Mientras el sol empieza a brillar en Eurasia, la oscuridad de la noche se cierne sobre el Imperio Occidental, son los ciclos inevitables del cosmos. Mientras en Eurasia Xi Jinping, acompañado por una veintena de mandatarios, anunciaba al mundo el Core y la Periferia del Nuevo Sistema Mundial (NSM) con un molde Euroasiático de corte Multipolar, al otro lado del mundo, mostrando un patético video, Donald Trump —como un general con sus soldaditos de plomo— celebraba el bombardeo de una lanchita con supuestos narcotraficantes —sin ninguna prueba que lo demostrara y cometiendo una sangrienta ejecución sumaria—, para lo cual envió 8 buques de guerra y miles de soldados. Este patético contraste solo refleja la degradación del viejo imperio a la 2da Categoría y la llegada de la Nueva Liga Premier de la Geopolítica y la Geoeconomía Mundial.
Por Alexandr Mondragón y Wilder Buleje
Cuando —como se ve en la foto— espectamos la marcha de Xi Jinping, el presidente de China, al frente de decenas de líderes que asistieron a la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái Plus (SCO Plus), que tuvo lugar en Pekín del 1 al 3 de septiembre, recordamos vívidamente lo que escribimos en febrero del 2018:
“Imaginen por un momento que ustedes están caminando sobre una vereda en vía recta y, a la distancia, observan a un tipo fortachón que está golpeando a un sujeto, al cual lo deja sangrando en el suelo. Entonces el fortachón continúa su camino en dirección hacia donde usted se encuentra caminando y extiende los brazos, abarcando toda la vereda, unos 3 metros antes de cruzarse en su camino. ¿Qué haría usted?”.
Y respondimos: “Un guerrero sabio… eludiría al matón en el camino y acudiría en ayuda de la víctima que quedó sangrando —convirtiéndose en su amigo y aliado. Pero la historia no termina allí, ambos prosiguen en el camino y, a cada cierto tramo, encuentran a otras víctimas del matón, a quienes también ayudan y, en consecuencia, se convierten en amigos y aliados que continúan andando el sendero. Pero el camino, como el tiempo y el espacio, no es lineal. Como dice el maestro Ulema Rajani… debido a que el espacio se dobla a sí mismo, los eventos no tienen que ser cronológicos o secuenciales en el tiempo… Y entonces los amigos y aliados se vuelven a cruzar con el matón en el camino de la historia que se dobla. ¿Qué sucederá entonces?”.
Hoy, 7 años y medio después, esa imagen no solo se hizo real, sino también fue la respuesta a la pregunta —¿Qué sucederá entonces?— a través de la presentación del Nuevo Sistema Mundo Euroasiático (NSME) ante el mundo, el 1 de septiembre de 2025 en Pekín, sede de un nuevo eje de poder global.
Así, cuando Xi Jinping anunció la Iniciativa de Gobernanza Global, como el punto de partida de un NSM Multipolar con su eje instalado en el core Euroasiático, era, a la misma vez, el obituario del Viejo Sistema Mundo Unipolar de raíz atlántica en Europa y EE.UU., después de un reinado de cinco siglos.
Lo que cambiará a partir de ahora
Aunque los medios occidentales hayan tratado con desdén el momento histórico que acaba de suceder y, aunque los “expertos”, académicos y grandes medios occidentales lo reporten como una noticia más, el planeta fue notificado del nacimiento oficial del NSME, como una contraparte de mayor magnitud que el decadente SM Occidental — Estados Unidos más Europa del Atlántico Norte, Japón y Australia.
Así, a partir de ahora, las confrontaciones económicas, políticas, diplomáticas, militares —y de cualquier otra índole— serán sopesadas en función de bloque. Tendrá consecuencias inmediatas en los frentes abiertos entre Rusia y Ucrania, así como el de un posible nuevo enfrentamiento entre Israel e Irán. Incluso en lo que pueda suceder o no en Venezuela, con un Imperio desesperado por patear el tablero.
No solo eso, el NSME —apoyado por la revolución de las comunicaciones cuánticas y las capacidades tecnológicas de la IV Revolución Industrial— liderará esta nueva etapa planetaria. Cabe recordar que, en los pasados 250 años, las tres revoluciones industriales precedentes marcaron el ritmo del progreso para la humanidad.
