Todos somos actores en la obra de la Nueva Ruta de Seda

Decenas de países de todo el Sur global han adoptado el modelo de desarrollo chino, por encima del sistema de financiamiento de los EE.UU. o de la Unión Europea, por razones muy simples.
Por Pepe Escobar
Es la misma vieja historia: los perros de la demonización ladran mientras avanza la caravana de la Nueva Ruta de Seda. La Iniciativa Belt and Road (BRI, por sus iniciales o también la Nueva Ruta de Seda), según una proyección del gigante anglo-australiano de minería y metales BHP Billiton, generará hasta 1.3 trillones (millones de millones) de dólares en innumerables proyectos hasta el 2023 –solo una década después de su lanzamiento oficial por el presidente chino Xi Jinping, tanto en Astana (ahora Nur-Sultan) como en Yakarta.
Es fácil olvidar que el BRI –un proyecto de conectividad masivo, tanto geoestratégico como geoeconómico, ahora está en efecto en todo el territorio euroasiático, así como en el Mar de China Meridional, más el Océano Índico hasta África Oriental– tiene menos de seis años y se prevé que dure hasta el 2049.
Como informé anteriormente, el BRI ahora está configurado como la auténtica Comunidad Internacional 2.0, mucho más representativa que el Grupo de los Veinte, por no mencionar el Grupo de los Ocho. Incluso antes del inicio del Foro de Belt and Road en Beijing, del 26 al 27 de abril pasado, 126 estados y territorios habían firmado acuerdos de cooperación con el BRI. Después del foro hay 131, más Suiza que pronto se unirá. El BRI también está involucrado con no menos de 29 organizaciones internacionales, incluido el Banco Mundial.
Considerando solo los proyectos que ya se están implementando, el Banco Mundial estima que las naciones BRI han reducido los tiempos de envío hasta en un 3.2%, y los costos comerciales hasta en un 2.8%.

Una maniobra geopolítica magistral
El punto clave del foro BRI fue la capacidad de Beijing para ejecutar una maniobra geopolítica magistral de Sun Tzu: Darse cuenta de que para que el plan se desarrolle de manera más fluida, tendría que abordar preguntas clave sobre la sostenibilidad de la deuda, la anticorrupción, los procesos consultivos, además de enfatizar las negociaciones “de abajo hacia arriba”.
Decenas de países de todo el Sur Global, así como algunos que aspiran al estado de mundo desarrollado, han adoptado el modelo de inversión y desarrollo chino sobre el modelo de financiamiento de Washington o Bruselas, por tres razones muy simples: No hay una imposición jerárquica, no hay una camisa de fuerza de talla única para todos, y no existe ninguna interferencia en sus asuntos internos.
Ese es el caso en los proyectos BRI enfocados en el grupo de China más las naciones de Europa Central, ahora llamadas 17 + 1 (Grecia acaba de unirse). El BRI ha implementado la Línea China-Europa Land-Sea Express, desde Atenas a Hamburgo a través de Skopje y Belgrado, con una sucursal en el puerto mediterráneo de Bar en Montenegro, justo enfrente de Italia, y luego a Budapest, la última encrucijada en Europa del Este y en todo el norte a través de la República Checa hasta Hamburgo.

Corredores Paneuropeo y Asiáticos
Además, la Línea Land-Sea Express se conectará con el Corredor Paneuropeo que une Bari, Bar, Belgrado y Timisoara en Rumania.
La Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN) es, sin duda, el frente crucial para asegurar el mayor éxito del BRI, al lado del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC). Y los 10 líderes de la ASEAN asistieron al foro BRI.
La perspectiva estratégica de Beijing implica el posicionamiento de Tailandia como el principal centro de transporte de la ASEAN. Por lo tanto, debe completar la línea ferroviaria de alta velocidad de $1,273 millones y multifase, que une el centro y el noreste de Tailandia, con la línea ferroviaria que se está construyendo desde Kunming a Vientiane, que se completará en el 2021.
Este es el proyecto estrella del Corredor Económico de la Península Indochina del BRI, que conecta el sur de China con el sudeste asiático continental hasta Singapur.

Renegociando los términos
En el reciente foro del BRI, China, Tailandia y Laos firmaron un memorando de entendimiento sobre la construcción del tramo entre Nong Khai y Vientiane. Ahora viene la difícil tarea de renegociar los términos para construir el tramo de 607 km desde Bangkok hasta Nong Khai, en el lado tailandés del Mekong.
Malasia logró renegociar el presupuesto y la ruta de su Eastern Coast Rail Link. Además, China y Myanmar están renegociando el proyecto de la represa Myitsone de $3,600 millones.
Al menos nueve de los no menos de 23 proyectos, parte del Corredor Económico China-Myanmar, están en marcha, incluida una zona económica especial (ZEE) en Kyauk Phyu en el oeste, el ferrocarril Kyauk Phyu-Kunming y tres zonas de cooperación fronteriza en Kachin y los estados de Shan. Myanmar es absolutamente clave para que China tenga acceso estratégico al Océano Índico.

