La ONU virtual fue el escenario de los discursos que nos dieron, una vez más, la luz sobre el gran tablero geopolítico en la Gran Batalla por la Isla-Mundo —entre el Hegemón al mando del viejo Sistema Mundo Occidental y los creadores de la alternativa del Nuevo Sistema Mundo Euroasiático del Siglo XXI.
Por Pepe Escobar
El presidente Trump tardó un minuto en introducir un virus en la 75ª Asamblea General de las Naciones Unidas virtual, para despotricar a “la nación que desató esta plaga en el mundo”.
Y luego todo se fue cuesta abajo.
Incluso cuando Trump, esencialmente, estaba pronunciando un discurso de campaña para su re-elección y lo menos que podía importarle era la ONU multilateral, el panorama era, al menos, lo suficientemente claro para que lo viera toda la “comunidad internacional” socialmente distante.
Aquí está la declaración completa del presidente Xi. Y aquí está la declaración completa del presidente Putin. Y aquí está el tablero de ajedrez geopolítico, una vez más; es la “Nación Indispensable” frente a la asociación estratégica entre Rusia y China.
No al matón en jefe del mundo
Mientras enfatizaba la importancia de la ONU, Xi no podría haber sido más explícito en el sentido de que ninguna nación tiene derecho a controlar el destino de los demás: “Menos aún se le debería permitirle hacer lo que quiera y ser el hegemón, el matón o el jefe del mundo“.
La clase dominante de Estados Unidos, obviamente, no pasa por desapercibido este acto de desafío a su hegemonía. Las técnicas de Guerra Híbrida, como parte del “Espectro del Dominio Total”, continuará siendo implacablemente turboalimentado contra China, junto con una sinofobia desenfrenada, incluso cuando muchos sectores del Dr. Strangelove se dan cuenta de que la única forma real de “disuadir” a China sería con una Guerra Real.
Por desgracia —el que mucho abarca poco aprieta— el Pentágono está sobrecargado de guerras imperiales: está enfocado en Siria, Irán, Venezuela, el Mar de China Meridional. Y todos los analistas conocen las capacidades de guerra cibernética de China, los sistemas integrados de defensa aérea y los misiles Dongfeng destructores de portaaviones.
Para tener una perspectiva, siempre es muy instructivo comparar el gasto militar. El año pasado, China gastó $261 mil millones mientras que Estados Unidos gastó $732 mil millones (38% del total mundial). [Nota del Traductor: Pero gastar más no siempre significa ser más eficaz. Después de todo, los gastos del Pentágono son realmente los ingresos de la Industria del Complejo Militar/Seguridad, sin olvidar su más de 800 bases militares en el extranjero, que representan más una economía-militar burocratizada —con gran influencia y poder en la sociedad estadounidense, como lo advirtió el entonces presidente Ike Eisenhower en 1961— que un ejército realmente capaz, o que simplemente son los peones en este satánico juego como se ha visto en Medio Oriente desde el 2001.]
La paranoica amenaza existencial
La retórica, al menos por el momento, prevalece. El tema clave de la conversación, incesantemente martillado, es siempre acerca de China como una amenaza existencial para el “mundo libre”, incluso cuando la piedra angular del nuevo Sur Global que una vez fue el “Eje hacia Asia” de Obama, no da indicios para una guerra militar en el futuro —como sí lo plantea sin ambages el Hegemón.
Este informe del Colectivo Qiao identifica claramente el proceso: “Lo llamamos Sinophobia, Inc., un complejo industrial de información donde la financiación estatal occidental, los fabricantes de armas de miles de millones de dólares y los think tanks (centros ideológicos) de derecha se unen y operan en sincronía para inundar los medios (de información, a escala total) con mensajes de que China es el enemigo público número uno. Armados con fondos estatales y patrocinadores de la industria de armas, este puñado de influyentes think tanks están estableciendo los términos de la Nueva Guerra Fría contra China. El mismo ecosistema de medios que engrasó las ruedas de la guerra perpetua para una intervención desastrosa en el Medio Oriente [Nota del Traductor: Donde invadieron o fabricaron guerras en 7 países, en menos de 2 décadas y causando casi 80 millones de desplazados] ahora está ocupado fabricando el consentimiento (de los estadounidenses) para un conflicto con China”.
