Memorice este término: ¡Des-do-la-ri-za-ción!

El coronel Muammar Gadafi, que quería destronar el dólar, lo pagó con su propia vida. El presidente de Irak, Saddam Hussein, que quería que los pagos por el petróleo iraquí sean en una moneda diferente al dólar estadounidense, fue ahorcado.
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Ahora son Rusia y China, los que quieren hacer lo mismo. Y obviamente nadie se los podrá impedir. Hace solo unos días ambos países firmaron un acuerdo en este sentido.
(i) Rusia y China han decidido comenzar a realizar pagos mutuos cada vez más en sus respectivas monedas nacionales, y
(ii) Han decidido omitir el sistema SWIFT, introduciendo su propio sistema de pagos.

Moscú también ha revelado últimamente de que Rusia ha dejado de usar el dólar estadounidense y el sistema SWIFT para los pagos en el comercio de armas.
El intercambio de bienes entre Rusia y China es significativo; El armamento ruso tiene muchos clientes en todo el mundo. Por otro lado, ambos países, y especialmente China, tienen grandes reservas de dólares. Y ambos estados están siendo atacados por Occidente, ya sean con sanciones económicas contra Moscú, y la guerra comercial estadounidense contra Pekín.
Administrar el castigo por un acto tan atrevido fue como un juego de niños en el caso de Libia e Irak: los dos países fueron sometidos y destruidos rápidamente. ¿Qué se puede hacer con una superpotencia nuclear, por un lado, y con el tigre económico más grande de Asia por el otro?

Tragándose una píldora amarga
Si Washington ha querido armar a Moscú contra Beijing (la estrategia de Kissinger al revés) o hacer lo contrario, como parece que quisieron hacerlo, entonces los estrategas del Potomac tienen que haberse tragado una píldora bastante amarga. La guerra híbrida librada contra Rusia en Georgia, Ucrania, Moscú, los Estados bálticos, Polonia, así como en Venezuela y Siria, en lugar de debilitar al estado objetivo, ha cimentado la unión del Reino Medio, también conocido como Eurasia. El mismo efecto fue provocado por la guerra comercial de Estados Unidos y otros actos hostiles dirigidos contra Beijing. En lugar de someter a los dos estados, los políticos occidentales los empujaron a unirse el uno con el otro, en una alianza simbiótica.
El mundo financiero es testigo del inicio de la desdolarización. Así que, desde ahora, será mejor que nos acostumbremos a este término.

El gran golpe de rublo y el yuan
Más de setenta años después del inicio del sistema financiero internacional de Bretton Woods, que entronizó al dólar como moneda de pagos internacionales (en 1944), y más de cuarenta años después de los Acuerdos de Jamaica, que modificaron el primero (en 1976), veinte años después de la caída de la Unión Soviética, el principal opositor de los Estados Unidos, cuando parecía que la historia había recorrido un círculo completo y no tenía a dónde ir, con la humanidad a punto de ingresar en un mundo políticamente unipolar, el gran golpe (que algunos anticiparon hace algunos años) ha sido lanzado por el rublo y el yuan para desafiar la posición del dólar y los poderes que lo institucionalizaron. ¿Los tres países restantes del BRICS (Brasil, Sudáfrica e India) seguirán su ejemplo? Quizá solo uno, por ahora, si Trump sigue con sus amenazas contra la India.
Es cierto que las economías de EE.UU. y la Unión Europea no tienen rivales, pero los imperios y las superpotencias tienen una característica: pueden caer y desintegrarse en cuestión de meses. La Primera Guerra Mundial trajo el colapso total de los imperios alemán, Habsburgo, ruso y otomano; La guerra fría –la desintegración de la Unión Soviética. Esos eventos sucedieron de manera inesperada y rápida.

El poder de tener la moneda global
Con el dólar como moneda global en sus manos, Estados Unidos ha estado haciendo todo tipo de trucos financieros, de los cuales imprimir dinero de la nada es solo el ejemplo más conocido. Washington pudo mantener a otras economías en constante dependencia al limitar la disponibilidad o el valor del dólar y también –como lo llaman los economistas– al importar la inflación estadounidense. Pero sin esta herramienta, a Estados Unidos se les privará de una de las armas poderosas para exigir la obediencia de los países extranjeros.
Los economistas occidentales se consuelan con la idea de que el plan forjado por Moscú y Pekín está lejos de llegar a buen término y se verá obstaculizado por tantos factores objetivos, por lo que su éxito es muy poco probable. Bueno, después de la Segunda Guerra Mundial, los estadounidenses estaban seguros de que la Unión Soviética –debido al atraso de su economía y los estragos causados ​​por las hostilidades– solo tendría su propia bomba atómica en unos veinte años. Lo tuvo cuatro, y pronto fue seguido por el lanzamiento del primer satélite y el primer hombre en la órbita de la Tierra. (Hoy en día los rusos tienen misiles hipersónicos y China ya colocó una nave en la luna, más allá de tener todo listo para imponer al mundo la red 5G.)

¿El chip del gran negocio?
Haciendo pagos en monedas nacionales, tanto Rusia como China obtendrán más margen de maniobra financiero. Este tipo de pagos pueden extenderse gradualmente a las relaciones con otros países. Sin duda, las armas rusas, que son de alta calidad y deseadas por muchos países, una vez que se venden a cambio del rublo, allanarán el camino para convertir el dinero de Rusia en una moneda internacional.
China será menos dependiente del dólar. Dejará de acumular dinero vacío y ganará apalancamiento en sus tratos con Estados Unidos. ¿El chip de gran negocio? El volumen de comercio del rublo / yuan. Cuanto menos amistosa sea la actitud de Washington, mayor será el volumen y viceversa.

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Fuente: https://gefira.org/en/2019/07/03/you-had-better-memorize-the-term-de-dol-la-ri-za-tion/
Traducción: A. Mondragón

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