La pesadilla de John H. Mackider
A finales del siglo pasado, Immanuel Wallerstein intuyó que el eje de la nueva realidad se movería de Occidente. La vida no le alcanzó para prever que su nueva posición sería Eurasia —de Washington a Pekín— tal como, irónicamente, lo había advertido el historiador y geógrafo inglés John Halfrod Mackinder en 1904 cuando escribió: “No estaría fuera de lugar indicar expresamente que la implantación de algún nuevo control en la zona interior, en sustitución del de Rusia, no tendería a reducir la significación geográfica de la posición pivote. Si los chinos, por ejemplo, organizados como los japoneses llegaran a vencer al Imperio ruso y conquistar sus territorios, podrían representar un peligro amarillo para la libertad del mundo, porque simplemente añadirían un frente oceánico a los recursos del gran continente, ventajas de las que no han podido gozar todavía los rusos”.
Los chinos y rusos entendieron a Mackinder, pero no para pelearse sino todo lo contrario: unirse contra las ambiciones de Occidente.
El reloj de la historia le dio la razón a Mackinder, pero como una enorme ironía —en formato de pesadilla—. Los ocupantes y propietarios del Heartland se adelantaron más de dos décadas al cálculo previo de Wallerstein sobre la llegada de un NSM, que lo visualizó entre el 2035 y 2050. Y en este punto también hay que darle crédito al diplomático Richard Haass, quien el 2020, como presidente del Council on Foreing Relations (CFR), tuvo la hidalguía de advertir lo que se venía cuando señaló que la pandemia del Covid-19, como un catalizador, iba a acelerar la historia, en el sentido de que las tendencias previas iban a seguir su curso pero con mayor velocidad.
“El mundo que saldrá de la crisis será reconocible. Un liderazgo estadounidense menguante, una cooperación mundial vacilante, la discordia de las grandes potencias: todo esto caracterizaba el entorno internacional antes de la aparición de COVID-19, y la pandemia lo ha acelerado más que nunca. Es probable que sean rasgos aún más prominentes del mundo que sigue”, escribió Haass en el 2020.
La Nueva Era de la tortuga Min Ling
Ahora estamos en ese contexto y listos para ser espectadores de los cambios más profundos en los últimos quinientos años. Será un proceso gradual, pero irreversible. La revolución tecnológica y la vehemencia del desarrollo comercial e industrial de China son la punta de lanza de una Nueva Era, que puede extenderse algunas décadas o siglos como la primavera de la tortuga Min Ling, del relato de Chuang Tzu:
“Un pequeño saber no puede equipararse a uno grande. Ni una corta vida a una larga existencia. ¿Cómo se sabe que esto es así? El hongo que sólo vive una mañana desconoce el ciclo de la luna. La cigarra de verano nada sabe de primaveras ni de otoños. Así son las pequeñas existencias. Al sur del estado de Chu vive la tortuga Min Ling cuyo otoño es de quinientos años, de quinientos años también su primavera”.
Y es por eso que decimos: “Oye ahora el llamado de los sabios, pues en sus voces resuena la armonía del cosmos que se transforma”.
De la Ruta de la Seda a la Ruta Cuántica
Asimismo, la puesta en marcha de una estrategia geoeconómica por parte de Xi Jinping, con la Iniciativa de la Ruta de la Seda, en contraposición a la geopolítica guerrerista de Estados Unidos y Europa occidental, decantaron en favor de Eurasia un mayor número de voluntades en el concierto internacional. Un sendero que, con la nueva tecnología, será la Ruta Cuántica.
Y para llegar a este punto del sendero, Rusia y China firmaron una cooperación sin límites —o asociación simbiótica, desde hace más de dos décadas, según The Saker, cuya página web ya no existe— para defender el núcleo (core) de Eurasia que coincide con el territorio de la Madre Rusia. De esa forma modificaron la fórmula conquistadora que Mackinder propuso para Occidente en 1904, para usar la fuerza en busca de conquistar esa geografía —la raíz profunda de la I y II Guerras Mundiales, así como de la Guerra Fría, cuyo objetivo era el dominio militar, político y económico del Heartland, el territorio Euroasiático, bajo el eufemismo de un Orden Internacional Basado en Reglas… impuestas por el Hegemón Imperial.
