Ley y orden militar en la frontera

Entre los mantras tradicionales del movimiento conservador están “La Ley y el Orden” y “La Constitución”. Otros son “la libre empresa, la propiedad privada y el gobierno limitado”.

Por Jacob G. Hornberger

Desafortunadamente, eso es todo lo que son: mantras. Con la posible excepción de la ayuda a las artes y los cupones de alimentos, los conservadores respaldan cualquier programa estatista que practica el gobierno, programas que violan los mismos mantras que tan orgullosamente pronuncian en sus discursos, en sus sitios web y en sus artículos de papelería.
Hay, por supuesto, innumerables ejemplos de este fenómeno. Las leyes antidrogas y los controles de inmigración se encuentran entre los más notables. Y también lo es el plan del presidente Trump para enviar a los militares estadounidenses a la frontera entre Estados Unidos y México, en un intento más que desesperado por ganar las antiguas guerras contra las drogas y los inmigrantes.
Y lo que hacen son medidas desesperadas. Debido a que los anteriores intentos no han podido ganar la “guerra”, lo único que hacen es sumar nuevas medidas a las anteriores, convencidos de que las últimas serán la que finalmente “ganen” la “guerra”.

El mosaico de un estado policial

Mientras tanto, a medida de que todas las medidas se acumulan, el resultado es un mosaico que nos permite ver la forma de un estado policial. Pero como la mayoría de las personas han sido adoctrinadas desde el primer grado, para creer que viven en una sociedad libre, el creciente mosaico del estado policial les sigue pareciendo que vivimos en “libertad”.
Veamos la guerra contra las drogas. Décadas de fracaso, junto con la muerte, la ruina de cientos de miles de vidas y la destrucción cada vez mayor de la libertad, la propiedad y la privacidad, como lo reflejan las sentencias draconianas, confiscación de activos (es decir, el robo legalizado del estado), el hostigamiento a los afroamericanos, las violaciones de la privacidad de los bancos, las mentiras oficiales en los tribunales y las sentencias mínimas obligatorias.
Nada de eso ha funcionado. Sin embargo, ¿los conservadores están listos para revocar las leyes contra las drogas? ¿Estás bromeando? Ellos quieren que sean más feroces. Quieren que asesinen a los traficantes de drogas, al igual que su ícono, el presidente filipino Rodrigo Duterte, cuyas fuerzas de la guerra contra las drogas, según Human Rights Watch, han asesinado a más de 10,000 sospechosos de drogas en los últimos dos años, y la “victoria” aún está lejos de lograrse.

El plan de militarizar la frontera

Como era de esperarse, dada su fuerte lealtad al imperio y al militarismo, los conservadores están reaccionando con gran alegría sobre el plan de Trump para enviar a los militares a la frontera. Están convencidos de que finalmente, al fin, el Pentágono (y tal vez la CIA) lograrán la ansiada victoria en su guerra de décadas contra las drogas.
Es lo mismo con su guerra contra los inmigrantes indocumentados. Se ha prolongado durante décadas, con crecientes medidas policiales que destruyen la vida, la libertad, la propiedad y la privacidad. Puntos de control en las carreteras, al igual que en los países comunistas. Búsquedas a los viajeros sin justificación, al igual que en países comunistas. Búsquedas sin orden en granjas y ranchos, tanto adyacentes a la frontera y lejos de la frontera, al igual que en los países comunistas. Cercas y muros fronterizos, como en los países comunistas. Las fronteras fortificadas, al igual que en los países comunistas. Nada de eso ha funcionado. La llamada crisis de inmigración continúa asolando a Estados Unidos.
Y ahora los conservadores (e indudablemente muchos liberales) están celebrando el plan de Trump para enviar a los militares a la frontera. Están convencidos de que finalmente, al fin, el Pentágono (y tal vez también la CIA) les traerá la victoria que siempre han buscado en su guerra de décadas contra los inmigrantes.
Excepto que no lograran la victoria en ninguna guerra. Y enviar a las tropas a la frontera será solo otro cuadro más en el mosaico general de un estado policial.

Los militares están prohibidos

Por un lado, involucrar a los militares en la guerra contra las drogas y la guerra contra los inmigrantes será ilegal. Eso es porque la ley de los EE. UU. prohíbe que los militares sean utilizados en el cumplimiento de la ley al interior del país.
¿Por qué es ilegal? Porque hace mucho tiempo, los estadounidenses se dieron cuenta de que no era una buena idea que los militares hicieran cumplir las leyes penales. Eso es porque la mentalidad militar es completamente diferente de la mentalidad de la policía civil. La mentalidad militar ve a un presunto traficante de drogas y ve “al enemigo”.
Como es la guerra (es decir, la guerra contra las drogas y la guerra contra los inmigrantes), los militares disparan primero y preguntan después. Aunque las cosas se han movido hacia el militarismo entre muchos departamentos de policía en los últimos años, especialmente con más veteranos militares convirtiéndose en policías, la mentalidad de la policía es diferente. Los policías generalmente hacen todo lo que pueden para aprehender, no matar a un sospechoso y llevarlo a juicio.

Dos ejemplos patéticos

Pregúntele a la familia de Enrique Hernández Jr., un estudiante estadounidense de secundaria que fue asesinado a tiros mientras atendía ovejas en su rancho después de que el presidente Clinton envió tropas estadounidenses a la frontera para ganar la guerra contra las drogas, lo mismo que Trump está haciendo ahora.
Mire a México, donde el ejército juega un papel activo en el cumplimiento de las leyes de drogas. La experiencia ha sido un desastre, con los militares causando tanto, si no más, muerte y destrucción como las bandas de narcotraficantes contra las que están luchando.
De hecho, considere el hecho de que el Pentágono y la CIA han jugado un papel activo en la guerra contra las drogas en México y América Central durante décadas, lo que, por supuesto, es irónico dado que los estadounidenses les han prohibido hacer lo mismo aquí. ¿Qué ha logrado?

Sin importar burlar la ley

El hecho de que la ley de los EE.UU. prohíba a los militares involucrarse en el cumplimiento de la ley, no parece importarles a los conservadores. Lo que les importa es finalmente, después de décadas de fracaso, muerte y destrucción de la libertad y la privacidad, y ganar sus guerras contra las drogas y los inmigrantes.
Así, los nuevos mantras de los conservadores parecen ser: Maldita sea la ley. Maldita sea la Constitución. Solo les importa ganar las guerras contra las drogas y los inmigrantes, sin importar lo que deba hacerse. Mejor aún, solo basta con llamar a los inmigrantes ilegales “invasores” y de esa manera puede eludirse la ley y la Constitución. Dispara a matar. O tal vez incluso bombardearlos antes de que lleguen aquí, al igual que en Iraq, Afganistán, Libia y Siria.

Un estado más opresivo

Lo que los conservadores (y los liberales) simplemente no se atreven a reconocer es que nunca ganarán sus guerras. Solo servirán para destruir aún más la libertad, la prosperidad y la privacidad. Solo moverán a nuestra nación en la dirección de un estado policial más grande y opresivo.
¿No es hora de que los estatistas, conservadores y liberales por igual, se hagan a un lado y permitan que los libertarios lideremos a Estados Unidos hacia la libertad, la paz, la prosperidad, la armonía y la moralidad? Legalicemos las drogas y abramos las fronteras al libre comercio y a la libre circulación de personas. No hay otra solución a las crisis de la guerra contra las drogas y la inmigración, que los conservadores y liberales han impuesto en nuestra tierra, con sus programas socialistas e intervencionistas.

Traducción: A. Mondragón

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