Trump: El Pacificador Armado que Busca la Paz ante Putin

Donald Trump —cuya personalidad puede dar paso a una nueva versión de la monumental novela “Yo el Supremo”, de Augusto Roa Bastos— quiere negociar la paz en Ucrania con submarinos nucleares. Una tropelía descomunal. Tal vez debe oír a los sabios chinos de la antigüedad, antes de meter la pata de forma descomunal.

Por Qianxu Tzu
El “Orange Man”, ese gran artista de la contradicción, se prepara para su encuentro con Vladimir Putin, el presidente ruso, mientras despliega submarinos clase Ohio más cerca de Rusia. Muestra el garrote y dice “hablemos de paz”. Es como llegar a una cena familiar con una ametralladora y preguntarse por qué todos parecen nerviosos.
Como enseña el I Ching en el hexagrama 6 (Song/El Conflicto): “Quien busca la confrontación mientras habla de armonía, siembra las semillas de su propia derrota”. Sun Tzu advirtió: “La suprema excelencia consiste en quebrar la resistencia del enemigo sin luchar”, pero Trump parece haber leído el manual al revés.

Huyendo hacia el conflicto
Es el mismo hombre que lamenta las muertes en Ucrania, pero acaba de reinstalar en Europa los misiles de alcance intermedio que Reagan había retirado sabiamente, apuntando al país de su invitado: Vladimir Putin, con quien se reunirá en Alaska el viernes 15 de agosto. ¿La lógica? Aparentemente, la mejor manera de promover la paz es recordarle al vecino que tienes las llaves del apocalipsis nuclear.
Lao Tzu observó: “Las armas son instrumentos de mal augurio; el sabio las usa solo cuando no tiene otra opción”. En las 36 Estratagemas, la número 1 dice “Engañar al cielo para cruzar el mar”, pero Trump parece aplicar la estrategia número 36: “Huir es la mejor opción”, solo que hacia el conflicto.

El Arte de la Fanfarronería
Trump, maestro del bluff empresarial, parece haber olvidado que las relaciones internacionales no son una partida de póker en Atlantic City. Como bien demostró A.J.P. Taylor en sus análisis de las dos guerras mundiales, los faroleos tienen la pésima costumbre de causar desastres globales. Confucio enseñó: “El hombre superior es modesto en el hablar y superabundante en el obrar”. Trump invierte esta fórmula completamente. El Zizhi Tongjian registra cómo los Estados Combatientes cayeron precisamente por esta arrogancia: cuando los señores de la guerra confundían la bravuconería con la estrategia, perdían tanto ejércitos como territorios.

La sonrisa de Chuang Tzu
Mientras tanto y para variar, el director de planes del comando estratégico estadounidense declara alegremente: “Estamos listos para una guerra nuclear con Rusia, y vamos a ganar”. Nada más tranquilizador para una reunión diplomática que esta declaración de intenciones. Una reverenda estupidez, es el menor de los calificativos que merece esa frase.
Chuang Tzu habría sonreído con ironía: “¿Quién puede ganar una guerra que destruye a ambos contendientes?” El Dao De Jing advierte: “Quien se complace en matar no puede realizar sus ambiciones en el mundo”.

El Emperador del Mundo
Porque si algo caracteriza la humildad trumpiana es su famosa frase: “Yo gobierno América y el mundo”. Un lema perfecto para enmarcar en el despacho oval, justo al lado de “La modestia es mi segunda virtud favorita, después de mi increíble inteligencia”. Sobran comentarios ante semejante despliegue de boludeces.
El I Ching en el hexagrama 15 (Qian/La Modestia) enseña: “La modestia crea el éxito. El hombre superior lleva las cosas a buen término”. Trump encarna el hexagrama opuesto: la arrogancia que precede a la caída. En el Qunshu Zhiyao se registra la caída del emperador Yang de Sui, quien también creía gobernar “todo bajo el cielo”, hasta que su imperio se desplomó por su arrogancia descomunal.
Como decía Al Pacino, al final del film”El Abogado del Diablo”: “La vanidad, mi pecado favorito”. Lao Tzu habría añadido: “El sabio no se exhibe, por eso brilla; no se afirma, por eso se distingue; no se vanagloria, por eso tiene mérito”.

El Negocio Rentable de la “Paz”
La ironía suprema llega cuando Trump cierra un jugoso contrato con Europa para vender cientos de miles de millones en armamento estadounidense para Ucrania. Uno se pregunta: si llega la paz, ¿quién pagará estas facturas? ¿O acaso la paz es solo otro producto más en el catálogo de ventas?
Sun Tzu observó: “La guerra es el camino del engaño”, pero aquí el engaño parece ser vender armas mientras se promete paz. Es la aplicación de la estratagema china número 7: “Crear algo de la nada”, donde la paz se convierte en el pretexto perfecto para el negocio de la guerra.

Mercaderes de la muerte
Más allá de las respuestas, lo que queda claro es que DJT es un buen vendedor del Complejo de la Industria Militar de EE.UU., la beneficiaria directa de este gran negocio. Con esto, él se asegura el premio del “Vendedor del Año” y quien sabe un puñado de acciones de las corporaciones armamentistas.
Confucio advirtió sobre estos mercaderes: “El hombre superior comprende lo que es moral; el hombre pequeño comprende lo que es rentable”. El Zizhi Tongjian documenta cómo los comerciantes de armas de la dinastía Song enriquecieron tanto a bárbaros como a enemigos, precipitando la caída del reino.

¿Ridículo Mundial Garantizado?
Con este panorama, el encuentro Trump-Putin promete ser el espectáculo del año. Un hombre que confunde la diplomacia con un episodio de “El Aprendiz”, enfrentándose al maestro del ajedrez geopolítico. Las probabilidades de que Trump haga el ridículo a escala planetaria son astronómicas, cuando Putin lo increpe y DJT monte en cólera.
El I Ching advierte en el hexagrama 44 (Gou/Ir al Encuentro): “La fuerza débil que se encuentra con la fuerza fuerte debe ceder, o será destruida”. Putin, versado en el arte del wei qi (go), entiende que la paciencia y la estrategia a largo plazo vencen a la impetuosidad. Como dice la estratagema 4: “Relajarse mientras el enemigo se agota”.

Derrotado por sus ambiciones
La pregunta no es si Trump quedará en evidencia, sino cuán espectacular será su caída ante los ojos del mundo… porque Rusia no saldrá de Ucrania sin obtener lo que quiere y eso es letra muerta para los patrones de Trump. Porque la guerra seguirá siendo su negocio y supervivencia, como lo ha sido desde hace un siglo.
Lao Tzu sentenció: “El agua vence a la roca no por fuerza, sino por persistencia”. Putin, como el agua, simplemente esperará que Trump se estrelle contra su propia rigidez. El Dao que puede comercializarse no es el verdadero Dao de la paz. Y como registra el Qunshu Zhiyao: “Los que buscan dominar el mundo terminan siendo dominados por sus propias ambiciones”. Trump, en su afán de ser el emperador de todo, podría terminar siendo el bufón de su propia corte.

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