Después de la clarinada del 2022
Y cabe recordar que la emisión de la partida de nacimiento de Eurasia el pasado 1 de setiembre, fue tres años y medio después de que Rusia bajo la conducción de Vladimir Putin dio la primera clarinada en 2022 cuando inició la Operación Militar Especial en territorio ucraniano —unos días después de que ambos hicieran una Declaración de Independencia de Eurasia—, dejando atrás su histórica postura defensiva y transformarse en punta de lanza de lo que comenzaba a demostrarse al mundo: Un Sistema Mundial paralelo —que permitió a Rusia esquivar las sanciones económicas de Occidente sin afectar su prosperidad.
Ahora, con la incorporación de India a escala total —luego de que Donal Trump tratara como un vasallo al Primer Ministro de la India—, esta nueva estructura incrementa la apuesta de Eurasia, que exhibe a los dos países más habitados del planeta. Ambos suman cerca del 35% de la población mundial y crean el 25% del Producto Bruto Mundial en términos de Paridad de Poder Adquisitivo.
Pero ¿cómo entender el amanecer de un NSM? Para ello podemos hacerlo a través de un análisis del discurso que Xi Jinping dio el 1ro de septiembre.
El Discurso de Tianjin: Un Manifiesto Civilizatorio
La propuesta de Xi debe analizarse dentro de lo que uno de los autores ha creado y denominado el Cubo del Poder, una teoría que concibe la hegemonía mundial como resultado de la articulación simultánea de seis dimensiones: la geopolítica-militar, la geoeconomía, las geofinanzas, la IV Revolución Industrial, el Matrixmo y la Fábrica Mundial y las cadenas de producción globales.
“Oye ahora el llamado de los sabios, pues en sus voces resuena la armonía del cosmos que se transforma”.
Cuando las Aguas del Río Cambian de Curso
“El agua fluye hacia abajo sin esfuerzo, pero puede mover montañas” — Lao Tzu
La reciente intervención de Xi Jinping no fue un discurso más en el catálogo de la diplomacia multilateral. Fue, en realidad, un manifiesto civilizatorio que marca el momento en que el dragón milenario despertó de su sueño secular y anunció al mundo que las aguas del poder global habían cambiado definitivamente de curso.
En las páginas doradas del Zizhi Tongjian, Sima Guang nos enseñó que los grandes cambios de la historia son como el movimiento de los ríos: imperceptibles al inicio, pero inexorables en su destino final. Xi no habló únicamente como presidente de China, sino como portavoz de una Eurasia que reclama su centralidad en el NSM, manifestando públicamente la alquimia del Cubo del Poder que está transmutando el orden hegemónico occidental en una constelación multipolar donde Oriente recupera su lugar natural en el cosmos geopolítico.
El Hexagrama de la Transformación: El Principio Rector y el Mandato del Cielo
“Sostén el Gran Principio, y el mundo te seguirá” — Filosofía china clásica
Xi citó esta máxima ancestral que remite al Dao de Lao Tzu, quien advertía que el gobernante que se alinea con el orden natural del cosmos no necesita imponerse: “El mejor líder es aquel del que apenas se sabe que existe, porque su pueblo dice: lo hicimos nosotros mismos”.
El timing del discurso revela una comprensión profunda de lo que el I Ching llama “el momento propicio” (shi 時). Al vincular su Iniciativa de Gobernanza Global con el 80º aniversario de la victoria antifascista, Xi ejecuta magistralmente la estrategia número 30 de las 36 estrategias chinas: “Convertir al huésped en anfitrión” (fan ke wei zhu 反“客“為“主). China no se presenta como una potencia revisionista que desafía el orden de 1945, sino como su verdadera heredera y perfeccionadora.
La multipolaridad que propone la OSC no busca reemplazar un hegemón por otro, sino instituir lo que en el Qunshu Zhiyao se describe como el “gobierno del equilibrio”: un sistema que se legitima por su capacidad de armonizar las diferencias y reducir los excesos.
