Putin y Xi dan vueltas alrededor de un nuevo sistema mundo, con un EE.UU. irrelevante

Los halcones de Washington flotan la intención de expulsar a Rusia del sistema de pagos SWIFT, pero la naciente alianza geoeconómica de Moscú con Beijing mantendrá el flujo de dinero entre los aliados simbióticos.

Por Pepe Escobar
Xi Jinping y Vladimir Putin pasaron una hora y 14 minutos en una conversación por video el miércoles 15 de diciembre. Geopolíticamente, allanaron el camino para el 2022, esto es lo que realmente importa, mucho más que la plática Putin-Biden una semana antes.
El secretario de prensa del Kremlin, Dmitry Peskov, quien generalmente mide cuidadosamente sus palabras, había insinuado anteriormente que este intercambio sería “extremadamente importante”.
Era obvio que los dos líderes no solo intercambiarían información sobre el gasoducto Power of Siberia 2. Pero Peskov se refería a la geopolítica de máxima audiencia: Cómo Rusia-China coordinarían sus contragolpes contra el combo de la guerra híbrida / Guerra Fría 2.0, desplegada por Estados Unidos y sus aliados.

Aspectos claves de la conversación
Si bien no se esperaban filtraciones sustanciales de la 37ma reunión entre Xi y Putin desde el 2013 (se volverán a encontrar en persona en febrero del 2022, al comienzo de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing), el asistente del presidente ruso sobre Política Exterior, Yuri Ushakov, entregó sucintamente al menos dos bits importantes de información.
Estos son los aspectos más destacados de la conversación:
— Moscú informará a Pekín sobre el progreso, o la falta del mismo, en las negociaciones con Estados Unidos / OTAN sobre las garantías de seguridad para Rusia.
— Beijing apoya las demandas de Moscú a EE.UU. / OTAN por estas garantías de seguridad.
— Putin y Xi acordaron crear una “estructura financiera independiente para las operaciones comerciales, que no podrían ser influenciadas por otros países”. Fuentes diplomáticas, extraoficialmente, dicen que la estructura puede ser anunciada por una cumbre conjunta a fines del 2022.
— Hablaron de la “Cumbre por la Democracia” organizada por Biden, concluyendo que era contraproducente y que impuso nuevas líneas divisorias.

El gran juego geofinanciero
De todo lo anterior, el tercer punto es lo que cambiará el juego geofinanciero a escala global: Ya está en proceso desde hace algunos años y está ganando un impulso definitivo después de que los halcones de Washington, del tipo Victoria “F** k the EU” Nuland, presentaran recientemente la idea de expulsar a Rusia del SWIFT, la vasta red de mensajería utilizada por los bancos y otras instituciones financieras para realizar instrucciones de transferencia de dinero, como el paquete final de sanciones para que Rusia no invada Ucrania.
Putin y Xi —como si fueran los jerarcas de un Banco Central Euroasiático— discutieron una vez más uno de sus temas clave en las reuniones bilaterales y de los BRICS: la necesidad de seguir aumentando la participación del yuan y el rublo en acuerdos mutuos, sin utilizar el dólar estadounidense, y abrir nuevas vías de mercado de valores para los inversores rusos y chinos.

Necesidad vital de China-Rusia
Pasar por alto un mecanismo como el SWIFT “influenciado por terceros países” se convierte en una necesidad. Ushakov lo expresó diplomáticamente como “la necesidad de intensificar los esfuerzos para formar una infraestructura financiera independiente, para dar servicio a las operaciones comerciales entre Rusia y China”.
Las empresas energéticas rusas, desde Gazprom hasta Rosneft, saben todo lo que hay que saber, no solo sobre las amenazas estadounidenses, sino también sobre los efectos negativos del tsunami de dólares estadounidenses que inundó la economía mundial a través de la flexibilización cuantitativa de la Fed.

Hacia un nuevo sistema mundial
Este impulso del dúo Rusia-China es otra dimensión más del poder geoeconómico, geoestratégico y demográfico que desplazará rápidamente (el eje del sistema-mundo) hacia Eurasia y posiblemente presagia el advenimiento de un nuevo sistema mundial relacionado con otros asuntos que Putin-Xi ciertamente discutieron: la interconexión de la Franja y la Ruta con la Unión Económica Euroasiática (EAEU), el alcance ampliado de la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO) y la próxima presidencia china de los BRICS en el 2022.
Estados Unidos, con una deuda de 30 billones (millones de millones) de dólares, el 236% de su PIB militarizado, está prácticamente en bancarrota. Rusia-China ya ha experimentado con sus sistemas de pago alternativos, que inevitablemente se integrarán.
Los bancos más importantes de ambos países adoptarán el sistema, así como los bancos de Eurasia que hacen negocios con ellos, y luego vastas franjas del Sur Global. El SWIFT, a largo plazo, se utilizará solo en casos excepcionales si China y Rusia se salen con la suya.

