Thomas Jefferson tomó prestado libremente los ideales de pensadores ilustres de su tiempo, para elaborar sus “verdades auto evidentes” como el derecho inalienable a “la búsqueda de vida, la libertad y la felicidad”. Pero en el Siglo XXI, Trump y Biden las hicieron añicos en el último debate presidencial y las cambiaron por las estrictas directrices del Consejo de Relaciones Exteriores —en cuanto a que las nuevas “verdades auto evidentes” son la intromisión de los malditos peleteros euroasiáticos en los asuntos estadounidenses.
Por Pepe Escobar
Todo el planeta tiene todas las razones para estar desconcertado totalmente, por cómo todos los elevados ideales de la Ilustración que Thomas Jefferson incrustó en la Declaración de Independencia de 1776 se hicieron añicos con… Trump vs. Biden.
Jefferson tomó prestado libremente (los ideales) de Locke, Rousseau, Hume, para llegar a sus Grandes Hits eminentemente citables, que se presentan como las “verdades auto evidentes” como: “Todos los hombres son creados iguales”, los “derechos inalienables”, y ese abrasador derecho inalienable a “la búsqueda de vida, la libertad y la felicidad”.
Bueno, Baudrillard habría calificado el ejercicio como un mero simulacro, porque en la vida real nada de esta retórica edificante se aplicó a los nativos americanos y africanos esclavizados.
Un río mesiánico Jeffersionano
Aun así, hay algo infinitamente fascinante en estas “verdades auto evidentes”. De hecho, irradiaron pensamientos como axiomas de Spinoza, generando verdades abstractas que pueden extrapolarse a voluntad. Las “verdades auto evidentes” de Jefferson terminaron creando toda la estructura masiva de una doctrina que definimos como la “democracia liberal occidental”.
Por lo tanto, no es de extrañar que Estados Unidos —que se autodescribe perennemente como el “líder del mundo libre”— considere estas “verdades auto evidentes” como la base de una sociedad ideal.
Y es este río mesiánico de ferviente verdad —que fluye desde el pico de un Himalaya de la moralidad— lo que lleva a los estadounidenses [amaestrados por los grandes medios de comunicación, alias el Ministerio de la Propaganda, para el lavado de cerebros y adoctrinación, Nota del Traductor] a señalar sumariamente como “actores malignos” a toda nación o sociedad que, ellos consideran, se está “desviando” de las “verdades auto evidentes”.
Fue algo así de como esos malditos peleteros que siempre están tramando nada bueno, como se vio en un mini-remix del último debate presidencial Trump-Biden, en términos de la política exterior.
Rusia y China los “actores malignos”
La moderadora estaba desesperada por seguir adelante, ya que estaba muy consciente de las limitaciones de tiempo y los enfrentamientos incandescentes que se avecinan: “Ahora quiero pasar a la Defensa. Está establecido que Rusia y China están interfiriendo en nuestro proceso electoral…”.
Bueno, este es el material clásico de las “verdades auto evidentes”, de acuerdo con las estrictas directrices del Consejo de Relaciones Exteriores (CRE) —emitido a través del Ministerio de la Propaganda.
Lo que dijo Biden: Cualquier país que interfiera con las elecciones estadounidenses “pagará un precio”. Rusia “ha estado involucrada, China ha estado involucrada hasta cierto punto e Irán ha estado involucrada”. Están interfiriendo con la “soberanía estadounidense”. Rudy Giuliani fue utilizado “como un peón ruso”. Trump no está “dispuesto” a enfrentarse a Putin. Rusia ha “desestabilizado a la OTAN” y está “pagando recompensas para matar estadounidenses en Afganistán”. Y China “tiene que seguir las reglas”, o si no.
Lo que dijo Trump: “¿Quieres decir que la infernal computadora portátil es otro engaño de Rusia, Rusia, Rusia?”.
Para el registro: Joe Biden culpó a Rusia por el contenido de la infernal computadora portátil de su hijo Hunter.
Y hablando de Corea del Norte, cuando Trump dijo que se llevaba bien con Kim Jong-Un, Biden declaró: “Teníamos una buena relación con Hitler antes de que invadiera Europa”. Por cierto, Alemania está y permanece en Europa. Y es algo digno de ver a Biden reconociendo públicamente el apoyo industrial y político que Estados Unidos le dio al nazismo.
Esos malditos peleteros
Entonces, inevitablemente, la infernal computadora portátil tenía que aparecer.
El FBI tenía la computadora portátil de Hunter Biden desde diciembre del 2019 ya que, en primer lugar, había emitido una citación judicial para obtenerla. Y, sin embargo, el FBI se sentó en la computadora portátil durante 11 meses sin hacer nada.
Eso debe haber dado mucho tiempo para que esos molestos rusos robaran la computadora portátil y plantaran las pruebas incriminatorias —una “verdad auto evidente” para cualquier creyente de la ortodoxia del CRE.
Bueno en realidad no. El FBI estaba ocupado reflexionando sobre cómo realizar una investigación sobre un “blanqueo de dinero”. Y no en la pornografía infantil, que, según Giuliani, es la pieza de resistencia en la computadora portátil. Nadie sabe si estas supuestas “investigaciones” están en curso.
Una noticia “auto evidente”
Ahora, el FBI y el Departamento de Justicia finalmente han “coincidido”: la computadora portátil y los correos electrónicos de Hunter Biden no formaban parte de una campaña de desinformación rusa —lo que contradice directamente lo que dijo Joe Biden en el debate.
Pero entonces, justo antes del debate, una “noticia bomba” —incluido el FBI y la Seguridad Nacional— había anunciado que esos molestos rusos e iraníes, de hecho, estaban “tratando de influir en la opinión” sobre las elecciones estadounidenses.
Las “verdades auto evidentes” regresaron con fuerza otra vez.
No se pueden inventar estas cosas. Y se vuelve más turbio, aún, cuando la “interferencia electoral” real puede provenir desde el interior de los Estados Unidos, no de esos malditos peleteros.
Las revueltas pre diseñadas
El verano pasado, el Proyecto de Integridad de Transición (TIP, por sus siglas en inglés) estimó los posibles escenarios posteriores al 3 de noviembre. Todos los escenarios conducen a una enorme crisis constitucional, forzada, como parte de la premisa, por la negativa de Trump a reconocer su derrota en las urnas.
El TIP, como era de esperarse, es una burbuja del Beltway proverbial, compuesta por una variedad de altos mandos del Partido Demócrata, Clintonistas, Obamistas y neoconservadores Never Trumpers.
Su mensaje es ahora ampliamente aceptado como otro avatar de las “verdades auto evidentes”, debido al poderoso control de este grupo sobre los principales medios de comunicación angloamericanos. Las reverberaciones se pueden ver, por ejemplo, aquí, aquí y aquí.
Así que el escenario del día del juicio final preferido por adelantado, explica una elección no resuelta pre diseñada, un monumental caos sociopolítico, protocolos de “continuidad del gobierno”, e incluso la ley marcial.
¿Qué tiene que ver todo esto con “la búsqueda de la vida, la libertad y la felicidad”?
Pepe Escobar es un analista geopolítico independiente, escritor y periodista. Escribe para Asia Times Online, y trabajó como analista para RT, Sputnik News y Press TV. Anteriormente trabajó para Al Jazeera.
El artículo fue publicado originalmente en https://asiatimes.com/2020/10/make-america-jeffersonian-again/ y republicado en: https://thesaker.is/make-america-jeffersonian-again/ de donde se hizo la traducción al español.
Traducción: A. Mondragón
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