En este artículo se analiza una nueva investigación del periódico The Washington Post, titulada “Money War”, que rastrea los efectos de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos durante las presidencias de Bush, Obama, Trump y Biden.
Democracy Now!
Según el informe, los últimos cuatro Gobiernos de Estados Unidos han instaurado, con diferentes formatos, sanciones contra un tercio de todos países del mundo, a pesar de que no hay pruebas claras que demuestren su efectividad para influir en la política de los países contra los que se aplican y que, de hecho, en muchas ocasiones, la implementación de sanciones puede contribuir a afianzar el poder de los partidos gobernantes.
A un tercio del planeta
Jeff Stein, uno de los autores de la investigación, describe sus hallazgos, en particular los efectos que han tenido las sanciones en Venezuela, durante una entrevista con Amy Goodman y Nermeen Shaikh de Democracy Now!
El reporte del Post comienza diciendo: “Hoy, Estados Unidos impone tres veces más sanciones que cualquier otro país u organismo internacional, afectando a un tercio de todas las naciones con algún tipo de sanción financiera sobre personas, propiedades u organizaciones”.
Amy Goodman: Pero los daños colaterales de las sanciones son algo de lo que poco se habla. Según el informe de The Washington Post, en Venezuela, que acaba de celebrar unas disputadas elecciones, las sanciones han “contribuido a una contracción económica aproximadamente tres veces mayor que la provocada por la Gran Depresión en Estados Unidos”. Asimismo, The Washington Post informa que a Donald Trump le advirtieron que las sanciones contra Venezuela podrían provocar la migración de millones de venezolanos.
Advertencia de migraciones
Jeff Stein: Sí. Primero, bajo el Gobierno de Obama, Estados Unidos comenzó a imponer sanciones contra Venezuela. Pero al principio eran muy limitadas y en realidad se enfocaban en algunos miembros del régimen de Maduro que fueron responsables de llevar a cabo represalias violentas contra los manifestantes en Venezuela.
Pero, fue realmente el gobierno de Trump, a pesar de las advertencias de funcionarios de Seguridad Nacional y de informes clasificados sobre los posibles efectos de estas sanciones en la emigración, quien de verdad restringió la principal fuente de ingresos de las exportaciones. El 96% de los ingresos de Venezuela por exportaciones provienen de la venta de petróleo. Y lo que Estados Unidos hizo efectivamente, en el transcurso de tres a cuatro años, fue impedir que se realizaran esas ventas en los mercados internacionales. Y eso realmente estranguló las empresas conjuntas que eran una especie de motor de la economía venezolana, es decir, los acuerdos petroleros que se habían logrado entre productores estadounidenses y venezolanos que les proporcionaban a estos últimos los ingresos necesarios para hacer importaciones de otros países.
Proporciones catastróficas
Y cuando eso sucedió, pudimos ver, y las cifras son alarmantes, una contracción económica del 71% en Venezuela, como usted lo mencionó, tres veces mayor que durante la Gran Depresión de Estados Unidos y mayor que cualquier otro colapso económico en tiempos de paz en la historia moderna, mayor que muchos otros colapsos en la economía de países en guerra, incluyendo Ucrania después de la invasión rusa o Irak después de la invasión estadounidense en 2003. Así que las proporciones son catastróficas.
Hiperinflación del 800%
Los economistas vacilan en sus opiniones y me parece claro, según mis reportajes, que el colapso económico en Venezuela precede a las sanciones estadounidenses. Venezuela tenía una inflación de más del 800% antes de que Trump pusiera más presión sobre la economía venezolana. Pero tampoco hay duda de que estas medidas estadounidenses empeoraron la situación económica en Venezuela y, a pesar de ese costo, no fueron suficientes para derrocar al Gobierno de Maduro.
Nermeen Shaikh: ¿Podría decir, Jeff, este es el caso de Venezuela, pero, en otros lugares, qué tan efectivas han sido las sanciones económicas de Estados Unidos?
Jeff Stein: En la actualidad, creo que es muy difícil de establecer. Los intentos en el ámbito académico de analizar en particular los efectos de las sanciones y si han surtido efecto o no son muy difíciles de cuantificar. Algunos análisis que he visto sugieren que la tasa de éxito (el cambio de régimen buscado por EE.UU.) está entre 15% y 30%, lo cual, dado que actualmente hay sanciones impuestas sobre aproximadamente un tercio de todos los países del mundo y el 60% de todos los países pobres, sugiere un alto porcentaje de fracasos.
Sin cambios de régimen
Y puede que Estados Unidos diga que aplicar estas sanciones sigue siendo mejor que no aplicar ninguna medida, porque privan a estos regímenes de fondos que de estar a su disposición podrían usar para lo que Estados Unidos describiría como actividades perniciosas. Pero al mismo tiempo, en términos de si realmente conducen a cambios de régimen, no vemos que eso ocurra a menudo.
Frenan a la sociedad civil
Y muchos críticos argumentarán que, de hecho, las sanciones en realidad envalentonan y empoderan a las personas al mando, a estos regímenes, porque frenan a la sociedad civil. Reducen la potencia y la influencia de los actores del sector privado que a menudo forman una base de poder opositor a las autoridades que son sancionadas, a estos regímenes. Y así, caso tras caso, vemos lo que parecen críticas muy legítimas hacia estas sanciones.
Planes de nuevas sanciones
Nermeen Shaikh: Y, Jeff, ¿qué sucedió con el plan de 2021 para reestructurar el sistema de sanciones de Estados Unidos?
Jeff Stein: Sí. En nuestro informe, reportamos de manera exclusiva que varios empleados del Departamento del Tesoro tenían un borrador de un informe mucho más extenso que el que finalmente publicaron. Tenían docenas de recomendaciones, incluyendo medidas destinadas a revisar el aumento de las sanciones estadounidenses, en particular, la creación de una especie de cargo de coordinador central. En este momento es un poco burocrático, pero hay muchas partes del Gobierno que lanzan ideas de posibles sanciones que son enviadas al Departamento de Estado y al Departamento del Tesoro y siguen adelante. Y realmente no hay un solo cuerpo gubernamental que de alguna manera esté evaluando si estas sanciones están operando en el contexto de una estrategia general de sanciones más amplia. Y el personal del Tesoro elaboró un plan para decir: “Establezcamos eso”.
6,000 sanciones de Biden
Pero los desacuerdos con el Departamento de Estado y una especie de inercia general de las sanciones, que hace que parezcan tan fáciles, tan eficaces, algo mucho más fácil de hacer para el Gobierno estadounidense que ir a la guerra, mucho más fácil que no hacer nada o mucho más políticamente aceptable que no hacer nada. Así que ese plan se archivó. Y durante el Gobierno de Biden, acabamos de ver más y más sanciones. Biden ha impuesto 6,000 sanciones en dos años, una suma sin precedentes. Y el hecho de que eso haya continuado refleja la incapacidad de Estados Unidos para solucionar este problema o bajar esas cifras.
Fuente: https://www.democracynow.org/es/2024/8/1/jeff_stein_us_sanctions_economic_warfare
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