Treinta años después una reunión con el líder chino Den Xiao Ping en 1983, el exmandatario Alan García Pérez (AGP) evocó ese encuentro en la Ciudad Prohibida, donde el estadista oriental le adelantó los objetivos de China en las siguientes décadas y la trascendencia de la civilización asiática en el concierto mundial. Un escéptico García, bajo su propia admisión cuando tres décadas después dijo “no comprendí que eso podía ser cierto”, aplazó su interés por la civilización-estado, cuando ya era evidente que habían sacado de la pobreza extrema a unos 400 millones de sus habitantes, en ese entonces, y ya estaban encaminados al Primer Mundo, para sacar a otros 300 millones más de la pobreza.
Aun cuando somos críticos de las dos gestiones presidenciales del líder aprista, sobre todo de la primera (1985-1990), no podemos soslayar la importancia de su mirada sobre la construcción de la potencia asiática bajo su propio capitalismo histórico “con características chinas”. En este contexto, AGP presentó en julio del 2013 su libro “Confucio y la Globalización”, que fue traducido al idioma chino y cuyo primer ejemplar fue entregado al hoy presidente chino Xi Jingping. En esa obra, imperdible en estos tiempos, AGP aborda con conocimiento y abundante información los factores que impulsaron el gran salto de la economía bajo los postulados filosóficos de Confucio, vigentes por más de 2,500 años.
AGP apunta a la globalización como el fenómeno por el cual Occidente “descubrió” la otra mitad del mundo. Con el único interés de complementar esa observación, debemos reiterar que, dando un paso más a la observación de AGP, en este portal sostenemos que la preponderancia de China va más allá de Globalización y, como el propio nombre de nuestro portal lo enfatiza, tiene como fundamento un cambio estructural de enorme magnitud: la aparición de un Nuevo Sistema Mundo Euroasiático, que reemplazará al oxidado Sistema Mundo Occidental.
No debemos olvidar que la obra del desaparecido expresidente peruano es de 2013, mientras que nuestras primeras entregas corresponden a diciembre de 2017 (2017: El Año que Nació el Nuevo Sistema Mundo – La Tribuna Hispana USA), y posteriormente creamos este portal El Nuevo Sistema Mundo, en mayo del 2019, pocas semanas después del fallecimiento del expresidente. Tal vez él hubiera disfrutado de esta nueva visión, complementaria a la que él tuvo unos años antes.
A continuación, la alocución de Alan García Pérez del 25 de julio de 2013 en la Universidad San Martín de Porres donde ejercía labores docentes.
Por Alan García Pérez
“Muchas gracias, muchas gracias por el cheque. La regalía también. Señor rector (José Antonio Chang), muchas gracias por estar presente, y en su caso tiene una importante y especial significación que esté usted presente.
Señor Editor de Titanium y de Crisol, señores profesores, distinguidos invitados, queridos alumnos y alumnas asistentes esta noche, que ha de ser breve porque tenemos clases en curso que hay que cumplir. Tomaré para comenzar la idea que con gracejo recordaba el Editor. En efecto, Confucio es un inventor, pero es inventor exactamente de lo contrario.
Es inventor de la claridad, de la evidencia y de la nitidez de la relación del hombre con la naturaleza que tiene al frente, a la cual no debe cuestionar y frente a la cual no debe formular dudas, sino identificándose con ella, seguir su curso como un flujo. Eso es Confucio. De suerte que quien haya pensado que fue inventor de la confusión, ha dicho exactamente lo contrario de lo que es Confucio.
Es inventor del encuentro evidente de la realidad a la que hay que seguir como una totalidad. Y el objeto del libro, es decir, especialmente a los jóvenes y a los estudiosos es algo importante. Sin comprender China, no podrán comprender el mundo que van a vivir en los próximos años.
Y no me refiero al aspecto económico, compro más o vendo más. Eso es lo aparente. Detrás de este vaso que podría haber sido producido en China, hay una mano china y por consiguiente un cerebro chino que lo ha producido en determinadas condiciones y cantidades gracias a una cultura china milenaria que es totalmente distinta a la nuestra.
Y si no comenzamos por comprender cuál es esa cultura, seremos como ciegos ante lo que ocurra en el mundo en los próximos decenios. Comprender China no es solamente un acto de conocimiento educativo, es fundamentalmente una necesidad económica, psicológica e histórica de comprensión de hacia dónde vamos. Porque de ahora en adelante, como hace 10 o 20 años, nada ocurrirá que no tenga como antecedente de una u otra manera lo que ha ocurrido y lo que seguirá ocurriendo en China.
Esto es lo primero. En segundo lugar, escribo este libro porque creo que los políticos no debemos perdernos en lo inmediato y ciertamente menos en el cuoteo de lo inmediato, sino pensar en el largo plazo para ver cuáles son los objetivos de los propósitos sociales.
Y esta inquietud comenzó cuando en 1983, teniendo entonces 33 años, y por alguna razón fui invitado por el gobierno chino.
Y siempre recordaré una noche cuya importancia entonces no comprendí, pero que ahora es uno de los temas más pesados de mi vida. Entré a la Ciudad Prohibida en una noche, acompañado de algunos testigos, miembros del Partido Aprista, a una cena en una mesa circular en la que estaba el presidente de China, Lixian Niang, el gran secretario general del Partido Comunista, Hu Yaobang, y el gran conductor ideológico de la China moderna, Deng Xiaoping. Y esa noche escuché, en 1983, la propuesta de ellos de lo que iba a hacer China más adelante.
E ignorante de muchas cosas, no comprendí que eso podía ser cierto, como después todos hemos verificado que puede ser cierto.
Cuando recuerdo esa noche pienso en lo importante que es el largo plazo en la visión de cada uno de los que hacen política o conducen pueblos.
