El comodín no es Rusia o Arabia Saudita, sino Estados Unidos, que ha perdido mucha influencia y credibilidad en la región.
Por Stephen Bryen
El presidente ruso Vladimir Putin acaba de concluir una importante visita a Arabia Saudita.
Desde el punto de vista inmediato de Rusia y Arabia Saudita, la visita fue fructífera, con 21 acuerdos y compromisos importantes, y la obtención de un apoyo para importantes inversiones saudíes en Rusia, incluidas inversiones del Fondo Público de Arabia Saudita por valor de 10,000 millones de dólares, para proyectos conjuntos de inversión extranjera directa en Rusia.
No se dijo nada sobre la venta de armas, pero no cabe duda de que Putin planteó la cuestión en privado ante los dirigentes saudíes.
Dado que EE.UU. se encuentra en medio del despliegue de baterías adicionales de defensa antimisiles Patriot al Reino, junto con 3,000 soldados más, no habría sido oportuno hablar abiertamente sobre la venta de armas de Rusia, por ser contraproducente para ambas partes.
Los problemas económicos de Rusia
Putin necesita urgentemente la inversión extranjera porque la economía rusa sigue tambaleándose. El sector manufacturero se ha visto especialmente afectado.
Según el Moscow Times: “El PMI (Índice de Compra Manufacturera) cayó a su nivel más bajo desde la recesión global del 2009: 46.3 en un rango en el que cualquier cosa por debajo de 50 indica contracción”.
Además, “las exportaciones siguen siendo un punto oscuro por segundo trimestre consecutivo”, dijo Tatiana Evdokimova, economista jefe en Rusia de Nordea, un destacado grupo financiero nórdico.
Las exportaciones netas cayeron un 4.9% en el año hasta junio de 2019, lo que supone casi dos puntos porcentuales menos que el crecimiento general de Rusia, añadió Dolgin. Incluso en la industria de servicios, “las exportaciones eran un obstáculo en comparación con el rendimiento nacional”.
Si bien el consumo interno está aumentando, este pequeño optimismo se ve ensombrecido por el rezago del comercio de exportación y el declive que está experimentando China debido a los aranceles estadounidenses, que forman parte de la disputa comercial entre Estados Unidos y China. Con menos efectivo disponible, China está reduciendo sus compras, incluso a Rusia, al menos por ahora.
En la práctica, la mejora de los lazos económicos entre Arabia Saudí y Rusia, y la cooperación en materia de precios del petróleo, probablemente constituirían una buena victoria para Putin. Arabia Saudita lo vería como un paso efectivo para moderar el apoyo de Rusia a Irán.
Irán es un problema
Desde la perspectiva rusa, Irán es un amigo problemático. Mientras que Irán ha sido bastante útil para destruir a los opositores de Assad de Siria, las agresivas operaciones militares de la Guardia Revolucionaria iraní y su representante Hezbolá podrían desencadenar una guerra con Israel, lo que va en contra de los intereses de Rusia a corto y largo plazo.
Rusia quiere ser la potencia por excelencia en Siria, y también quiere una buena relación con Israel. Putin entiende que Israel es una potencia tecnológica y militar, y que las buenas relaciones significan cooperación.
Hay otro motivo también –Putin sabe que Israel es el puente entre sí mismo y los Estados Unidos, y en el futuro los rusos necesitan desesperadamente reparar la relación con los Estados Unidos. Si eso puede o no significar sacrificar a Irán en el trato sigue siendo una pregunta abierta y sin respuesta.
Visto desde un punto de vista totalmente práctico, la economía de Irán es un caso perdido, y seguramente la inteligencia rusa sabe que el país es una caja de yesos que podría explotar en cualquier momento.
En Irán, el trueque y los acuerdos secretos están sustituyendo al dinero en efectivo, porque la moneda iraní está en problemas. Irán no está en condiciones de trabajar en acuerdos de armas multimillonarios con Rusia, a menos que sea a crédito.
¿Deudas impagas?
Pero los rusos no pueden realmente otorgar mucho crédito a Irán, asumiendo que así lo deseen. Y si la economía de Irán se derrumba, la perspectiva de deudas impagas no es una buena noticia para la balanza comercial de Rusia, ni para su presupuesto interno.
Sin duda, los líderes de Rusia lo entienden, y probablemente se pregunten por qué Irán sigue utilizando el dinero en efectivo que tiene en una fortaleza militar, haciendo hincapié en una economía ya de por sí débil y socavando el orden interno. Cualquier guerra entre Irán y sus principales enemigos –Arabia Saudí, Israel y Estados Unidos– significaría el fin de los mulás.
Arabia Saudita, por supuesto, espera que Rusia pueda calmar la tensión entre el Reino e Irán, empezando por poner fin a los ataques con misiles y aviones teledirigidos desde territorio iraní o desde los Houthis yemeníes.
Ciertamente eso formó parte de las conversaciones privadas con Putin, aunque no está claro cuánta influencia tiene realmente Putin en Irán. Lo que parece ser el caso es que el gobierno central iraní es cada vez más una herramienta del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, o IRGC, que es totalmente despiadado y agresivo y parece hacer lo que quiere.
El gobierno central se queda con excusas y negando la realidad, o simplemente apoyando las operaciones del IRGC incluso cuando cruzan varias líneas rojas que podrían desencadenar represalias contra el régimen.
EE.UU. ha perdido influencia
El único as que tiene Irán son las armas nucleares, pero nadie sabe que si Irán prueba una bomba nuclear, ¿qué harían Estados Unidos e Israel? Si el IRGC se hace cargo del programa nuclear, entonces la posibilidad de una guerra general aumentará exponencialmente.
Así pues, en conjunto, en el panorama general actual, los rusos están probablemente tan ansiosos por desarrollar mejores lazos económicos y políticos con Arabia Saudita como el Reino está ansioso por reclutar a los rusos para estabilizar la zona.
El comodín no es ni Rusia ni Arabia Saudí, sino Estados Unidos, que ha perdido mucha influencia y credibilidad en toda la región. Lo peor de todo es que ya nadie confía en Trump, lo que supone un gran retroceso incluso desde hace un año.
Fuente: https://www.asiatimes.com/2019/10/article/what-is-more-important-to-putin-saudi-or-iran/
Traducción: A. Mondragón
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