Pero esta nueva gobernanza mundial requiere de una estructura que permita al Core tener el manejo del sistema, pero no a través de un poder cuasi absoluto, sino como la armonía de seis planos que, desde nuestra propuesta, hace funcionar el Sistema Mundo. Y China ha estado demostrando cómo hacerlo, como se expone a continuación:
Análisis Multidimensional del Cubo del Poder
- Geopolítica: La Victoria sin Combate
“El sabio no actúa, pero nada queda sin hacer” — Lao Tzu
Xi reafirmó que la OCS se rige por los principios de no confrontación y no alineamiento. Sin embargo, el establecimiento de nuevos centros de seguridad regionales muestra el diseño de un bloque estratégico alternativo a la OTAN. Esta estrategia recuerda el principio de Sunzi en El arte de la guerra: “Someter al enemigo sin luchar es la suprema excelencia”.
En el plano geopolítico, Xi subrayó que la OSC —así como los BRICS Plus— no se dirige contra terceros, sino que actúa bajo principios de no-alineamiento y no confrontación. A primera vista, parece una postura defensiva. Pero, como enseña Sun Tzu: “La mejor victoria es vencer sin combatir”.
La genialidad del discurso radica en su aplicación del wu wei (無“為) —la acción sin forzar— a la transformación geopolítica global. Mientras Estados Unidos ejerce el poder a través de la coerción militar y las sanciones económicas (yang 陽), China propone una aproximación más sutil pero igualmente efectiva (yin 陰).
El contrapeso militar
Sin embargo, no podemos ser tan inocentes para pensar que Eurasia no está preparada para la confrontación militar directa. En este contexto, China y Rusia se han posicionado como contrapesos geopolítico-militares frente a Estados Unidos y Europa, configurando un eje que desafía el orden occidental. Rusia mantiene el arsenal nuclear más grande del mundo, con alrededor de 5.889 ojivas (frente a 5.244 de EE.UU.), y un gasto militar de $109.000 millones en 2023 (SIPRI). Aunque menor al estadounidense ($916.000 millones), su doctrina nuclear y su capacidad hipersónica —con misiles hipersónicos como el Avangard, el Kinzhal y el Oneshrik— le otorgan una ventaja estratégica.
China, por su parte, ha triplicado su presupuesto militar en dos décadas, alcanzando los $296.000 millones el 2023, el segundo mayor del mundo. Posee la mayor armada en número de buques (alrededor de 370 frente a 293 de EE. UU.), y avanza en tecnologías de misiles balísticos, ciberdefensa e inteligencia artificial militar. Y el reciente despliegue de armas militares en el desfile realizado por Pekín el 3 de septiembre, fue para demostrar que están preparados hasta los dientes. Además, despliega bases y acuerdos estratégicos en Asia, África y el Índico.
Además, Rusia y China coordinan maniobras conjuntas —desde el Ártico hasta el Pacífico— y se apoyan en organismos como la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y los BRICS. Esta convergencia convierte al eje Pekín-Moscú en un bloque que, estándo a la par de la proyección global estadounidense, redefine los equilibrios de poder en la geopolítica militar del siglo XXI.
- Geoeconomía: La Estrella Polar Confuciana
“El gobernante virtuoso es como la estrella polar: permanece en su sitio, y todos los demás giran en torno a él”
— Confucio
El discurso de Xi destacó el papel de la Franja y la Ruta (BRI) como arteria de una globalización “inclusiva”. En esta narrativa, China se ofrece como el nuevo eje de atracción de mercados, siguiendo la metáfora confuciana citada.
Xi reafirmó que la Franja y la Ruta (BRI) será la arteria del comercio global, pero ahora bajo un modelo de globalización inclusiva. Con ello, China ofrece no solo infraestructuras, sino un mercado interno que actúa como Fábrica Mundo 2.0, desplazando el eje atlántico hacia el corazón de Eurasia.
La centralidad de Eurasia como Fábrica Mundo 2.0 se enmarca, así, en una concepción de hegemonía moral más que coercitiva.
El dominio de la geoeconomía mundial
En este contexto, China domina la geoeconomía mundial porque se ha convertido en el motor productivo y comercial más influyente del siglo XXI. Según el Banco Mundial, aporta alrededor del 18% del PIB global y concentra casi el 30% de la producción manufacturera del planeta, superando ampliamente a cualquier otra economía. Desde 2009 es el mayor exportador mundial, con ventas al exterior que en 2023 superaron los 3,4 billones de dólares, lo que representa más del 14% del comercio global.
