Un mensaje estruendoso del cazabombardero de China a Donald Trump. Hace cuatro años el recado para Joe Biden llegó muy sutilmente desde un satélite con tecnología de comunicación 6G. Ahora es directo y sin mucha diplomacia, adecuado para el receptor vociferante.
Por Alexandr Mondragón
Aunque no lo parezca los chinos son expresivos —a veces muy sutiles, otras veces no, el mensaje depende del receptor. Hace cuatro años, unos días después de que Joe Biden ganara las elecciones presidenciales del 2020, escribimos un artículo titulado “Satélite 6G de China: el primer mensaje para Biden llega desde el espacio”. Hoy en día, cuatro años después, China le envía un recado exprés a Trump, con el avistamiento del “Emperador Blanco”, el primer cazabombardero táctico de próxima generación Made in China.
Y el mensaje no es nada sutil. El nombre del “Emperador Blanco”, es un recordatorio a Washington y el resto del mundo, que ya está en marcha un Nuevo Sistema Mundial Euroasiático del Siglo XXI, bajo el mando de un Nuevo Emperador “Bajo un solo cielo”.
Pero vayamos por partes, para entender qué significa la aparición del “Emperador Blanco”.
El Emperador alzó vuelo
El jueves 26 de diciembre, aparecieron por primera vez, en la plataforma de redes sociales china Weibo, las imágenes del nuevo bombardero furtivo, el “Emperador Blanco”, con un “diseño de ala en forma de diamante”, volando a baja altitud en una región no especificada de China. Es decir, Xi Jinping quería mostrar en sociedad al nuevo integrante de la fuerza aérea de su nación, además de enviar un mensaje que no deje dudas del nuevo poder imperial.
“El nuevo diseño señala un cambio en el énfasis de China hacia una capacidad de ataque más sigilosa y de precisión”, dijo un analista militar a Defense Blog, y agregó: “Sus características de baja observabilidad se alinean con la necesidad de plataformas capaces de operar en entornos disputados”.
Un enfoque estratégico
En este contexto, si bien los detalles sobre las capacidades del avión siguen siendo clasificados, su desarrollo subraya la capacidad tecnológica de China de estar equipado con aviones de última generación, capaces de llevar misiles guiados avanzados, incluidas armas antibuque y aire-tierra, listos para cualquier confrontación militar.
Y los analistas también señalan que el nuevo cazabombardero podría servir como un anuncio de que China tiene un arma que está a la par del Su-34 Fullback ruso, un avión de ataque táctico actualmente desplegado en la guerra de Ucrania. Pero hay más.
Superando a EE.UU.
En este contexto, como Zhao DaShuai, miembro de la Oficina de Propaganda de la Policía Armada Popular, escribió en X: “Este es el primer caza de sexta generación del mundo. Hemos superado a Estados Unidos en dominio aéreo”.
Y DaShuai parece tener razón. En EE.UU., Defense News dijo recientemente que la Fuerza Aérea estadounidense “luchó durante gran parte de 2024 para averiguar cómo, e incluso si, proceder con su planeado caza de sexta generación, conocido como Next Generation Air Dominance”. O sea, todo está aún sobre el papel, mientras el emperador-dragón ya alzó vuelo.
Dominando el Cubo del Poder
Y aunque a primera vista, la presentación del “Emperador Blanco” parece una respuesta de carácter militar. El mensaje abarca un amplio espectro.
China no solo está superando a EE.UU. en el ámbito de la tecnología militar de última generación, también lo está superando en varios planos del Cubo del Poder —como la IV Revolución Industrial, la Geoeconomía y las Nuevas Tecnologías avanzadas de fabricación— y, en este contexto, es una respuesta sin ambages a los renovados alardes imperiales de Trump.
Ante amenazas de “guerra”
El anuncio del cazabombardero es, además, una respuesta indirecta a la amenaza de una nueva guerra de aranceles de Trump, contra los productos Made in China, que no solo son importados desde la nación asiática, sino también de otros países integrados a la cadena de producción y comercio de Las Nuevas Rutas de la Seda —y un conflicto que también podría derivar en sanciones o embargos económicos, contra las naciones que no le digan “sí señor” al nuevo Dictador en Jefe, a partir del 20 de enero. El mensaje es: “Si quieres una guerra comercial, el Emperador ya alzó vuelo y atente a las consecuencias”.
Contra los sueños imperiales
En segundo lugar, la muestra del “Emperador Blanco”, también es una respuesta a los viejos sueños imperiales que Trump ha sacado del cofre de los recuerdos —la Doctrina Monroe, del Siglo XIX, “América para los Americanos” —, desde que en días pasados anunció que quiere de regreso el control del Canal de Panamá para EE.UU. y la compra de Groenlandia, como si fuera la anexión de un nuevo territorio —como sucedió a finales del Siglo XIX, cuando EE.UU. arrebató a México casi la mitad de su territorio.
Quizá un mensaje subliminal también incluya a Taiwán. “Si tocas el Canal de Panamá entonces desembarcamos en Taiwán”. Como le dijo el “Chente” al “Chapo”: Si mataste a mi hermano, yo te mato al tuyo”.
¿Cómo responderá Trump?
La presentación del bombardeo de caza furtiva de próxima generación de China, se produce antes de la investidura de Trump como presidente, el mes que viene.
Sospechamos que solo es cuestión de tiempo antes de que Trump empiece a alardear de los planes de Estados Unidos, para su avión de combate de sexta generación. Pero hablará del futuro, mientras que el “Emperador Blanco” ya es una realidad.
Entonces los chinos dirán como El Quijote: “Ladran Sancho, señal de que avanzamos”. Es más: “Si vos pretendés ser Dictador por un Día, aquí hay un Emperador como la alegoría de Chuang Tze”.
Y de taquito, también es un mensaje para la Gran Cábala —La Mano detrás de la Mano de Dios, o los verdaderos dueños de EE.UU.—: Controlen al futuro inquilino de La Casa Blanca, aunque no pertenezca a su Liga Premier, sino aténganse a las consecuencias.
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