Facebook, Instagram, TikTok y la adicción a las redes sociales de niños y jóvenes

Durante mucho tiempo los ejecutivos de Facebook Inc. se han jactado de que sus plataformas son seguras, incluso cuando invirtieron para lograr formas de mantener a los adolescentes enganchados a la red y ocultar lo que sabían sobre los efectos secundarios. ¿Suena familiar? Los críticos dicen que las grandes compañía de tabaco —como se reveló a mediados de los 1990’s— alguna vez usaron las mismas tretas y engaños, y lo de las redes sociales está causando un nivel completamente nuevo de indignación.

Bloomberg / Businessweek Facebook minimizó constantemente su propia investigación, que mostró cómo su aplicación para compartir fotos, Instagram, puede dañar el bienestar mental de sus usuarios más jóvenes, según un informe del Wall Street Journal. Casi un tercio de las adolescentes le dijeron a Facebook que se sienten peor con sus cuerpos después de navegar por el sitio, según mostraron los documentos revisados ​​por el periódico. A pesar de ese conocimiento, Facebook está dedicando más recursos para llegar a consumidores aún más jóvenes, incluido el desarrollo de una versión infantil de Instagram.

Como hicieron las tabacaleras Las revelaciones están impulsando a algunos legisladores a comparar las acciones de Facebook, con una campaña de décadas realizadas por las mayores compañías tabacaleras del país, en el siglo pasado, para engañar al público sobre los efectos cancerosos y adictivos de los cigarrillos. “Sus ejecutivos entendieron —desde los años 1950s, según los documentos revelados— acerca de las sustancias químicas adictivas en el tabaco y, sin embargo, no hicieron nada para intentar evitar que el producto cayera en manos de los niños”, dice el congresista Bill Johnson, un republicano de Ohio. “Sabían que si podían hacer que los niños se volvieran adictos a una edad temprana, tendrían a un cliente más de por vida. Es muy similar a los niños, los jóvenes, que son adictos a estas plataformas y pude ver informe tras informe sobre el daño que se está haciendo”, subrayó.

Un Instagram para niños Los efectos a largo plazo de las redes sociales son exactamente lo que genera preocupaciones sobre el plan de Facebook de crear un Instagram para niños. El servicio, a veces llamado internamente Instagram Youth, está destinado a brindarles a los preadolescentes una rampa de entrada a las redes sociales hasta que cumplan 13 años y, entonces, se les permita unirse al sitio principal. Facebook argumenta que los niños mienten sobre su edad para ingresar a Instagram de todos modos, por lo que un producto orientado a los jóvenes con controles parentales sería una alternativa más segura.

Los varios efectos nocivos Más de tres docenas de fiscales generales estatales ya han instado al director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, a abandonar el proyecto, argumentando que Instagram Youth podría contribuir a condiciones como la depresión, la soledad y la ansiedad. También lo han hecho los legisladores estadounidenses y una coalición de defensores de la privacidad y el bienestar infantil. “Si Facebook sigue adelante con Instagram Youth, entonces realmente lo que estamos diciendo es que no le rinden cuentas a nadie”, dice Josh Golin, director ejecutivo de Fairplay, una organización sin fines de lucro dedicada a acabar con el marketing dirigido a los niños.

Usuarios se sienten presionados Para comprender cómo el bienestar mental de los niños se ve afectado por Instagram, Facebook encuestó a decenas de miles de usuarios y extrajo sus propios datos durante los últimos tres años, según el WSJ, que basó sus informes en una investigación interna de Facebook que el diario neoyorquino logró obtener. La revisión del documento encontró que los usuarios se sentían presionados a presentar una versión idealizada de sí mismos en Instagram y que, a menudo, los llevaba a hacer comparaciones negativas de sí mismos con los demás. Los investigadores internos advirtieron que el diseño de lnstagram llevó a los jóvenes hacia contenidos potencialmente dañinos en la plataforma.

El cinismo de Zuckerberg Durante una audiencia del Congreso en marzo del 2021, Zuckerberg no se mostró tan comunicativo sobre la evidencia sobre los efectos de las redes sociales en la salud mental, y se jactó de que las conexiones en línea pueden ayudar a las personas a sentirse menos solas. Cuando se le preguntó si Facebook tenía una investigación interna sobre el impacto de sus plataformas en los niños, Zuckerberg dijo que era algo que “intentan estudiar” antes de agregar: “Creo que la respuesta es sí”. La investigación sobre las redes sociales y la salud mental puede ser ambigua. Algunos estudios muestran una relación entre el uso intensivo y la depresión infantil, la baja autoestima y las tendencias suicidas. Otros académicos argumentan que la correlación entre el uso de las redes sociales y los malos resultados de salud mental es débil y que otros factores podrían estar en juego.