Por eso reitero, el objetivo fundamental del libro es, si usted no comprende China, su pensamiento, su civilización, usted no comprenderá lo que está ocurriendo y lo que va a ocurrir en el mundo, y por cierto, no podrá competir.
Lo que está viviendo ahora Europa es consecuencia de no haber estudiado a Confucio, no haber entendido que detrás de esta producción masiva de bienes y máquinas, hay una cultura que respalda y motiva esa producción colectiva y masiva. Ellos, los europeos, los occidentales, los pretendidos racionalistas, continuaron con su estado de bienestar, con sus subsidios, con su cultura de poco esfuerzo, continuaron soñando con el paraíso que el cristianismo nos ha dicho fue el origen adánico de nuestra especie, y no se dieron cuenta que estaban siendo socavados por una civilización distinta que produce mucho más, pero que produce, porque tiene normas psicológicas y de conducta totalmente diferentes a las que nosotros tenemos. Creo que eso es claro.
Sin comprender esa cultura y esa civilización, podremos seguir siendo lo que somos, pero seguiremos siendo solamente objetos inanimados de la historia. En segundo lugar, y voy a hacer la enumeración de algunas tesis para no liberarlos de la lectura que les sugiero de este texto.
No es un hecho económico lo que estamos viviendo.
Cuando decimos China creció, China vende, China compra, China determina todo lo que vivimos, eso no es un hecho económico, no se equivoquen, es la apariencia económica. En verdad es un proceso civilizacional, que por primera vez se acerca a la otra parte del mundo. Y este es el proceso de la globalización, que no puede entenderse sin China.
Y este proceso civilizacional es lo que explica, algo que nos parece asombroso a nosotros, como si en 1978 China producía 400 mil millones, hoy día, 35 años después, produce 8 billones o trillones en economía inglesa. Se ha multiplicado por 20 veces su producción. Como un pueblo enorme, y a nosotros nos parece desde nuestra concepción que es más fácil mover un pueblo pequeño que un pueblo inmenso, un pueblo mundo.
Cómo este pueblo mundo cada 8 años duplica su producción. Cómo este país ha logrado sacar de la miseria a 500 millones de habitantes. Es la revolución social histórica más grande que se ha hecho en la historia de la humanidad, cuantitativamente y finalmente cualitativamente.
Yo conocí China en 1974, volví a China en 1983, y aún en 1983 era la China de las bicicletas y las alpargatas, de la carestía y de la falta de tecnología. Volví a China en el año 2003 y sucesivamente y muchas veces. ¿Cómo hizo este gigante para hacer eso? No lo hizo mediante la economía, lo hizo porque desde hace milenios tiene estructuras cerebrales y conceptos que le permiten orientarse, girar y trabajar colectivamente como ningún otro país puede hacerlo.
Y lo que intentamos en este texto es demostrar exactamente eso, pero advirtiendo algo. No es un hecho económico y mucho menos un hecho económico de los últimos años, que los ignorantes lo digan. Marco Polo cuando llegó en el siglo XIII, escribió: solamente en el río Yangtze, dijo Marco Polo, hay más tráfico de mercaderías y más volumen que en todos los ríos y mares de la cristiandad juntos.
Y Mateo Ricci, un jesuita que llegó dos siglos después, expresó con asombro, he encontrado miles de títulos de libros editados en cantidades inimaginables, donde se explicaba a Confucio para los escolares, donde se desarrollaban los exámenes imperiales para los funcionarios, donde se reproducía la historia de Sima Qian, otro monstruo chino que 90 años antes de Cristo escribió una historia de 1600 capítulos sobre la China de antes de Cristo. Todo esto no lo conocemos, no lo sabemos. Vivimos de la inmediatez.
¿China comenzó con la globalización y la tecnología? ¿China comenzó con Mao? No. Mao ha sido una excepción en la historia de China. La historia de China son 2500 años de confucianismo y algunas excepciones que no duran más de 20 o 30 años, como el propio Mao Tse Tung.
China es otra cosa. Y debemos comprenderla así, diciendo, no es un hecho económico lo que ahora ocurre, eso es producto de algo más profundo.
En tercer lugar, otra definición. Cuando los occidentales, los economistas, hasta el presidente del Banco Mundial, dicen, sí, China ha crecido enormemente, pero conforme crece, sus obreros piden más salarios, eso parece natural, y piden más libertades, y piden elegir parlamentarios, eso ya no me parece tan natural. Y por cierto, no lo piden. Y los occidentales dicen, consolándose de su retraso, conforme China más crezca, más rápidamente se va a occidentalizar y por consiguiente va a tener mayores problemas, confusiones, y va a detener su crecimiento.
Y la tesis que expongo es exactamente la contraria. Señores, es muy difícil que China adopte nuestros criterios, nuestras formas de pensar, cartesianas, socráticas, kantianas, popperianas, etc., etc., freudianas, es muy difícil que China adopte los criterios occidentales. Mucho más fácil es que Occidente adopte los cánones del comportamiento económico y político de China, como lo está haciendo, y lo demuestra el libro.
¿Qué cosa hace el señor Rajoy cuando tiene que retroceder el camino del exceso de gastos, subsidios, subvenciones a la gente en España? ¿Está yendo hacia una cultura del esfuerzo? ¿Qué cosa hacen las juventudes en el mundo cuando dicen la revolución es la educación? Están yendo a un criterio elemental de hace dos mil quinientos años. Que estableció la dinastía Zhou. Y después de ella Confucio. Que no puede haber un funcionario que no dé un examen imperial y un examen cada tres años para continuar con el puesto que tiene como funcionario.
