Siéntate y observa cómo Europa se suicida y la advertencia de una guerra nuclear

“Estados Unidos y la OTAN son totalmente beligerantes. Esto presenta un peligro real para Rusia. La idea de que la guerra nuclear es impensable es un mito. Las provocaciones de la OTAN son tan extremas que Rusia tuvo que poner sus misiles nucleares en estado de alerta. Este es un asunto gravemente serio”.

Por Pepe Escobar
El impresionante espectáculo de la Unión Europea (UE) cometiendo un hara-kiri a cámara lenta, es algo para la historia. Como una nueva versión barata de Kurosawa, la película trata en realidad sobre la demolición de la UE detonada por el Imperio de las Mentiras, completada con el posterior el desvío de algunas exportaciones de productos básicos rusos clave a los EE.UU. a expensas de los europeos.
Ayuda al Imperio tener una quinta columna infiltrada estratégicamente, en este caso a la sorprendentemente incompetente jefa de la Comisión Europea Ursula von der Lugen, con un nuevo y vociferante anuncio de un paquete de sanciones adicionales: barcos rusos prohibidos en los puertos de la UE; empresas de transporte por carretera de Rusia y Bielorrusia prohibidas de entrar a la UE; no más importaciones de carbón (más de 4,400 millones de euros al año).

Un auto-colapso deliberado
En la práctica eso se traduce al Imperio de las Mentiras remeciendo hasta sus cimientos a sus clientes/títeres occidentales más ricos. Rusia, por supuesto, es demasiado poderosa militarmente. El Imperio necesita urgentemente algunas de sus exportaciones clave, especialmente minerales. La misión cumplida, en este caso, equivale a empujar a la UE a imponer más y más sanciones y auto-colapsar deliberadamente sus propias economías nacionales, permitiendo que EE.UU. se haga con todo.
Algunas de las señales de las consecuencias económicas catastróficas que se avecinan para los europeos en su vida diaria (pero no para el 5% más rico) son: una inflación que devora los salarios y ahorros; las facturas de energía del próximo invierno tendrán un gran impacto; los productos que desaparecen de los supermercados; las reservas para las vacaciones están casi congeladas; y a Le Petit Roi Macron en Francia, que quizá tenga una desagradable sorpresa electoral, anunciando que “los cupones de alimentos como en la Segunda Guerra Mundial son posibles”.
Y tenemos a Alemania enfrentando el regreso del fantasma de la hiperinflación del Weimar; El presidente de BlackRock, Rob Kapito, dijo, en Texas, “por primera vez, esta generación irá a una tienda y no podrá conseguir lo que quiere”; los agricultores de África no pueden permitirse ningún fertilizante este año, lo que reduce la producción agrícola en una cantidad que será incapaz de alimentar a unas 100 millones de personas.

El Bretton Woods de Rusia
Zoltan Poszar, ex gurú de la Reserva Federal de Nueva York y del Tesoro de EE. UU., actual gran visir del Credit Suisse, ha estado en racha, enfatizando cómo las reservas de materias primas, y aquí Rusia no tiene rival, serán una característica esencial de lo que él llama el Bretton Woods III (sin embargo, de hecho, lo que están diseñando Rusia, China, Irán y la Unión Económica de Eurasia es un post-Bretton Woods).
Poszar comenta que las guerras, históricamente, las ganan aquellos que tienen más suministros de alimentos y energía, en el pasado para impulsar a los caballos y los soldados, hoy para alimentar a los soldados y los tanques de combustible y aviones de combate.
China, por cierto, ha acumulado grandes existencias de prácticamente todo.
Poszar señala cómo nuestro actual sistema Bretton Woods II tiene un impulso deflacionario (globalización, libre comercio, cadenas de suministro justo a tiempo) mientras que el Bretton Woods III proporcionará un impulso inflacionario (desglobalización, autarquía, acaparamiento de materias primas) de suministro, cadenas de abastecimiento y gasto militar extra para poder proteger lo que quede del comercio marítimo.
Las implicaciones son, por supuesto, abrumadoras. Lo que está implícito, siniestramente, es que este estado de cosas puede incluso conducir a la Tercera Guerra Mundial.

