Trump acapara un medicamento contra el Covid-19, cuesta $10 pero cobran $3,000

El mundo puede mostrar, una vez más, cómo los monopolios farmacéuticos no son la única manera de luchar contra COVID-19 y otras pandemias.
Prabir Purkayastha
EE.UU. ha comprado casi todas las existencias del medicamento Remdesivir de Gilead, lo que hace casi imposible que este medicamento para contrarrestar el COVID-19 esté disponible en cualquier otro lugar del mundo. Después de hacer que EE.UU. se enferme de nuevo, Trump está tratando de compensar el fracaso de su régimen, comprando la producción de Gilead para los próximos tres meses sólo para EE.UU., sin dejar nada para el resto del mundo.
Esto hace que sea aún más urgente para la India y otros países que figuraron prominentemente en luchas anteriores por la licencia de medicamentos contra la gran Industria de la Biofarmacología (IB) de EE.UU. y en todo el mundo durante más de una década, romper la patente de Gilead y emitir licencias obligatorias para fabricar el medicamento localmente. Las leyes de patentes de la mayoría de los países y la Declaración de Doha del 2001 de la Organización Mundial del Comercio, tienen disposiciones claras para la concesión de licencias obligatorias durante una emergencia sanitaria o una epidemia. El COVID-19 obviamente califica en ambos casos.
El 1 de julio, EE.UU. alcanzó un punto de más de 50,000 nuevos casos de COVID-19 en un solo día, alrededor del 23% de los 218,000 nuevos casos en todo el mundo ese día, lo que lo convierte en el líder mundial sobre cómo no luchar contra la epidemia del COVID-19. A partir del 1 de julio, Brasil e India ocupaban el segundo y tercer lugar, respectivamente, en cuanto a nuevos casos.
El Remdesivir es el único medicamento que, en las pruebas de medicamentos, ha mostrado algún beneficio en la lucha contra la infección del virus, ya que funciona reduciendo la replicación del virus en el cuerpo humano, y esto ayuda a acortar la estancia hospitalaria del paciente en un 25 por ciento. Si el paciente progresa a una etapa más seria, necesitando soporte de oxígeno o ventilación, el Remdesivir es de poca ayuda. Aquí, los antiinflamatorios como la Dexametasona se vuelven importantes. La Dexametasona ha demostrado eficacia en el tratamiento de pacientes con COVID-19 en ensayos clínicos y, a diferencia del Remdesivir, funciona reduciendo la inflamación pulmonar que surge de la infección, en lugar de combatir la infección en sí. La Dexametasona no está patentada y está ampliamente disponible a bajo costo.

Disminuye la transmisión del virus
Pero si el Remdesivir reduce el período infeccioso, no sólo es beneficioso para los pacientes que lo reciben, sino que también es útil para la sociedad. Al reducir el período infeccioso del paciente, disminuye la tasa de transmisión del virus.
He argumentado anteriormente que, después de la batalla por el acceso a los medicamentos baratos contra el SIDA, la próxima gran batalla se libraría por los medicamentos y las vacunas de COVID-19. En la Asamblea Mundial de la Salud, Estados Unidos fue el único país que se opuso a la resolución de que todas las medicinas y vacunas se pusieran en un fondo común de patentes y fueran accesibles a todos los países a un costo razonable.
Ahora sabemos la razón de la oposición de EE.UU. Quiere el control de las medicinas y vacunas para la lucha contra la pandemia. Una razón es hacer sentir a los ciudadanos de EE.UU. que Trump los está cuidando al proporcionarles medicamentos, incluso si su régimen ha fracasado miserablemente en la lucha contra el COVID-19. La segunda razón es que al controlar la medicina para el resto del mundo, Trump puede negociar con ellos y tratar de recuperar el estatus de Hegemón global que EE.UU. ha perdido.
Con este paso, los EE.UU. también han dejado clara su intención con respecto a las vacunas del COVID-19. EE.UU. ha respaldado a un conjunto de cinco compañías con una bolsa de 13,000 millones de dólares, como parte de su Operación Velocidad Warp para apoyar el desarrollo de la vacuna. Una de estas cinco es Moderna, una compañía biotecnológica de EE.UU., y uno de los líderes en los actuales ensayos de la vacuna. Los otros cuatro respaldados son AstraZeneca (en consorcio con la Universidad de Oxford); Johnson & Johnson; Merck; y Pfizer con BioNTech. Si alguna de estas vacunas tiene éxito y otras no, podemos esperar que EE.UU. guarde esa vacuna como lo están haciendo con el medicamento del COVID-19 en el caso del Remdesivir. Afortunadamente para el mundo, hay un total de 17 vacunas en la lista de ensayos clínicos en curso de la Organización Mundial de la Salud, y otras 132 en preparación.

El brutal costo para los pacientes
Aparte de que EE.UU. ha comprado casi todas las existencias de Remdesivir, el otro problema para hacer que el Remdesivir sea accesible a los que lo necesitan, es el precio al que Gilead está vendiendo este medicamento. Para los pacientes estadounidenses, el costo es de aproximadamente 3,000 dólares por un tratamiento típico de cinco días (que consiste en seis viales del medicamento: dos el primer día y uno por día después). Gilead ha concedido un puñado de licencias a fabricantes de medicamentos en otros países —incluidas tres compañías indias, Cipla, Hetero y Jubilant— para vender el Remdesivir genérico. Esto significa que un tratamiento completo del Remdesivir para los pacientes indios costará alrededor de 400 dólares (a 66 dólares por vial, por seis viales).
Pero ¿cuál es el costo real de una dosis del Remdesivir? Según un artículo publicado en el Journal of Virus Eradication por Hill et al en abril, el ingrediente farmacéutico activo para un día de tratamiento no debería costar más de $1. Si a esto le sumamos el costo de un tratamiento típico de cinco días con seis inyecciones, el costo total no debería ser superior a $6. Los cálculos de dos autores del Instituto de Revisión Clínica y Económica de EE.UU. utilizaron los datos de Hill’s, para estimar que el precio del Remdesivir para un tratamiento completo (ellos usan un tratamiento más largo de 10 días) en los EE.UU. debe ser menos de 10 dólares.