Y eso que ahora se intenta hacer aquí o se intenta hacer en Europa, ¿qué cosa es? Es Confucio. Pero no lo sabemos. Lo estamos haciendo sin leerlo, porque competimos con China. Y si no lo hacemos, China será la dueña de todos nuestros empleos, será la dueña de todas nuestras industrias, y determinará la tasa de interés, el nivel de inflación, los créditos dentro de cada país. Porque es así. Y si no se tiene esas condiciones aquí, cualquier industrial se llevará sus máquinas al centro de China, la nueva China que está más allá del centro de China, que comienza recién a desarrollarse.
A ver, a ver si no necesitamos entender a China para saber a dónde vamos a vivir nosotros y nuestros hijos. Es más fácil que nosotros adoptemos los criterios chino-confucianos que lo contrario, que China adoptara nuestros criterios de contradicción política, de parlamentarios, de confusión económica. Esta es una tesis fundamental.
Para entenderla, en la parte inicial, propongo sintéticamente utilizar a algunos autores como instrumentos para pensar a China. El primero de ellos, evidentemente, Max Weber. Este luminoso alemán, padre de la sociología alemana, escribió a comienzos del siglo XX un texto que todos conocemos, pero que a veces pocos estudiamos, que se llama ‘La ética protestante y el espíritu del capitalismo’.
En él, Max Weber analiza a profundidad qué piensa y qué siente un puritano, un luterano puro, de estos que vinieron a Estados Unidos o se quedaron en Inglaterra y en el norte de Europa, para los cuales el tiempo es trabajo y el trabajo es previsión del cielo. Que no son ostentosos, sino que acumulan sin mostrar su riqueza. Eso es un puritano.
Y Weber lo explica recogiendo el directorio de Richard Baxter, por ejemplo, que es uno de los grandes enunciadores de la tesis puritana allá en 1500. Pero al final de todo, Weber se pregunta, aún en los Estados Unidos, donde el capitalismo es fuerte, poco a poco se va perdiendo este impulso ético de los puritanos. ¿Qué llenará? Pregunta al final de su libro.
¿Qué llenará este vacío? Si él estuviera aquí le diría, Weber, Confucio va a llenar ese vacío porque es un nuevo impulso de producción colectiva, de educación meritocrática, etc. Este es un autor que hay que entender para seguir su camino y estudiar hacia dónde vamos con China.
Otro es el célebre Arnold J. Toynbee y su concepto de los campos inteligibles de la historia. La historia no funciona por la historia del Perú, o la historia de Chile, o la historia de Francia. Esas son naciones. Por sobre las naciones están los campos que él llama campos inteligibles de la historia.
Por ejemplo, la Mesopotamia puede tener varios países, pero es un campo inteligible de historia. Yo sostengo que la parte central entre el Yangtze y el Río Amarillo es un campo inteligible de la historia que ha gobernado Asia desde hace 3.000 o 4.000 años. Otro autor importante, y uno de mis instrumentos básicos, es Ferdinand Braudel.
Braudel nos enseñó que una cosa es L’histoire de Venmanciel, la historia de los hechos diarios, la coyuntura, el problema del parlamento, estas cosas. Otra es la historia de las clases sociales y de los países, la mediana historia. Pero la larga historia que es la historia de los grandes continentes que se forman como conceptos culturales.
Entonces, con Weber, con Toynbee y con el concepto temporal de Braudel, tenemos instrumentos para comenzar a estudiar China.
Y ahí aparece un cuarto autor o autora que sugiero a mis alumnos leer, Karen Armstrong. Karen Armstrong ha escrito un libro, lamento el título, que se llama La Gran Transformación.
No es indirecta, además fue usado por el… es el título del programa del APRA de 1930. El libro de La Gran Transformación, ¿qué plantea, Jaime Cáceres? ¿Qué plantea en el texto Karen Armstrong? Siguiendo una idea básica de Carl Jaspers, que habló de la era axial… la era axial. Dice la autora que hacía 500 años antes de Cristo, las civilizaciones que parecían ser todas partes del mundo humano, comenzaron a tomar caminos distintos, desde el año 500 antes de Cristo.
Y hay dos influencias inmensas desde el año 500 antes de Cristo, que es el año en que nació Confucio.
Uno, el mundo que fue influido por el pueblo ario, que resulta ser el origen, el Adán de la civilización occidental, con su dios Mazda y su antagonista Agón. Para estos pueblos, los griegos, los romanos, los judíos, los mesopotámicos, nosotros, los europeos a lo largo de siglos, para estos pueblos que son influidos por el mundo ario, Dios creador es el elemento fundamental del pensamiento.
Estos pueblos creían al comienzo en la naturaleza como un todo, sin preguntarse de dónde salió y hacia dónde fue. Pero a partir del año 500 comienza a dibujarse la explicación, hay un Dios creador que lo hace todo, que nos hizo a nosotros y nos expulsó después del paraíso. Este es el mundo ario occidental.
En cambio el mundo chino, que tuvo al comienzo al dios Di, en la época de los Shang, no Chang, sino Shang, de 1200 años antes de Cristo, ellos fueron orientándose del Dios creador hacia la naturaleza en conjunto sin explicación, la naturaleza evidente, la natura naturans de Baruch Espinosa.
Entonces, estos dos caminos han continuado a lo largo de los últimos 25 siglos. Nosotros estamos en uno, somos católicos, somos cristianos, otros mahometanos, otros maniqueos, pero estamos en el camino de los arios aún.
Los chinos, hace 25 siglos, por lo menos, mucho antes también, continúan un solo camino. Y esa es su enorme fuerza, son un solo pueblo, casi racialmente, una sola civilización, una sola escritura, que, les advierto desde ahora, aunque algunos no lo creen, y lo demuestro en el libro, un hombre culto de hace 50 años en China, podía leer los escritos de Mencio de hace 2200 años. Yo no puedo leer a Tales de Mileto, yo no puedo leer los escritos que hablan de Ormuz de Arimán en Persia, pero un chino de este siglo sí podía leer lo que se escribió hace 2200 o 2500 años.
