo aumentó más de trece veces, de $8 mil millones a $104 mil millones en el 2020. Se está trabajando en el marco de la Comisión Intergubernamental Ruso-China de Cooperación en Inversión en 70 proyectos por un valor total de más de $120 mil millones.

Nuestra asociación energética ha adquirido una dimensión estratégica. Un oleoducto ruso-chino ha estado funcionando durante casi 10 años, y el gasoducto Power of Siberia se lanzó a fines del 2019. China participa en proyectos de GNL a gran escala en la zona ártica rusa. Hace apenas unos días, el 19 de mayo, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el presidente de China, Xi Jinping, iniciaron la construcción de cuatro nuevas unidades de energía diseñadas por Rusia para las centrales nucleares de Tianwan y Xudapu en China.

Nuestra cooperación industrial y agrícola se desarrolla constantemente. Nuestra interacción en ciencia e innovación es especialmente importante a la luz de los continuos intentos occidentales de contener el progreso tecnológico de nuestros países. Es por este motivo que estamos celebrando los Años de Ciencia, Tecnología e Innovación en el 2020-2021, como parte de la práctica exitosa de los años transversales temáticos.

El Tratado también tiene un gran papel que desempeñar en la promoción de los lazos culturales y humanitarios. Estas actividades ayudan a mantener las relaciones de buena vecindad y refuerzan la base social de la asociación estratégica entre Rusia y China.
Desafortunadamente, la pandemia de COVID-19 ha afectado los contactos entre nuestros ciudadanos. Estoy seguro de que, a medida que se normalice la situación epidemiológica, podremos restaurarlos y ampliarlos rápidamente. En nuestra opinión, los esfuerzos para promover los estudios del idioma ruso en China y los estudios del idioma chino en Rusia deberían convertirse en una prioridad incondicional. Lo mismo se refiere al diálogo con los jóvenes, que pronto continuarán sus esfuerzos para desarrollar y expandir las tradiciones de amistad ruso-china.

El Tratado, adelantado a su tiempo en algunos aspectos, no se limita a las relaciones bilaterales. Sus disposiciones ayudan a ampliar nuestra cooperación en política exterior. El diálogo bilateral se está volviendo particularmente importante en la escena internacional de hoy en día, cuando algunos estados occidentales están tratando de demoler el sistema de derecho internacional centrado en la ONU y reemplazarlo con su propio orden basado en reglas (impuestas por ellos). Moscú y Beijing abogan constantemente por la creación de un orden internacional policéntrico más equitativo, democrático y, por lo tanto, estable. Este sistema debe reflejar la diversidad cultural y de civilizaciones del mundo moderno y el esfuerzo natural de las naciones para determinar de forma independiente su camino de desarrollo. El hecho mismo del acuerdo ruso-chino sobre este tema sirve para estabilizar y equilibrar todo el sistema de relaciones internacionales. Abre amplias oportunidades para una cooperación verdaderamente equitativa y libre, entre países grandes y pequeños que configuran conjuntamente su destino histórico (la Gran Eurasia).

Me complace observar los enfoques coincidentes o en gran medida similares de Moscú y Beijing hacia la mayoría absoluta de los desafíos que enfrenta el mundo de hoy, incluidos los esfuerzos para mantener la estabilidad estratégica global, el control de armas y las operaciones antiterroristas. Cooperamos de manera exitosa y fructífera en lugares multilaterales como la ONU, la OCS, BRICS, RIC, el G20, APEC y la EAS. Coordinamos nuestros pasos durante los procesos de paz sirio y afgano, la desnuclearización de la península de Corea y el programa nuclear iraní. Rusia y China abogan por el desarrollo pacífico de la región de Asia Pacífico y la creación de mecanismos regionales confiables, para garantizar una seguridad igual e indivisible allí, basados ​​en enfoques de no bloques.

Hoy, la región euroasiática está implementando una serie de proyectos de integración innovadores, incluida la Unión Económica Euroasiática y la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China. Trabajar para combinar sus potenciales tiene buenas perspectivas. En particular, sienta una base sólida para establecer un nuevo contorno geoestratégico de paz, estabilidad y prosperidad económica basado en los principios del derecho internacional y la transparencia en nuestro continente compartido desde Lisboa hasta Yakarta. Este contorno estaría abierto para todos los países, incluidos los miembros de la Unión Económica Euroasiática, la OCS, la ASEAN y, en el futuro, la UE. La iniciativa del presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, de establecer una Gran Asociación Euroasiática tiene como objetivo lograr esta tarea verdaderamente histórica. Valoramos mucho la cooperación con nuestros amigos chinos en su implementación bien coordinada junto con la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

Colegas,
El Tratado de Buena Vecindad y Cooperación Amistosa, cuyo vigésimo aniversario vamos a celebrar en julio del 2021, es una base inquebrantable de las relaciones ruso-chinas. Estamos convencidos de que sigue siendo un documento vivo y de trabajo que permite ampliar, afinar y ajustar nuestra cooperación estratégica a las realidades cambiantes de la nueva época. Esta época exige que todos, incluidos expertos, diplomáticos y políticos, prestemos siempre atención a los nuevos desafíos y oportunidades, tendencias y pronósticos. Su conferencia es una buena plataforma para un intercambio de opiniones e ideas tranquilo, detallado y profesional, sin el cual es difícil trazar el camino a seguir y determinar un algoritmo conjunto de acciones posteriores.

Por lo tanto, para concluir, me gustaría desearles debates fructíferos y conocimientos y revelaciones intelectuales en beneficio del fortalecimiento de las relaciones de vecindad y la amistad entre Rusia y China.
Gracias.

El discurso en video del Ministro de Relaciones Exteriores Sergey Lavrov en la Sexta Conferencia Internacional Rusia y China: Cooperación en una Nueva Era, Moscú, 1 de junio de 2021, puede verse aquí: https://www.mid.ru/en/foreign_policy/news/-/asset_publisher/cKNonkJE02Bw/content/id/4759576

Fuente: https://thesaker.is/foreign-minister-sergey-lavrovs-video-address-to-the-sixth-international-conference-russia-and-china-cooperation-in-a-new-era-moscow-june-1-2021/
Traducción: A. Mondragón

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