Esa “ventaja militar estadounidense”
La demonización de China, imbuida de un racismo descarado y un anticomunismo rabioso, se muestra en una paleta multicolor completa: Hong Kong, Xinjiang (“campos de concentración), Tíbet (” trabajo forzado”), Taiwán, “el virus de China”; y la “trampa de la deuda” de la Franja y la Ruta.
La guerra comercial que se desarrolla en paralelo, hace evidente de cómo el “socialismo con características chinas” está derrotando al capitalismo occidental en su propio juego de alta tecnología. De ahí la sanción de más de 150 empresas que fabrican chips para Huawei y ZTE, o el intento de arruinar el negocio de TikTok en EE.UU. (“Usted no puede robárselo y convertirlo en un bebé estadounidense”, como tuiteó Hu Xijin, editor-en el jefe de Global Times).
Aun así, la SMIC (Semiconductor Manufacturing International Corporation), la principal empresa de chips de China, que recientemente se benefició de una oferta pública inicial de $7.5 mil millones en Shanghai, tarde o temprano podría adelantarse a los fabricantes de chips estadounidenses.
El gran complejo MICIMATT
En el frente militar, la “máxima presión” sobre el borde oriental de China continúa sin cesar, —desde el resurgimiento del Quad (la alianza de EE.UU., Japón, Australia y la India), hasta la lucha por impulsar la estrategia Indo-Pacífico.
Think Tankland es esencial para coordinar todo el proceso, a través de, por ejemplo, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con “corporaciones y asociaciones comerciales donantes”, con los sospechosos habituales de siempre como Raytheon, Lockheed Martin, Boeing, General Dynamics y Northrop Grumman.
Así que aquí tenemos lo que Ray McGovern describe brillantemente como MICIMATT —el complejo Militar-Industrial-Congresional-Inteligencia-Medios-Academia-Think-Tank— como los controladores de Sinophobia Inc.
Suponiendo que haya una victoria demócrata en noviembre, nada cambiará. El próximo jefe del Pentágono probablemente sea Michele Flournoy, ex subsecretaria de Defensa para Políticas (2009-2012) y cofundadora del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, que es un impulsor tanto del “desafío de China” como en la “amenaza de Corea del Norte”. El enfoque de Flournoy se trata de impulsar “la ventaja militar de EE.UU.” en Asia.
Entonces, ¿qué está haciendo China?
El principio clave de la política exterior de China es promover una “comunidad de futuro compartido para la humanidad”. Eso está escrito en la constitución e implica que la Guerra Fría 2.0 es una imposición de actores extranjeros.
Las tres principales prioridades de China, después del Covid-19, son erradicar finalmente la pobreza; solidificar el vasto mercado interno; y volver con toda su fuerza al comercio / inversión en todo el Sur Global. [Nota del Traductor: Para este último propósito, como lo señala el Colectivo Qiao, el objetivo de China es ascender a los dos extremos de la “Curva de la Sonrisa”.]
La “amenaza existencial” de China también está simbolizada por el impulso para implementar un sistema de inversión y comercio no occidental, que incluye todo, desde el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB) y el Fondo de la Ruta de la Seda hasta el comercio sin usar el dólar estadounidense.
Un informe de la Escuela Kennedy de Harvard al menos trató de comprender cómo y porqué la “resiliencia autoritaria” china tiene un enorme respaldo de su propia gente a nivel nacional. El informe descubrió que el PCCh, en realidad, se benefició de un mayor apoyo popular del 2003 a 2016, alcanzando un asombroso 93%, debido esencialmente a los programas de bienestar social y la batalla contra la corrupción.