¿Por qué? Porque la escritura no cambió, cambió el sonido, y hay diferentes lenguas sonoras, pero todas se leen de la misma manera. Esta continuidad formidable, es la que le da una fuerza cultural inmensa a China. Nosotros apenas en los últimos 300 años hemos cambiado de genes, de bandos, de influencias culturales, y hasta ahora no sabemos o qué somos o a dónde vamos.
Los chinos son otra cosa. Por eso digo, es algo diferente y como son un número inmenso y producen muchísimo, y por primera vez en su historia de 2500 años, en realidad su historia es de 4000 años, pero usamos 2500 años para Confucio, por primera vez han decidido crecer hacia afuera. Los chinos siempre nos vieron a nosotros como bárbaros: no saben escribir, no respetan a sus padres, no se educan meritocráticamente, se andan arranchando los puestos ahí, en los gobiernos de esos países chiquitos. Son gente, son tolerantes, como dice Kissinger en ‘China’, su libro, tolerantes, pero nunca quisieron ir más allá de sus fronteras, nunca.
¿Usted ha visto alguna vez Alejandro el Magno, un occidental, se fue hasta la India? Napoleón llegó hasta Rusia. Los propios españoles iban buscando el mundo, sin saber a dónde llegarían, en el descubrimiento. Los chinos están contentos allí, en el Tian Xia, se llama en chino, todo bajo el cielo, Tian Xia.
Pueblo chino, escritura china, cultura china, territorio chino, dinastía china, aquí estamos. Sólo una vez en 1408, salieron 27.000 guerreros, en 280 barcos, dieron la vuelta a Asia, pasaron el África y estaban por llegar al Mediterráneo. Después de ir hasta el Mar Rojo, al mando del almirante Yen Tse, y de pronto dieron marcha atrás, se volvieron, quemaron los 280 barcos y nunca más salieron de China.
El fenómeno de hoy día es que por primera vez China ha decidido salir al mundo, y por eso estamos muchos países de rodillas ante China, y muchas economías de rodillas ante China.
Entonces, esta diferencia cultural, tercer tema, la he llamado en un capítulo la genética cultural. Es un poco un alarde de similaridad, de analogía. Ustedes saben, la genética, el genoma. Tenemos millones de pares genéticos ordenados en miles de genes, a su vez ordenados en 23 pares de cromosomas, y ese es el genoma. Pero yo comparto con el señor, aunque no parezca, 99.9 de mi genoma, es el 0.1 del genoma global que me permite ser diferente.
Las culturas son así. ¿Qué cosa es una cultura? Es una interpretación del mundo, de Dios, un conjunto de colores, una forma arquitectónica, una forma de escribir, de organizarse, etc. Eso es una cultura, un conjunto de genes, y una cultura se parece a otra.
Pero hay un gen, un 0.1, que determina que esta cultura sea así, y la otra sea asá. Entonces propongo en un capítulo lo que es la genética cultural, que Caron Armstrong, en la Era Axial, y Carl Jaspers, en sus libros, ha determinado que a partir del 500 a.C. se produce un divorcio, que dura hasta hoy y por primera vez comienza a cerrarse ese espacio, con el peligro de una influencia, por cierto mucho más dominante e importante.
En cuarto lugar, quisiera referir que Confucio, a ver, no es que China sea lo que es porque le dio a Confucio, eso es una perogrullada, eso es una simpleza.
No. Confucio es lo que es porque es chino, es otra cosa. Confucio nació en el 550 a.C., en el reino de Lu, en la época de la dinastía Zhou, pero desde 1700 años antes de él, el emperador amarillo, la dinastía Shang, etc., se pensaba casi lo mismo y Confucio lo recogió, lo sintetizó y lo expresó.
Esa es la virtud, por eso hablamos de Confucio, pero estamos hablando de la China milenaria previa a Confucio. ¿En qué consiste esta China milenaria? ¿Cómo se expresa culturalmente? Primero a través de los llamados cinco libros clásicos que son de lectura obligatoria para todos: ricos, pobres. Todos tienen que conocer más o menos qué cosa es el libro de las mutaciones, el libro de los cantos, el libro de los ritos, los anales de otoño y primavera, que por cierto para el libro yo tenía que leer, qué son los textos, las piedras y yares de la cultura china. Todos conocen, por ejemplo, el I Ching, ¿han escuchado el I Ching? Mirko Lauer tradujo, el I Ching.
Pero el I Ching no es un juego de adivinación de la suerte, esa es una mala interpretación. El I Ching es simplemente poner sobre la mesa todas las probabilidades que una situación posible puede tener, nada más. Es simplemente lo que después la entropía positiva o negativa de Clausius o el cálculo de probabilidades ha demostrado.
Usted puede sistematizar todas las probabilidades que tiene una situación. Eso es el I Ching. Ahora cuando usted llega a la situación más probable no es que haya adivinado el futuro, simplemente ha hecho el cálculo más exacto, es otra cosa.
Por eso el I Ching tiene 64 hexagramas multiplicados por 18 trigramas, etcétera, etcétera, escalonadamente, son millones de posibilidades. Así piensan los chinos pues. Nosotros no, nosotros jugamos damas.
Es distinto. Como el Wei Qi, nosotros tenemos un ajedrez, ellos tienen el Wei Qi, que tiene 189 piezas cada jugador. Y donde no se come el rey y la reina, no existe, no hay centro en el Wei Qi, sino simplemente es presencia y rodeo de otras piezas.
Y no hay un fin, sino en el momento en que se ponen de acuerdo, hemos terminado, se cuenta quién rodea más piezas del otro y ganó. Pero ese concepto está o no está en la lógica del avance mercantil, del avance económico de China sobre el mundo. Es exactamente eso.