Maidan redux
Ahora al corazón del rompecabezas geopolítico.
Ushakov confirmó que la Federación Rusa ha presentado propuestas sobre las garantías de seguridad a Estados Unidos https://anti-empire.com/russia-publishes-its-list-of-demands-for-dc-empire/. Como el propio Putin había confirmado incluso antes de hablar con Xi, se trata de una “seguridad indivisible”: un mecanismo que ha sido consagrado en todo el territorio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, desde la cumbre de 1975 en Helsinki.
Como era de esperar, bajo las órdenes de los poderes fácticos, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ya lo rechazó.

Usando una vieja táctica
Tanto Xi como Putin identifican claramente cómo el Equipo Biden está desplegando una táctica de polarización estratégica bajo el viejo divide y vencerás. La ilusión en juego es construir un bloque pro-estadounidense —con participantes que van desde el Reino Unido y Australia, hasta Israel y Arabia Saudita— para “aislar” a Rusia-China.
Eso es lo que se esconde detrás de la narrativa que estalló estruendosamente sin parar en todo Occidente —a la que también estaba vinculada la Cumbre para la Democracia de Biden. Taiwán está siendo manipulado contra Pekín, mientras que Ucrania está siendo literalmente armada contra Rusia. La idea de Occidente es vender la “agresión de China” y la “agresión de Rusia”.

Las casillas de Taiwán y Ucrania
Beijing no ha caído en la trampa, pero ha afirmado en diferentes niveles que Taiwán eventualmente se integrará en la patria continental, sin ninguna “invasión” ridícula. Y la ilusión de que la presión estadounidense masiva conducirá a grietas dentro del Partido Comunista Chino probablemente también esté generando tracción cero.
Ucrania es una propuesta mucho más volátil: una pesadilla disfuncional de inestabilidad sistémica, corrupción generalizada, turbios enredos oligárquicos y pobreza.

Moscú no invadirá Ucrania
Washington todavía sigue el plan Maidan elaborado por Zbigniew Brzezinski y presentado para la distribuidora de galletas Nuland en el 2014. Sin embargo, siete años después, ningún “estratega” estadounidense logró entender por qué Rusia no invadió Ucrania, que ha sido parte de Rusia durante siglos.
Para estos “estrategas”, es imperativo que Rusia se enfrente a un segundo Vietnam, después de Afganistán en la década de 1980. Bueno, no va a suceder porque Moscú no tiene ningún interés en “invadir” Ucrania.

El gran temor de EE.UU.
Y las cosas se pueden complicar aún más para la “Superpotencia Indispensable”. El mayor temor que dicta toda la política exterior de Estados Unidos desde principios del siglo XX, es la posibilidad de que Alemania consiga una nueva versión del Tratado de Reaseguro de Bismarck de 1887 con Rusia.
Agregue China a la combinación y estos tres actores podrán controlar casi toda la masa continental euroasiática. Actualizando a Mackinder, Estados Unidos se convertiría en una isla geopolíticamente irrelevante —Nota del Traductor: mientras que China y Rusia dominarían la Isla-Mundo, incorporando a África en el proceso.

Usando tácticas irrelevantes
Putin-Xi pueden haber examinado no solo cómo las tácticas de guerra híbridas imperiales contra ellos se tambalean, sino también cómo las tácticas están arrastrando a Europa hacia el abismo de la irrelevancia.
Para la UE, como señala el ex diplomático británico Alastair Crooke, el equilibrio estratégico es un desastre: “La UE virtualmente ha roto sus relaciones con Rusia y China, al mismo tiempo. Los halcones de Washington lo querían. Un ‘Brzezinski europeo’ sin duda habría aconsejado a la UE de otra manera: nunca pierdas a ambos a la vez, nunca serás poderoso”.

París y Berlín en una negociación
No es de extrañar que el liderazgo en Moscú-Beijing no pueda tomar en serio a nadie en Bruselas, ya sea una variedad de chihuahuas de la OTAN o la espectacularmente incompetente Úrsula von der Leyen en la Comisión Europea.
Un débil rayo de luz es que París y Berlín, a diferencia de la Polonia rusofoba y la franja báltica, al menos prefieren tener algún tipo de negociación con Moscú sobre Ucrania en lugar de imponer sanciones adicionales.

Lecciones de política exterior
Ahora imagine al ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, explicando el ABC de la política exterior a una despistada Annalena “Grune” Baerbock, que ahora se hace pasar por ministra de Relaciones Exteriores de Alemania y muestra una nueva mezcla de incompetencia y agresividad. De hecho, hizo la llamada telefónica.
Lavrov tuvo que explicarle meticulosamente las consecuencias de la expansión de la OTAN; el acuerdo de Minsk; y cómo Berlín debería ejercer su derecho a presionar a Kiev para que respete a Minsk.
No se deben esperar filtraciones al respecto de Ushakov. Pero es justo imaginar que con “socios” como Estados Unidos, la OTAN y la UE, Xi y Putin deberían concluir que China y Rusia ni siquiera necesitan enemigos.

Pepe Escobar es un analista geopolítico independiente, escritor y periodista. Escribe para Asia Times Online, y trabajó como analista para RT, Sputnik News y Press TV. Anteriormente trabajó para Al Jazeera.

Fuente: https://asiatimes.com/2021/12/putin-xi-running-circles-around-bidens-hybrid-war/

Traducción: A. Mondragón

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