¿Rublegas o GNL americano?
El Valdai Club ha llevado a cabo una discusión esencial de expertos sobre lo que en The Cradle hemos definido como el Rublegas: el verdadero cambio geoeconómico en el corazón de la nueva era posterior al petrodólar. Alexander Losev, miembro del Consejo Ruso de Política Exterior y de Defensa, ofreció los contornos del Panorama General. Pero dependía de Alexey Gromov, director jefe de energía del Instituto de Energía y Finanzas, presentar los detalles cruciales y esenciales.
Hasta ahora, Rusia estaba vendiendo gas a Europa por una cantidad de 155 mil millones de metros cúbicos al año. La UE promete, retóricamente, deshacerse del mismo para el 2027 y reducir el suministro para fines del 2022 en 100 mil millones de metros cúbicos. Gromov preguntó “cómo”, y comentó, “cualquier experto no tiene una respuesta. La mayor parte del gas natural de Rusia se envía por gasoductos. Esto no puede ser reemplazado simplemente por GNL (Gas Natural Licuado)”.
La risible respuesta europea ha sido “empezar a ahorrar”, como en “prepárate para estar peor. Y reducir la temperatura en los hogares”. Gromov señaló cómo, en Rusia, “de 22 a 25 grados en invierno es la norma. Europa está promoviendo los 16 grados como ‘saludables’ y usando suéteres por la noche”.

Menos consumo y más caro
La UE no podrá obtener el gas que necesita de Noruega o Argelia (que está privilegiando el consumo interno). Azerbaiyán podría proporcionar, en el mejor de los casos, 10,000 millones de metros cúbicos al año, pero “eso tardará de 2 o 3 años” en suceder.
Gromov enfatizó que “hoy no hay excedente en el mercado para el GNL de EE.UU. y Qatar”. Y cómo los precios para los clientes asiáticos son siempre más altos. La conclusión es que “para fines del 2022, Europa no podrá reducir significativamente” lo que compra a Rusia: “podrían reducir en 50 mil millones de metros cúbicos, como máximo”. Y los precios en el mercado al contado serán más altos: al menos $1,300 por metro cúbico.
Un desarrollo importante es que “Rusia ya cambió las cadenas logísticas de suministro hacia Asia”. Eso se aplica también al gas y al petróleo:
“Puedes imponer sanciones si hay un excedente en el mercado. Ahora hay una escasez de al menos 1.5 millones de barriles de petróleo al día. Enviaremos nuestros suministros a Asia, con un descuento”. Tal como están las cosas, Asia ya está pagando una prima, de 3 a 5 dólares más por barril de petróleo. Rusia no tiene pierde.

Los seguros de transporte
Sobre los envíos de petróleo, Gromov también comentó sobre el tema clave de los seguros: “Las primas de seguros son más altas. Antes de Ucrania, todo se basaba en el sistema FOB. Ahora los compradores dicen ‘no queremos correr el riesgo de llevar su carga a nuestros puertos’. Entonces están aplicando el sistema CIF, donde el vendedor tiene que asegurar y transportar la carga. Eso, por supuesto, afecta los ingresos”.
Un tema absolutamente clave para Rusia es cómo hacer la transición a China como su principal cliente de gas. Se trata de Power of Siberia 2, que alcanzará su capacidad máxima solo en el 2024. Y primero se debe construir el interconector a través de Mongolia: “necesitamos 3 años para construir este gasoducto”, por lo que todo estará en su lugar solo alrededor del 2025.
En el gasoducto de Yamal, “la mayor parte del gas va a Asia. Si los europeos ya no compran, podemos redirigir” el gas. Y luego está el Arctic LNG 2, que es más grande que Yamal: “la primera fase debería estar terminada pronto, está lista en un 80 %”. Un problema adicional puede ser planteado por los “no amistosos” rusos en Asia: Japón y Corea del Sur. La infraestructura de GNL producida en Rusia todavía depende de tecnologías extranjeras.
Eso es lo que lleva a Gromov a señalar que “el modelo de economía basada en la movilización no es tan bueno”. Pero eso es con lo que Rusia debe lidiar al menos en el corto y mediano plazo.
Los aspectos positivos son que el nuevo paradigma permitirá “más cooperación dentro de los BRICS”; la ampliación del Corredor Internacional de Transporte Norte Sur (INSTC); y más interacción e integración con “Pakistán, India, Afganistán e Irán”.
Solo en términos de Irán y Rusia, los intercambios en el Caspio ya están en proceso, ya que Irán produce más de lo que necesita y está listo para aumentar la cooperación con Rusia en el marco de una asociación estratégica fortalecida.