Lo demostré en Pizarro con el trecillo y su lógica de acción política. La actividad lúdica prefigura la forma de actuar y la conducta de una persona. Muy bien. Confucio es una continuidad, es lo que quiero decir en cuarto lugar.
Confucio, repito, nació en el 550, recogió enseñanzas de la dinastía Zhou, que ya tenía 500 años antes, y él era un gran admirador del duque de Zhou, y en adelante, como él sintetizó, hizo el catecismo del pensamiento chino de mil años antes, y hacer catecismo es muy bueno, porque hace accesible a la gente, simplísima, la forma en que debe conocer las cosas. En adelante, y por 2.500 años, el pensamiento de Confucio ha imperado en China. Cuando él predicaba, fue ministro de justicia en su tiempo, ministro de justicia, Confucio.
Después de su prédica vino la dinastía Han, son 400 años. Después de la dinastía Han vino la dinastía Tang. Después de la dinastía Tang vino la dinastía Song. Después de la dinastía Song intervinieron los mongoles, pero a los 130 años se fueron, y volvieron los Ming. Después de los Ming los Qing. Bueno, esta es una sucesión que causa sonrisas a algunos, pero que cada uno tiene 30, 40 emperadores, y poetas, y filósofos confucianos. En todas esas dinastías, la presencia de Confucio fue fundamental.
Ha habido dinastías mucho más confucianas que otras, pero todas han obedecido los cánones confucianos. Cada cierto tiempo aparece, como una burbuja súbita, un personaje distinto, se llaman los legistas. Para Confucio el pasado es fundamental y no hay nada que hacer con las leyes, sino con el ejemplo.
Hay que repetir el pasado, no inventar las cosas. Aparecen algunos personajes que dicen, sí podemos mediante las leyes cambiar la naturaleza de los hombres. El primero es el primer emperador, Quixiwandi, pero duró 20 años, y después de él, otra vez Confucio.
Y los letrados confucianos que dieron sus exámenes y demostraron que sabían más de Confucio que nadie en China, y esos eran los ministros, los prefectos, los generales de ejército, esos eran los confucianos, siempre. Por allí apareció otro de nombre Wudi, duró 10 años, y volvió Confucio. Y uno de ellos también es Mao Tse Tung, que apareció en 1946 y murió en 1976, 30 años.
Pero apenas se fue, otra vez Confucio, porque mi tesis es que el señor Deng Xiaoping está restableciendo la longeva concepción confuciana de varias cosas. Esa noche de 1983, me envió al día siguiente a ver un mercado donde los campesinos vendían ellos mismos sus productos. Y yo como occidental decidí cuál es la novedad, en mi tierra también venden sus productos los campesinos.
Bueno es que había habido 30 años de colectivismo absoluto y estatismo total, donde tener un cerdo era ser un capitalista, ustedes saben, por ley. Criar una gallina era ser capitalista, se tenía que producir dentro de la comunidad o comuna y entregar todo el estado a cambio de unos tributos y de unas retribuciones. Entonces era una novedad, pero no era una novedad, lo era después de Mao Tse Tung y 30 años, pero eso es de hace 2.500 años.
¿Qué es lo que defendió Confucio siempre? La propiedad familiar y la libertad de la propiedad familiar. Por eso cuando ustedes ven el idioma chino de hace 2.500 años, hay una forma así que representa árbol o persona y arriba un cuadrado que tiene cuatro partes, ese es un campo, agricultura se escribe así, cuatro partes porque todos los campos son más o menos parecidos, se llaman los campos de pozos o campos familiares y están partidos así. Si usted le quita esa división al centro significa cielo que no tiene división y después entenderemos por qué todos estos pictogramas o logogramas tienen una enorme importancia en la forma de pensar de los chinos tan diferente a la nuestra.
Pero, volvamos a Confucio, educación, propiedad familiar, libertad económica que es la que permitió, recuerden en 1820, recomiendo a mis alumnos y a todos los invitados una obra magna, enorme que se llama la ‘Economía Mundial’ en español de Angus Madison, el que quiera estudiar en profundidad la cultura nuestra económica tiene que leer Angus Madison o por lo menos consultarlo, este hombre ha hecho un trabajo en Cambridge, ha hecho un trabajo inagotable de datos, de cálculos, de todo lo que es la economía de cada uno de los pueblos y del mundo desde el año cero. Él demuestra con proyecciones clarísimas, inagotable el libro, que en el siglo décimo los chinos producían el 27 por ciento del Producto Bruto Mundial, en 1820 producían el 36 por ciento del Producto Bruto Mundial, es que nos asombramos ahora que China recién está volviendo a producir el 12 por ciento del Producto Bruto Mundial. Tienen techo, techo histórico de hace mil años, no se asusten. Entonces estudien Confucio para entender, porque si no, no vamos a saber.
Entonces este Confucio de 2.500 años con algunas pequeñas interrupciones, nos ha enseñado propiedad, libertad, nos ha enseñado educación meritocrática, porque hay algo fundamental en Confucio, el Xunzi, el caballero noble, puede ser cualquiera, donde haya nacido, sea hijo de campesino, si estudia, aprueba sus exámenes imperiales y había, sabe cuántos, en el siglo tercero, cuántos alumnos de las Academias Imperiales: 400 mil alumnos de las Academias Imperiales. Todo eso no sabemos acá, no sabemos, no entendemos: Pero por eso ellos tienen tanta fuerza, tienen genes que están empujando en una dirección, pero educación meritocrática es un elemento esencial del pensamiento confuciano.
Piedad filial, si no hay que inventar nada, sino recoger lo del pasado. La primera obligación es el amor a los padres. Observen que aquí no hay complejo de Edipo. Miren la inmensa diferencia cultural, Zeus mató a Saturno, su padre, que a su vez mató a Urano, su padre y en adelante, todos de alguna manera matamos a nuestro padre en Occidente, a nuestro padre intelectual, político, etcétera, etcétera. En China no, en China es un precepto y nadie se plantea lo diferente. Es la piedad filial, Xiao, la piedad filial.