La guerra de clases en EE.UU.
Por el contrario, cuando tenemos un MICCIMAT que invierte en la Guerra Perpetua, o “Larga Guerra” (terminología del Pentágono desde 2001), en lugar de mejorar la salud, la educación y la infraestructura (para beneficio de su propia gente), lo que queda es una clásica guerra de clases. La sinofobia es perfecta para culpar a la “amenaza existencial” china de la pésima respuesta (del sistema de salud de la “nación indispensable”) al Covid-19, la extinción de las pequeñas empresas y la inminente Nueva Gran Depresión.
Todo el proceso no tiene nada que ver con la “derrota moral” y la queja de que “corremos el riesgo de perder la competencia y poner en peligro al mundo”.
El mundo no está “en peligro” porque al menos vastas franjas del Sur Global son plenamente conscientes de que el tan publicitado “orden internacional basado en reglas”, no es más que un eufemismo bastante atractivo de la Pax Americana —o Excepcionalismo. O sea, lo que fue diseñado por Washington para después de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y el “momento unilateral” ya no se aplica.
La integración de toda Eurasia
Como el presidente Putin ha dejado muy claro una y otra vez, Estados Unidos ya no es “capaz de llegar a un acuerdo”. En cuanto al “orden internacional basado en las reglas”, en el mejor de los casos es un eufemismo para el capitalismo financiero controlado de forma privada a escala global.
La asociación estratégica Rusia-China ha dejado muy claro, una y otra vez, que contra la expansión de la OTAN y el Quad, su proyecto depende del comercio, el desarrollo y la integración diplomática en toda Eurasia.
A diferencia del caso desde el Siglo XVI hasta las últimas décadas del Siglo XX, ahora la iniciativa no viene de Occidente, sino del Asia Oriental (esa es la belleza de la “iniciativa” incorporada al acrónimo BRI, Belt and Road Initiative).
El BRI ingresa a través de los corredores continentales y los ejes de desarrollo que atraviesan el sudeste de Asia, Asia central, el Océano Índico, el suroeste de Asia y Rusia hasta Europa, junto con una Ruta de la Seda Marítima a través de la región del sur de Asia.
Adiós a los sueños de Mackinder
Por primera vez en su historia milenaria, China puede igualar la expansión política y económica ultradinámica, tanto por tierra como a través de los mares. Esto va mucho más allá de la breve era de las expediciones marítimas de Zheng He durante la dinastía Ming a principios del siglo XV.
No es de extrañar que Occidente, y especialmente el Hegemón, simplemente no pueda comprender la enormidad geopolítica de todo esto [Nota del Traductor: O simplemente la comprende muy bien, pero sabe que su implementación será el fin de su Hegemonía y por ende usará todo lo que tienen a su alcance para patear el tablero global]. Y es por eso que tenemos tanta sinofobia, tantas técnicas de guerra híbrida desplegadas para apagar la “amenaza”.
Eurasia, en el pasado reciente, era una colonia occidental o un dominio soviético. Ahora, está a punto de deshacerse finalmente de los escenarios de Mackinder, Mahan y Spykman, ya que el Heartland y el Rimland (la Isla-Mundo de Eurasia y África) se integrarán progresiva e inexorablemente, en sus propios términos, hasta mediados del siglo XXI.
Pepe Escobar es un analista geopolítico independiente, escritor y periodista. Escribe para Asia Times Online, y trabajó como analista para RT, Sputnik News y Press TV. Anteriormente trabajó para Al Jazeera.
El artículo fue publicado originalmente en https://asiatimes.com/2020/09/sinophobia-lies-and-hybrid-war/ y republicado en https://thesaker.is/sinophobia-lies-and-hybrid-war/ de donde se hizo la traducción al español.
Traducción: A. Mondragón
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