En materia de comercio e inversión, la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) involucra a más de 150 países y canaliza inversiones en infraestructura por más de 1 billón de dólares, creando un entramado de interdependencias que refuerza la centralidad de China. Además, el país es el mayor socio comercial de más de 120 naciones, desplazando a Estados Unidos y Europa en regiones clave como África, Asia y América Latina.
El dominio de recursos estratégicos, además, amplifica su poder: controla más del 60% del refinado de tierras raras, esenciales para la alta tecnología, y lidera en energías renovables, con el 70% de la producción global de paneles solares. Esta combinación de manufactura, comercio, inversión y recursos críticos hace de China el epicentro de la geoeconomía mundial contemporánea.
- Geofinanzas y Digitalización Soberana
Si bien Xi evitó referencias explícitas al sistema monetario, su énfasis en el uso del Beidou, la cooperación en inteligencia artificial y la digitalización económica apunta a una arquitectura financiera y tecnológica alternativa al dólar.
Como advierte Arrighi (2007), todo cambio hegemónico en el sistema-mundo implica una transformación en los instrumentos de acumulación y de intercambio. El yuan digital y las plataformas soberanas podrían constituir ese pivote en la transición multipolar.
Así, China podría dominar las geofinanzas globales impulsando un nuevo sistema monetario digital. El país fue pionero en lanzar una moneda digital de banco central (e-CNY), que en 2024 ya circulaba en más de 260 millones de billeteras digitales y registraba transacciones superiores a los 250.000 millones de dólares. Paralelamente, lidera la infraestructura de pagos: Alipay y WeChat Pay concentran más del 90% de las transacciones móviles domésticas, moviendo anualmente más de 35 billones de dólares.
China también impulsa la internacionalización del yuan: en 2023 alcanzó el 4,5% de los pagos globales (SWIFT), superando al yen y acercándose a la libra esterlina. Con el yuan digital integrado a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, Pekín busca reducir la dependencia del dólar en comercio y deuda. Sumado a sus reservas de más de 3,2 billones de dólares, esto le otorga capacidad real de reconfigurar la arquitectura financiera mundial.
- IV Revolución Industrial: El Dao del Futuro
“El sabio vive en armonía con lo inevitable”
— Chuang Tzu
Xi anunció proyectos conjuntos de energías renovables, inteligencia artificial y exploración espacial. Esta apuesta remite a la noción citada de Chuang Tzu.
Las tres plataformas de cooperación (energía, industria verde, economía digital) y los tres centros (innovación científica, educación superior, educación técnica) materializan la estrategia 27: “Fingir locura sin perder la razón”. Mientras Occidente se enfoca en contener el ascenso tecnológico chino, China construye pacientemente ecosistemas tecnológicos alternativos.
La inevitabilidad tecnológica convierte a la IV Revolución Industrial en un plano estratégico del Cubo del Poder: quien la domine controlará no solo la economía, sino también las formas de subjetividad global.
En este contexto, Xi demuestra una comprensión profunda de lo que Chuang Tzu llamaba “la perspectiva del pájaro que vuela alto”: la capacidad de ver patrones históricos de larga duración que escapan a quienes están sumergidos en el conflicto inmediato.
El dominio de la IVRV
China domina la IV Revolución Industrial porque concentra inversión, producción y despliegue tecnológico en sectores estratégicos. El país invierte más de $580.000 millones anuales en I+D (2,4% de su PIB), siendo el segundo mayor financiador global después de EE. UU. Lidera en inteligencia artificial, con más del 40% de las patentes mundiales registradas en esta área, y en robótica industrial, donde posee alrededor del 52% de los robots instalados globalmente.
En energías limpias, China fabrica más del 70% de los paneles solares y 75% de las baterías de litio, insumos centrales para la transición tecnológica. Además, controla el 60% del refinado mundial de tierras raras, esenciales para chips y dispositivos inteligentes. Su ecosistema digital —con gigantes como Huawei, Tencent y Alibaba— conecta a más de 1.050 millones de usuarios de internet, consolidando su rol como epicentro de la transformación industrial global.