Y como consecuencia de la piedad filial, la jerarquía social, porque el emperador no es un dictador al que todos se arrodillan ante él, se arrodillan porque el rito obliga a respetar la reverencia porque viene del pasado, pero el emperador tiene obligaciones como yo las tengo frente a él y la primera obligación del emperador es mantener la relación del pueblo con la naturaleza. Si se aparta de eso la naturaleza le demuestra mediante inundaciones, mediante conflictos, que está apartándose de su deber y entonces hay que sacarlo, porque no significa una obediencia a ciegas y para siempre. Si no cumple su rol tendrá que salir y es el propósito de la revolución, de la revolución que ha habido a lo largo de 2.500 años, donde ha habido grandes movimientos: el loto blanco, los turbantes rojos, etcétera, etcétera, etcétera.
Muy bien, dicho esto sumarizo, no es un hecho económico, es un proceso civilizacional. En segundo lugar más fácilmente tomaremos conceptos de la vieja china confuciana que ellos de nosotros, no nos esperancemos en que sea lo contrario. En tercer lugar todo esto deviene de una genética cultural que en la era axial 500 años antes de cristo tomó caminos distintos. Y en cuarto lugar Confucio es una continuidad de 2.500 años con pequeñas interrupciones que nos llaman la atención a los occidentales.
Hay muchos que dicen, a lo que está ocurriendo en china es una reacción ante el comunismo colectivista de Mao. No, usted no estudió historia. Exactamente eso ha habido muchas veces en china, en China. Había, estoy hablando del siglo 2 antes de Cristo, el gran debate sobre la sal y el hierro para ver si el estado debía ser monopolista o no, de la sal y del hierro y los confucianos que eran los escritores y los letrados tomaron el partido de que debía haber libertad de producción de la sal y el hierro, libertad de los puertos en el siglo décimo.
Entonces cuál es la novedad de que ahora el señor Deng Xiaoping y sus seguidores hagan libertad de inversión en china y capitalismo en todo el mundo, cuál es la novedad, es que china se ha vuelto capitalista, no sea tonto, China es y será siempre confuciana, es otra cosa. Y a nuestro capitalismo le va a dar el sesgo y el matiz confuciano poco a poco.
Muy bien, un tema fundamental que el libro propone es todo esto, esta civilización distinta de dónde viene, cuál es una de sus explicaciones, la historia la sabemos. Pero qué puede ser que nos haga pensar de manera tan distinta, porque pensamos de distinta manera y yo respondo en un capítulo y digo el bosón de Higgs, es decir la partícula de las partículas, el gen que nos hace diferentes se llama la escritura, es bien simple de entender, aunque parece abstracto y recargado.
Nosotros somos alfabéticos, los chinos son logográficos, esto qué significa. Nosotros somos alfabéticos significa que tenemos un objeto, la naturaleza, esto. Yo creo, construyo un sonido que dice libro, ya tengo un primer significante, libro frente a este objeto, pero ese término no tiene nada que ver, en ninguna parte acá dice libro, o agua o vaso, por eso es el carácter arbitrario que decía Ferdinand de Saussure. Arbitrario, se me ocurrió e inventé el sonido libro. Luego ese sonido tengo que trasladarlo a la forma gráfica y escribo una palabra que dice libro, pero esta palabra libro también es gratuita frente al sonido libro que a su vez es gratuito frente al objeto.
Entonces qué es lo que he hecho, yo he disuelto el objeto en 25 letras y en x sílabas y lo he reconstituido en un significante. Pero ese significante es arbitrario, gratuito, podría ser otro. Mejor dicho, podría ser otro. En cambio el chino ¿cómo representa agua? con este signo, agua. ¿Cómo representa árbol? Así. ¿Cómo representa extremidades? Este árbol le pone dos palos así y son las extremidades, los brazos y las piernas o las ramas o lo que usted quiera.
¿Cómo representa campo? Se los dije antes, un cuadrado que está dividido entre cuatro. ¿Cómo representa cielo? Ya no hay división entre cuatro. Es un pictograma que está a la base de los logogramas o ideogramas posteriores, bueno filosofía del lenguaje. Entonces para el chino la naturaleza es evidente porque él escribe esta agua exactamente como es el agua cuando fluye.
Para el occidental el agua es una palabra, agua, ¿y qué tiene que ver con eso? Y escribe agua de una manera distinta a la palabra que a su vez es gratuita respecto al objeto, en cambio aquí está pintada la realidad, ¿qué le parece? Entonces tengo la naturaleza al frente cuando la leo, el otro tiene que hacer una decodificación, porque ha reconstituido la realidad hacia la palabra y tiene que decodificar la palabra y el sonido hacia la realidad. Entonces siempre está buscando a Dios creador y siempre está sospechando que detrás de este significante hay algo sospechoso.
Por eso surge el psicoanálisis. Usted no habla racionalmente, son sus instintos que están detrás, aunque no los vea, por eso surge el concepto de la ideología. Usted parece racional pero está expresando la ideología de su economía, de su clase social. Por eso Sócrates ¿qué hacía con su mamá? Era partera como ustedes saben ¿no? Entonces él decía dar a luz que es mayeutas en griego y de ahí viene el concepto mayéutico, le denominó así. Tenemos un tenemos un hecho evidente, ahora vamos a preguntarnos si es verdadero ese hecho evidente y comienza mediante preguntas a reconstruir ese hecho como un hecho lógico, pero ya no es esto. Crea una realidad lógica a partir de una realidad evidente, el chino no, el chino dice ¿y para qué tanto me pregunto? Bueno, este elemento básico que me hace evidente, video, de ver, del latín video, y el otro que es reconstituyente, dividen los caminos culturales, porque aquí está siempre la pregunta ¿conocemos la verdad? ¿es verdad este significante? En cambio aquí está la pregunta ¿qué me pregunto si tengo al frente las cosas y la verdad? Como consecuencia de esto, de esta cosa extraordinaria, yo digo esta es la civilización de Hamlet, to be or not to be, ser o no ser.
