La revista The Economist, una de las predilectas del poder financiero y propiedad de las históricas familias Rothschild y Agnelli, acostumbra cada fin de año a anunciar sus previsiones para el año por venir. Y aunque a finales del 2019 no pudo prever explícitamente la aparición del Covid-19 en el 2020, si colocó en su portada especial la palabra RECESSION claramente escrita —que se cumplió por los cierres económicos ordenados por los gobiernos de todo el mundo a causa del virus.
Por Lux Fer
En sus proyecciones para el año 2021, The Economist muestra el mundo insertado en un gran casino global. Plagado de incertidumbre, como la de una máquina tragamonedas, nos ofrece también distintos posibles casilleros con los elementos más importantes de lo que podría ocurrir. He aquí un análisis de sus principales elementos:
1) El gran tragamonedas mundial
Usa los “estímulos fiscales” para mover su maquinaria. ¿De dónde vienen estos fondos? En una economía en quiebra, como la actual, son los bancos centrales quienes deciden, a través de la fijación de tasas de interés y el “Quantitative Easing” —de la Reserva Federal de EE.UU. que, en realidad es un banco privado— cuánto dinero estará disponible en la economía, a quiénes salvarán y a quiénes no. Pero es una herramienta que por un lado permite funcionar a la especulación financiera —o sea salva al 0.1% más rico, y lo hace más ricos— pero también puede significar un futuro riesgo de inflación o devaluación de las monedas, si las mismas no tienen una contraparte de valor en la producción real —como es el caso de Occidente y EE.UU. en particular, como se está viendo en la crisis del Covid-19; y, en la contraparte, se vio como China salió rápidamente de la crisis por ser, precisamente, la Fábrica-Mundo y la nación que está liderando la IV Revolución Industrial.
En cualquier caso, el grado de endeudamiento de EE.UU. es absolutamente récord y cuando llegue el momento de que el dólar sea desplazado como moneda de intercambio global, será el último clavo en el ataúd.
2) La palanca de los juegos
Da inicio al mecanismo y tiene en su extremo un globo terráqueo, que muestra cómo desde las élites financieras se concibe parasitariamente al mundo (un término creado por el economista Michael Hudson) y a la economía real: un recurso a parasitar por parte del sistema bancario de dinero fraccionario y que permite iniciar todo el mecanismo de dinero especulativo, mercados de bonos de deuda, derivados, etc., que representa incontables veces el PBI real de los países. El valor generado por el trabajo de miles de millones de personas en todo el mundo termina finalmente, vía los distintos sistemas de crédito y endeudamiento en las manos de muy pocos megafondos financieros, como BlackRock, Vanguard Group y otros, a su vez controlados por las grandes dinastías financieras que conforman la élite planetaria. Pero como sabemos, nada es para siempre.
3) Las 4 columnas
Inician y terminan con una imagen de un coronavirus. Lo que muestra que todo el 2021 estará enmarcado por el Covid-19, de inicio a fin. Todo lo que ocurra en el medio tendrá este contexto inevitable que servirá para justificar las distintas medidas que se requieran, tanto para controlar y vigilar a la población como para “resetear” la economía global, tal y como lo viene proponiendo el Foro Económico Mundial.
4) La vacuna del Covid
Dentro de este contexto la primera columna nos muestra una vacuna, saliendo por la mitad su contenido. Una forma de mostrar que será el año de vacunaciones masivas a millones de personas en todo el mundo, pero no todos terminarán siendo vacunados. El propio Bill Gates, principal financista de la OMS y uno de los principales cabilderos globales de la vacunación ha estimado que recién en 2022 le darán fin a toda esta cuestión ya que la vacunación durará varios años. Otro elemento a considerar será el grado de obligatoriedad o no de la misma que, si se logra a escala global será el establecimiento de la “vacuna-dólar” —como lo explicamos en el siguiente párrafo— y reemplazar en cierto grado la caída de “petrodólar”, es por eso que la parte baja del símbolo de la inyección de la vacuna tiene un color verde.
5) Creación de la “Vacuna-Dólar”
El emoticón chino con barbijo va más allá de las vacunaciones que los poderes globales impondrán en medio de las restricciones sobre la población a partir del Covid-19, siguiendo el ejemplo de China. El verdadero objetivo de Occidente es la creación de la “Vacuna-Dólar” y así obligar a que las nación en desarrollo y pobres caigan en nuevas trampas de deudas para gastar miles de millones de dólares en estas vacunas —que no es otra cosa que una variante del “petrodólar” o del “agrodólar”— con lo cual EE.UU. podrá exportar su hiperinflación de dólares al resto del mundo y que también es parte del Tragamonedas Mundial. Y esa es una manera de contener a China (por eso la mascarilla) en nel plano geofinanciero. Pero solo por ahora.