Un costo de 300 veces más
¿Por qué un tratamiento completo del Remdesivir, cuya producción cuesta menos de 10 dólares, debe tener un precio de 3,000 dólares, o 300 veces su costo de producción, en EE.UU.? Incluso al precio concesional de Gilead de 400 dólares para la India, sigue siendo ¡40 veces el costo de su producción! El argumento de Gilead es que debido a que su medicina disminuye la duración de la hospitalización, le ahorra a los pacientes de COVID-19 unos 12,000 dólares cada uno en las facturas del hospital —y al cobrar sólo una cuarta parte de eso, incluso si es 300 veces el costo de producción, Gilead le está “haciendo un gran favor a los clientes”.
Como sabemos por los resultados de los ensayos clínicos, el Remdesivir combate el virus, pero si el paciente se enferma gravemente, no tiene un impacto estadísticamente significativo en las tasas de mortalidad. Si lo tuviera, el precio de Gilead probablemente habría tenido en cuenta las ganancias de por vida ahorradas por el Remdesivir, ¡y su precio probablemente habría sido incluso 10 veces más alto!
Pero incluso si el Remdesivir se vuelve significativamente más barato, no es seguro que pueda llegar a países fuera de EE.UU., gracias al plan de EE.UU. de comprar casi todas las existencias de Gilead del medicamento. Entonces, ¿qué puede hacer el resto del mundo? Puede que tenga que prepararse para librar una larga batalla, como hicieron la India y otros países durante la epidemia del SIDA contra EE.UU. y sus aliados del cártel de medicamentos como Suiza, Francia, el Reino Unido y Alemania.

Como fue el caso del SIDA
La IB puso un precio a los medicamentos para el SIDA de alrededor de 10,000-15,000 dólares por un año de tratamiento en EE.UU. y Europa, y un precio “concesional” de 4,000 dólares para los países pobres. Las empresas indias fabricaban la versión genérica de estos medicamentos a una fracción de estos precios, pero los países que querían importar medicamentos contra el SIDA desde la India se enfrentaban a demandas y presiones políticas de EE.UU.
Esta batalla se libró durante casi una década. En la Declaración de Doha de la Organización Mundial del Comercio, en el 2001, la Declaración de Doha aceptó que en caso de una emergencia sanitaria o una epidemia, cualquier país tiene derecho a expedir una licencia obligatoria para producir medicamentos que salven vidas. Y la licencia para producir la droga podría ser emitida incluso a una compañía fuera de las fronteras del país. El fabricante indio de medicamentos genéricos Cipla podría entonces suministrar los medicamentos contra el SIDA a 350 dólares por un año a varios países, que de otro modo habrían quedado completamente en bancarrota debido a los precios más altos de los medicamentos patentados —o de lo contrario, sin medicamentos, verían morir a sus pacientes de SIDA en gran número.
La victoria para conseguir medicamentos genéricos baratos contra el SIDA sienta un precedente para la pandemia actual. Se estima que el COVID-19 ya ha matado a medio millón de personas y ha infectado a más de 10 millones. Nadie puede discutir que es tanto una emergencia sanitaria como una pandemia. El remedio de utilizar una licencia obligatoria ya existe en las leyes de patentes de la mayoría de los países y en la Declaración de Doha.

¿Qué temen los otros países?
¿Por qué, entonces, no están otros países comenzando la fabricación del Remdesivir? ¿Esperan que Gilead y EE.UU. se comporten mejor que antes durante la epidemia del SIDA? ¿O temen la amenaza de sanciones de represalia por parte de EE.UU.?
Cada año, la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR) publica un Informe Especial 301, que ha utilizado para amenazar con sanciones comerciales a los países que no cumplen con sus patentes. La India ocupa un lugar destacado en este informe año tras año, por atreverse a conceder una licencia obligatoria en el 2012 a Natco, para vender el fármaco contra el cáncer Nexavar por menos del 3 por ciento del precio de Bayer, que es de más de 65,000 dólares al año. Después de que la India emitiera la licencia obligatoria sobre Nexavar, Marijn Dekkers, el director general de Bayer, dijo: “No desarrollamos este medicamento para los indios… Lo desarrollamos para los pacientes occidentales que pueden permitírselo”.
En abril, el Primer Ministro de la India, Narendra Modi, se dobló bajo la amenaza de Trump y exportó hidroxicloroquina a los Estados Unidos a pesar de que en ese momento estaba prohibido exportarla. ¿Estará él —y los líderes de otros países— dispuesto a enfrentarse a EE.UU. por el Remdesivir? ¿O estarán de acuerdo con Trump en que el Remdesivir debe reservarse sólo para los pacientes estadounidenses, incluso si los otros países tienen la capacidad de producirlo para sus propios pueblos?

Este artículo fue producido en asociación por Newsclick y Globetrotter, un proyecto del Independent Media Institute.

Prabir Purkayastha es el editor fundador de Newsclick.in, una plataforma de medios digitales. Es un activista de la ciencia y del movimiento de Software Libre.

Fuente: https://www.counterpunch.org/2020/07/09/the-world-can-show-how-pharma-monopolies-arent-the-only-way-to-fight-covid-19/
Traducción: A. Mondragón

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