Saben muy bien lo que hacen Los expertos de ambos campos coinciden en que Facebook está posicionándose mejor para realizar investigaciones de la más alta calidad, porque sabe exactamente qué están haciendo sus usuarios en Instagram y durante cuánto tiempo. El 14 de septiembre, Karina Newton, jefa de políticas públicas de Instagram, escribió una publicación de blog en la que destacaba la naturaleza igualmente inconclusa de la investigación de la compañía. ”Las redes sociales no son intrínsecamente buenas o malas para las personas. Muchos lo encuentran útil un día y problemático al siguiente”, escribió. Instagram está buscando formas de alejar a los usuarios vulnerables de ciertos tipos de publicaciones y “hacia contenido que los inspire y los eleve”, agregó. Un representante de Facebook se negó a comentar más allá del contenido del blog.

Qué hicieron las tabacaleras La estrategia de las compañías de tabaco fue, durante décadas, poner en duda la investigación (los efectos de fumar) sobre la salud pública. Un anuncio de página completa, publicado en los periódicos de todo el país en enero de 1954, estableció el mensaje público de la industria para los próximos años: Fumar no era una causa comprobada de cáncer de pulmón y se necesitaban más investigaciones sobre los cigarrillos y la salud. Si bien las empresas tabacaleras cuestionaron y distorsionaron los datos científicos, su propia investigación reconoció los riesgos. También sabían que la nicotina era adictiva, incluso cuando negaron públicamente sus efectos para evitar la regulación y frustrar la responsabilidad legal sobre el daño a los fumadores. Fue un denunciante, un ejecutivo de la Brown & Williamson Tobacco Corp., quien —a mediados de los 1990’s— ayudó a exponer los secretos de la industria.

La adicción de Facebook La estrategia de Facebook es hacer que sus plataformas sean más adictivas, tal como lo hicieron las compañías de cigarrillos con los aditivos, dijo el año pasado al Congreso el ex director de monetización de la compañía, Tim Kendall. Facebook se basa no solo en los me gusta y las actualizaciones, para mantener a los usuarios enganchados, sino también en la desinformación y las teorías de la conspiración que provocan una fuerte reacción, dijo. “Estos servicios nos están enfermando”. El gobierno tardó décadas en pedir cuentas a las grandes tabacaleras. En 1998, una coalición de estados llegó a un acuerdo de 246,000 millones de dólares con la industria, que exigía que las empresas hicieran pagos anuales a los estados y limitaba la visibilidad de la publicidad de los cigarrillos. Un año después, el Departamento de Justicia de Estados Unidos demandó a las compañías tabacaleras, acusándolas de conspiración de crimen organizado para defraudar al público.

El castigo a las tabacaleras En el 2006, después de un juicio de nueve meses, un juez federal en Washington estuvo de acuerdo y dijo que las empresas “comercializaban y vendían su producto letal con celo, con engaño, con un enfoque único en su éxito financiero y sin tener en cuenta la tragedia humana o los costos sociales que su éxito ocasionó”. Docenas de estados aprobaron leyes que prohíben fumar en restaurantes, bares y lugares de trabajo. El porcentaje de estudiantes de secundaria que fumaban con frecuencia se desplomó al 2.6% en 2017 desde el 16.7% en 1997, mostró un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Aun así, alrededor de 34 millones de adultos en los EE.UU. siguen siendo fumadores, según los CDC.

Riesgos para la salud mental Solucionar los males de las redes sociales requerirá un cambio similar en la conciencia pública, dice Asha Rangappa, quien imparte un curso sobre redes sociales y guerra de información, en el Instituto Jackson de Asuntos Públicos de la Universidad de Yale. “La idea de que la información realmente puede causar daño no es algo que nosotros, como estadounidenses, podamos entender”, dijo ella. En el Capitolio, el congresista Johnson está trabajando en un proyecto de ley que instruye a los Institutos Nacionales de Salud a estudiar los riesgos para la salud mental de las redes sociales y si deben aplicar una etiqueta de advertencia a las plataformas tecnológicas. Los senadores Richard Blumenthal y Marsha Blackburn, dijeron que estaban en contacto con un informante de Facebook y “utilizarán todos los recursos a nuestra disposición para investigar lo que Facebook sabía y cuándo lo supieron”.

Lo que lo hace espantoso En los últimos días, los ejecutivos de Facebook han defendido sus acciones, pero aún no han publicado más estudios internos. Nick Clegg, vicepresidente de comunicaciones y asuntos globales de Facebook, prometió que la compañía continuará invirtiendo en la investigación de temas complejos y, como resultado, “mejorará nuestros productos y servicios”. Blumenthal, presidente del Subcomité Senatorial de Protección al Consumidor, Seguridad de Productos y Seguridad de Datos, planea realizar audiencias sobre el conocimiento de Facebook sobre sus efectos dañinos. “Estamos en un punto de inflexión, porque la analogía con las grandes tabacaleras es muy acertada”, dijo Blumenthal. “No es solo que estaban haciendo daño, sino que lo sabían y lo ocultaban, que es lo que lo hace todo esto más espantoso, porque la gente se volvió adicta y el daño se agravó”.

Traducción: A. Mondragón

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*