Esta es la civilización de Lao Tse, estar. Y en el chino ni siquiera existe la palabra ser, existe chi, estar siendo que es otra cosa, o sea, estar en proceso, estar en flujo, aquí es ser, esto es o no es, aquí es ser, estar, ni es ni no es. Muy bien, todo esto de filosofía y semiótica un poco está también en el libro, porque no hay que ahorrarse conceptos don José, hay que escribir, no siempre para la lectura fácil.
Finalmente, penúltima tesis, lo que hace Deng Xiaoping es la continuidad de Confucio. ¿Qué ha hecho Deng Xiaoping? Entregar, fraccionó las comunas y las entregó a las familias, allá no hay atomismo individual, hay atomismo familiar. Creó los mercados para las familias campesinas, entonces eso se llama Confucio. En segundo lugar, el pensamiento confuciano y chino, antes de Confucio, es integrador y no contradictorio, en China no se desprecia nada, no es tesis, antítesis, síntesis, o blanco y negro, no, es yin y yang, que es otra cosa, porque lo dice el I Ching y lo dice el Tao de King de Lao Tse, el yin mañana va a ser yang, y el yang mañana va a ser yin, pero siempre están allí, entonces ninguno le gana al otro nunca. Están. Ninguno se sobrepone sobre el otro, como en nuestro pensamiento.
Un capítulo, Jacques Derrida. Famoso filósofo que murió hace unos tres años, el filósofo del deconstructivismo se llama, de la desconstrucción del lenguaje. Decía algo parecido pero no conocía chino, no había estudiado chino, lean su libro sobre la escritura y la verdad y verán que no había estudiado chino, no conoce. Derrida decía algo importante: como hay un objeto y yo he creado un significante sonoro y después un significante gráfico, ahora yo creo que frente al significante gráfico estoy frente a la realidad, por consiguiente el significante ha subordinado al significado y esa matriz hace que yo subordine. El espíritu vale más que la materia, el blanco vale más que el negro, el hombre vale más que la mujer. El lenguaje alfabético es un lenguaje de dominación. Eso dijo Derrida, hay que deconstruir, hay que desarmar todo eso para ir a una nueva libertad.
Bueno los chinos tienen una libertad distinta, su lenguaje los hace más libres. Entonces, que es lo que ha hecho estos 30 años y ha permitido esta explosión productiva y social. Ojo cuando he dicho que 500 millones han salido de la miseria, de la pobreza, también hay que recordar que hace 35 años el 11% de la población era urbana, hoy el 55% de la población es urbana y las tasas de morbi-mortalidad materno-infantil se han venido al suelo versus lo que eran antes, lo único que han hecho es poner en marcha otra vez la vieja China. Esa es la tesis del libro, pero por primera vez hacia afuera, ya no es el almirante Yen Tse que se volvió y quemó los barcos por orden del emperador. Ahora es, vamos a crecer hacia afuera y por eso tenemos que entender de qué se trata esto.
Ahora dirán algunos, sí pero mire este año China ya no crece 10%, 9%, sólo crece 7.5%, un país que produce 8 trillones, o sea 50 veces más que el Perú, o 60 veces más que el Perú, sólo crece dicen los occidentales. Ya no, China fue, yo he escuchado un día en una conferencia alguien que dijo China ya fue. Qué pretensión del hombrecito, China ya fue. ¿Qué es?
Señores, China está calculado que aun creciendo al 6%, hablo del Hong Kong Shanghai Bank, OCDE, del Fondo Monetario, invoco citas del Banco Mundial, aun creciendo sólo al 6% estamos condenados a que en el 2050 China represente, junto con su área periférica de Asia, 56% del Producto Bruto Mundial. China tiene en este momento más de 800.000 millonarios, puede haber injusticia, hay otros que no han tenido millones, pero los tiene y se supone que en 15 años China tendrá 800 millones de personas con valor adquisitivo de clase media.
¿Qué van a comprar esos señores? Para comenzar, uvas. Necesitan fruta. Kim Eu Jong, una coreana que estudia todos estos temas, está publicada, en el libro también citada, dice que hacia el 2030 China va a importar más de lo que importa ahora. Adicionalmente va a importar 40 millones de vegetales, de toneladas de vegetales, 40 millones de toneladas de vegetales, 8 millones de productos cárnicos, millones de toneladas, 12 millones de frutos, frutas y 23 millones de toneladas de productos marinos, porque eso es lo que necesita el consumo de su clase social que va aumentando. Nosotros por ejemplo hace poco producíamos muy pocas uvas en el norte, hace siete años no producíamos uvas en Piura, bueno ahora producimos casi 5.000 hectáreas y todas se las vendemos a China.
Pero el día que cada chino coma una uva más van a faltar tierras en América Latina, por eso la Alianza del Pacífico que propuso nuestro gobierno tenía esa lógica, estos son los países que le van a vender a China y no solamente eso, estacionalmente están complementados, cuando hay la cosecha de uvas en Chile, yo todavía no cosecho, cuando yo cosecho ya Chile dejó de cosechar y todavía Colombia no cosecha y Colombia cosecha cuando yo dejé de cosechar y recién entra México después. Es estacionalidad complementada, yo a los chinos les digo en mis conferencias allá, ustedes no inviertan en el Perú inviertan en los cuatro países, en cuatro plantas de uvas en México, Colombia, Perú y Chile y estacionalmente son dueños de todo el mercado chino. Entonces China aun creciendo al 6% va a ser lo que se está demostrando va a ser.