- Matrixmo: La Revolución del Hexagrama 49
El énfasis en un “destino común de la humanidad” constituye un esfuerzo de Matrixmo, es decir, de reconfiguración de las narrativas que legitiman el poder global.
En el I Ching, el hexagrama 49 (Ge, La Revolución) enseña que el cambio legítimo ocurre cuando corresponde al tiempo histórico. Xi se presenta, así, como intérprete de una transformación civilizatoria inevitable, contrapuesta al “orden basado en reglas” promovido por Occidente.
Los foros sobre partidos políticos, desarrollo sostenible y medicina tradicional representan una diplomacia civilizacional que honra la diversidad cultural frente a la homogeneización liberal occidental que domina las redes sociales y la narrativa en el mundo Occidental.
El dominio de Occidente
Sin embargo, es preciso admitir que, por ahora, Occidente domina las mentes y la narrativa mundial a través del Matrixmo, entendido como el control de los procesos mentales colectivos mediante tecnologías mediáticas, culturales y digitales. Hoy, más de 4.6 mil millones de personas utilizan internet, y alrededor del 63% de los usuarios globales acceden a plataformas controladas por corporaciones occidentales como Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp), Google (YouTube, buscador, Android) y Netflix, que definen tendencias culturales y modos de consumo. Por ejemplo, YouTube concentra más del 95% del mercado de videos en línea fuera de China, mientras que Netflix supera los 270 millones de suscriptores, convirtiéndose en una de las principales fuentes de narrativas audiovisuales globales.
El poder simbólico se refuerza con la industria cultural: Hollywood produce cerca del 70% del contenido audiovisual más distribuido internacionalmente, imponiendo imaginarios de éxito, libertad y poder que moldean aspiraciones en países periféricos. A ello se suman las redes sociales, que generan algoritmos de persuasión capaces de incidir en elecciones políticas, consumos y subjetividades, como demostró el caso Cambridge Analytica, que afectó a más de 87 millones de usuarios.
Así, el Matrixmo occidental funciona como una “fábrica de conciencias”, donde la hegemonía ya no depende solo del poder militar o económico, sino de la capacidad de colonizar la mente y la imaginación de miles de millones de personas.
- La Fábrica Mundial y las Cadenas Productivas: Flexibilidad frente a Rigidez
China, que desde hace dos décadas se convirtió en la Fábrica Mundial, a través de su hiperdesarrollo industrial, ofreció su mercado interno y el reordenamiento de las cadenas productivas en Eurasia. Aquí se recuerda el Zizhi Tongjian, que advertía: “El reino que se organiza solo en capas rígidas colapsa cuando las circunstancias exigen movimiento lateral”.
La estrategia china privilegia la flexibilidad de integración, en contraste con la rigidez de los marcos atlánticos. Es decir, desde el punto de vista de la sabiduría china, extraída de su propia historia, ellos estaban dispuestos a “Sacrificar el ciruelo por el melocotonero” y así “Aprovechar la oportunidad para llevarse un cordero” —sacrificar el ciruelo de dos generaciones chinas explotadas por el voraz capitalismo occidental (desde los 1990’s hasta los 2000’s), para tomar el melocotonero de la super industrialización (desde los 2,000’s) y, finalmente, desde la década pasada, llevar al propio redil el cordero de la IV Revolución Industrial del Siglo XXI.
La Fábrica Mundial y la Cadenas de Producción
Y China es considerada la “Fábrica Mundial” porque concentra la mayor parte de la producción industrial global y lidera múltiples cadenas de valor. Según datos del Banco Mundial y la ONUDI, China representa alrededor del 28-30% del total de la manufactura mundial (2023), más que Estados Unidos, Alemania, Japón y Corea del Sur juntos. Este peso industrial se refleja en su capacidad de producir desde bienes de bajo costo —ropa, juguetes, electrónicos básicos— hasta tecnología avanzada como paneles solares (70% de la producción mundial), baterías de litio (más del 75%), y chips semiconductores de bajo y mediano rango (alrededor del 60%).