Aprendiendo las lecciones clave
En otros lugares del sudeste asiático de Asia, el tren de alta velocidad Jakarta-Bandung de $150 mil millones y 150 km de largo es un gran aficionado, a pesar de enfrentar acusaciones de no transparencia por parte de la Junta de Coordinación de Inversiones de Indonesia. Sin embargo, el segundo mandato de la administración de Joko Widowo estará involucrado en no menos de $91 mil millones en proyectos relacionados con el BRI para desarrollar cuatro corredores económicos diferentes.
Una cosa es común a estos múltiples frentes de negociación BRI: El síndrome de pérdida en la traducción. Imagine los términos y contratos sumidos en un laberinto de referencias cruzadas y un pantano trilingüe (mandarín, inglés y luego tailandés, lao, indonesio, etc.).
Por no mencionar el conflicto entre la burocracia local y el gigante de construcción de infraestructura en China, perfeccionado al milímetro en las últimas décadas.
Aun así, Beijing está aprendiendo las lecciones clave, admitiendo que es esencial renegociar los términos clave, modificar acuerdos, prestar mucha atención a los aportes locales y, esencialmente, permitir una mayor transparencia.

Un plan para el desarrollo global
Los contratistas chinos deben emplear más trabajadores locales, fomentar la transferencia de tecnología y ser muy conscientes de los impactos ambientales negativos. Hay sugerencias de que se podría crear un tribunal de arbitraje BRI en el extranjero, por ejemplo en Ginebra neutral, además de los tribunales BRI en Shenzhen y Xian, en aras de una mayor transparencia.
Wang Huiyao, fundador del Centro de Expertos para China y la Globalización con sede en Beijing, argumenta correctamente que el BRI “se ha convertido en un plan para el desarrollo global, el tipo que el mundo carece desde la crisis financiera de 2008”. Esa fue sin duda la intención incluso durante el largo período de gestación antes del nacimiento del BRI en el 2013.

Cómo funciona el sistema chino
El sistema chino funciona así. La parte superior de la pirámide emite una guía, o un plan, y luego las capas subsiguientes de la pirámide crean sus propias estrategias de implementación, ajustando el proceso sin parar. Siempre es una variante del famoso dicho del Pequeño Timonel de Deng Xiaoping: “Cruzar el río mientras se sienten las piedras”.
Tal como está, no hay evidencia de que el gobierno de los Estados Unidos esté comprometido con el BRI, por no hablar de “tratar de darle forma para lograr una Asia más multipolar”, como argumenta mi amiga Parag Khanna (Nota del Traductor: Menos aún, EE.UU. no tiene un plan o la capacidad de hacer algo similar al BRI, sus propios mandamases desindustrializaron EE.UU. en los últimos 30 años y la nación está terriblemente endeudada).
El BRI en sí, junto con otros mecanismos como la Unión Económica de Eurasia, ya está configurando un Asia multipolar. Y nadie en Eurasia, aparte de los fanáticos de la Hindutva y los supremacistas japoneses, está comprando la narrativa del Pentágono de China como una amenaza existencial.

Un viaje a la antigua Ruta de Seda
Es bastante esclarecedor prestar atención a las palabras del ex gobernador de Hong Kong Tung Chee-hwa, que parece mostrar más sabiduría en sus 80 años ahora, como presidente del Congreso Consultivo Popular de China, que cuando estuvo alojado en la Casa de Gobierno.
Y luego podríamos viajar en el tiempo a la Antigua Ruta de la Seda –que como red de intercambio comercial y cultural entre el Este y el Oeste, era un prototipo de facto de la globalización.
Descubriremos que entre los viajeros de la antigua Ruta de la Seda sin escalas –y mercaderes, mensajeros y peregrinos– también había un grupo heterogéneo de malabaristas, acróbatas, músicos, bailarines y actores. Siglos más tarde, la historia vuelve a golpear, y ahora todos somos actores en una caravana masiva del desarrollo global.

Nota del Traductor: Como dice el Ulema Govinda: “Las cosas y eventos ocurren en la red del cosmos. Cuando tu mente las percibe, estos ocurren delante de tus ojos. Pero el hecho es que los mismos ya han ocurrido antes que lo notaras… Es más un asunto de percepción que de observación”.

* Pepe Escobar es un analista geopolítico independiente, escritor y periodista. Escribe para The Roving Eye, Asia Times Online, y trabaja como analista para RT, Sputnik News y Press TV. Anteriormente trabajó para Al Jazeera.

Texto original: https://www.asiatimes.com/2019/05/article/were-all-actors-in-the-new-silk-road-play/
Traducción: A. Mondragón

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