Geoeconomía hipersónica
Correspondía al experto en energía chino Fu Chengyu ofrecer una explicación concisa de por qué la iniciativa de la UE, de reemplazar el gas ruso con el GNL estadounidense es, bueno, una quimera. Esencialmente, la oferta estadounidense es “demasiado limitada y demasiado costosa”.
Fu Chengyu mostró cómo ese cambio es un proceso largo y complicado, que depende de cuatro contratos: entre el desarrollador de gas y la compañía de GNL; entre la empresa de GNL y la empresa compradora; entre el comprador de GNL y la empresa de carga (que construye buques); y entre el comprador y el usuario final.
“Cada contrato”, señaló, “lleva mucho tiempo para terminar. Sin todos estos contratos firmados, ninguna de las partes invertirá, ya sea en infraestructura o en el desarrollo de campos de gas”. Por lo tanto, la entrega real del GNL estadounidense a Europa supone que suceda cuando todos estos recursos interconectados estén disponibles y se mueven como un reloj. ¿Pero será beneficiosa?
El veredicto de Fu Chengyu es contundente: esta obsesión de la UE por deshacerse del gas ruso provocará “un impacto (negativo) en el crecimiento económico mundial y causará una recesión. Están presionando a su propia gente y al mundo. En el sector energético, todos saldremos perjudicados”.

La turbulencia que se avecinaba
Fue muy esclarecedor yuxtaponer la turbulencia geoeconómica que se avecinaba (la obsesión de la UE por eludir el gas ruso y la aparición del Rublegas) con las verdaderas razones detrás de la Operación Z en Ucrania, completamente oscurecidas por los medios de comunicación occidentales.
Así que le envié algunas preguntas a un viejo profesional de Deep State de EE.UU., ahora retirado y bastante familiarizado con el funcionamiento interno del antiguo OSS (Oficina de Servicios Estratégicos), el precursor de la CIA, hasta la demencia neoconservadora.
Sus respuestas fueron bastante aleccionadoras. Comenzó señalando que “todo el problema de Ucrania tiene que ver con los misiles hipersónicos que pueden llegar a Moscú en menos de cuatro minutos. Estados Unidos los quiere allí, en Polonia, Rumania, los Estados bálticos, Suecia, Finlandia. Esto es una violación directa de los acuerdos de 1991, de que la OTAN no se expandirá en Europa del Este. Estados Unidos no tiene misiles hipersónicos ahora, pero debería tenerlos, en uno o dos años. Esta es una amenaza existencial para Rusia. Así que tuvieron que ir a Ucrania para detener esto. Los siguientes serán Polonia y Rumania, donde los lanzadores se han construido en Rumania y se están construyendo en Polonia”.
Desde una perspectiva geopolítica completamente diferente, lo que realmente dice es que su análisis encaja con la geoeconomía de Zoltan Poszar:
“Estados Unidos y la OTAN son totalmente beligerantes. Esto presenta un peligro real para Rusia. La idea de que la guerra nuclear es impensable es un mito. Si miras el bombardeo de Tokio contra Hiroshima y Nagasaki, más personas murieron en Tokio que en Hiroshima y Nagasaki. Estas ciudades fueron reconstruidas. La radiación desaparece y la vida puede reiniciarse. La diferencia entre el bombardeo incendiario y el bombardeo nuclear es solo la eficiencia. Las provocaciones de la OTAN son tan extremas que Rusia tuvo que poner sus misiles nucleares en estado de alerta. Este es un asunto gravemente serio. Pero Estados Unidos lo ignoró”.

Pepe Escobar es un analista geopolítico independiente, escritor y periodista brasileño. Escribe para Asia Times, The Cradle, The Saker y The Strategic Culture Foundation. Trabajó como analista para RT, Sputnik News y Press TV. Anteriormente trabajó para Al Jazeera.

Texto original: https://thecradle.co/Article/columns/8853
Traducción: A. Mondragón

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