El país es también el mayor exportador global: en 2023 sus exportaciones superaron los 3,4 billones de dólares, lo que equivale a más del 14% del comercio mundial de mercancías. Además, China dispone de una gigantesca fuerza laboral de más de 770 millones de trabajadores, con salarios aún competitivos frente a economías desarrolladas, pero cada vez más acompañados de automatización y robótica industrial.
Su infraestructura logística refuerza este rol: cuenta con 8 de los 10 puertos más grandes del mundo y la red ferroviaria de alta velocidad más extensa, integrada a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que conecta sus fábricas con Eurasia y África.
La Batalla de las Narrativas: El Arte de la Guerra Civilizacional
“Vencer al enemigo de cien formas diferentes es menor virtud que someter al ejército enemigo sin luchar”
— Sun Tzu
El discurso de Xi es también una batalla por el control del Matrixmo —las narrativas y percepciones que moldean la subjetividad global. Al hablar de “destino común de la humanidad“, Xi construye un relato alternativo al del “orden basado en reglas” promovido por Occidente.
Cuando Xi propone que “las reglas internacionales deben aplicarse igual y uniformemente” y que “no debe haber dobles estándares”, está aplicando la estrategia 22: “Cerrar la puerta para atrapar al ladrón”. Utiliza el propio discurso occidental sobre el estado de derecho para exponer las contradicciones del sistema hegemónico estadounidense.
La Dialéctica del Yin y Yang: El Mandato Celestial del Siglo XXI
“Cuando el yang alcanza su extremo, se transforma en yin; cuando el yin alcanza su extremo, se transforma en yang”
— I Ching
El discurso de Xi debe entenderse como la manifestación de una transformación cósmica que trasciende la geopolítica convencional. Estamos presenciando el momento en que el yang occidental —caracterizado por la agresión, la dominación y la imposición— ha alcanzado su extremo y comienza su inevitable transformación hacia el yin.
China representa este nuevo yin geopolítico: receptivo pero no pasivo, suave pero no débil, inclusivo pero no ingenuo. En la filosofía política confuciana, el poder legítimo deriva del Mandato del Cielo (tianming 天“命), que (a diferencia del carácter religioso del término Cielo en Occidente) se manifiesta a través del bienestar del pueblo y la armonía entre Cielo, Tierra y Humanidad.
Las propuestas médicas gratuitas para países de la OSC (500 operaciones cardíacas, 5,000 de cataratas, 10,000 exámenes de cáncer) no son simplemente diplomacia sanitaria, sino manifestación práctica del ren (仁 – benevolencia) que Confucio consideraba la virtud suprema del gobernante legítimo.
Las Treinta y Seis Estrategias del Nuevo Sistema Mundo
“El poder supremo es aquel que no necesita mostrarse”
— Lao Tzu
Quizás la enseñanza más profunda del discurso de Xi radica en lo que no dice explícitamente. No menciona el declive estadounidense, no critica directamente las políticas occidentales, no amenaza con represalias. Esta omisión no es debilidad sino fortaleza suprema.
El discurso de Xi es un compendio magistral de las estrategias tradicionales chinas aplicadas al siglo XXI:
- Estrategia 1: “Engañar al cielo cruzando el mar”: Xi presenta la transformación del sistema mundial como “reforma y mejoramiento”, no como revolución.
- Estrategia 15: “Atraer al tigre fuera de la montaña”: Al fortalecer instituciones multilaterales como la ONU, Xi atrae a Estados Unidos a justificar su poder dentro de marcos que China puede influenciar.
- Estrategia 24: “Tomar prestado un camino para atacar Guo”: China utiliza la agenda verde occidental para construir infraestructura geopolítica antioccidental.
- Estrategia 36: “La retirada es la mejor opción”: Paradójicamente, Xi no confronta directamente la hegemonía estadounidense, sino que construye alternativas paralelas hasta que el sistema occidental quede obsoleto por irrelevancia.
La Filosofía del Tiempo Chino: Justicia, Memoria y el Peso de la Historia
“El árbol que quiere crecer alto debe extender profundamente sus raíces”
— Proverbio chino
El discurso cerró con una evocación a la memoria de la Segunda Guerra Mundial y a la necesidad de defender la justicia contra el hegemonismo. Una de las diferencias más profundas entre el enfoque chino y occidental hacia el poder global radica en su concepción del tiempo. Mientras Occidente piensa en ciclos electorales y resultados trimestrales, China piensa en dinastías y milenios.