En segundo lugar ha acumulado tal cantidad de máquinas fábricas como una masa crítica que sigue atrayendo, aunque no quiera, sigue atrayendo capitales, sigue atrayendo exportaciones, importaciones. Y luego China tiene algo que no tenemos nosotros, les he dicho hace un momento, hasta ahora media China ha crecido, básicamente la China Atlántica, perdón la China Oceánica, pero le queda la otra mitad de China y esta otra mitad de China cumple una función importante para los economistas. Cuando dicen los salarios van a aumentar entran 20 millones de chinos nuevos a la industria y los salarios se mantienen pues, porque hay más oferta de trabajo, es decir más oferta de trabajadores. En segundo lugar tienen un mercado al cual venderle todo, si le dice el Perú no nos ha comprado estas máquinas, bueno vamos a venderlas a Xi’an o a Lintong en el centro de China. Ahí vamos a crear… hay unos pequeños empresarios que nos van a comprar estas máquinas que ya no nos compran al otro lado del mundo, tienen otro mundo dentro para venderle.
Por consiguiente su proceso de crecimiento continuará, yo no digo que eternamente, pero si digo que se va a mantener y básicamente porque tienen este orden, esta jerarquía, esta piedad filial, esta educación meritocrática, esta no especulación, es un pensamiento que no es abstracto, es concreto, no es un pensamiento especulativo, es un pensamiento evidente, no es un pensamiento que busca el giro copernicano, el paradigma, sino acumulativo, por eso su civilización les permite concentrarse en ciertos objetivos fundamentales.
Para terminar, ¿qué tenemos que hacer nosotros? Octavo tema, primero aceptar la realidad y no ponernos de espaldas a ella. España se puso largo tiempo de espaldas a ella y ahí está, este es un mundo de competencia donde no hay fronteras ni Murallas Chinas ni Muros de Berlín, pasan los productos, pasan las noticias, pasa la tecnología, hay que competir.
Ahora cómo compito con una civilización así, tengo que aceptar algunos de sus elementos, yo no digo vamos a aceptar un emperador, bueno tampoco hay. La virtud de esta dirección colegiada y no personalizada de China, sobre 85 millones de miembros del partido comunista y sobre una población que tiene 670 millones de teléfonos celulares y 400 millones de computadoras, no es pues un mandarinato de esclavitud y donde la gente consume lo que quiere y cada día viaja más al mundo como quiere. Eso es una riqueza inmensa tener 40 millones de chinos que salen este año y dentro de poco 100 millones de chinos anuales, eso vale más que toda Europa en turismo.
¿Qué tenemos que hacer? Primero, orden. En el sentido desde nuestra visión occidental democrática, concertación, nosotros no podemos dar bandazos, los chinos no los dan pues tienen un pensamiento confuciano, en cambio aquí decimos no ahora para acá, ahora para allá y ahí estamos sobre el sitio. Si usted quiere subsistir y aprovechar China para crecer y competir con ella si puede, necesita emular consensualmente su orden.
En segundo lugar se necesita la cultura del esfuerzo. Nuestra cultura paradisíaca occidental hedonista… es la cultura. Como dicen, la línea recta es lo más acertado entre dos puntos, no necesariamente, no necesariamente. Será la que menos esfuerzo le causa, pero no es la mejor. Tenemos que salir de toda esa lógica del menor esfuerzo y eso se logra a través de la educación, de la meritocracia y del conocimiento de la realidad. Por eso es que los países europeos están corrigiendo todo lo que han mal hecho durante 30 años. Cuando ya tenían al frente al competidor se pusieron de espaldas como la cigarra a cantar durante el verano. Ha llegado el invierno y el señor Rajoy, el señor Monti, el señor Hollande a pesar de que prometió en Francia aquí vamos a crecer y a dar más subsidios, recortando 33 mil millones de euros de subsidios, porque es así.
Y cuando reducen, por ejemplo, el monto de las pensiones a los jubilados que son los mayores, los más viejos, cuando reducen que es lo que están haciendo, están obligando a que sus hijos se encarguen de ellos. La primera vez que fui a China le preguntaba a uno de los señores que había sido víctima de la revolución cultural, yo le preguntaba ¿y sus hijos? Porque él trabajaba como traductor… Usted tiene, le pregunté, una pensión del estado. Me respondió: mis hijos se encargan de mí, yo me encargué de mis hijos hasta los 20 años, ahora ellos se encargan de mí, esto es la reciprocidad que es el elemento básico del pensamiento confuciano.
Acá no, acá salimos de los padres, apenas uno puede… olvídate de los padres y el estado les dé. Nos parece lógico, no es así en todas partes del mundo. Entonces cuando el señor Rajoy reduce los subsidios qué hace: Confucio. Está obligando a los hijos que compartan los frutos de su trabajo con sus padres. Estamos yendo hacia eso y por eso digo, tenemos que entender no el hecho económico, dando unas cifras ahí, China importa un trillón 800 mil millones y exporta dos trillones. Esas son cifras, cifras.
¿Por qué logra hacerlo? Por Confucio. Por el pensamiento básico de su cultura, por su forma de ser. Y si no lo entendemos no sabemos a dónde vamos. Y si no negociamos aceptando algunos conceptos de ellos entonces vamos a terminar siendo objeto de ellos. Creo que recién estamos descubriendo la otra mitad del mundo.
Y esa es la enorme virtud de este tiempo y lo que ha permitido la globalización. Tengo una visión optimista de la economía y la sociedad del futuro, porque será una economía tendiente a la abundancia. Distribuirla mejor ya es un problema de los políticos. Tendiente a la mayor abundancia por la mejor producción y mejor tecnología. Y porque el cerebro humano siempre es superior a todos los retos que le plantee la historia. Este es el objeto de ‘Confucio y la Globalización'”.
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