6) Biden figura fija/inamovible
Quizá la más importante en este esquema, ya que se encuentra en el centro y sin movimiento. The Economist, al igual que todas las cadenas globales de medios, ya mostró en varias ediciones anteriores su total predilección por Biden y no considera ninguna posibilidad de que no sea el próximo presidente. Es SU candidato y nada ni nadie lo podrá sacar de allí.
7) Bandera de EE.UU. partida
Siguiendo a la imagen de Biden aparece una bandera norteamericana partida al medio: si Trump insiste en permanecer en la presidencia aduciendo que hubo fraude y si la Corte Suprema terminara dándole la razón, a The Economist poco le interesa, el resultado será una inevitable guerra civil. La explosión de una “casa móvil-bomba” en Nashville, el Día de Navidad ¿es un indicio? ¿O es una alegoría de lo que Trump escribió en Twitter, de que las elecciones en EE.UU. fueron “tercermundistas” —es decir que EE.UU. ya lo es o está en camino de serlo en un amplio sentido?
8) El negocio de la guerra
Por si todo esto fuera poco, The Economist se da el lujo de directamente amenazar, en la misma columna relativa a la presidencia de EE.UU. con una imagen de una bomba atómica. Es sabido que Biden ha tenido, a lo largo de su extensa historia política como senador, aceitados lazos con el Complejo Industrial Militar y es casi un hecho de que quiera recargar su statuo quo belicista, regresando. ¿Podrá incluir esto elementos nucleares? No necesariamente, en verdad el “escenario de una guerra nuclear” sólo significa una cosa segura: Más trillones de dólares al complejo de la industria-militar —que ha sido el gran negocio del Estado Profundo en los últimos 70 años.
9) Decadencia del Petrodólar y China
Biden ha afirmado que dejará de lado el shale oil y el shale gas, y que se sumará a la apuesta globalista por enormes plantas de “energías renovables”. Esta transición tecnológica con respecto a la energía traerá aparejado grandes cambios a nivel mundial. Perderán peso específico Arabia Saudita y países de Medio Oriente. Significará también un fuerte golpe a favor de Rusia, con la conclusión del gasoducto Nord Stream 2 hacia buena parte de Europa. Libera a China de buena parte de su dependencia energética y quita sustento al petrodólar, dejando la vía libre para su reemplazo por criptomonedas blockchain controladas por las naciones que posean las nuevas tecnologías cuánticas.
10) El Gran Reinicio
La apuesta de The Economist a partir del 2021 es la misma que la del Foro Económico Mundial, un Gran Reinicio de la economía global, con base en el ecologismo radical, fin de la industria como la conocemos, despoblamiento y transición hacia un nuevo paradigma tecnológico basado en robótica e Inteligencia Artificial. La élite detrás de unos y otros es la misma. En el Foro de Davos viene proponiendo este “Gran Reseteo”, una forma de acelerar la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Pero Occidente tiene un problema y serio, no son ellos sino China quien está liderando esta transición hacia un Nuevo Sistema Mundo Euroasiático (NSME). En este punto es interesante notar la bandera de China al final de la 3ra columna, como indicando lo que vendrá después.
11) Virtualidad y Transhumanismo
El logo del Zoom es la puerta de entrada a la transición hacia un nuevo paradigma tecnológico a nivel global, tras el confinamiento obligatorio ordenado a causa del Covid, que durará varios años para instalarse en su plenitud y que implicará en buena medida un cambio civilizatorios, una “nueva normalidad” radicalizada, donde los lazos humanos serán virtualizados y el ser humano comenzará su transición hacia lo que algunos analistas llaman el Transhumanismo, con un ser transhumano ya despojado de sus apegos culturales, tradicionales, religiosos, nacionales, sexuales y aún de su propia corporalidad biológica. ¿Será acaso esta la forma en que Occidente intentará salvar su decadente Sistema Mundo (como lo previó Immanuel Wallerstein hace más de dos décadas) para mantener el control de su rebaño ante la aparición del NSME?
La portada que para el 2020 advertía una RECESIÓN económica, de la 7ma y 8va línea, y anunciaba la salida de Trump, con un juego de palabras de su nombre y el Brexit en la 4ta y 5ta línea.
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