Esta perspectiva temporal le permite a China aplicar lo que Chuang Tzu llamaba “la paciencia del sauce”: parecer débil y flexible ante los vientos tempestuosos, pero mantener las raíces firmes hasta que pase la tormenta y pueda crecer libremente.
El Jade y la Espada: El Amanecer del Nuevo Sistema Mundo
“En el silencio del amanecer, el sabio escucha el sonido del mundo que cambia”
— Proverbio del I Ching
El discurso de Tianjin debe leerse como el manifiesto fundacional de un Nuevo Sistema Mundo multipolar. En términos del Cubo del Poder, estamos presenciando no una rotación del cubo donde una cara reemplaza a otra, sino una transmutación alquímica donde el cubo mismo adquiere nuevas dimensiones, en todos sus planos.
La metáfora del jade (suavidad diplomática, cultura, inclusión) y de la espada (seguridad, firmeza tecnológica) sintetiza la estrategia china de armonizar el poder blando y duro en los seis planos del Cubo del Poder.
Como predijo Lao Tzu: “El agua es blanda y débil, pero nada la supera en vencer lo duro y lo fuerte”. El dragón oriental despierta no con rugidos de guerra sino con susurros de cooperación que resonarán más fuerte que todos los cañones occidentales.
Ahora estamos en ese contexto y listos para ser espectadores de los cambios más profundos en los últimos quinientos años. Será un proceso gradual, pero irreversible. La revolución tecnológica y la vehemencia del desarrollo comercial e industrial de China son la punta de lanza de una Nueva Era, quien sabe si de algunas décadas o de siglos como la primavera de la tortuga Min Ling, del relato de Chuang Tzu:
“Un pequeño saber no puede equipararse a uno grande. Ni una corta vida a una larga existencia. ¿Cómo se sabe que esto es así? El hongo que sólo vive una mañana desconoce el ciclo de la luna. La cigarra de verano nada sabe de primaveras ni de otoños. Así son las pequeñas existencias. Al sur del estado de Chu vive la tortuga Min Ling cuyo otoño es de quinientos años, de quinientos años también su primavera”.
El tiempo del yang occidental ha pasado. Ha llegado la hora del yin oriental. El jade y el agua, unidos a la espada invisible, anuncian que la hegemonía ya no se decidirá en un solo campo de batalla, sino en los seis planos simultáneos del cubo global.
Oye ahora el llamado de los sabios: en sus voces ancestrales resuena la verdad eterna de que el poder verdadero no se impone, sino que atrae; no destruye, sino que transforma; no divide, sino que unifica. En el gran tablero cósmico del poder, las fichas han comenzado a cambiar de color, y cuando el proceso se complete, el mundo habrá entrado definitivamente en la era del Nuevo Sistema Mundo multipolar.
Como enseña el eterno ciclo del Tao, esta transformación no es el fin sino el comienzo de un nuevo capítulo en la historia humana.
“Oye ahora el llamado de los sabios, pues en sus voces resuena la armonía del cosmos que se transforma”.
“En algún punto entre el ocaso de un mundo y el amanecer de otro”
Septiembre 2025
Bibliografía
- Arrighi, G. (2007). Adam Smith en Pekín: orígenes y fundamentos del siglo XXI. Akal.
- (2002). Analectas. (Trad. A. D. Lau). Penguin Classics.
- (2012). Dao De Jing. (Trad. D. C. Lau). Everyman’s Library.
- Sima Guang. (2017). Zizhi Tongjian (Comprehensive Mirror for Aid in Government). (Trad. R. Fuller, Vol. I). Princeton University Press. (Ed. original 1084).
- (2009). El arte de la guerra. (Trad. S. B. Griffith). Oxford University Press.
- Watson, B. (1996). The Complete Works of Chuang Tzu. Columbia University Press.
- Wilhelm, R. (2003). I Ching o Libro de las Mutaciones. Trotta.
- Zhuge, L. (2004). Las 36 estrategias chinas. Ediciones Obelisco.

Leave a Reply